Resumen
En Oraj HaEmet hemos descubierto algo muy interesante sobre el lavado de pies mencionado en Juan 13:5. Mientras que en el judaísmo el lavado de pies (rejitzat raglayim en hebreo) era una práctica de purificación conectada con el Templo y la oración diaria, el ritual descrito en el Evangelio de Juan se realizaba de noche y usaba elementos que no eran parte de la tradición judía, sino que eran más parecidos a rituales paganos grecorromanos. Por ejemplo, el uso de una tela especial de lino egipcio (llamada lention en griego) y la forma teatral de realizar el ritual no tienen nada que ver con cómo los judíos practicaban el lavado de pies. Más preocupante aún es que este ritual se presenta como un "mandamiento nuevo", lo cual va en contra de Deuteronomio 4:2 que prohíbe añadir mandamientos a la Torá. Para profundizar en este fascinante tema y entender mejor las evidencias históricas y textuales que sustentan estas conclusiones, los invito a leer el texto detallado que se presenta a continuación:
La semana pasada, Ya’acov Agrella, investigador colaborador en Marruecos y co-administrador en Oraj HaEmet, me consultó sobre una posible conexión intertextual entre los pasajes coránicos al-Nisa’ 4:43 y Al-Ma’idah 5:6 con la literatura rabínica del período tanaítico. Su hipótesis inicial sugería que Muhammad HaPasul había incorporado elementos de la Gemará, específicamente de Talmud Bavlí Berajot 15a. Tras un análisis minucioso de los textos coránicos primitivos, confirmamos paralelismos textuales significativos con Berajot 15a, así como con la Torah en su versión judeo-árabe del Tafsir del RaSa”G (Rab Sa’adia Gaón) tal como evidenciamos a continuación:
Sobre este último pasaje del Corán respecto a la Torah en su Targúm judeo-árabe (el Tafsir del RaSa”G), existe una clara relación filológica entre ambos textos al referirse al acto ritual de lavarse. En primer lugar, la raíz árabe غسل (ghasal/غسل) aparece en ambos textos: como يغسل (yaghsil) en el texto judeoárabe y como فاغسلوا (fa-ghsilū) en el texto coránico, ambos significando “lavar”. También hay una conexión en el uso de ارجل (arjul) para “pies” que aparece en ambos textos: como ارجلهم (arjulahum) en el texto judeoárabe y como وأرجلكم (wa-arjulakum) en el texto coránico. Además, ambos textos comparten el término ماء (mā') para “agua”. Es interesante notar que mientras el texto judeoárabe menciona específicamente las manos y los pies (ايديهم وارجلهم / aydīhim wa-arjulahum), el texto coránico es más específico al delimitar hasta dónde debe llegar el lavado de los pies, añadiendo إلى الكعبين (ilā al-ka'bayn), “hasta los tobillos”.
Sin embargo, el texto coránico y el Tafsir de Sa'adia Gaón presentan contextos rituales distintos que, aunque superficialmente parecen similares por involucrar abluciones, tienen fundamentos y propósitos diferentes.
En el texto coránico de Al-Ma'idah 5:6, se describe el wudu (ablución menor) y el ghusl (ablución mayor), que son rituales de purificación islámica para la oración diaria. El lavado de los pies hasta los tobillos (arjulakum ila al-ka'bayn) forma parte de una secuencia específica de purificación que incluye la cara, manos, cabeza y pies, con la particularidad de que este ritual se realiza cinco veces al día antes de cada oración obligatoria.
Por otro lado, el Tafsir de Sa'adia Gaón sobre Éxodo 30:18-19 se refiere a un ritual específico del servicio sacerdotal en el Tabernáculo (mishkan). El texto describe la fabricación de una pila de bronce (kiyor) destinada exclusivamente para el uso de Aarón y sus hijos, los cohanim (sacerdotes). Este lavado (yirhatzú) de manos y pies era un requisito previo al servicio sacrificial y al ingreso al Tabernáculo, no para la oración común.
Las diferencias fundamentales radican en varios aspectos: primero, el ritual descrito por Sa'adia Gaón era exclusivo para los cohanim, mientras que el wudu coránico es obligatorio para todos los musulmanes. Segundo, el contexto espacial es distinto: el lavado sacerdotal se realizaba en un lugar específico del Tabernáculo usando una pila especialmente consagrada, mientras que el wudu puede realizarse en cualquier lugar con agua limpia. Tercero, la frecuencia y ocasión son diferentes: el ritual sacerdotal se realizaba antes del servicio en el Tabernáculo, mientras que el wudu se realiza antes de cada oración.
Además, la descripción en el Tafsir de Sa'adia Gaón (expresada en judeo-árabe) enfatiza la manufactura y ubicación del recipiente ritual (hawd min nuhas), mientras que el texto coránico se centra en el procedimiento mismo de la ablución y ofrece alternativas como el tayammum cuando no hay agua disponible. Esta diferencia en énfasis refleja propósitos teológicos y prácticos distintos.
Por lo tanto, aunque ambos textos tratan sobre purificación ritual que involucra el lavado de extremidades, representan tradiciones religiosas diferentes con propósitos, contextos y aplicaciones distintivas que no pueden considerarse relacionadas en su origen o intención ritual.
A la luz de los estudios comparativos realizados por Said Reynolds en “The Quran & The Bible”, donde demuestra que numerosas aleyas coránicas incorporaron elementos de diversas tradiciones religiosas como sermones midrashicos, talmúdicos, o secciones de la Torah en árabe (mal citados), así como tradiciones cristiano coptas, así como de evangelios apócrifos siriacos-arameos, o árabes de la época pre-islámica, por lo que resulta relevante examinar la propuesta de Agrella sobre la posible conexión intertextual con el Evangelio de Juan 13:5, donde se describe el acto ritual de Yeshú lavando los pies de sus discípulos (talmidim). Esta perspectiva se fortalece al considerar el análisis de Christoph Luxenberg en “The Syro-Aramaic Reading of the Koran” (2007, pp. 123-125), quien argumenta que el texto coránico, particularmente en sus descripciones rituales, muestra una clara influencia de las tradiciones cristiano-orientales, especialmente en su sustrato lingüístico siríaco-arameo.
La práctica del lavado de pies narrada en Juan, siendo un aparente acto de “humildad” y “purificación”, presenta elementos simbólicos y rituales que, como señala Reynolds, podrían haber influido en la formulación de las prescripciones sobre ablución en Al-Ma'idah 5:6. Esta interpretación se alinea con la tesis de Luxenberg sobre la significativa presencia de terminología y conceptos religiosos cristianos orientales en la composición del texto coránico, reflejando el complejo entramado cultural y religioso de la Arabia pre-islámica.
Mi acercamiento a los textos evangélicos estuvo marcado por las restricciones inherentes a mi formación en la yeshivá, donde la lectura de textos no ortodoxos estaba prohibida. No obstante, durante la década de 1990, observé con preocupación la creciente influencia de grupos misioneros que convertían a miembros de la comunidad judía en adherentes al judaísmo mesiánico o seguidores de Yeshúa. Esta situación demandaba una respuesta académica.
En 1998, durante mi estancia en América (Chicago), adquirí la traducción hebrea del Nuevo Testamento realizada por Franz Delitzsch (Brit HaJadashah), texto ampliamente utilizado por misioneros desde Buenos Aires hasta Nueva York. La lectura inicial provocó una intensa reacción emocional, consciente de estar transgrediendo límites tradicionales, pero reconociendo la necesidad académica de este estudio.
El análisis del pasaje de Juan 13:5 reveló que esta práctica no correspondía a la mitzvah d'rabanan de Netilat Yadaim (lavamiento ritual de manos). Los apologetas mesiánicos argumentaban que discrepancias como esta se debían a la corrupción del supuesto texto hebreo original durante su traducción al griego. En aquella época, el Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov ganaba prominencia entre grupos mesiánicos, particularmente en las Asambleas de Dios en Estados Unidos y entre los netzarim (nazarenos), quienes, basándose en el análisis filológico preliminar de George Howard, sostenían su autenticidad como texto original.
Esta controversia se intensificó cuando algunos mesiánicos israelíes (hoy ex-mesiánicos) propusieron una nueva interpretación basada en una lectura selectiva de fuentes académicas. Según su argumento, Yeshú había realizado una variante del Netilat Yadaim, específicamente el rejitzat raglaim (רחיצת רגליים, lavamiento de pies). Para sustentar esta posición, citaban parcialmente el trabajo de Mordejai Margalioth, “Halajot de Eretz Israel”, donde mencionaban la existencia de una halajá relacionada con ambos rituales. Esta interpretación parcial les servía para presentar a Yeshú como un rabino galileo fariseo, supuestamente más observante que figuras prominentes como Rabán Yojanan ben Zakay, Hilel HaZaken, Shammai, Rabí Akiva, e incluso más esotérico que el mismo RaShB”i (Rabí Shimon bar Yojai). Sin embargo, estas afirmaciones se basaban en citas selectivas y descontextualizadas, sin presentar el texto completo de Margalioth.
Para abordar esta cuestión desde una perspectiva académica rigurosa, recurrí a dos fuentes fundamentales: la obra de Mordejai Margalioth, “Halajot de Eretz Israel”, y el posterior trabajo “Mishnat Eretz Yisrael”, desarrollado por la familia Safrai. Este último, una colaboración intergeneracional entre el Profesor Shmuel Safrai de la Universidad Hebrea, su hijo Ze'ev Safrai de la Universidad Bar Ilan, y su hija Jana Safrai del HUC-JIR, establece un marco metodológico que combina métodos tradicionales y académicos para entender el desarrollo de las prácticas rituales en el contexto de la Tierra de Israel.
Margalioth (1909-1968), reconocido académico y profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Seminario Teológico Judío de América, desarrolló una extensa labor investigativa sobre literatura talmúdica, midrásica y gaónica. Sus contribuciones académicas, incluyendo ediciones críticas como “Halajot Ketzuvot” y “Halajot Eretz Israel min HaGenizah”, proporcionan una base sólida para el análisis de las prácticas rituales del período tanaítico.
Al examinar los textos de Margalioth y compararlos con diversas fuentes cristianas primitivas (incluyendo la Peshitta, el Codex Sinaiticus) y literatura greco-romana del Mediterráneo antiguo, emergió una conclusión sorprendente: el ritual descrito en Juan 13:5 mostraba mayor afinidad con prácticas mistericas mediterráneas que con tradiciones judías contemporáneas. Esta conclusión se fortalece al aplicar el enfoque metodológico del Mishnat Eretz Yisrael, que enfatiza la importancia de examinar las prácticas rituales en su contexto histórico-geográfico específico. Este marco analítico demuestra que las interpretaciones misioneras mesiánicas modernas carecen de fundamento histórico y metodológico sólido. Intentaré transcribir lo que leí, tal como mi memoria me lo entrega a más de dos décadas.
El lavado de pies en el Evangelio de Juan 13:5 (νιπτειν τουϲ ποδαϲ / רחיצת רגליים), aparentemente tiene relación con lo que dice Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Yadayim, Prefacio 149 aporta evidencia crucial sobre la naturaleza del רחיצת רגליים (lavado de pies) en la tierra de Israel, identificándolo específicamente como una הלכה הנגזרת מהלכות טהרה (halajá derivada de las leyes de pureza), como se documenta en el texto:
עד עתה הובאו מקורות המלמדים על מנהג ראוי לרחוץ רגליים כחלק מנוהגי הניקיון והפינוק, ורוב העדויות היו בבליות; אבל בהלכות ארץ ישראל מן הגניזה נזכרת רחיצת רגליים לפני התפילה כהלכה הנגזרת מהלכות טהרה: כשם שנהגו במקדש, כן ינהגו אף בבתי הכנסת* מרגליות, הלכות ארץ-ישראל, עמ' קלב.. אם כן הוא, מהמקדש עבר המנהג גם לקהילות ישראל. הנוהג להלך יחפים היה הרקע הרֵאלי לצורך ברחיצת רגליים, אך זו הפכה למצווה ממצוות טהרה. בבית הכנסת נתבעת הטהרה כתנאי לתפילה, ובעקיפין נלמד מכאן על טבילת רגליים המקבילה לנטילת ידיים, במדינה כמו במקדש
(Traducción: “Hasta ahora se han presentado fuentes que enseñan sobre la costumbre apropiada de lavar los pies (רחוץ רגליים) como parte de las prácticas de limpieza y cuidado personal, y la mayoría de los testimonios eran babilónicos; pero en las halajot de Eretz Israel de la Genizá se menciona el lavado de pies antes de la oración como una halajá derivada de las leyes de pureza: así como se acostumbraba en el Templo, así se acostumbra también en las sinagogas [Margaliot, Halajot Eretz-Israel, p. 132]. Si es así, la costumbre pasó del Templo también a las comunidades de Israel. La práctica de caminar descalzo era el trasfondo real para la necesidad del lavado de pies, pero esto se convirtió en uno de los preceptos de pureza. En la sinagoga, la pureza era requerida como condición para la oración, y de esto se aprende indirectamente sobre la inmersión de los pies que era paralela al lavado de manos, tanto en el país como en el Templo.”).
Esta categorización como הלכה הנגזרת מהלכות טהרה se evidencia en su profunda conexión con el servicio del Templo, donde como señala el Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Yadayim, Prefacio 156:
"נראה אפוא שבמקדש הייתה רחיצת הרגליים מצווה לכל דבר, כמו נטילת ידיים"
(‘Es evidente que en el Templo el lavado de pies era un mandamiento completo, como el lavado de manos’).
Esta conexión con el servicio del Templo fue tan significativa que la práctica se extendió más allá de sus muros, transformándose en un elemento integral de la preparación para la oración.
La evidencia de esta transición se encuentra claramente documentada en las halajot de la Tierra de Israel preservadas en la Genizá del Cairo. Como se menciona en Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Eruvin 1:10:15, el lavado de pies (רחיצת רגליים) evolucionó de ser una simple práctica de higiene a convertirse en un acto religioso significativo:
"הנוהג להלך יחפים היה הרקע הרֵאלי לצורך ברחיצת רגליים, אך זו הפכה למצווה ממצוות טהרה"
(‘La práctica de caminar descalzo era el trasfondo real para la necesidad del lavado de pies, pero esto se convirtió en uno de los preceptos de pureza.’).
La importancia de esta práctica se refleja también en el debate talmúdico sobre su estatus halájico. Como se documenta en Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Yadayim, Prefacio 147, citando el Talmud Bavlí:
"דאמר רב נחמן בר רב זבדא... הדלקת נר בשבת – חובה, רחיצת ידים ורגלים בחמין ערבית – רשות, ואני אומר: מצוה"
(‘Dijo Rav Najman bar Rav Zavda... el encendido de las velas de Shabat es una obligación, el lavado de manos y pies con agua caliente en la tarde es opcional, pero yo digo: es una mitzvá’).
La práctica encontró respaldo material en la arquitectura ritual, como lo evidencia Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Eruvin 1:10:19, que describe instalaciones específicas para el lavado de pies:
"לעומת זאת הם מתאימים ביותר לרחיצת רגליים, שכן הרוחץ עומד בתוך השקע הקטן"
(‘Por otro lado, son más apropiados para el lavado de pies, ya que quien se lava está de pie dentro de la pequeña depresión.’).
Esta evidencia arqueológica refuerza la institucionalización de la práctica, aunque como señala el texto en Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Yadayim, Prefacio 155:
"אין ספק שברוב המקוואות אין שקתות מיוחדות לרחיצת הרגליים אך לעתים נדירות הן מופיעות"
(‘No hay duda de que en la mayoría de las mikvaot no hay pilas especiales para el lavado de pies, aunque aparecen raramente.’).
La práctica también tiene fundamentos bíblicos, como se menciona en Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Yadayim, Prefacio 146:
"רחיצת רגליים נזכרת, כידוע, במקרא אצל אברהם ואצל לוט"
(‘El lavado de pies es mencionado, como es sabido, en la Escritura con Avraham y con Lot’).
Sin embargo, la transformación de esta práctica de hospitalidad en un requisito ritual para la oración refleja un desarrollo significativo en la ley judía, como lo señala Mishnat Eretz Yisrael sobre Mishnah Berajot 3:6:3:
"הכוהנים רחצו גם ידיים ורגליים, ובעקבות מצווה זו תוקנה נטילת ידיים ואולי גם רחיצת רגליים"
(‘Los sacerdotes lavaban tanto las manos como los pies, y siguiendo este mandamiento se instituyó el lavado de manos y posiblemente también el lavado de pies’).
Este desarrollo histórico demuestra cómo una práctica inicialmente asociada con la pureza sacerdotal en el Templo se transformó en un elemento significativo de la preparación para la oración en la tradición judía de Eretz Israel, donde la conexión con las prácticas del Templo se mantuvo particularmente fuerte durante los siglos siguientes, consolidando su estatus como הלכה הנגזרת מהלכות טהרה.
Esta caracterización contrasta marcadamente con el ritual descrito en Juan, donde el lavado de pies se presenta en un contexto nocturno iniciático, como evidencia el texto griego:
“ειτα βαλλει ϋδωρʼ ειϲ τον νιπτηρα · και ηρξατο νιπτειν τουϲ ποδαϲ των μαθητων”
(“Luego echó agua en la palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos”).
La evidencia del Mishnat Eretz Yisrael continúa señalando que en la tierra de Israel, según los documentos de la Genizá del Cairo, el lavado de pies tenía un propósito específico:
"אבל בהלכות ארץ ישראל מן הגניזה נזכרת רחיצת רגליים לפני התפילה כהלכה הנגזרת מהלכות טהרה"
(“Pero en las halajot de la tierra de Israel de la Genizá, se menciona el lavado de pies antes de la oración como una halajá derivada de las leyes de pureza”).
Este contexto halájico específico se basaba en el principio de "כשם שנהגו במקדש, כן ינהגו אף בבתי הכנסת" (“Así como se practicaba en el Templo, así se debe practicar en las sinagogas”), estableciendo una continuidad directa con las prácticas del Templo.
Un análisis comparativo riguroso entre las prácticas rituales judías y el relato evangélico del lavado de pies (νιπτειν τουϲ ποδαϲ) revela discrepancias fundamentales que requieren un examen detallado. El Mishnat Eretz Yisrael y las halajot de la Tierra de Israel preservadas en la Genizá del Cairo documentan que el רחוץ רגליים (‘lavado de pies’) era una práctica institucionalizada con un propósito específico y limitado:
"בהלכות ארץ ישראל מן הגניזה נזכרת רחיצת רגליים לפני התפילה כהלכה הנגזרת מהלכות טהרה"
(“en las halajot de la Tierra de Israel de la Genizá, se menciona el lavado de pies antes de la oración como una halajá derivada de las leyes de pureza”).
Esta práctica seguía el principio fundamental de “כשם שנהגו במקדש, כן ינהגו אף בבתי הכנסת” (“así como se practicaba en el Templo, así se debe practicar en las sinagogas”), estableciendo una continuidad directa con el servicio del Templo y las leyes de pureza ritual.
La divergencia entre la práctica judía tradicional y el ritual descrito en Juan se hace evidente en múltiples niveles. En primer lugar, el contexto espacial: mientras que el רחוץ רגליים estaba específicamente vinculado al Templo y las sinagogas como se evidencia en el texto “בבית הכנסת נתבעת הטהרה כתנאי לתפילה” (“en la sinagoga se requiere la pureza como condición para la oración”), el ritual de Juan 13:5 (“ειτα βαλλει ϋδωρʼ ειϲ τον νιπτηρα · και ηρξατο νιπτειν τουϲ ποδαϲ των μαθητων”) se realiza en un contexto doméstico privado, fuera de los espacios rituales prescritos por la halajá. Esta descontextualización espacial representa una ruptura significativa con la tradición establecida. Incluso en Juan 13:5, la versión siríaca emplea el término ܡܫܳܓ݂ܽܘ (mshogu/משָׁגוּ) para el acto de lavar, que difiere significativamente del נטילת ידיים (netilat yadayim) o רחוץ רגליים tradicional judío. Este uso terminológico específico sugiere una práctica ritual distinta, más cercana a los lavados rituales paganos que a las abluciones judías prescritas.
Más problemática aún resulta la caracterización del ritual como una εντολην καινην (‘mandamiento nuevo’) en Juan 13:34, que en las traducciones hebreas posteriores se presenta como מִצְוָה חֲדָשָׁה (mitzvah jadashah). Esta innovación contradice directamente la prohibición explícita de Devarim 4:2: “לֹא תֹסִפוּ עַל־הַדָּבָר אֲשֶׁר אָנֹכִי מְצַוֶּה אֶתְכֶם” (“No añadirás nada a lo que te mando”). Es revelador es el versículo 34 en siríaco de la Peshitta utilice la expresión ܦ݁ܽܘܩܕ݁ܳܢܳܐ ܚܰܕ݂݈ܬ݂ܳܐ, donde el término פּוּקדָּנָא חַדתָא (puqdana hadta) traduce el griego εντολην καινην. Esta formulación aramaica refuerza la problemática teológica de presentar el ritual como una nueva mitzvá, contraviniendo directamente Devarim 4:2. El uso de פּוּקדָּנָא, que en textos targúmicos se traduce como מִצְוָה, subraya la gravedad de esta innovación ritual, por tanto, la expresión פּוּקדָּנָא חַדתָא en siríaco enfatiza la naturaleza innovadora y no-judía del ritual. La tradición judía, como documenta el Mishnat Eretz Yisrael, nunca presentó el רחוץ רגליים como una nueva mitzvá, sino como una extensión natural de las prácticas del Templo, según el principio de “הנוהג להלך יחפים היה הרקע הרֵאלי לצורך ברחיצת רגליים, אך זו הפכה למצווה ממצוות טהרה” (“la costumbre de caminar descalzo era el trasfondo real para la necesidad del lavado de pies, pero esto se convirtió en una mitzvá de las mitzvot de pureza”).
El aspecto temporal del ritual también marca una divergencia significativa. El texto joánico sitúa la práctica en un contexto nocturno, reminiscente de los rituales mistéricos grecorromanos documentados en los Papiros Mágicos Griegos (PGM IV:2995) y las prácticas homéricas descritas en La Odisea 22:8,470-500. Esta temporalidad contrasta marcadamente con la práctica judía del רחוץ רגליים, que se realizaba como preparación para la oración diurna, como evidencia el texto “נזכרת רחיצת רגליים לפני התפילה” (“se menciona el lavado de pies antes de la oración”).
Los elementos rituales específicos también revelan una clara influencia helenística. El uso del λεντιον (lention) en Juan 13:4 y la secuencia ritual que incluye el desvestirse (“τιθηϲιν τα ϊματια”) no encuentran paralelo en la literatura rabínica pero son característicos de los rituales mistéricos mediterráneos. Incluso en el texto siríaco de Juan 13:4 (ܩܳܡ ܡܶܢ ܚܫܳܡܺܝܬ݂ܳܐ ܘܣܳܡ ܢܰܚܬ݁ܰܘܗ݈ܝ ܘܰܫܩܰܠ ܣܶܕ݁ܽܘܢܳܐ), el término סֵדּוּנָא/ܣܶܕ݁ܽܘܢܳܐ (seduna) se utiliza para traducir el griego λεντιον, una palabra que denota específicamente una tela de lino de origen egipcio utilizada en rituales helenísticos. Este detalle lingüístico es significativo porque el término no aparece en textos rabínicos contemporáneos relacionados con el רחוץ רגליים, sugiriendo una influencia cultural externa.
La descripción del ritual en siríaco (ܘܰܐܪܡܺܝ ܡܰܝܳܐ ܒ݁ܰܡܫܳܓ݂ܬ݁ܳܐ - וַארמִי מַיָא בַּמשָׁגתָּא) emplea términos que tienen paralelos más cercanos con los rituales de purificación paganos que con la práctica judía. El uso de משָׁגתָּא / ܡܫܳܓ݂ܬ݁ܳܐ (mashgata) para “palangana” difiere significativamente del vocabulario utilizado en las halajot de la Tierra de Israel para describir los recipientes rituales.
La evidencia arqueológica, como señala el Mishnat Eretz Yisrael, confirma esta distinción: “אין ספק שברוב המקוואות אין שקתות מיוחדות לרחיצת הרגליים אך לעתים נדירות הן מופיעות” (“no hay duda de que en la mayoría de las mikvaot no hay pilas especiales para el lavado de pies, aunque aparecen raramente”), indicando que la práctica judía estaba integrada en el sistema general de purificación ritual, sin los elementos teatrales presentes en el relato evangélico.
La justificación escritural del ritual mediante una interpretación controvertida del Salmo 41:9, que el Codex Vaticanus (folio 1371a) señala como una adición posterior, revela un intento de legitimar una práctica foránea mediante una exégesis forzada. Esta interpretación contrasta con la comprensión rabínica tradicional del salmo, como se evidencia en el Talmud Bavlí Masejet Sanhedrín 7a, donde la expresión עָקֵב se interpreta como “emboscada” y no como una profecía mesiánica.
Además, el carácter iniciático del ritual joánico se hace evidente en su asociación con la expulsión de demonios y la influencia del διαβολος, elementos característicos de los rituales teúrgicos grecorromanos pero ajenos a la práctica del רחוץ רגליים. Esta dimensión esotérica encuentra paralelos directos en los PGM VII:429-58, que describe rituales de purificación y exorcismo similares.
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