3/19/2025

El Cerdo en el Corán: ¿Un "Profeta" Inspirado o un Plagiador de Enseñanzas Judeocristianas heréticas?


El Corán prohíbe explícitamente el consumo de cerdo en cuatro pasajes específicos, donde se menciona la carne de cerdo (لحم الخنزير - lahm al-jinzir) como alimento prohibido (haram): Suras 2:172-174; 5:3; 6:145 y 16:115.

La consistencia y repetición de esta prohibición en diferentes suras sugiere una posible fuente textual externa que pudo haber influido en la codificación del Corán. Es particularmente relevante el análisis del profesor Gabriel Said Reynolds en su obra “The Quran & the Bible, text and commentary”, donde al comentar las aleyas de la Sura 2:172-174 señala una conexión con el relato de Hechos 15:

“Los versículos 172-73 enfatizan la naturaleza relativamente moderada de las restricciones dietéticas que Dios exige a los creyentes (v. 173: "Él solo os ha prohibido"). En este sentido, este pasaje es similar a la declaración de los apóstoles en Jerusalén (Hechos 15):

'El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponeros ninguna carga más allá de estos requisitos esenciales: absteneos de alimentos sacrificados a los ídolos, de sangre, de carne de animales estrangulados y de uniones ilícitas. Si evitáis estas cosas, haréis lo correcto. Adiós'. (Hechos 15:28-29)

Ambos pasajes pretenden establecer un contraste con las restricciones impuestas a los judíos (que, según 4:160, fueron impuestas como castigo). Este tono antijudío continúa en el siguiente versículo (174), donde el Corán acusa a los judíos de ocultar la verdad sobre la revelación divina (al respecto, véase el comentario sobre 4:46, con referencias adicionales)."

-Reynolds, G. S., Qarai, A.Q (2018). The Quran & the Bible, text and commentary. Yale University Press. p. 80.

En este contexto sobre la influencia del cristianismo primitivo sobre la “revelación” del Corán cobra especial relevancia el trabajo pionero de Christoph Luxenberg, seudónimo de un filólogo cuya identidad permanece desconocida por razones de seguridad personal.

Luxenberg, en su obra seminal “Die syro-aramäische Lesart des Koran: Ein Beitrag zur Entschlüsselung der Koransprache” (‘La lectura siríaco-aramea del Corán: Una contribución al desciframiento del lenguaje coránico’), publicada inicialmente en 2000, propone una metodología innovadora para la interpretación de pasajes coránicos de difícil comprensión. Su tesis fundamental sostiene que el Corán no puede entenderse exclusivamente dentro de la tradición árabe, sino que debe examinarse a la luz del siríaco-arameo, lengua litúrgica dominante entre cristianos del Medio Oriente en los siglos VI y VII.

La importancia del trabajo de Luxenberg radica en que cuestiona la asunción tradicional de que el árabe del Corán surgió de forma aislada en la Península Arábiga. En su lugar, propone que el texto coránico refleja un entorno multilingüe donde el siríaco-arameo ejercía influencia considerable, especialmente en terminología religiosa y conceptos teológicos. Luxenberg argumenta que muchas palabras y expresiones coránicas de difícil interpretación pueden clarificarse si se consideran como préstamos o traducciones del siríaco-arameo.

Esta perspectiva filológica tiene implicaciones profundas para nuestra comprensión de las prohibiciones alimentarias coránicas. Si aplicamos la metodología de Luxenberg, podríamos hipotetizar que estas prohibiciones reflejan la influencia de textos judeo-cristianos escritos en siríaco-arameo que circulaban en la región durante la formación del islam temprano.

Un texto clave es Hechos de los Apóstoles 15:28-29, tras el Concilio de Jerusalén, se establecen restricciones para los cristianos gentiles: 

28 εδοξεν γαρ τω πνι τω αγιω και ημιν κ μηδεν πλεον επιτιθεϲθαι ϋμιν βαροϲ πλην τουτων επαναγκαιϲ 29 απεχεϲθαι ειδωλοθυτων και αιματοϲ και πνικτων και πορνιαϲ εξ ων διατηρουντεϲ εαυτουϲ ευ πραξετε ερρωϲθαι

(Traducción: “28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo (PNI to agio) y a nosotros (los apóstoles) no imponeros (cargas legales) ninguna carga más allá de estas cosas necesarias: 29 que os abstengáis de lo sacrificado a los ídolos (eidolothuto), de sangre (cf. Lev 17:10-14), de lo estrangulado y de fornicación. Si os guardáis de estas cosas, haréis bien. Estad fuerte.”)

-Codex Sinaticus, folio 308b.

Notablemente, estas prohibiciones del libro de Hechos coinciden parcialmente con las coránicas, aunque omiten específicamente la referencia al cerdo.

Siguiendo la hipótesis de Luxenberg, podríamos reconstruir un posible texto siríaco-arameo que Muhammad pudiera haber conocido, que combinara estas prohibiciones judeo-cristianas con la tradicional prohibición judía del cerdo (Vaicrá / Levítico 11:7-8) así como la prohibición del cerdo para no-judíos del Midrash del amoraita R’ Tanjuma bar Aba (siglo IV), en la que la dimensión escatológica de la prohibición del cerdo para no-judíos, según se expresa en el Midrash Tanjuma Buber, Shmini 14:1 que señala:

את המגל ואת השפן ואת הארנבת ואת החזיר (ויקרא יא ד ה ו ז), את הגמל, זו מלכות בבל, שנאמר בת בבל השדודה [אשרי שישלם לך את גמולך שגמלת לנו] (תהלים קלז ח), את ארנבת, זו מלכות מדי, שנאמר ויבקש המן להשמיד וגו' (אסתר ג ו), את השפן זו יון שהשפילה את התורה מפי הנביאים, ואת החזיר זו מלכות אדום הרשעה, שנאמר יכרסמנה חזיר מיער (תהלים פ יד), למה נמשלה לחזיר שעתיד הקב"ה להחזיר עליה את מדת הדין, כיצד לעתיד לבא הקבה מוציא כרוז כל מי שעסק בתורה יבא ויטול כרו, ואף הגוים אומרים תן לנו שכרינו שאף אנו עשינו מצוה פלונית, אמר הקב"ה כל מי שלא אכל שקצים ורמשים יבא ויטול שכרו, באותה שעה הם נוטלין איפופסין שלהן, שנאמר אוכלי בשר החזיר והשקץ והעכבר יחדו יספו נאם ה' (ישעיה סו יז). 

((Levítico 11:4-7): 'Pero no comeréis de los siguientes... el camello... el conejo... la liebre... y el cerdo'. El camello (raíz: GML) representa el reino de Babilonia, como está escrito (en Salmos 137:8): 'Hija de Babilonia, la devastada, bienaventurado el que te dé el pago [raíz: GML] con que nos pagaste [raíz: GML]'. La liebre representa el reino de Media, como está escrito (en Ester 3:6): 'Y Hamán buscó destruir a todos los judíos...'. El conejo alude a Grecia, porque humilló la Torá de boca de los profetas. Y el cerdo representa el malvado reino de Edom (es decir, Roma), como está escrito (en Salmos 80:14 [13]): 'El jabalí del bosque la devora' (es decir, a Jerusalén).

¿Por qué se compara con el cerdo (raíz: HZR)? Porque el Santo, bendito sea, va a hacerle volver (raíz: HZR) con estricto juicio. ¿Cómo? En el mundo venidero, el Santo, bendito sea, emitirá una proclamación: 'Todo aquel que se haya ocupado de la Torá, que venga y reciba su recompensa'. Entonces también los gentiles (goim) dirán: 'Danos nuestra recompensa, porque también nosotros hemos cumplido tal y cual precepto'. El Santo, sin embargo, ha dicho: 'Todo aquel que no haya comido criaturas abominables y reptiles, que venga y reciba su recompensa'. En ese momento, ellos recibirán su sentencia [en griego: apophasis], como está escrito (en Isaías 66:17): 'Los que comen carne de cerdo, cosas abominables y ratones, todos a una serán consumidos, dice el Eterno'.)

Y en el Midrash Agadah sobre Vaicra 11:4:1:

אך את זה לא תאכלו וגו', את הגמל, ואת השפן, ואת הארנבת, ואת החזיר.  את הגמל זו בבל, שנאמר בת בבל השדודה [אשרי שישלם לך את גמולך שגמלת לנו (תהלים קל"ז ח')]. את הארנבת, זו מלכות מדי, שעשתה את ישראל פאה וביכורים, שנאמר להרוג ולאד את כל היהודים (אסתר ג יג). ואת השפן, זו מלכות יון, שהשפילה התורה מפי ישראל, שנאמר הנה ימים באים נאם ה' וגו', ונעו מים (ועד) [עד] ים וגו' (עמוס ח יא יב). ואת החזיר, זו אדום הרשעה, שנמשלה לחזיר, שנאמר יכרסמנה חזיר מיער (תהלים פ' יד), ולמה נמשלה לחזיר, שעתיד הקב"ה להחזיר עליה מדת הדין, והאיך לעתיד לבוא הקב"ה מוציא כרוז כל מי שעה מצוה פלונית יבוא ויטול שכרה, ואף הגוים באים ליום הדין, ואומרים תן לנו שכרינו, שאף אנו עשינו מצוה פלונית, אמר הקב"ה איזה מצוה עשיתם, והם שותקים, באותה שעה אמר הקב"ה כל מי שלא אכל בשר החזיר השקץ והעכבר ורמשים יבוא ויטול שכרו, באותה שעה מתקבצין כל הגוים, והקב"ה מענישם, שנאמר אוכלי בשר החזיר השקץ והעכבר יחדיו יספו נאם ה' (ישעי' סו יז):


(Pero esto no comeréis, etc.: el camello, el conejo, la liebre y el cerdo. El camello representa a Babilonia, como está escrito: 'Hija de Babilonia, la devastada, dichoso el que te dé tu merecido por lo que nos has hecho' (Salmos 137:8).

La liebre representa al reino de Media, que hizo de Israel 'esquinas del campo y primicias', como está escrito: 'para matar y destruir a todos los judíos' (Ester 3:13).

El conejo representa al reino de Grecia, que humilló la Torá de boca de Israel, como está escrito: 'He aquí vienen días, dice el Eterno, etc., y vagarán de mar a mar, etc.' (Amós 8:11-12).

Y el cerdo representa a la malvada Edom, que es comparada con un cerdo, como está escrito: 'La devora el jabalí del bosque' (Salmos 80:14). ¿Y por qué es comparada con un cerdo? Porque en el futuro el Santo, bendito sea, hará volver sobre ella la medida de la justicia. ¿Y cómo? En el futuro, el Santo, bendito sea, emitirá una proclamación: 'Todo aquel que haya cumplido tal precepto, que venga y reciba su recompensa'. Y también los gentiles vendrán al día del juicio y dirán: 'Danos nuestra recompensa, porque también nosotros hemos cumplido tal precepto'. El Santo, bendito sea, les dirá: '¿Qué precepto habéis cumplido?' Y ellos callarán. En ese momento, el Santo, bendito sea, dirá: 'Todo aquel que no haya comido carne de cerdo, cosas repugnantes, ratones y reptiles, que venga y reciba su recompensa'. En ese momento se reunirán todos los gentiles, y el Santo, bendito sea, los castigará, como está escrito: 'Los que comen carne de cerdo, cosas abominables y ratones, todos a una serán consumidos, dice el Eterno' (Isaías 66:17).

Esto revela un interesante aspecto de la tradición rabínica que merece profunda consideración. Este midrash sugiere que la abstención de comer cerdo constituye una observancia religiosa significativa incluso para los gentiles, quienes recibirán recompensa divina por ello en la era mesiánica.

Lo verdaderamente notable de este panorama es que actualmente son los musulmanes quienes observan estrictamente esta prohibición, adhiriéndose más fielmente a lo que el Midrash Buber el y el Midrash Agadah sobre Vaicra 11 de tradición alepina establece para los gentiles justos, mientras que las autoridades rabínicas modernas generalmente permiten a los Benei Noaj (gentiles observantes de las Siete Leyes de Noaj) el consumo de cerdo, en aparente contradicción con la visión escatológica de dicho Midrash. Esta situación no solo plantea interrogantes profundos sobre las transformaciones históricas de la tradición judía y su influencia en el desarrollo del islam, sino que también indica una continuidad textual y conceptual que trasciende las fronteras religiosas convencionales.

Por tanto, el hipotético texto judeo-cristiano que habría circulado entre las comunidades cristianas de habla aramea habría tenido aproximadamente esta formulación:

ܕܐܣܝܪ ܠܟܘܢ ܐܠܐ ܡܝܬܐ ܘܕܡܐ ܘܒܣܪ ܕܚܙܝܪܐ ܘܡܐ ܕܐܬܕܒܚ ܠܛܥܘܬܐ، ܘܡܐܢ ܕܐܬܐܢܣ، ܠܐ ܒܨܒܝܐ، ܠܐ ܒܡܥܒܪ ܦܘܡܐ، ܠܝܬ ܥܠܘܗܝ ܚܘܒܐ، ܐܪܝ ܐܠܗܐ ܚܢܢܐ ܘܪܚܡܢܐ

דְּאִסִיר לְכוֹן אֶלָא מִיתָא וַדְמָא וּבְסַר דְחֲזִירָא וּמָא דְּאִתְדְּבַח לְטָעֲוָתָא, וּמָאן דְּאִתְאֱנַס, לָא בְּצַבְיָא, לָא בְּמַעֲבַר פּוּמָא, לֵית עֲלוֹהִי חוֹבָא, אֲרֵי אֲלָהָא חַנָּנָא וְרַחֲמָנָא¹

(Traducción: Se os ha prohibido solamente lo mortecino, la sangre, la carne de cerdo y lo que se sacrifica a los ídolos. Pero quien se vea obligado, sin deseo ni intención de transgredir, no hay pecado sobre él, pues Dios es clemente y misericordioso.)

Este texto representa una interpretación o adaptación cristiana oriental que combina las prohibiciones alimentarias fundamentales con una cláusula de exención por necesidad. La formulación muestra características propias del arameo galileo tardío con influencias del siríaco, utilizando vocabulario y estructuras gramaticales que habrían sido comunes en los textos religiosos de la región sirio-palestina durante los siglos VI-VII.

La primera parte establece las cuatro prohibiciones alimentarias centrales: lo mortecino, la sangre, la carne de cerdo y lo sacrificado a los ídolos. La segunda parte añade una importante cláusula de exención que encontramos también reflejada en el Corán: “pero quien se vea obligado [a consumir lo prohibido], sin deseo ni intención de transgredir, no hay pecado sobre él, pues Dios es clemente y misericordioso.

Esta reconstrucción hipotética representa un eslabón textual que explica la transición desde las prohibiciones mencionadas en Hechos 15 hasta la formulación coránica, conservando elementos específicamente judíos como la prohibición del cerdo, que fue minimizada en la tradición paulina dominante.

Esta hipótesis encuentra respaldo adicional en el Tathbit, texto descubierto y analizado por los profesores Shlomo Pines y S.M. Stern, quienes lo identificaron como un material cripto judeo-cristiano preservado en un trabajo musulmán. El Tathbit de Abd Al-Jabbar proporciona un testimonio valioso sobre la evolución del cristianismo primitivo respecto a las prohibiciones alimentarias judías, particularmente la del cerdo. Según este texto:

De acuerdo con el texto del Tathbit, la perspectiva judeocristiana sobre la prohibición de consumir carne de cerdo revela una compleja evolución en el cristianismo primitivo (los al-Nasaraa). El relato presenta una divergencia significativa respecto a la narrativa tradicional contenida en el Libro de los Hechos de los Apóstoles 15:1 (Afraxis en árabe):


وَمَا زَالَ أَصْحَابُهُ بَعْدَهُ عَلَى ذَلِكَ، وَكَذَلِكَ الَّذِينَ بَعْدَ الْقَرْنِ الْأَوَّلِ مِنْ أَصْحَابِهِ ، ثُمَّ مِنْ بَعْدِهِمْ بِالدَّهْرِ الطَّوِيلِ ، ثُمَّ أَخَذُوا فِي التَّغْبِيرِ وَالتَّبْدِيلِ، وَالْبِدَعِ فِي الدِّينِ، وَطَلَبِ الرِّئَاسَةِ، وَالتَّقَرُّبِ إِلَى النَّاسِ بِمَا يَهْوَوْنَ ، وَمُكَايَدَةِ الْيَهُودِ وَشِفَاءِ الْغَيْظِ مِنْهُمْ، وَإِنْ كَانَ فِيهِ تَرْكُ الدِّينِ . وَهَذَا بَيْنَ فِي الأَنَاجِيلِ الَّتِي مَعَهُمْ وَإِلَيْهَا يَرْجِعُونَ ، وَفِي كِتَابِهِمِ الْمَعْرُوفِ « كِتَابِ أَفْرَا سكس » .

فَإِنَّ فِيهِ أَنَّ قَوْمًا مِنَ النَّصَارَى خَرَجُوا مِنْ بَيْتِ الْمَقْدِسِ ، وَأَتَوْا " أَنْطَاكِيَةَ وَغَيْرَهَا مِنَ الشَّامِ . فَدَعَوْا النَّاسَ إِلَى سُنَّةِ التَّوْرَاةِ، وَإِلَى تَحْرِيمِ ذَبَائِحِ مَنْ لَيْسَ مِنْ أَهْلِهَا ، وَإِلَى الْخِتَانِ، وَإِلَى إِقَامَةِ السَّبْتِ، وَإِلَى تَحْرِيمِ الْخِنْزِيرِ ، وَإِلَى مَا حَرَّمَتُهُ التَّوْرَاةُ . وَإِنَّ ذَلِكَ شَقَّ عَلَى الْأُمَمِ . وَاسْتَلْقُلُوهُ . فَاجْتَمَعَ النَّصَارَى بَيْتِ الْمُقْدِسِ ، وَتَشَاوَرُوا فِيمَا يَحْتَالُونَ بِهِ عَلَى الأُمَمِ لِيُجِيبُوهُمْ وَيُطِيعُوهُمْ . " فَأَوْجَبَ رَأَيُّهُمْ مُدَاخَلَةَ الْأُمَمِ وَالتَّخْصَ لَهُمْ، وَالإِنْحِطَاطَ فِي أَهْوَائِهِمْ، وَتَرْكَ مُخَالَفَتِهِمْ، وَالاخْتِلَاطَ بِهِمْ ، وَالْأَكُلَ مِنْ ذَبَائِحِهِمْ، وَالتَّخَلَّقَ بِأَخْلَاقِهِمْ، وَتَصْوِيبَهُمْ فِيمَا هُمُ عَلَيْهِ ، وَأَنْشَأُوا فِي ذَلِكَ كِتَابًا

וְהָיָה תַּלְמִידָיו אַחֲרָיו עַל זֶה, וְכָךְ הָיָה אַחַר הַדּוֹר הָרִאשׁוֹן שֶׁל תַּלְמִידָיו, וְאַחֲרֵי כֵן לְאֶרֶךְ זְמַן, וְאָז הֵחֵלּוּ לְשַׁנּוֹת וּלְהַחֲלִיף, וּלְחַדֵּשׁ בַּדָּת, וּלְבַקֵּשׁ הַהֶגֶמוֹנְיָה, וּלְקָרֵב אֶת הָעַמִּים לְפִי תַּאֲוָתָם, וּלְהָתֶל בַּיְּהוּדִים וּלְרַפֵּא אֶת זַעֲמָם עָלֵיהֶם, אֲפִילוּ אִם זֶה יָבִיא לַעֲזִיבַת הַדָּת. וְזֶה בָּרוּר בַּבְּשׂוֹרוֹת שֶׁיֵּשׁ לָהֶם וְאֵלֶיהָ הֵם חוֹזְרִים, וּבְסִפְרָם הַיָּדוּעַ "ספר המעשים".

כִּי בּוֹ נֶאֱמַר שֶׁאֲנָשִׁים מִן הַנּוֹצְרִים יָצְאוּ מִבֵּית הַמִּקְדָּשׁ וּבָאוּ לְאַנְטִיּוֹכְיָה וּלְמְקוֹמוֹת אֲחֵרִים בַּשָּׁרוֹן. וְקָרְאוּ לָעַם לִשְׁמוֹר עַל מִצְוַת הַתּוֹרָה, וְלֶאֱסוֹר אֶת זְבָחֵי מִי שֶׁאֵינוֹ מֵעַמָּם, וְלַהִּמּוֹל, וּלְקַיֵּים אֶת הַשַּׁבָּת, וּלֶאֱסוֹר אֶת הַחֲזִיר, וְאֶת כָּל אֲשֶׁר אָסְרָה הַתּוֹרָה. וְהַדָּבָר הָיָה כָּבֵד עַל הָעַמִּים וְלֹא הִסְכִּימוּ לְכָךְ. וְאָז נֶאֶסְפוּ הַנּוֹצְרִים בְּבֵית הַמִּקְדָּשׁ וְנִמְלְכוּ בִּדְרָכִים שֶׁבָּהֶם יָכְלוּ לְהוֹנוֹת אֶת הָעַמִּים לְהַסְכִּים לָהֶם וּלְצַיַּת לָהֶם. "וְדַעְתָּם הָיָה לִפְתּוֹת אֶת הָעַמִּים וּלְהַסְפִּיק לָהֶם, וּלְרֶדֶת לְתַאֲוָתָם, וְלֹא לְהִתְנַגֵּד לָהֶם, וּלְהִתְעָרֵב בָּהֶם, וּלֶאֱכוֹל מִזִּבְחֵיהֶם, וּלְהִתְנַהֵג כְּמִנְהָגֵיהֶם וּלְהַצְדִּיק אוֹתָם בְּמַה שֶּׁהֵם נוֹהֲגִים, וְכָתְבוּ עַל כָּךְ סֵפֶר.

“Y sus compañeros (de Yeshú) siguieron con eso después de él, al igual que aquellos que vinieron después de la primera generación de sus compañeros. Luego, con el transcurso del largo tiempo, comenzaron a adulterar y cambiar, e innovar en la religión (judía), buscando el liderazgo y complacer a la gente con lo que deseaban, tramando contra los judíos y vengándose de ellos, aunque eso implicara abandonar la religión. Esto es evidente en los Evangelios que tienen y en los que se basan, y en su conocido libro llamado "El Libro de los Hechos" (Sefer HaMa’asim).

Porque en él se menciona que un grupo de cristianos (al-Nasaraa) salió de Jerusalén (Bait alMaqdis / Bet HaMikdash) y vino a Antioquía y otras partes de Siria (Al-Sham). Llamaron a la gente a seguir la Toráh (sunat al-Tawrati) y a prohibir los sacrificios de quienes no eran de su pueblo, a la circuncisión, a observar el shabat, a prohibir el cerdo y a lo que la Toráh prohíbe. Esto resultó difícil para las naciones paganas y lo consideraron pesado. Entonces los cristianos de Jerusalén se reunieron y consultaron sobre qué ardid emplear con las naciones paganas para que les obedecieran y les siguieran. Su opinión fue concordar con las naciones paganas y complacerlas, descendiendo a sus deseos, sin oponérseles, mezclándose con ellos (con los paganos), comiendo de sus sacrificios, adoptando sus costumbres, aprobando lo que practicaban. Y sobre esto escribieron un libro.”

-Gabriel Said Reynolds & Samir Khalil Samir. (2010). Abd al-Jabbar, Critique of Christian Origins. USA: B.Y.U.P. III: 29-36. pp.89-90.

Lo extraordinario de este testimonio es que presenta una versión alternativa del episodio narrado en Hechos 15, ofreciendo una perspectiva judeo-cristiana que contrasta marcadamente con la versión canónica. Mientras que en Hechos 15:28-29 las restricciones para los gentiles conversos incluyen abstenerse de “lo sacrificado a los ídolos (eidolothuto), de sangre, de lo estrangulado y de fornicación”, notablemente ausente está la prohibición específica del cerdo. Más significativo aún resulta la versión de Pablo de Tarso en Gálatas 2:9-10, donde la  prohibición de la inmoralidad sexual (porneia), la omisión de la carta apostólica, y el debate sobre la circuncisión, y las restricciones alimenticias desaparecen por completo, siendo reemplazadas simplemente por la exhortación a “acordarnos de los pobres”.

Una comparación filológica entre el testimonio del Tathbit y los cuatro pasajes coránicos que contienen la prohibición del cerdo revela paralelismos estructurales y conceptuales sorprendentes. Examinemos cada uno de estos pasajes:

En la Sura 2:172-174, el Corán establece:

(٢:١٧٢) يَٰٓأَيُّهَا ٱلَّذِينَ ءَامَنُوا۟ كُلُوا۟ مِن طَيِّبَٰتِ مَا رَزَقْنَٰكُمْ وَٱشْكُرُوا۟ لِلَّهِ إِن كُنتُمْ إِيَّاهُ تَعْبُدُونَ (٢:١٧٣) إِنَّمَا حَرَّمَ عَلَيْكُمُ ٱلْمَيْتَةَ وَٱلدَّمَ وَلَحْمَ ٱلْخِنزِيرِ وَمَآ أُهِلَّ بِهِۦ لِغَيْرِ ٱللَّهِ ۖ فَمَنِ ٱضْطُرَّ غَيْرَ بَاغٍۢ وَلَا عَادٍۢ فَلَآ إِثْمَ عَلَيْهِ ۚ إِنَّ ٱللَّهَ غَفُورٌۭ رَّحِيمٌ (٢:١٧٤) إِنَّ ٱلَّذِينَ يَكْتُمُونَ مَآ أَنزَلَ ٱللَّهُ مِنَ ٱلْكِتَٰبِ وَيَشْتَرُونَ بِهِۦ ثَمَنًۭا قَلِيلًا ۙ أُو۟لَٰٓئِكَ مَا يَأْكُلُونَ فِى بُطُونِهِمْ إِلَّا ٱلنَّارَ وَلَا يُكَلِّمُهُمُ ٱللَّهُ يَوْمَ ٱلْقِيَٰمَةِ وَلَا يُزَكِّيهِمْ وَلَهُمْ عَذَابٌ أَلِيمٌ

¡Oh, creyentes! Comed de las cosas buenas que os hemos proveído, y agradeced a Alah, si es a Él a quien adoráis. Os ha prohibido sólo la carne del animal muerto, la sangre, la carne de cerdo y lo que se sacrifica en nombre de otro que Alah. Pero quien se vea obligado [a ingerirlos] por necesidad, sin deseo y sin excederse, no cometerá pecado. Ciertamente Alah es Absolvedor, Misericordioso. Quienes ocultan lo que Allah ha revelado del Libro y lo venden a vil precio, sólo fuego ingieren en sus entrañas. Alah no les hablará el Día de la Resurrección ni les purificará, y tendrán un castigo doloroso."

El análisis filológico comparativo entre este pasaje coránico y el texto del Tathbit revela correspondencias estructurales y terminológicas significativas que sugieren una influencia judeo-cristiana en la formulación de las prohibiciones alimenticias islámicas.

En primer lugar, la formulación coránica del versículo 172 comienza con una exhortación a consumir alimentos lícitos (طَيِّبَٰتِ / tayibat), concepto que en el judaísmo sería el equivalente a la alimentación kosher. Sin embargo, lo que sigue inmediatamente en el versículo 173 no es el extenso catálogo de prohibiciones alimenticias que encontramos en la Torá, sino una lista extremadamente limitada.

La terminología utilizada en el Corán para “carne de cerdo” (لَحْمَ الْخِنْزِيرِ / lahm al-jinzir) podría derivar directamente del arameo “bsar d'hazira” (בְּסַר דְחֲזִירָא), evidenciando la transmisión de conceptos judeo-cristianos a través del siríaco-arameo como propone Luxenberg. Esta formulación presenta un notable paralelismo con la descripción del Tathbit sobre las prácticas judeo-cristianas que incluían explícitamente “prohibir el cerdo” (تَحْرِيمِ الْخِنْزِيرِ / tahrim al-jinzir).

Esta estructura argumentativa es llamativamente similar a la resolución de los apóstoles en Hechos 15:28-29, donde se establece un número reducido de prohibiciones esenciales. Por tanto, esto no está inspirado en las prohibiciones alimenticias exhaustivas de la Torá que aparecen en Vaikrá / Levítico 11:7-8:

וְאֶת-הַחֲזִיר כִּי-מַפְרִיס פַּרְסָה הוּא וְשֹׁסַע שֶׁסַע פַּרְסָה וְהוּא גֵּרָה לֹא-יִגָּר טָמֵא הוּא לָכֶם. מִבְּשָׂרָם לֹא תֹאכֵלוּ וּבְנִבְלָתָם לֹא תִגָּעוּ טְמֵאִים הֵם לָכֶם

“Y al cerdo, porque tiene pezuñas hendidas y partidas pero no rumia, lo tendréis por inmundo. De su carne no comeréis ni tocaréis sus cuerpos muertos; los tendréis por inmundos.”

Como confirma el Tafsir de Rasag (Saadia Gaon):

ואלכ̇נזיר פאנה מט̇לף בט̇לף וט̇לפה מפרק תפריקא והו אגתרארא לא יג̇תר מחרם הו לכם מן לחומהא לא תאכלו ובנבאילהא לא תדנו כד̇אך הי נג̇סה לכם (والخنزير فإنه مظلف بظلف وظلفه مفرق تفريقا وهو اجترارا لا يجتر محرم هو لكم من لحومها لا تأكلوا وبنبائلها لا تدنو كذاك هي نجسة لكم)

La prohibición coránica está claramente inspirada en el libro de los Hechos y no en la extensa lista de prohibiciones alimenticias de la Torá. El Tathbit documenta explícitamente cómo los primeros cristianos que salieron de Jerusalén “llamaron a la gente a seguir la Toráh (sunat al-Tawrati) y a prohibir los sacrificios de quienes no eran de su pueblo, a la circuncisión, a observar el shabat, a prohibir el cerdo y a lo que la Toráh prohíbe”. Sin embargo, cuando esto resultó difícil para los gentiles, optaron por una versión simplificada de estas restricciones, exactamente como se refleja en Hechos 15 y, sorprendentemente, en la Sura 2:173.

Además, el versículo 174 contiene una acusación contra quienes “ocultan lo que Alah ha revelado del Libro”, lo que, como señala Reynolds, continúa un “tono antijudío” acusando a los judíos de ocultar la verdad sobre la revelación divina. Esta acusación de ocultación no estaría relacionada con la Torá Escrita, que sólo prohíbe el consumo de ciertos animales a los judíos (Israel) pero es permisible a los no-judíos, sino con interpretaciones de la Torá Oral, en especial con el Midrash Tanjuma Buber Shmini 14:1 que sugiere que la prohibición del cerdo y otros animales no-kosher podría extenderse también a los no-judíos:

'את המגל ואת השפן ואת הארנבת ואת החזיר (ויקרא יא ד ה ו ז)... לעתיד לבא הקבה מוציא כרוז כל מי שעסק בתורה יבא ויטול כרו, ואף הגוים אומרים תן לנו שכרינו שאף אנו עשינו מצוה פלונית, אמר הקב"ה כל מי שלא אכל שקצים ורמשים יבא ויטול שכרו'

('El camello, el conejo de las rocas, la liebre y el cerdo [Levítico 11:4-7]... En el futuro, el Santo, bendito sea, emitirá una proclamación: Todo aquel que haya estudiado la Torá, que venga y reciba su recompensa. Y también los gentiles dirán: Danos nuestra recompensa, pues también nosotros cumplimos ciertos preceptos. Dirá el Santo, bendito sea: Todo aquel que no haya comido animales inmundos y reptiles, que venga y reciba su recompensa').*

Esta secuencia tripartita en la Sura 2:172-174 (exhortación a consumir lo permitido → enumeración de prohibiciones limitadas → crítica a quienes ocultan la verdad) refleja precisamente la estructura argumentativa que el Tathbit atribuye a los primeros cristianos que intentaban moderar las restricciones de la ley mosaica para hacerlas más aceptables a los gentiles, pero al mismo tiempo manteniendo ciertos principios básicos, entre ellos la prohibición del cerdo, que según el Midrash Tanjuma tendría relevancia incluso para los no-judíos.

La evidencia textual y filológica sugiere contundentemente que estas prohibiciones coránicas no surgieron de manera aislada, sino que reflejan una tradición judeo-cristiana previamente establecida, documentada tanto en el Tathbit con su versión judeo-cristiana de Hechos 15, así como en el libro de Hechos griego, donde las restricciones dietéticas fueron deliberadamente limitadas como parte de una estrategia misionera adaptada para facilitar la conversión de los gentiles.

La Sura 5:3, repite la misma estructura prohibitiva:

حُرِّمَتْ عَلَيْكُمُ الْمَيْتَةُ وَالدَّمُ وَلَحْمُ الْخِنْزِيرِ وَمَا أُهِلَّ لِغَيْرِ اللَّهِ بِهِ

Se os ha prohibido la carne del animal muerto, la sangre, la carne de cerdo, lo que se sacrifica bajo la invocación de otro que Alah” 

Esta reiteración casi idéntica sugiere una fuente textual establecida a la que Muhammad tenía acceso, posiblemente un texto judeo-cristiano en siríaco-arameo que preservaba la prohibición específica del cerdo junto con otras restricciones dietéticas judías.

El tercer pasaje, en la Sura 6:145, elabora: 

لَا أَجِدُ فِي مَا أُوحِيَ إِلَيَّ مُحَرَّمًا عَلَىٰ طَاعِمٍ يَطْعَمُهُ إِلَّا أَن يَكُونَ مَيْتَةً أَوْ دَمًا مَّسْفُوحًا أَوْ لَحْمَ خِنزِيرٍ فَإِنَّهُ رِجْسٌ أَوْ فِسْقًا أُهِلَّ لِغَيْرِ اللَّهِ بِهِ

No encuentro en lo que me ha sido revelado ninguna prohibición de comer de todo ello para nadie, excepto si se trata de animal muerto, o sangre derramada, o carne de cerdo, pues es una impureza; o una perversidad, al haber sido sacrificado en nombre de otro que Alah”. 

Aquí, el Corán califica específicamente la carne de cerdo como “rijs” (رِجْسٌ), término que denota impureza ritual, concepto central en las leyes de pureza judías (טומאה/tumah). Esta calificación refuerza la conexión con la tradición halájica judía preservada en círculos judeo-cristianos como los descritos en el Tathbit.

Finalmente, en la Sura 16:115, se reitera: 

إِنَّمَا حَرَّمَ عَلَيْكُمُ الْمَيْتَةَ وَالدَّمَ وَلَحْمَ الْخِنزِيرِ وَمَا أُهِلَّ لِغَيْرِ اللَّهِ بِهِ

Os ha prohibido la carne mortecina, la sangre, la carne de cerdo y lo que haya sido sacrificado en nombre de otro que Alah”. 

La consistencia en la secuencia y formulación de estas prohibiciones en los cuatro pasajes coránicos sugiere la fidelidad a una fuente doctrinal establecida.

La comparación filológica revela que la estructura cuatripartita de las prohibiciones coránicas—  حُرِّمَتْ عَلَيْكُمُ الْمَيْتَةَ وَالدَّمَ وَلَحْمَ الْخِنْزِيرِ وَمَا أُهِلَّ بِهِ لِغَيْرِ اللَّهِ  animal muerto, sangre, carne de cerdo, sacrificado a otros que Di’s —parece fusionar algunos elementos de las restricciones noájidas para gentiles con la específica prohibición judía del cerdo. Es aquí donde el Tathbit proporciona el eslabón perdido al documentar la existencia de comunidades judeo-cristianas que mantenían precisamente esta combinación: habían considerado que a los conversos gentiles observar no sólo las restricciones mínimas mencionadas en Hechos 15 griego, sino también específicamente “prohibir el cerdo” (תַּחְרִים הַחֲזִיר / tahrim al-jinzir).

Particularmente significativa es la reconstrucción siríaco-aramea que, siguiendo la metodología de Luxenberg, nos permite proponer un texto original que habría sido accesible a Muhammad del Libro de los Hechos en arameo-siriaco (alejado de la Peshitta) en el contexto lingüístico del siglo VII:

ܕܐܣܝܪ ܠܟܘܢ ܐܠܐ ܡܝܬܐ ܘܕܡܐ ܘܒܣܪ ܕܚܙܝܪܐ ܘܡܐ ܕܐܬܕܒܚ ܠܛܥܘܬܐ

דְּאַסִיר לְכוֹן אֶלָא מִיתָא וְדַמָא וּבְסַר דְּחֲזִירָא וּמָא דְּאֶתְדְּבַח לְטָעוּתָא

(Se os ha prohibido solamente lo mortecino, la sangre, la carne de cerdo y lo que ha sido sacrificado a los ídolos)

Esta formulación segunda formulación en siríaco-arameo, que funcionaba como lingua franca religiosa en la región, presenta notables similitudes conceptuales y léxicas con la prohibición específica del cerdo (تَحْرِيمِ الْخِنْزِيرِ / tahrim al-jinzir) mencionada en el Tathbit. La terminología empleada para ‘carne de cerdo’ (ܒܣܪ ܕܚܙܝܪܐ / bsar d'jazira) representa el antecedente directo de la expresión coránica لَحْمَ الْخِنْزِيرِ (lahm al-jinzir), sugiriendo una transmisión textual de preceptos judeo-cristianos hacia las primeras comunidades islámicas. Este hallazgo fortalece la hipótesis de que Muhammad tuvo acceso a una versión judeo-cristiana de las prohibiciones alimentarias, posiblemente derivada de una interpretación alternativa judeo-cristiana de Hechos 15, similar a la del Tathbit, que posteriormente fue traducida y adaptada al árabe en el contexto de la “revelación” coránica.

El documento del Tathbit proporciona evidencia textual de gran valor para esta teoría, ya que describe específicamente cómo ciertos grupos cristianos primitivos (al-Nasaraa’) que salieron de Jerusalén (Bait alMaqdis / Bet HaMikdash) hacia Antioquía y otras regiones de Siria (Al-Sham) llamaban a “لِتَحْرِيمِ الْخِنْزِيرِ” (li-tahrimi al-jinzir - “prohibir el cerdo”), junto con otras prácticas judías como la circuncisión y la observancia del Shabat. Esta formulación árabe del Tathbit muestra una notable coincidencia lingüística con nuestra reconstrucción del texto coránico, sugiriendo un plagio desde el judaísmo, a través de comunidades judeo-cristianas, hasta su incorporación de Muhammad quien lo enseñó como una “revelación” divina dada a él.

El uso del término “sunat al-Tawrati” (سُنَّةِ التَّوْرَاةِ / סוּנַּת אַל-תַּוְרַאתִי) en el Tathbit para referirse a las prácticas de la Toráh que estos judeo-cristianos predicaban es particularmente revelador. El concepto de “sunna” en el islam temprano podría haber derivado precisamente de esta terminología judeo-cristiana que designaba la observancia de preceptos bíblicos, incluyendo las restricciones alimentarias kosher.

La frase del Tathbit llamaron a la gente a seguir la Toráh... y a prohibir el cerdo y a lo que la Toráh prohíbe” encuentra eco directo en la formulación coránica “os ha prohibido... la carne de cerdo”. La terminología árabe “harrama 'alaykum” (حرّم عليكم / חַרַם עַלֵיכֻּם) del Corán refleja la construcción aramea “d'asir lakun” (דְּאִסִיר לְכוֹן) que probablemente figuraba en los textos judeo-cristianos circulantes en la región durante la formación del islam temprano.

Además, el contexto narrativo proporcionado por el Tathbit —la tensión entre mantener preceptos judíos y facilitar la conversión de gentiles—ofrece un marco histórico coherente para entender por qué Muhammad habría enfatizado estas prohibiciones. Si efectivamente tuvo contacto con comunidades judeo-cristianas como las descritas en el Tathbit, que preservaban elementos de la observancia judía rechazados por el cristianismo paulino dominante, entenderíamos por qué el Corán reafirma específicamente la prohibición del cerdo junto con otras restricciones derivadas de la tradición judía de la Torah en Vaicrá y en el Midrash Tanjuma.

En contraste con la narrativa de concesiones y abandono de preceptos descrita en el Tathbit (“comenzaron a adulterar y cambiar, e innovar en la religión... concordar con las naciones paganas y complacerlas”), el Corán presenta sus prohibiciones alimentarias no como una continuidad de la Torah, sino como una restauración de la pureza judeo-cristiana original de la facción de Santiago (Ya’acov ben Pandera). Esta postura surge precisamente como reacción al fenómeno que el Tathbit documenta: la decisión de los líderes judeo-cristianos de flexibilizar las prácticas judías al considerarlas “difíciles” para los conversos gentiles al cristianismo. El posicionamiento coránico sugiere que Muhammad podría haber percibido su revelación como un mensaje correctivo frente a estas desviaciones cristianas, alineándose así con sectores judeo-cristianos que resistían la progresiva helenización promovida por el cristianismo paulino predominante.

La evidencia filológica y textual proporcionada por el Tathbit fortalece así la hipótesis de Luxenberg sobre la influencia judeo-cristiana en la formación del Corán, particularmente en lo relativo a las prohibiciones alimentarias. No estaríamos ante meras coincidencias, sino ante la transmisión documentada de tradiciones textuales y doctrinales a través de comunidades judeo-cristianas que sirvieron de puente entre el judaísmo y el islam naciente.

Sobre este vinculo hemos de considerar la evidencia histórica y arqueológica ofrece sustancial respaldo a esta hipótesis sobre la influencia judeo-cristiana en el surgimiento del Islam. Investigadores como Robert Hoyland en “Seeing Islam as Others Saw It” y Patricia Crone en “Meccan Trade and the Rise of Islam” han documentado meticulosamente la presencia de comunidades judeo-cristianas en la Península Arábiga durante los siglos V y VI. Esta documentación establece no solo su presencia, sino también su activa participación en las dinámicas religiosas y culturales de la región.

Grupos como los nazarenos, y ebionitas, todos minuciosamente descritos por Epifanio en su Panarion (siglo IV), habrían persistido en regiones periféricas del Imperio Bizantino, manteniendo tradiciones sincréticas que el cristianismo paulino dominante rechazaba. Estas comunidades representaban una continuidad viva de interpretaciones tempranas del mensaje de Yeshú, preservando elementos judaicos de corte herético (miniut) que fueron progresivamente eliminados de las corrientes cristianas dominantes.

Irfan Shahid, en su obra “Byzantium and the Arabs in the Fifth Century,” identifica específicamente la presencia de comunidades cristianas con fuertes raíces judías en el sur de Arabia y la región de Hijaz, precisamente donde surgió el islam. Esta ubicación geográfica coincidente resulta particularmente reveladora, pues establece un vínculo espacial concreto entre estas comunidades sincréticas y el entorno donde Muhammad comenzó a recibir sus “revelaciones”.

Las investigaciones de Sidney Griffith en “The Church in the Shadow of the Mosque” (2008) proporcionan evidencia adicional de la persistencia de tradiciones cristianas orientales en Arabia preislámica, incluyendo grupos que mantenían prácticas judías como señas distintivas de identidad religiosa. Este fenómeno de hibridación religiosa demuestra la existencia de un continuo espectro de creencias entre el judaísmo y el cristianismo en la región, desafiando las clasificaciones religiosas rígidas que a menudo se aplican retrospectivamente.

John C. Reeves en su obra “Trajectories in Near Eastern Apocalyptic” señala con precisión que textos apocalípticos judeo-cristianos circulaban ampliamente en la región durante este período, potencialmente influyendo en las concepciones religiosas emergentes, particularmente en sus dimensiones escatológicas. Esta circulación textual proporcionaría un mecanismo específico de transmisión ideológica entre las tradiciones judeo-cristianas y las primeras formulaciones islámicas.

Datos arqueológicos recientes provenientes de excavaciones en Nejran (sur de Arabia Saudita) y Yemen han revelado inscripciones que combinan sistemáticamente simbologías judías y cristianas, datadas entre los siglos IV y VI, lo que refuerza considerablemente la hipótesis de comunidades sincréticas judeo-cristianas establecidas en estas regiones. Estas evidencias materiales corroboran las fuentes textuales y demuestran la integración profunda de elementos religiosos diversos en la cultura visual y ritual de estas comunidades.

François de Blois, en su estudio “Nasrānī and hanīf,” argumenta convincentemente sobre la persistencia de grupos judeo-cristianos en Arabia hasta el surgimiento del islam, que habrían constituido un puente textual y doctrinal crucial entre las tradiciones judías y la emergente religión islámica.

Esta perspectiva histórica adquiere mayor profundidad a la luz del testimonio de Abu-Fath Muhammad Ash-Shahrastani (1076-1153), quien documenta la existencia de los ananitas, una secta judía que, aunque rechazaba las afirmaciones cristológicas sobre Yeshú, lo veneraba como maestro auténtico. Como registra Ash-Shahrastani en Kitab al-Milal wa-an-Nihal (כתאב אלמלל ואלנחל-كتاب الملل والنحل) traducido como ‘El Libro de las Sectas y Credos’ 1:20a:

١- العنانية:

نسبوا إلى رجل يقال له عنان بن داود، رأس الجالوت. يخالفون سائر اليهود في السبت والأعياد، وينهون عن أكل الطير والظباء والسمك والجراد، ويذبحون الحيوان على القفا، ويصدقون عيسى عليه السلام في مواعظه وإشاراته. ويقولون إنه لم يخالف التوراة ألبتة، بل قررها، ودعا الناس إليها، وهو من بني إسرائيل المتعبدين بالتوراة ومن المستجيبين لموسى عليه السلام؛ إلا أنهم لا يقولون بنبوته ورسالته.

ومن هؤلاء من يقول: إن عيسى عليه السلام لم يدع أنه نبي مرسل، وليس من بني إسرائيل، وليس هو صاحب شريعة ناسخة لشريعة موسى عليه السلام، بل هو من أولياء الله المخلصين العارفين بأحكام التوراة. وليس الإنجيل كتاباً إنزل عليه وحياً من الله تعالى، بل هو جمع أحواله من مبدئه إلى كماله، وإنما جمعه أربعة من أصحابه الحواريين فكيف يكون كتاباً منزلاً؟

قالوا: واليهود ظلموه حيث كذبوه أولاً، ولم يعرفوا بعد دعواه، وقتلوه آخراً، ولم يعلموا بعد محله ومغزاه. وقد ورد في التوراة ذكر المشيحا في مواضع كثيرة، وذلك هو المسيح؛ ولكن لم ترد النبوة، ولا الشريعة الناسخة. وورد فارقليط وهو الرجل العالم؛ وكذلك ورد ذكره في الإنجيل؛ فوجب حمله على ما وجد. وعلى من ادعى غير ذلك تحقيقه وحده.

א - העננית:

נקראו על שם איש בשם ענן בן דוד, ראש הגולה. הם חולקים על שאר היהודים בעניין השבת והמועדים, ואוסרים אכילת עופות, צבאים, דגים וארבה, ושוחטים את הבהמות על הערף, ומאמינים בישו בדרשותיו ורמיזותיו. והם אומרים שלא סתר את התורה כלל, אלא אישר אותה וקרא לאנשים לקיימה, והוא מבני ישראל העובדים את התורה והמקבלים את משה רבנו; אך הם אינם מאמינים בנבואתו ובשליחותו.

ומאלה יש האומרים: כי ישו לא טען שהוא נביא שליח, ואינו מבני ישראל, ואינו בעל תורה חדשה המבטלת את תורת משה רבנו, אלא הוא מאוהבי האל הנאמנים היודעים את משפטי התורה. ואין האוונגליון ספר שהורד עליו בהתגלות מהאל יתעלה, אלא הוא אוסף מעשיו מתחילתו עד סופו, וחיברוהו ארבעה מחבריו השליחים, וכיצד יהיה ספר מורד מן השמים?

אמרו: והיהודים עשקוהו כאשר הכחישוהו תחילה, ולא הכירו את טענתו, והרגוהו לבסוף, ולא ידעו את מעמדו וכוונתו. וכבר הוזכר בתורה המשיח במקומות רבים, והוא המשיח; אך לא הוזכרה נבואה, ולא תורה המבטלת. והוזכר הפרקליט והוא האיש החכם; וכן הוזכר בברית החדשה; לכן יש להבינו כפי שנמצא. ועל מי שטוען אחרת להוכיח זאת בעצמו."

התרגום שלי נועד לשמר את המשמעות המקורית של הטקסט הערבי, תוך שימוש בסגנון ובמבנים לשוניים המאפיינים את העברית המשנאית. הטקסט מתאר את כת העננים (הקראים) ואת יחסם לישו ולנצרות, נושא היסטורי מעניין בתולדות היהדות.

(Traducción: 1- Los Ananitas:

Toman su nombre de un hombre llamado Anán ben David1, el Exilarca2. Difieren del resto de los judíos respecto al sábado3 y las festividades4, prohíben el consumo de aves, gacelas, pescado y langostas5, degüellan a los animales por la nuca (contrario al método rabínico de shejitá), y dan crédito a Jesús6 en sus sermones e indicaciones (דרשותיו ורמיזותיו). Afirman que él no contradijo la Toráh [^7] en absoluto (Cf. Mateo 5:17), sino que la confirmó y llamó a la gente a seguirla, y que era uno de los hijos de Israel que practicaban la Toráh y de los que respondieron a Moisés[^8]; sin embargo, no reconocen su profecía ni su misión apostólica.

Entre ellos hay quienes dicen: Jesús no alegó ser un profeta enviado, ni pertenecía a los hijos de Israel, ni fue portador de una ley abrogante[^9] de la ley de Moisés, sino que era uno de los devotos sinceros de Dios conocedores de los preceptos de la Torá. El Evangelio[^10] no es un libro que le fuera revelado por inspiración divina, sino una recopilación de sus circunstancias desde su principio hasta su plenitud, compilado por cuatro de sus compañeros apóstoles[^11], ¿cómo podría ser entonces un libro revelado?

Dicen: Los judíos lo oprimieron cuando primero lo desmintieron, sin haber examinado sus alegaciones, y finalmente lo mataron [por medio del Sanhedrin], sin haber comprendido su posición y propósito. En la Toráh se menciona al Mesías[^12] en muchos lugares, y este es el Cristo[^13]; pero no se menciona la profecía, ni una ley abrogante. Y se menciona al Paráclito[^14], que es el hombre sabio; asimismo se le menciona en el Evangelio (Cf. Juan 14:16, 14:26, 15:26, 16:7); por lo tanto, debe interpretarse según lo que se encuentra. Y quien alegue algo distinto tiene que demostrarlo por sí mismo.)

Notas.

  1. עָנָן בֶּן דָּוִד (Anán ben David) / عنان بن داود (ʿAnān ibn Dāwūd) - Fundador del movimiento caraíta en el siglo VIII. 

  2. רֹאשׁ הַגּוֹלָה (Rosh ha-Golah) / رأس الجالوت (Raʾs al-Jālūt) - Título del líder político de los judíos en Babilonia. 

  3. שַׁבָּת (Shabat) / السبت (as-Sabt) - Día de descanso semanal en el judaísmo, desde el atardecer del viernes hasta la aparición de tres estrellas el sábado. 

  4. מוֹעֲדִים (Moadim) / الأعياد (al-Aʿyād) - Festividades religiosas judías prescritas en la Torá. 

  5. En el texto original se mencionan animales específicos cuyo consumo prohibían: עוֹפוֹת (ofot) / الطير (at-tayr) - aves; צְבָאִים (tzva'im) / الظباء (az-zibāʾ) - gacelas; דָּגִים (dagim) / السمك (as-samak) - pescados; אַרְבֶּה (arbeh) / الجراد (al-jarād) - langostas. 

  6. יֵשׁוּ (Yeshú) / عيسى عليه السلام (ʿĪsā ʿalayhi as-salām) - Jesús de Nazaret, en el texto árabe seguido por la fórmula islámica "la paz sea con él". 

  7. תּוֹרָה (Torá) / التوراة (at-Tawrāh) 

  8. מֹשֶׁה רַבֵּנוּ (Moshé Rabenu) / موسى عليه السلام (Mūsā ʿalayhi as-salām) - Moisés, en el texto hebreo "nuestro maestro Moisés" y en el árabe con la fórmula "la paz sea con él". 

  9. שְׁרִיעָה מְבַטֶּלֶת (Sheri'ah mevattelet) / شريعة ناسخة (sharīʿah nāsikhah) - Ley abrogante, concepto islámico de una revelación que anula la anterior. 

  10. אֵוַנְגֶּלְיוֹן (Evangeliyon) / الإنجيل (al-Injīl) - Evangelio, término que designa las escrituras cristianas sobre la vida y enseñanzas de Yeshú. 

  11. שְׁלִיחִים (Shlihim) / الحواريين (al-jawāriyyīn) - Apóstoles, los discípulos cercanos de Yeshú. 

  12. מָשִׁיחַ (Mashíaj) / المشيحا (al-mashījā) - Término hebreo para el ungido o Mesías esperado en la tradición judía. 

  13. מָשִׁיחַ (Mashíaj) / المسيح (al-masīḥ) - Cristo, término griego equivalente a Mesías (ungido). 

  14. פְּרַקְלִיט (Peraklit) / فارقليط (fāraqlīṭ) - Paráclito, del griego παράκλητος (parákletos), término que aparece en el Evangelio de Juan referido al Espíritu Santo como consolador o defensor. 

Al-Shahrastani, M. (2025). Los Ananitas: Descripción histórica de una secta judía medieval (E. Almani, Trad.). Oraj HaEmet. Cf. Al-Shahrastani, M. (1850). Religionspartheien und Philosophen-Schulen (T. Haarbrücker, Trad.; Vol. 1). C.A. Schwetschke und Sohn. Cf. Al-Shahrastani, M. (1842). Kitāb al-Milal wa-l-Niḥal (W. Cureton, Ed.). Society for the Publication of Oriental Texts.

Esta postura del “judaísmo” ananita reconocimiento parcial hacia Yeshú precisamente prefigura la posición islámica: respeto por Yeshú como maestro legítimo, un Hakim al-Iman fi Shariat Musa" (حكيم الإيمان في شريعة موسى) sin aceptar su divinidad.

Aunque el nombre "ananitas" podría deberse a una confusión con una rama caraíta, la importancia del testimonio radica en la documentación de comunidades judías que mantenían una consideración positiva hacia Yeshú sin incorporarse a estructuras eclesiásticas cristianas. Estas comunidades representarían un precedente directo para la posición islámica sobre Yeshú, quien es venerado en el Corán como profeta pero no como hijo de Dios.

Es significativo que estas comunidades judías en Medina y el Hedjaz desarrollaran una teología que, aunque mantenía fuertes vínculos con el judaísmo tradicional, incorporaba elementos que las distinguían de las corrientes rabínicas dominantes. Su posición “neutral positiva” hacia Yeshú sugiere un entorno religioso más fluido y sincrético de lo que tradicionalmente se reconoce, precisamente el tipo de contexto que podría haber nutrido las tempranas formulaciones teológicas islámicas.

La hipótesis de que estos "ananitas" pudieran ser judíos influenciados por el emergente Islam invierte provocativamente la dirección de influencia generalmente asumida, sugiriendo un intercambio bidireccional entre las tradiciones religiosas de la región. Esta perspectiva más dinámica y compleja del panorama religioso en Arabia durante los siglos VI-VII proporciona un marco interpretativo más robusto para comprender el surgimiento del Islam como parte de un continuo diálogo interreligioso, más que como una ruptura radical con las tradiciones precedentes.

La prohibición del cerdo constituye un ejemplo paradigmático de esta influencia judeo-cristiana en el islam temprano. Como señala agudamente el Comentario de Abarbanel a Yeshayah 66:17, existía en la tradición rabínica una identificación estrecha entre el consumo de cerdo y los cristianos (notzrim):

ועל הנוצרים אמר אוכלי בשר החזיר השקץ והעכב' לפי שאוכלים כל בשר הטמא והטהור יחדו ועל שניהם רוצה לומר הישמעאלים והנוצרים אמר יחדו יסופו ויתמו מן בלהות 

(Traducción: 'Y sobre los cristianos dijo: Los que comen carne de cerdo, lo impuro y lo abominable, porque comen toda carne, la inmunda y la limpia, juntas, y sobre ambos quiere decir, los ismaelitas y los cristianos, dijo: Juntos perecerán y serán consumidos por la plaga.')

Esta identificación cultural podría explicar por qué las comunidades judeo-cristianas que rechazaban la teología paulina habrían insistido especialmente en mantener la prohibición del cerdo como elemento distintivo de su identidad religiosa, diferenciándose así del cristianismo helenizado.

Las instrucciones atribuidas a Ya'acov ben Pandera (Jacobo, hermano de Yeshú) en la tradición judeo-cristiana, que según Jerónimo mantuvo una postura favorable a la observancia de la Torah, sin embargo “transgrede la Torah” (παρανομησάντων), así como aunque con alusiones heréticas e idolátricas como las de abolir los korbanot del Bet HaMikdash (Templo de Jerusalem) (ver. Panarion 30.16.6-7

Ἀναβαθμοὺς δέ τινας καὶ ὐφηγήσεις δῆθεν ἐν τοῖς Ἀναβαθμοῖς Ἰακώβου ὑποτίθενται, ὡς ἐξηγουμένου κατά τε τοῦ ναοῦ καὶ τῶν θυσιῶν, κατά τε τοῦ πυρὸς τοῦ ἐν τῷ θυσιαστηρίῳ καὶ ἄλλα πολλὰ κενοφωνίας ἔμπλεα / סליקין דין ופישרין כביכול בסליקיהון דיעקב, כאלו מפשר הוא על היכלא וקרבנין, על אשא דעל מדבחא וסגיאין אחרנין ריקניא ממלין 

(...Las Ascensiones de Jacobo (Slikehon d’Iacov), como si éste explicara contra el Templo y los sacrificios, contra el fuego del altar y muchas otras cosas…) 

Que por ello fue ejecutado por medio de la pena de lapidación (Flavio Josefo, Antigüedades Judías (libro 20, capítulo 9, sección 1; Pseudo-Clementinas, en los Reconocimientos 1.70), podrían haber perdido influencia en el cristianismo paulino dominante, pero preservado su autoridad en comunidades judeo-cristianas periféricas. El historiador bizantino Sozomeno (siglo V) menciona específicamente cristianos en Arabia que observaban prácticas judías, incluidas estrictas restricciones alimentarias kosher, constituyendo así un testimonio histórico independiente que confirma la existencia de tales comunidades en la región precisamente durante el período formativo preislámico.

La Tathbit al presentar una versión judeo-cristiana de Hechos de los Apóstoles que enfatizara específicamente la prohibición del cerdo entre los gentiles conversos resulta es la evidencia que demuestra que Muhammad tomó parte de la literatura judeo-cristiana de tales comunidades marginales, rechazadas por el judaísmo y el cristianismo, y cuyas opiniones fueron absorbidas en forma de “revelación profética” por Muhammad HaPasul. Este documento, posiblemente circulando en forma aramea-siríaca como propone Luxenberg, habría proporcionado el marco conceptual y textual para las prohibiciones alimentarias posteriormente codificadas en el Corán. La expresión coránica consistente lahm al-jinzir (carne de cerdo) refleja con alta probabilidad una traducción directa del arameo bsar d'hazira, presente en este hipotético pero bien fundamentado documento judeo-cristiano.

El testimonio excepcional del Tathbit de Abd Al-Jabbar, analizado por Shlomo Pines y S.M. Stern, ofrece una confirmación textual directa de esta hipótesis. El Tathbit presenta una versión alternativa del episodio narrado en Hechos 15, desde una perspectiva judeo-cristiana que contrasta marcadamente con la versión canónica. Según este texto, los cristianos primitivos “llamaron a la gente a seguir la Toráh... y a prohibir el cerdo y a lo que la Toráh prohíbe”, proporcionando así el eslabón textual que conecta las tradiciones judías con las prohibiciones coránicas.

Así, vemos cómo las instrucciones atribuidas a Jacobo ben Pandera en Hechos 15, ampliadas en tradiciones judeo-cristianas para incluir específicamente la prohibición del cerdo, perduraron en comunidades religiosas marginales hasta el siglo VI, encontrando finalmente expresión definitiva en el mensaje de Muhammad y su posterior codificación en el Corán. Esta perspectiva filológico-histórica nos permite comprender con mayor profundidad la continuidad entre tradiciones judías, cristianas e islámicas, especialmente en lo referente a prácticas alimentarias, y sugiere convincentemente que el islam temprano preservó elementos judeo-cristianos que habían sido progresivamente rechazados por el cristianismo paulino dominante.

Las implicaciones teológicas y culturales de esta hipótesis, fundamentada en la rigurosa metodología filológica propuesta por Luxenberg y respaldada por evidencia arqueológica, histórica y textual, son profundas para nuestra comprensión tanto del origen del islam como de la evolución del judeo-cristianismo en el Islam. Lejos de representar una ruptura radical con tradiciones anteriores, el islam temprano emerge como un asimilador de corrientes judeo-cristianas marginalizadas, particularmente aquellas que mantenían elementos de la Torah como la prohibición del cerdo. Estas corrientes, sistemáticamente eliminadas del cristianismo dominante, encontraron nueva expresión y vitalidad en la revelación coránica, constituyendo así un fascinante ejemplo de continuidad religiosa a través de canales no ortodoxos.

La dimensión escatológica señalada en el proto-Midrash Tanjuma Buber adquiere así nueva relevancia. La abstención del cerdo como práctica meritoria para los gentiles en la era mesiánica encuentra su realización histórica en la comunidad musulmana, que preserva esta prohibición con mayor fidelidad que las propias comunidades judías contemporáneas respecto a los Benei Noaj. Esta paradójica situación invita a una profunda reconsideración de las interrelaciones históricas entre judaísmo, cristianismo e islam, sugiriendo líneas de continuidad textual y conceptual que trascienden las divisiones confesionales tradicionales.

Conclusión

Basado en el extenso análisis filológico e histórico presentado, podemos concluir que muy probablemente Ya’acov ben Pandera (Jacobo, hermano de Yeshú) conociera una tradición midrásica primitiva, similar al proto-Midrash Buber, que establecía una conexión entre la abstención de la carne de cerdo por parte de los gentiles y la era mesiánica. Esta conclusión se fundamenta en varios aspectos:

Jacobo, como líder de la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén y reconocido por su observancia herética de la Toráh como un min (hereje), habría estado familiarizado con las tradiciones escatológicas judías circulantes durante el período del Segundo Templo. Su posición en Jerusalén le daba acceso a las discusiones rabínicas sobre las expectativas mesiánicas, incluidas aquellas relacionadas con los gentiles "temerosos de Dios".

Según los textos de Flavio Josefo en Antigüedades de los Judíos 20.9.1 y Hegesipo (citado por Eusebio) en Historia Eclesiástica, Libro 2, capítulo 23, Ya'acov ben Pandera (Jacobo, hermano de Yeshú ha-Notzri) fue ejecutado por lapidación alrededor del 62 EC, bajo la acusación de ser "παρανομησάντων" (paranoměsanton - transgresores de la Torah, equivalente al hebreo "poshim" o "ovrei averah"), similar a la condena talmúdica contra Yeshú como "mesit u'madiaj" (seductor y corruptor). Josefo específicamente menciona que Anano

 “παραγαγὼν εἰς αὐτὸ τὸν ἀδελφὸν Ἰησοῦ τοῦ λεγομένου Χριστοῦ, Ἰάκωβος ὄνομα αὐτῷ” (“presentó ante él al hermano de Ieshú, llamado Cristo, de nombre Jacobo”). 

La narrativa de Hegesipo revela que Ya'acov, llamado "ὁ δίκαιος" (ho dikaios - el Justo, haTzadik en hebreo), fue percibido como amenaza por las autoridades del Templo precisamente porque su interpretación herética de la Torah, especialmente respecto a los korbanot (sacrificios), atraía a muchos, incluso "τῶν ἀρχόντων" (ton archonton - de los gobernantes, posiblemente miembros del Sanhedrín o kohanim). Hegesipo relata que los escribas y perushim le pidieron: "ἐπίσχες τὸν λαόν, ἐπεὶ ἐπλανήθη εἰς Ἰησοῦν" (“contén al pueblo, pues se ha extraviado tras Yeshú”). Su libro “Slikehon d'Iacov” (Las Ascensiones de Jacobo-סליקיהון דיעקב) aparentemente contenía enseñanzas “κατά τε τοῦ ναοῦ καὶ τῶν θυσιῶν” (“contra el Templo y los sacrificios”), según menciona el Panarion 30.16.6-7:

Ἀναβαθμοὺς δέ τινας καὶ ὐφηγήσεις δῆθεν ἐν τοῖς Ἀναβαθμοῖς Ἰακώβου ὑποτίθενται, ὡς ἐξηγουμένου κατά τε τοῦ ναοῦ καὶ τῶν θυσιῶν, κατά τε τοῦ πυρὸς τοῦ ἐν τῷ θυσιαστηρίῳ καὶ ἄλλα πολλὰ κενοφωνίας ἔμπλεα / סליקין דין ופישרין כביכול בסליקיהון דיעקב, כאלו מפשר הוא על היכלא וקרבנין, על אשא דעל מדבחא וסגיאין אחרנין ריקניא ממלין 

(...Las Ascensiones de Jacobo (Slikehon d’Iacov), como si éste explicara contra el Templo y los sacrificios, contra el fuego del altar y muchas otras cosas…) 

Esto concuerda con la acusación talmúdica de "min" (hereje) y refuerza la perspectiva de que Ya'acov continuaba la tradición subversiva de su hermano, quien según el Talmud (Sanhedrin 43a) “practicaba la hechicería y desviaba a Israel” (שכישף והסית והדיח את ישראל - “she-kishef ve-hesit ve-hidiaj et Israel”). La ejecución de Ya'acov representa una compleja intersección entre narrativas históricas y procedimientos legales judíos. Aunque fue arrojado desde el “πτερύγιον τοῦ ναοῦ” (pterygion tou naou - pináculo del Templo, posiblemente relacionado con el “gagah shel aliyah” o techo del piso superior mencionado en Mishná Midot 4:5-6, donde dice "שבהן היו עולין לגגה של עליה" - “por los cuales subían al techo del piso superior”), esta ubicación contradice la normativa halájica de Sanhedrín 6:1-4 que requería que las ejecuciones se realizaran "מחוץ למחנה" (fuera del campamento). Esta anomalía procesal sugiere que la muerte de Ya'acov pudo haber sido más un acto de violencia tumultuaria que una ejecución formal, posiblemente facilitada por el vacío de poder romano que Josefo menciona y por la interpretación legal más severa de los saduceos que dominaban el Sanhedrín bajo Ananías ben Ananías. El instrumento de su muerte, un "ξύλον" (xylon), especificado por Hegesipo como "τὸ ξύλον, ἐν ᾧ ἀπεπίεζε τὰ ἱμάτια" ("el palo con que batía los paños"), era un mazo de batanero (βάκλον κναφέως) utilizado en la industria textil, distinto del "עץ" (etz) ritual mencionado en Sanhedrín 45a para las ejecuciones formales. Este detalle sugiere un linchamiento improvisado más que un procedimiento legal, reforzado por la exclamación registrada: "καὶ ἔκραξαν λέγοντες· ὢ ὤ, καὶ ὁ δίκαιος ἐπλανήθη" ("Y gritaron diciendo: '¡Oh, oh! ¡Hasta el justo se ha extraviado!'"). La hostilidad especial contra Ya'acov encuentra paralelo en textos talmúdicos como Avodá Zará 17a, donde Rabí Tarfón declara: "אקפח את בני שאם יבואו לידי שאני אשרוף אותם ואת אזכרותיהן" ("Juro por la vida de mis hijos que si [los libros de los minim] llegaran a mis manos, los quemaría con sus menciones [del Nombre Divino]"), mostrando la severidad con que se trataba a los judeo-cristianos. Su confesión final sobre Yeshú como "καὶ αὐτὸς κάθηται ἐν τῷ οὐρανῷ ἐκ δεξιῶν τῆς μεγάλης δυνάμεως" (“está sentado en el cielo a la diestra del Gran Poder”) confirma su adhesión a la doctrina herética que el judaísmo rabínico rechazaba, explicando por qué la tradición talmúdica posterior silenció su nombre. Como líder de la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén, Ya'acov ben Pandira habría estado atrayendo a gentiles "temerosos de Dios" (yirei Hashem) hacia una interpretación escatológica que incorporaba elementos tradicionales judíos sobre la era mesiánica, pero desviándolos del judaísmo normativo hacia la creencia en Yeshú como Mashiaj, y así haciendo una nueva religión, ya que según la literatura rabínica, los primeros discípulos de Yeshú como Ya'acov de Kefar Sekanya se le consideró como un min (hereje) tal como se lee en Tosefta Hulin 2:24;  Talmud Yerushalmí Shabbat 14:4/14d; Talmud Bavlí Avodah Zarah 27b,  o el min de Kfar Nahum del Midrash Kohelet Rabah 7:26, los minim de Séforis (Tzipori) y los minim de Roma del Sukah 48b y Avodah Zarah 54b-55a, cuyas caracteristicas eran:

  • Tendencias gnósticas judías

  • Cristianismo primitivo (particularmente judeo-cristianismo)

  • Movimientos apocalípticos post-destrucción del Templo

  • Influencias helenísticas y romanas en la religiosidad judía

Ya’acov ben Pandera al ser su líder, fue ejecutado por medio de la pena de lapidación (Flavio Josefo, Antigüedades Judías (libro 20, capítulo 9, sección 1; Pseudo-Clementinas, en los Reconocimientos 1.70)

Las Pseudo-Clementinas, en los Reconocimientos (1.70), también hacen referencia a estos esfuerzos:

"ὅθεν ὁ 'Ιάκωβος ὁ ἀδελφὸς τοῦ κυρίου ἡμῶν ἀκαμάτως ἐπὶ τοῦ λαοῦ ἐκήρυττεν, ὡς εἷς ἐστιν θεὸς παντοκράτωρ, οὗ ὁ υἱὸς ἐφανερώθη ἐν 'Ιησοῦ, ὅς ἐστι Χριστὸς αὐτοῦ."

(“Por lo cual Jacobo, el hermano de nuestro Señor, predicaba incansablemente al pueblo que hay un solo Dios todopoderoso, cuyo Hijo se manifestó en Jesús, quien es su Cristo/Mesías.”)

Estos textos revelan que Ya’acov intentaba persuadir a los perushin (fariseos) y tz’dokim (saduceos) de que Yeshú era el Mashiaj (Mesías), así como la abolición de varias mitzvot concernientes al Bet-HaMikdash y a la Avodat haMikdash. En este contexto herético judeo cristiano, la inclusión de gentiles en la comunidad de creyentes planteaba cuestiones halájicas fundamentales.

La controversia descrita en Hechos 15 sobre las obligaciones de los gentiles conversos refleja precisamente este dilema. Si Ya’acov creía que la era mesiánica había comenzado con su hermano Yeshú, habría sido natural que aplicara tradiciones midrásicas existentes sobre el comportamiento esperado de los gentiles en dicha era. Un proto-Midrash similar al Tanjuma Buber, que estableciera la abstención del cerdo como mérito escatológico para los gentiles, habría proporcionado la base perfecta para incluir esta prohibición entre los requisitos para los conversos notzrim.

Tras la ejecución de Ya’acov por lapidación como “mesit u'madiaj” (seductor e instigador a la idolatría) por parte de los tz’dokim (saduceos), las comunidades judeo-cristianas que seguían su interpretación halájica más estricta habrían preservado estas enseñanzas, incluyendo la prohibición del cerdo para los gentiles conversos a su versión de miniut. Estas comunidades, marginalizadas tanto por el judaísmo rabínico como por el cristianismo paulino dominante en las zonas bizantinas, habrían encontrado refugio en regiones periféricas como Arabia, donde continuaron transmitiendo estas tradiciones judeo-cristianas.

La evidencia textual analizada sugiere fuertemente que Muhammad no recibió una revelación divina del ángel Yibril (Gabriel) sobre las prohibiciones alimentarias mencionadas en las cuatro secciones coránicas estudiadas. En cambio, estas prohibiciones parecen derivar directamente de tradiciones judeo-cristianas preexistentes que preservaban elementos de la interpretación herética halájica de Ya’acov ben Pandera.

El hecho de que el Corán no ofrezca una explicación teológica para estas prohibiciones (en contraste con la detallada justificación que proporciona la Torá para las leyes de kashrut) refuerza esta conclusión. Muhammad habría adoptado estas prohibiciones de las comunidades judeo-cristianas con las que tuvo contacto, incorporándolas a su mensaje religioso sin los fundamentos exegéticos originales.

La preservación casi literal de la fórmula “animal muerto, sangre, carne de cerdo y lo sacrificado a otros que Allah” en los cuatro pasajes coránicos analizados indica una transmisión textual directa, probablemente de un documento judeo-cristiano en siríaco-arameo que circulaba en las comunidades religiosas de Arabia preislámica, muy probablemente un proto-Tathbit. La metodología filológica de Luxenberg, combinada con la evidencia histórica del Tathbit, proporciona un marco coherente para entender esta transmisión.

Esta conclusión presenta una perspectiva histórico-filológica sobre los orígenes de las prohibiciones alimentarias islámicas, argumentando que estas no derivan directamente de la Torah ni constituyen una revelación divina independiente a Muhammad. Más bien, representa una codificación de tradiciones judeo-cristianas heterodoxas, específicamente aquellas asociadas con Ya'acov ben Pandera (Jacobo), quien fue considerado un "min" (hereje) en la tradición judía rabínica y saducea. Según esta interpretación, las prohibiciones respecto al consumo de carne de cerdo y otros alimentos en el Corán no tienen su fundamento en la revelación divina original entregada a Mosheh (Moisés), sino que reflejan la absorción y adaptación de prácticas judeo-cristianas heterodoxas que circulaban en la región durante el período pre-islámico. Esta perspectiva sugiere que el texto coránico, en lugar de representar una comunicación divina directa, incorpora y sistematiza tradiciones religiosas anteriores que ya estaban presentes en las comunidades judeo-cristianas de la Península Arábiga, desafiando así la narrativa tradicional sobre el origen divino e independiente de las prescripciones alimentarias islámicas.


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