8/15/2024

T.B. Jagigah 9b: ¿Mario Saban utiliza biblias cristiano-católicas para citar el Tana"j? ¿Qué relación existe entre Jagigah 9b con Mateo 19:21 y Lucas 21:1-4?

BS"D



Mario Saban en su libro “El Judaísmo de Jesús” en el capítulo VI (Saban, M. (2008). El Judaísmo de Jesús. Editorial Saban. pp. 152-160)  presuntamente intenta presentar una visión integral de la ética judía respecto a la riqueza y la pobreza, enfatizando la importancia de la justicia social, la compasión y la responsabilidad hacia los menos favorecidos con base en el Tana"j (Biblia hebrea). A través de numerosas citas bíblicas, Saban presuntamente demuestra que el judaísmo promueve una actitud crítica hacia la acumulación de riquezas y la avaricia, mientras exalta la virtud de la generosidad y el cuidado de los pobres. El autor subraya que esta ética, profundamente arraigada en las enseñanzas judías, fue posteriormente adoptada y predicada por     (Yeshú HaMamzer), estableciendo así una continuidad entre la tradición judía y las enseñanzas cristianas tempranas en lo que respecta a la moral económica y social.


Sin embargo, en un análisis sobre las citas que utiliza para justificar esto encontramos que empleó un total de 57 citas bíblicas, de las cuales obtuvimos el hallazgo que en su mayoría utilizó Biblias cristianas tal como se desglosa a continuación: 

  1. Biblia Católica: 13 veces (22.81%): Eclesiástico 4:1; 4:8; 4:9; 4:36; 5:2; 5:10; 7:36; 11:4; 11:13; 11:14; 11:18-20; 14:3; Tobías 5:7.

  2. Biblia Reina Valera 1960: 8 veces (14.04%): Isaías 1:16-17; 58:6-9; Eclesiastés 5:9-11.

  3. La Biblia de las Américas (LBLA): 7 veces (12.28%): Proverbios 13:7; 14:21; 16:8; 21:13; 29:7; Isaías 5:8; Mateo 19:16-24.

  4. Biblia Nueva Versión Internacional: 3 veces (5.26%): Jeremías 9:22; Proverbios 3:27-28; 14:31.

  5. Reina Valera Contemporánea: 2 veces (3.51%): Amós 8:4-6; Zacarías 7:10.

  6. Nueva Biblia Viva: 1 vez (1.75%): Proverbios 11:4.

  7. La Biblia - La Palabra de Dios para todos: 1 vez (1.75%): Proverbios 17:5.

  8. Reina-Valera Antigua (RVA): 1 vez (1.75%): Proverbios 21:6.

  9. Palabra de Dios para Todos: 1 vez (1.75%): Proverbios 28:3.

  10. Biblia Castilian 2003: 1 vez (1.75%): Proverbios 28:25.

  11. Dios Habla Hoy: 2 veces (3.51%): Eclesiástico 7:20-21; Proverbios 28:27.

  12. Nueva Traducción Viviente: 1 vez (1.75%): Proverbios 29:7.

  13. La Biblia Hispanoamericana: 1 vez (1.75%): Eclesiástico 11:23.

*Nota: 15 citas (26.32%) no tienen una referencia específica a la versión de la Biblia utilizada.

La selección de fuentes bíblicas empleadas por Mario Saban en su análisis sobre la riqueza y la pobreza en el judaísmo revela un panorama complejo y potencialmente problemático desde una perspectiva académica y teológica en el judaísmo. El uso predominante de traducciones cristianas, tanto católicas como protestantes, para ilustrar conceptos supuestamente judíos plantea interrogantes sobre la autenticidad y precisión de la interpretación. La Biblia Católica sobre el libro Eclesiástico, la más utilizada en sus citas, refleja una tradición exegética y una canonización de textos que difiere significativamente de la tradición judía, incluyendo libros deuterocanónicos no reconocidos en el canon judío. Por otro lado, las versiones protestantes como la Reina Valera y sus revisiones, así como la Nueva Versión Internacional, representan traducciones basadas en principios de la Reforma, que a menudo divergen de las interpretaciones judías tradicionales. La ausencia notable de traducciones directas del hebreo o de fuentes judías reconocidas, como las de Moisés Katznelsón, Marcos Edery, Yaacob (Jorge) Huerin, o la Torah con Rashi de Aryeh Coffman, sugiere una falta de rigor académico en el enfoque de Saban. 


Esta omisión es particularmente llamativa considerando que el autor se presenta como un académico con formación en estudios judíos y que el objetivo de su trabajo es demostrar la judeidad de las enseñanzas de Yeshú como un “rabino”. La falta de referencias a traducciones del Tanaj del hebreo al español realizadas por eruditos judíos plantea dudas sobre la profundidad del conocimiento de Saban del hebreo bíblico, una habilidad crucial para cualquier estudio serio sobre textos judíos antiguos. Además, la omisión de citas adecuadas para las fuentes bíblicas cristianas utilizadas no solo es una práctica académicamente cuestionable, sino que también dificulta la verificación y el análisis crítico de las interpretaciones presentadas. Este enfoque metodológico levanta interrogantes sobre la rigurosidad y la autenticidad de la representación que hace Saban de la ética judía, especialmente en su intento de establecer conexiones con las enseñanzas de Yeshú. En conjunto, estas observaciones sugieren que el trabajo de Saban, a pesar de sus aspiraciones académicas, carece de la solidez metodológica y la precisión teológica necesarias para un estudio comparativo serio entre el judaísmo y las enseñanzas atribuidas a Yeshú en los textos cristianos.

Ahora, si tomamos en serio la propuesta que intenta hacer Sabán de las fuentes rabínicas sobre la comparación entre los textos del Nuevo Testamento en griego del Codex Sinaiticus (Mateo 19:16-24 y Lucas 21:1-4) y las fuentes rabínicas citadas por Sabán presenta desafíos significativos desde una perspectiva académica y judía, revelando una serie de problemas metodológicos y conceptuales en su análisis. 

Los pasajes evangélicos, redactados en un contexto helenístico y reflejando una teología cristiana en desarrollo, difieren sustancialmente en lenguaje, contexto y propósito de las fuentes talmúdicas y mishnaicas. El texto del Talmud Bavli Jagigah 9b (יָאָה עַנְיוּתָא לִיהוּדָאֵי, "la pobreza es apropiada para los judíos") y Pirkei Avot 1:5 (וְיִהְיוּ עֲנִיִּים בְּנֵי בֵיתֶךָ, "que los pobres sean miembros de tu hogar") abordan la pobreza desde perspectivas rabínicas específicas, enfocadas en la formación del carácter y la práctica de la caridad dentro de la comunidad judía, con un énfasis en la continuidad de la tradición y la vida comunitaria. En contraste, los textos evangélicos (como ἀπόδος τοῖς πτωχοῖς, "da a los pobres" en Mateo 19:21) presentan una visión más radical de desprendimiento material, vinculada a una escatología inmediata (βασιλεία τῶν οὐρανῶν, "reino de los cielos") que no tiene paralelo directo en el pensamiento fariseo-rabínico. Esta diferencia fundamental en la concepción del tiempo y la salvación subraya la divergencia teológica entre ambas tradiciones. Además, la ausencia de citas del Tanaj en hebreo o de interpretaciones midráshicas en el análisis de Sabán debilita significativamente su argumento sobre la "judeidad" de las enseñanzas atribuidas a Yeshú. La falta de consideración de las diferencias en los métodos exegéticos, las tradiciones orales y los contextos socio-políticos entre el judaísmo rabínico emergente y el movimiento cristiano primitivo representa una grave omisión metodológica. Desde una perspectiva académica judía, es metodológicamente insostenible establecer una continuidad directa entre estos corpus textuales sin reconocer sus distintos contextos históricos, lingüísticos y teológicos. La comparación requeriría un análisis mucho más matizado que considerara la evolución del pensamiento judío sobre la pobreza y la riqueza desde el período del Segundo Templo hasta la codificación de la Mishnah, así como las influencias helenísticas y romanas en ambas tradiciones. Además, la selección de fuentes de Sabán, al omitir textos judíos contemporáneos a los evangelios como los escritos de Qumrán o los apócrifos, limita severamente la validez de sus conclusiones. En última instancia, el intento de Sabán de establecer una conexión directa entre las enseñanzas atribuidas a Yeshú y la tradición rabínica posterior sobre la base de estos textos específicos se revela como un ejercicio anacrónico y metodológicamente problemático desde la perspectiva de los estudios judíos académicos contemporáneos.

Además de las discrepancias metodológicas ya señaladas, existen diferencias fundamentales entre las enseñanzas rabínicas citadas por Sabán y los textos evangélicos que hacen problemática su equiparación. En primer lugar, la concepción de la pobreza en Jagigah 9b como una virtud colectiva del pueblo judío:

ועוד מסופר על בר הי הי, אמר ליה [לו] אליהו הנביא לבר הי הי, ואמרי לה [ויש אומרים] שאמר זאת לר' אלעזר: מאי דכתיב [מה פירוש הכתוב]: "הנה צרפתיך ולא בכסף בחרתיך בכור עני" (ישעיהו מח, י) — מלמד שחזר (חיפש) הקדוש ברוך הוא על כל מדות טובות כדי ליתן מהן לישראל, ולא מצא ("בחרתיך") אלא עניות ("כור עוני") שהיא טובה להם מכולן, שבגללה הם נמנעים מעבירות, ומתמרקים עוונותיהם. אמר שמואל ואיתימא [ויש אומרים] שאמר זאת רב יוסף: היינו דאמרי אינשי [זהו שאומרים אנשים בפתגם עממי]: יאה עניותא ליהודאי כי ברזא סומקא לסוסיא חיורא [נאה עניות ליהודים כמו רסן אדום לסוס לבן].

(Traducción: Y además se cuenta sobre Bar Hei Hei, le dijo el profeta Eliahu a Bar Hei Hei, y algunos dicen que dijo esto a R' Elazar: ¿Qué significa el versículo: He aquí, te he refinado, pero no como plata; te he escogido en el horno de la aflicción (Isaías 48:10) — Esto enseña que buscó el Santo, Bendito Sea, entre todas las buenas cualidades para dar a Israel, y no encontró (“te he escogido”) sino la pobreza (“horno de la aflicción”) que es mejor para ellos que todas las demás, porque por ella se abstienen de transgresiones y se purifican sus pecados. Dijo Samuel, y algunos dicen que lo dijo Rav Yosef: Esto es lo que dice la gente en un refrán popular: Hermosa es la pobreza para los judíos como un freno rojo para un caballo blanco.)

-Talmud Bavli masejet Jagigah 9b, edición Steinsaltz.


Se enmarca en una teología de la prueba y la purificación nacional, muy distinta de la exhortación individual al desprendimiento total que se encuentra en Mateo 19:21 (πώλησόν σου τὰ ὑπάρχοντα, "vende tus posesiones"). 

La tradición rabínica ve la pobreza como un medio de refinamiento espiritual colectivo, mientras que el texto evangélico la presenta como una condición para la salvación individual. En segundo lugar, la enseñanza de Avot 1:5 sobre la hospitalidad hacia los pobres (וְיִהְיוּ עֲנִיִּים בְּנֵי בֵיתֶךָ, "que los pobres sean miembros de tu hogar") se centra en la práctica de la tzedaká (caridad) dentro de la estructura social existente, sin cuestionar la posesión de riquezas en sí misma. Esto contrasta marcadamente con la radicalidad del mensaje atribuido a Yeshú en Lucas 21:1-4, donde se exalta la donación total de los bienes. La perspectiva rabínica busca integrar la atención a los pobres en la vida cotidiana, mientras que el texto evangélico parece proponer una ruptura más drástica con las estructuras económicas. Además, la noción de "reino de los cielos" (βασιλεία τῶν οὐρανῶν) en los evangelios, con su carga escatológica inmediata, no tiene un equivalente directo en las fuentes rabínicas citadas, que se enfocan más en la santificación de la vida presente a través del cumplimiento de las mitzvot (mandamientos). La interpretación rabínica de la riqueza y la pobreza se articula dentro de un marco halájico (legal) y aggádico (narrativo) complejo, que considera aspectos como la responsabilidad comunitaria, la justicia social y el estudio de la Torá, elementos que no se reflejan de la misma manera en los pasajes evangélicos citados. Mientras que la afirmación evangélica sobre la dificultad de los ricos para entrar en el reino de los cielos (εὐκοπώτερόν ἐστιν κάμηλον διὰ τρήματος ῥαφίδος εἰσελθεῖν ἢ πλούσιον εἰς τὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ, "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios") no encuentra paralelo en las fuentes rabínicas citadas, que, si bien pueden criticar la avaricia, no condenan categóricamente la riqueza en sí misma. Esta divergencia refleja diferencias profundas en la comprensión de la relación entre la espiritualidad y la materialidad en ambas tradiciones. En conclusión, mientras que tanto las fuentes rabínicas como los textos evangélicos abordan temas de riqueza y pobreza, lo hacen desde perspectivas teológicas, éticas y escatológicas fundamentalmente diferentes, haciendo que la equiparación propuesta por Sabán sea insostenible desde una rigurosa perspectiva académica judía.

En un análisis académico, la interpretación talmúdica de la pobreza como atributo divinamente seleccionado para Israel (עניות, "aniyut") presenta una divergencia significativa con las enseñanzas atribuidas a Yeshú en los evangelios sinópticos. El pasaje del Talmud Bavli Jagigah 9a-b postula que Dios, tras examinar todas las virtudes, eligió la pobreza como la más beneficiosa para el pueblo judío, argumentando su eficacia en prevenir transgresiones y purificar pecados (מתמרקים עוונותיהם, "mitmarkim avonoteihem"). Esta concepción se cristaliza en el aforismo arameo "יאה עניותא ליהודאי כי ברזא סומקא לסוסיא חיורא" (yaa aniyuta liYehudai ki barza sumka lesusya jivara), que equipara la idoneidad de la pobreza para los judíos con la de un freno rojo para un caballo blanco. En contraste, las enseñanzas griegas de Yeshú HaMamzer en los evangelios no presentan la pobreza como una virtud inherente o un estado ideal elegido por Dios. En Mateo 19:16-24, Yeshú desafía a un joven rico a desprenderse de sus posesiones (πώλησόν σου τὰ ὑπάρχοντα, "pōlēson sou ta hyparchonta"), no como una exaltación de la pobreza per se, sino como una prueba de desprendimiento y compromiso con el reino de los cielos (βασιλεία τῶν οὐρανῶν, "basileia tōn ouranōn"). De manera similar, en Lucas 21:1-4, el elogio a la viuda pobre (χήρα πενιχρά, "jēra penijra") se centra en su generosidad proporcional, no en la pobreza como estado deseable. La perspectiva talmúdica, que emerge de un contexto histórico y teológico posterior, busca encontrar un propósito divino en las condiciones socioeconómicas adversas de la diáspora judía. En cambio, las enseñanzas de Yeshú, arraigadas en el judaísmo del siglo I, abordan la pobreza y la riqueza en relación con el compromiso espiritual y la entrada al reino de Dios (εἰσελθεῖν εἰς τὴν βασιλείαν τοῦ θεοῦ, "eiselthein eis tēn basileian tou theou"), sin glorificar la pobreza como un ideal divino para la purificación. Esta disparidad fundamental en la conceptualización de la pobreza entre el Talmud y los evangelios hace que cualquier intento de equiparación o correlación directa sea históricamente anacrónico y teológicamente insostenible desde una perspectiva académica judía tradicional.

La metodología empleada por Mario Saban en su obra "El Judaísmo de Jesús" revela graves deficiencias académicas y teológicas que comprometen seriamente la validez de sus conclusiones. El uso predominante de traducciones bíblicas cristianas para analizar conceptos judaicos representa una desviación significativa de los estándares académicos en estudios judíos, socavando la autenticidad de su interpretación de la ética judía. Más preocupante aún es su intento de equiparar las enseñanzas atribuidas a Yeshú con la tradición rabínica posterior, un ejercicio que ignora las diferencias fundamentales en contexto histórico, lenguaje, y marco teológico entre ambos corpus. Esta comparación anacrónica no solo carece de rigor metodológico, sino que también distorsiona la comprensión tanto del judaísmo rabínico como del cristianismo primitivo. La omisión de fuentes judías primarias y la falta de consideración por las complejidades lingüísticas y exegéticas del hebreo bíblico y rabínico revelan una aproximación superficial que no cumple con los criterios de erudición en estudios judaicos. En consecuencia, la obra de Saban no contribuye de manera significativa ni al entendimiento del judaísmo ni a la apreciación del cristianismo temprano. Por el contrario, propaga interpretaciones erróneas y conexiones infundadas que pueden llevar a malentendidos tanto teológicos como históricos. Dada la gravedad de estas deficiencias, se aconseja encarecidamente a los lectores que aborden este texto con extrema cautela, si es que deciden consultarlo en absoluto. Sería más beneficioso para aquellos interesados en la relación entre el judaísmo y las enseñanzas de Yeshú recurrir a fuentes académicas reconocidas que adhieran a metodologías rigurosas y respeten la integridad de ambas tradiciones religiosas.


1 comentario:

  1. Excelencia de explicación basada en la Sabiduría del Creador Eterno....Bendiciones a todos los que conforman esta pagina.

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