8/22/2024

¿El Tanaj no es genuinamente monoteísta? Por Neshamot Deot

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¿El Tanaj no es genuinamente monoteísta?

Por Neshamot Deot

El presente documento no es una respuesta académica, quisiera que lo fuese, pero las diversas ocupaciones me impiden dedicarme a ofrecer una respuesta esmerada a un dilema que ha reaparecido y que, para algunos desprevenidos o recién enterados, se presenta como un tema nuevo, cuando en realidad no lo es. ¿A qué me refiero? A esa tesis histórico-crítica de la Toráh que pretende presentarse como la conclusión académica definitiva para explicar su origen en fuentes textuales de origen politeísta, lo que lleva a decir que el culto a YHVH tiene su origen en cultos mesopotámicos y cananeos, y que evolucionó hacia el monoteísmo pasando por el henoteísmo, el katenoteísmo y la monolatría.

Sin embargo, una descripción no es una explicación, y aquí presentaré por qué, precisamente, una postura más tradicional —que no dogmática (muchas veces se emplea mal este término)— no necesariamente es errónea, más aún cuando esta presenta una coherencia que permite hacer una interpretación viable, verificable y precisa sobre el sentido de los documentos compilados como Tanaj, especialmente sobre la Toráh.

Lo primero que quiero considerar, antes de tratar mis puntos críticos a esta hipótesis —que es lo que en realidad es—, es desvirtuar su dimensión novedosa. Durante varios meses del presente año (2024), he visto muchos videos en YouTube o escritos en Facebook que presentan esta idea como si fuera el último avance en materia de estudios bíblicos. Pero la tesis que interpreta a YHVH como una deidad que evolucionó a partir del panteón cananeo ha sido explorada durante décadas. Lo que ocurre es que algunos pueden percibirla como un tema relativamente nuevo porque, por lo general, están fuera del ámbito académico especializado. Esto puede deberse a varios factores, que enunciaré a continuación:

  1. Difusión Popular: En años recientes, ha habido un aumento en la publicación de libros, documentales y artículos destinados a un público más amplio, que presentan estas ideas en un formato accesible. Para quienes no están familiarizados con la erudición académica sobre el “Antiguo Testamento” y las religiones comparadas, estas ideas pueden parecer revolucionarias.

  2. Redescubrimiento en Nuevas Generaciones: Cada nueva generación de estudiosos redescubre y reinterpreta estas tesis, lo que a veces lleva a la percepción de que se trata de un tema nuevo.

  3. Interdisciplinariedad: El enfoque interdisciplinario en esta rama de estudios combina estudios de lexicografía, paleografía, arqueología, antropología y religiones comparadas, lo que ha llevado a una recontextualización de estas ideas. Esto puede hacer que algunos consideren que dichas interpretaciones son un nuevo desarrollo en el estudio de la religión israelita.

  4. Evolución Académica: Este es un tema en constante desarrollo desde sus mismos orígenes. Como tal, alrededor de él se continúan encontrando nuevas evidencias arqueológicas, desarrollando estudios comparativos y expandiendo enfoques en el estudio de la religión popular en el antiguo Israel. Esto puede dar la impresión a algunos de que se trata de un tema emergente.

  5. Divulgación Científica: Ya sea por series de televisión, películas, novelas, podcasts o vídeos de YouTube, estos medios toman prestados temas académicos y los presentan como "nuevos" para atraer al público, dando la falsa impresión de que dichas tesis o afirmaciones son recientes, aunque tengan un largo historial en la investigación académica.

Ahora bien, dicho esto, paso a enunciar la otra cara de esta primera parte, la de su antigüedad en sí, para dar cuenta de que sé a qué me refiero y de que no voy a hacer un hombre de paja con esta hipótesis, desdibujándola para simplemente hacer “quedar mejor” aquello que propongo. No es este el caso. El tema es muy viejo y conocido por mí, desde los días de adolescencia en que leía “La Guía de la Biblia” de Isaac Asimov, donde en líneas generales se asume esta hipótesis junto con la Hipótesis Documentaria, fuente de aquella.

La idea de que YHVH podría haber sido originalmente parte de un panteón cananeo y que evolucionó hacia el monoteísmo dentro de la religión israelita tiene sus raíces en los estudios histórico-críticos del siglo XIX, cuyos pioneros fueron Julius Wellhausen (1844-1918) con la Hipótesis Documentaria y William Robertson Smith (1846-1894).

El primero fue uno de los pioneros en aplicar el método histórico-crítico al estudio del “Antiguo Testamento” (término que los académicos empleaban y validaban, pero que es uno de los elementos de base erróneos que indican hacia dónde apuntan). Si bien él no se enfocó específicamente en YHVH como una deidad cananea, su trabajo sobre las fuentes del Pentateuco influyó en el desarrollo de teorías que sugieren una evolución de la religión israelita desde un politeísmo hacia el monoteísmo, presentando un marco interpretativo evolucionista (que en este caso es más un sesgo conceptual que una explicación científica). En cuanto a William Robertson, fue uno de los primeros en explorar la relación entre la religión israelita y las religiones semíticas circundantes, contribuyendo a la idea de que las religiones del antiguo Israel compartían elementos con las religiones cananeas, lo que abrió toda un área de estudios que inicia la hipótesis que aquí cuestiono.

Planteados los elementos básicos en el siglo XIX, ya en el siglo XX se va a dar su desarrollo y especificidades. En este punto, autores como Hermann Gunkel (1862-1932) propondrán un enfoque muy interesante conocido como “Crítica de las formas”, con el que abordará la religión y la mitología del antiguo Israel, lo que serviría como antecedente metodológico a la posterior tesis del culto de YHVH como un dios más, parte de una corte celestial. Por supuesto, este análisis de los mitos y leyendas del antiguo Oriente Próximo influyó en el desarrollo de estas ideas. Es muy interesante considerar que, gracias a estas hipótesis redaccionales y por el auge de la arqueología monumental, durante la década de 1920-1930 se hicieron muchos hallazgos y estudios arqueológicos en el Levante, incluyendo los descubrimientos en Ugarit (Ras Shamra), donde se revelaron textos cananeos que mencionan a dioses como El y Asera. Desde entonces, se impulsó la comparación entre YHVH y las deidades cananeas, sugiriendo posibles vínculos dadas ciertas afinidades terminológicas.

Ya entre los años 1940-1960, gracias a nuevos descubrimientos arqueológicos en Ugarit y por el estudio de las inscripciones de Kuntillet Ajrud y Khirbet el-Qom, algunos estudiosos comenzaron a proponer que YHVH podría haber sido una deidad local que fue incorporada al panteón israelita, inicialmente compartiendo características con El o Baal, y que tenía una consorte llamada Asera. Es en este contexto que aparece la obra de Frank Moore Cross (1921-2012), en especial el libro Canaanite Myth and Hebrew Epic (1973), donde Cross argumenta —hasta donde sé, por primera vez— que YHVH podría haber sido concebido originalmente como un dios guerrero en el panteón cananeo, antes de que el monoteísmo lo unificara con el dios El. Pero este trabajo y otros subsidiarios permanecieron en relativo desconocimiento.

Es desde 1970 en adelante que investigadores como Mark S. Smith (en The Early History of God, 1990) y John Day (Yahweh and the Gods and Goddesses of Canaan, 2002) desarrollaron esta tesis con mayor detalle, argumentando que YHVH fue originalmente una deidad del panteón cananeo, posiblemente hijo de El, y que con el tiempo se convirtió, gracias a una teología-agenda dominante, en el dios supremo de Israel, absorbiendo características de El y otros dioses.

Con este muy breve resumen histórico, simplemente quiero dar cuenta de que la idea de que YHVH pudiera tener orígenes en el panteón cananeo y de que su concepción evolucionó hacia el monoteísmo israelita tiene sus raíces en estudios críticos del siglo XIX y se ha desarrollado a lo largo del siglo XX con el apoyo de la arqueología y los estudios comparativos de religiones, y por lo tanto no puede asumirse como algo nuevo, salvo que por ello entendamos que el público general recientemente se ha familiarizado con tales ideas.

Pero ahora voy a cuestionar las ideas en sí y no solo a resumir el desarrollo de las mismas. Para ello, voy a presentar algunos aspectos del debate académico (ya que, para sorpresa de algunos, esa no es una idea plenamente aceptada entre todos los académicos) y después daré unos simples aportes desde mi perspectiva personal y mi bagaje intelectual, que no académico, ya que no he desarrollado literatura al respecto, pero sí me he documentado sobre el tema y considero que puedo dar un aporte valioso con relativa suficiencia.

Partamos de lo que defiende en líneas generales esta tesis, sustentada por los autores mencionados anteriormente y otros que aparecerán más adelante de manera específica: La tesis del origen politeísta del culto a YHVH sostiene que YHVH, la deidad central del judaísmo, no fue inicialmente el dios único y supremo de los antiguos israelitas, sino que comenzó como una deidad dentro de un panteón politeísta, similar a los dioses de las religiones cananeas y del antiguo Oriente Próximo. Esta tesis argumenta que, con el tiempo, y a través de un proceso de evolución religiosa dominado por una teología (otro término problemático) y una agenda política, YHVH fue exaltado hasta convertirse en el dios único del monoteísmo israelita. Esta descripción amplia debe precisarse destacando cinco puntos clave:

  1. Origen Cananeo y Relación con el dios El

1.1) YHVH como deidad menor en una corte celestial: YHVH pudo haber sido originalmente una deidad menor o local en el panteón cananeo, posiblemente un dios de la tormenta o de la guerra, que eventualmente fue adoptado por los antiguos israelitas.

1.2) Relación con el dios El: Algunos estudiosos sostienen que YHVH fue en un principio una figura separada del dios cananeo El, quien era el dios supremo en el panteón cananeo. Con el tiempo, YHVH pudo haber sido identificado o sincretizado con El, absorbiendo sus características de dios supremo y creador.

  1. Politeísmo y Monoteísmo Emergente

2.1) Culto Politeísta Inicial: En las primeras fases de la religión israelita, es posible que YHVH fuera adorado junto con otras deidades (politeísmo), como Baal, Asera (una diosa madre, posiblemente consorte de YHVH en algunas tradiciones) y otras divinidades menores. Esto sugiere que el culto a YHVH coexistía con un politeísmo más amplio.

2.2) Evolución hacia el Monoteísmo: Con el tiempo, a medida que los israelitas desarrollaron su identidad religiosa y política, YHVH fue exaltado sobre los demás dioses (henoteísmo), y el monoteísmo comenzó a emerger. Las reformas religiosas, como las deuteronomistas (asumiendo que es un texto desligado de los cuatro precedentes) durante el reinado del rey Josías, y la influencia de los profetas, fueron clave en la consolidación de YHVH como el único dios verdadero, rechazando la adoración de otros dioses (katenoteísmo).

  1. Pruebas Arqueológicas y Textuales

3.1) Inscripciones y Textos Antiguos: Inscripciones como las encontradas en Kuntillet Ajrud y Khirbet el-Qom, que mencionan a "YHVH y su Asherah (Asera)", sugieren para los adherentes a esta tesis que en algunos contextos YHVH pudo haber sido asociado con una consorte femenina, lo que refleja un pasado politeísta.

3.2) Textos Bíblicos: Algunos pasajes bíblicos, cuando se leen críticamente, parecen reflejar un tiempo en el que YHVH no era el único dios adorado, sino que competía con otras deidades. Esto incluye referencias a "dioses extranjeros" y la continua denuncia de la idolatría en Israel.

  1. Transformación Teológica

4.1) Exclusividad de YHVH: A medida que las ideas monoteístas se fortalecieron, YHVH comenzó a ser visto no solo como el dios de Israel, sino como el único dios verdadero, creador del cielo y de la tierra. Este proceso involucró la reinterpretación de YHVH como un dios universal, eliminando o reinterpretando a las otras deidades como ángeles, demonios o simplemente inexistentes (monolatría).

  1. Implicaciones Históricas y Culturales

5.1) Identidad Israelita: La transición hacia el monoteísmo y la centralidad de YHVH estuvo ligada a la formación de la identidad nacional israelita, especialmente durante y después del exilio babilónico.

5.2) Reformas Religiosas: Las reformas como las deuteronomistas y la predicación de los profetas jugaron un papel crucial en la eliminación de la adoración de otros dioses, consolidando el culto exclusivo a YHVH (monoteísmo).

5.3) Absorción de atributos teologales: Con el tiempo, según esta interpretación, YHVH absorbió las características de El y otras deidades, y su culto se transformó en la base del monoteísmo israelita, eliminando gradualmente a otras divinidades, incluida Asera. Este proceso de transformación y exclusión se reflejaría en la narrativa bíblica, donde la adoración de Asera y otros dioses es condenada.

Estas son, en líneas generales, las tesis defendidas por esta postura, fundamentadas en elementos proporcionados por la crítica textual, la arqueología, y los estudios comparativos de religiones del antiguo Oriente Próximo. Esta interpretación es parte del enfoque histórico-crítico que intenta rastrear las raíces y la evolución del monoteísmo en Israel, sugiriendo que la religión israelita no surgió de un monoteísmo puro desde el principio, sino que evolucionó a partir de un contexto politeísta en el que YHVH adquirió un estatus único y exclusivo. Para muchos, esta perspectiva resulta interesante y novedosa, pero quienes suelen apostar por esta vía de comprensión textual a veces olvidan mencionar que esta interpretación es controversial y no es aceptada por todos los estudiosos, especialmente por aquellos académicos que sostienen que la Biblia refleja una tradición monoteísta desde sus orígenes. Los críticos de esta interpretación argumentan que los textos bíblicos, que condenan la adoración de Asera y otras deidades, reflejan precisamente un rechazo claro y deliberado del politeísmo circundante, en lugar de una evolución desde él, dando cuenta así de una formulación clara de "monoteísmo".

Ahora, ya que he enunciado la tesis principal de esta hipótesis y sus argumentos, veamos los elementos de prueba que presentan para sustentarla, que son básicamente seis, y que se soportan en hallazgos arqueológicos, textos del período, evolución cultural, referencias del Tanaj, comparaciones con otras religiones e interpretaciones teóricas.

1. Descubrimientos Arqueológicos

1.1) Inscripciones de Kuntillet Ajrud y Khirbet el-Qom: Estas inscripciones, datadas en el siglo VIII a.C., mencionan a "YHVH y su Asera". Estas referencias han sido interpretadas por algunos como evidencia de que en ciertos contextos antiguos, YHVH pudo haber sido adorado junto a Asera, sugiriendo una relación entre ellos.

1.2) Estelas y figurillas de Asera: Se han encontrado numerosas figurillas y estelas que representan a una diosa, identificada comúnmente como Asera, en sitios israelitas, lo que sugiere que la adoración de esta diosa era común entre algunos grupos israelitas.

2. Textos Ugaríticos

2.1) Los textos de Ugarit: Es un antiguo reino cananeo, donde se menciona a El como el dios supremo y a Asera como su consorte. Estos textos describen un panteón en el que El es la figura paterna y otras deidades, como Baal, desempeñan roles importantes. Algunos estudiosos sugieren que YHVH pudo haber sido una deidad similar a Baal en este panteón, antes de ser separado y elevado por los israelitas.

2.2) El y su familia divina: Los textos ugaríticos describen a El como el padre de los dioses, con varios hijos e hijas. La idea de YHVH como un "hijo" de El podría estar relacionada con este tipo de estructura divina.

3. Evolución de la Religión Israelita

3.1) Sincretismo religioso: La tesis se apoya en la idea de que la religión israelita, especialmente en sus primeras etapas, fue influenciada por las religiones vecinas. La Biblia misma refleja episodios de sincretismo (otro concepto bastante cuestionable desde la antropología), como la adoración de Baal y Asera junto a YHVH, lo que sugiere que las creencias religiosas de Israel estaban en proceso de formación y consolidación.

3.2) Transformación del monoteísmo: Algunos estudiosos argumentan que la transición hacia el monoteísmo en Israel fue gradual (lo cual es básicamente una afirmación ovia cuando hablamos de historia). En esta visión, YHVH comenzó como una deidad en un panteón más amplio, y con el tiempo absorbió las características de otros dioses, incluyendo a El, hasta convertirse en la única deidad reconocida.

4. Referencias en el Tanaj

4.1) Condena de la adoración de Asera: El Tanaj menciona repetidamente la adoración de Asera y la condena como idolatría (por ejemplo, en el libro de Reyes y Jueces). La frecuencia y la intensidad de estas condenas podrían indicar que, en algún momento, Asera era una figura importante en la práctica religiosa israelita, posiblemente en relación con YHVH.

4.2) El título de "El" en la Biblia: En varios textos bíblicos, YHVH es llamado "El" o "Elohim", términos que también se usaban para el dios supremo en la religión cananea. Esto ha llevado a algunos a sugerir que YHVH asumió roles y títulos de El a medida que se consolidaba como el dios único de Israel.

5. Comparación con Otras Religiones Antiguas

5.1) Patrones similares en la religión mesopotámica y egipcia: La idea de que un dios menor pueda ascender en importancia no es única en el antiguo Israel. En Mesopotamia, por ejemplo, Marduk se elevó de ser una deidad local a ser el dios supremo de Babilonia. En Egipto, Amón, originalmente un dios local, fue sincretizado con Ra y se convirtió en el dios principal del panteón. Estas comparaciones sugieren que un proceso similar pudo haber ocurrido con YHVH. Y se podrían hacer muchas otras a lo largo del mundo.

6. Interpretaciones Teóricas Modernas

6.1) Crítica bíblica y estudios comparativos: La crítica bíblica moderna, especialmente en su enfoque histórico-crítico, ha utilizado estos elementos para argumentar que la religión israelita evolucionó a partir de un contexto politeísta. Esta teoría se refuerza mediante estudios comparativos con otras religiones del antiguo Cercano Oriente, donde se observa cómo los dioses y sus roles fueron reinterpretados y transformados a lo largo del tiempo.

Esta tesis, que espero haber presentado con suficiencia, ha sido apoyada por varios académicos, especialmente dentro del campo de los estudios bíblicos y la historia de las religiones. Menciono algunos autores más y sus obras más destacadas para que tengan como referencia: que han explorado o defendido aspectos de esta tesis:

1) Margaret Barker, autora de The Great Angel: A Study of Israel's Second God (1992). En este caso cabe mencionar que Barker exploró la idea de que en las etapas tempranas del desarrollo de la religión israelita, YHVH pudiera haber sido visto como una figura angelical o un "segundo dios", conectado con el dios El. 

2) Thomas L. Thompson, autor de The Bible in History: How Writers Create a Past (1999).Thompson ha apoyado la idea de que la religión israelita primitiva era más sincrética de lo que sugiere la narrativa del Tanaj. Aunque su enfoque no se centra exclusivamente en la relación de YHVH con El y Asera, su obra abre espacio para considerar la evolución del monoteísmo israelita desde un contexto politeísta.

3) William Dever con su obra Did God Have a Wife? Archaeology and Folk Religion in Ancient Israel (2005). Como arqueólogo, ha argumentado que la evidencia sugiere que muchos israelitas adoraban a Asera junto a YHVH en la práctica religiosa popular, a pesar de la condena oficial de tales prácticas en los textos bíblicos. Su trabajo se centra en cómo la religión popular puede haber sido más diversa y menos estrictamente monoteísta que lo que los textos bíblicos prescriben.

4. Rainer Albertz, autor de A History of Israelite Religion in the Old Testament Period (1994). Aqui explora la idea de que la religión israelita experimentó un proceso de evolución desde un politeísmo sincrético hacia un monoteísmo. Su obra examina cómo YHVH pudo haber comenzado como una deidad local y eventualmente asumió un papel supremo, absorbiendo aspectos de otras deidades como El.

Pero como todo en la academia el asunto no se queda aquí y estas obras no dejan de cuestionarse; por eso es importante señalar que esta tesis sigue siendo objeto de debate, y muchos otros académicos argumentan en contra de ella, sin aceptarlas total o parcialmente, defendiendo un origen más exclusivo y distintivo para YHVH en la tradición israelita, y estos son algunos de ellos, para que de igual modo si les interesan también los tengan en cuenta antes de hacer afirmaciones contundentes y lapidarias: 

1) Richard Elliott Friedman, que tiene dos obras importantes al respecto; Who Wrote the Bible? (1987) y The Hidden Face of God (1995). Friedman es conocido por sus estudios sobre la composición del Tanaj y la hipótesis documental. Si bien reconoce la complejidad y diversidad del desarrollo del monoteísmo israelita, Friedman no apoya la idea de que YHVH fuera originalmente una deidad menor o parte de un panteón cananeo. Sostiene que la evolución del monoteísmo israelita está más alineada con una tradición teológica única y coherente.

2) Kenneth Kitchen y su libro On the Reliability of the Old Testament (2003). Kitchen es un egiptólogo y estudioso del “Antiguo Testamento”, defiende la historicidad y la coherencia interna de los textos y rechaza la idea de que YHVH haya tenido un origen politeísta cananeo. Argumenta que la religión israelita tiene raíces distintivas y que el monoteísmo de YHVH es una innovación teológica, no una evolución desde un politeísmo.

3) Michael Heiser, autor de The Unseen Realm: Recovering the Supernatural Worldview of the Bible (2015). Heiser hace su enfoque en la teología del Antiguo Testamento y en el concepto del “consejo divino”. Si bien admite que el Tanaj refleja un entorno cultural en el que se mencionan otras deidades (lo que textualmente es evidente), Heiser sostiene que YHVH es presentado como el Dios supremo y único desde el principio, y que cualquier aparente relación con otras deidades es malinterpretada cuando se ve a través de una lente politeísta.

4) James K. Hoffmeier y su libro Israel in Egypt: The Evidence for the Authenticity of the Exodus Tradition (1996). Este arqueólogo defiende la coherencia histórica y teológica del relato bíblico. Argumenta que la religión israelita, desde sus inicios, tiene características distintivas que la separan de las religiones cananeas y que YHVH no puede ser simplemente entendido como una evolución de una deidad cananea menor.

5) John H. Walton, autor de los libros Ancient Near Eastern Thought and the Old Testament (2006) y The Lost World of Genesis One (2009). Walton se especializa en la relación entre los textos bíblicos y el antiguo Cercano Oriente. Aunque reconoce las similitudes culturales entre Israel y sus vecinos, Walton sostiene que la concepción de YHVH en la Biblia es única y no simplemente una adaptación de las creencias cananeas.

6) Tremper Longman III, en cuyo texto Gods of War: Is the Old Testament God of Love? (2010) criticó a las interpretaciones que ven a YHVH como una figura derivada de las religiones circundantes. Argumenta que el Tanaj presenta a YHVH de manera consistente como el único Dios verdadero y que cualquier sincretismo es el resultado de la desviación de los israelitas de su fe, no de un origen politeísta de YHVH.

7) Gleason L. Archer, autor de A Survey of Old Testament Introduction (1974). Para Archer la integridad y la autoría tradicional del Tanaj esta ampliamente respaldada. Rechaza la idea de que YHVH tuviera un origen politeísta y defiende que el monoteísmo israelita es una revelación divina que se mantiene firme a lo largo de su narrativa siendo el común denominador.

8) Umberto Cassuto en The Documentary Hypothesis (1941), en calidad de Cassuto, erudito bíblico y rabino, fue un duro crítico de la hipótesis documental y defendió la unidad literaria y teológica de la Toráh. Sostuvo que YHVH es presentado desde el principio como el Dios supremo, sin paralelo en las religiones cananeas.

9. Yehezkel Kaufmann, autor de The Religion of Israel: From Its Beginnings to the Babylonian Exile (1960). Kaufmann argumenta que la religión israelita, desde sus comienzos, fue monoteísta y distintiva de las religiones cananeas. Rechaza la idea de que YHVH haya tenido un origen politeísta y sostiene que la Biblia refleja una ruptura radical con las creencias politeístas circundantes.

Estos autores han argumentado en contra de la idea de que YHVH fue alguna vez parte de un panteón politeísta cananeo, defendiendo que desde el principio YHVH fue concebido como un dios único y supremo en la tradición israelita, lo cual, en términos generales se podría considerar una “apología” de las afirmaciones tradicionales, pero no por ello quiere decir que carecen de pruebas para afirmar su idea y contrarrestar lo contrario, presentado varias objeciones y limitaciones a la tesis del ascenso del politeísmo al monoteísmo por parte de la Deidad superior de Israel. Vemos las críticas:  

1. Ausencia de Evidencia Directa

1.1) Falta de textos canónicos explícitos: No existen textos bíblicos que indiquen directamente que YHVH fue considerado hijo de El o consorte de Asera. Aunque hay condenas a la adoración de Asera, el Tanaj nunca describe a YHVH como hijo de El o lo relaciona positivamente con Asera en un contexto mitológico.

1.2) Limitaciones de las inscripciones arqueológicas: Las inscripciones que mencionan "YHVH y su Asera" son ambiguas. Algunos estudiosos argumentan que la frase podría referirse a un objeto ritual (como un poste sagrado o símbolo asociado con Asera) en lugar de a la diosa misma. Esto implica que la relación entre YHVH y Asera podría no haber sido tan directa o significativa como algunos interpretan.

2. Teología Monoteísta Israelita

2.1) Consistencia del monoteísmo en el Tanaj: A pesar de las influencias externas y los desafíos internos, la teología israelita en el Tanaj muestra una clara tendencia hacia el monoteísmo. YHVH es presentado consistentemente como el único Dios verdadero, sin rivales ni consortes divinos, lo que contrasta con la estructura del panteón cananeo. Es más precisamente esto es lo que intenta presentara de manera explícita los documentos israelitas.

2.2) Crítica a la idolatría: El Tanaj condena repetidamente la adoración de otras deidades, incluidas Asera y Baal, y narra sin ambigüedad cómo estos cultos fueron eliminados o combatidos por los profetas y líderes israelitas. Esto sugiere un rechazo deliberado de cualquier sincretismo con las religiones cananeas, más que una simple evolución desde ellas.

3) Distinción de YHVH de otras deidades

Origen y carácter único de YHVH: Algunos estudiosos sostienen que YHVH tiene un origen y carácter distinto de las deidades cananeas. Las evidencias sugieren que YHVH podría haber sido una deidad independiente, originaria de una región diferente (posiblemente Edom o el Sinaí) antes de ser adoptada como el dios de Israel. Este argumento se basa en referencias bíblicas y extrabíblicas que sitúan el origen de YHVH en el sur, separado del panteón cananeo.

3.2) Falta de paralelismos claros en Ugarit: Si bien se han encontrado similitudes entre los textos ugaríticos y el Tanaj, no existe una evidencia clara y directa en Ugarit que relacione a YHVH como una deidad menor en su panteón, lo que debilita la idea de que YHVH fue originalmente parte de este panteón. Y la similitud terminológica no implica similitud de procedencia necesariamente.

4. Interpretación Alternativa de los Hallazgos Arqueológicos

4.1) Uso simbólico de Asera: La referencia a "su Asera" en las inscripciones arqueológicas podría no indicar una deidad consorte, sino más bien un símbolo de fertilidad o protección asociado con el culto a YHVH. Esta interpretación desvincula la relación directa entre YHVH y Asera como figuras mitológicas.

4.2) Contexto local y no pan-israelita: Las inscripciones que mencionan a Asera junto a YHVH podrían reflejar prácticas religiosas locales y no necesariamente un culto pan-israelita. Esto significa que estas prácticas podrían haber sido marginales o sincréticas, y no representativas del culto principal a YHVH.

5. Perspectiva Literaria y Teológica

5.1) Redacción y edición del Tanaj: La mayoría de los libros del Tanaj fueron redactados o editados en un contexto donde el monoteísmo ya estaba bien establecido. Incluso si hubo influencias o prácticas politeístas en periodos anteriores, la redacción final de los textos refleja un claro esfuerzo por definir a YHVH como único y sin igual. Esto sugiere que la idea de YHVH como una deidad derivada de un panteón cananeo no tiene un respaldo sólido en los textos canónicos y que por el contrario antecede y es un elemento formativo e identitario de los textos.

5.2) Teoría de la evolución religiosa limitada: Aunque algunos sostienen que la religión israelita evolucionó desde un politeísmo hacia el monoteísmo, otros argumentan que desde sus primeras etapas, el culto a YHVH tuvo características distintivas que lo separaron de las religiones vecinas. Esta perspectiva sugiere que la evolución hacia el monoteísmo fue menos una adaptación de ideas cananeas y más una reafirmación de una identidad religiosa única que se ve reflejada precisamente en las practicas identitarias.

6. Opinión de la Crítica Histórica Moderna

6.1) Debate entre los académicos: Aunque la hipótesis de YHVH como hijo de El y consorte de Asera ha sido propuesta, no es una teoría ampliamente aceptada entre todos los académicos. Hay un considerable desacuerdo, con muchos expertos que consideran que esta visión es demasiado especulativa y carece de suficiente evidencia directa.

Así pues, la tesis enfrenta una serie de desafíos significativos, particularmente en cuanto a la falta de evidencia textual directa en los textos bíblicos y la interpretación alternativa de los hallazgos arqueológicos. Además, el fuerte monoteísmo que caracteriza la tradición israelita, tal como está representado en el Tanaj, contrasta con la idea de YHVH como parte de un panteón cananeo más amplio.

Dicho esto paso a dejar unas consideraciones personales que me parece apunta a criterios más extensos y que poco se han tenido en cuenta en este debate -incluyendo a aquellos que intenta defender la visión “ortodoxa”-, y que olvidan mencionar para poder refutar mejor esta hipótesis altamente especulativa y condicionada, en especial porque en general asume una perspectiva carente de antropología (cultura e identidad) y refleja bastantes sesgos metodológicos y teóricos. En ese sentido comienzo con mi crítica propiamente dicha:    

1) Judaísmo no es 'yavehismo':

1.1) La crítica académica olvida algo fundamental: y es que ni el judaísmo ni la “religión” del antiguo Israel es “yavehismo”, esto implica que desde ahí se tiende a reducir el judaísmo a un simple culto a YHWH, ignorando su complejidad como una tradición que incluye una ley divina (la Toráh) y una identidad nacional. El judaísmo no es meramente una religión centrada en una deidad, sino un sistema más amplio que incluye la aceptación de la Toráh como un contrato divino dado a un pueblo específico. Es la historia de un pueblo que reconoce a Dios, no la de uno que lo va inventado. La aceptación de la Toráh y la identidad nacional son fundamentales para el judaísmo, diferenciándolo de otros sistemas religiosos. La Toráh no solo regula la relación del pueblo con Dios, sino también la vida social, legal y moral del pueblo judío, lo que refuerza la idea de que el judaísmo es más que un simple culto. El judaísmo ha mantenido su continuidad y cohesión a lo largo de los siglos precisamente porque se basa en la Toráh y no únicamente en la adoración de una deidad. Esto lo distingue de muchas religiones antiguas que desaparecieron junto con sus cultos a deidades específicas y de los cuales, precisamente, solo tenemos noticias por la arqueología.

2) Toráh Oral como clave interpretativa:

2.1) Los críticos suelen pasar por alto el papel crucial de la Toráh Oral, que es fundamental para entender el Tanaj. La Torá tiene esas dos dimensiones: la Escrita que presenta el texto base y fuente de reflexión y la Oral que dilucida a base del contenido espiritual, cultural, lingüístico y social que compone su contenido. La Toráh Oral como una herramienta fundamental para interpretar el Tanaj es insustituible. Y no por el hecho de que el método histórico-critico se vea limitado en sus procedimientos debe optarse por sus conclusiones como definitivas para explicar un texto.

2.2) Como declaran los sabios: “La Toráh habla en el lenguaje de los hombres”, lo que significa que emplea el lenguaje, metáforas e ideas comprensibles para la gente de su tiempo. No se puede equiparar el uso de términos como "El" con la adoración de una deidad simplemente porque se usaron palabras similares dentro de una situación histórica dada. El contexto y el destinatario de esas palabras son lo que importa. Y el Tanaj si bien se compone de términos responde en su base interpretativa a una sintaxis cuyos marcadores semánticos buscan preservar un sentido diacrónico a pesar de haber iniciado con valores sincrónicos. El Tanaj expresa paradigmas particulares desde sintagmas de su entorno de redacción.  Así que el uso de ciertos términos y conceptos en la Toráh debe entenderse en su contexto cultural e histórico particular y no como una indicación de adoración a deidades paganas o una refundición de las fuentes que las proclamaron.

2.3) En consonancia con lo anterior, cabe añadir que la Toráh Oral ha sido transmitida y preservada a lo largo de los siglos, y esto ha permitido a las comunidades judías interpretar y aplicar los textos bíblicos de manera coherente con su contexto histórico y cultural, abordando todas sus facetas comunicativas (Pardes). Esta tradición oral ha sido un factor de cohesión y continuidad en la identidad judía, evitando malinterpretaciones que podrían surgir de una lectura superficial, aislada del texto o sujeta a lecturas sectarias. 

2.4) Los críticos de la hipótesis del origen politeísta de YHVH hacen una lectura "reversa" al interpretar nombres distintos como indicativos de dioses separados, mientras que el Tanaj intenta mostrar una unidad subyacente expresada con distintos términos. El uso de nombres diferentes en el Tanaj puede reflejar distintas facetas de una realidad divina unificada. El Tanaj a menudo busca mostrar que lo que parece ser pluralidad es, en esencia, una unidad. Los críticos que leen estos nombres como indicativos de dioses distintos pueden no estar captando la intención teológica y filosófica del texto. El Tanaj no necesariamente está introduciendo dos entidades separadas, sino que está explorando y expresando la complejidad de una única realidad divina a través de diversos nombres y conceptos: y esto es lo que e esencia dice el texto, que es la guía interpretativa definitiva.

3) Dimensión social de los pueblos con sus religiones.


3.1) Además, los críticos confunden las prácticas populares con las enseñanzas oficiales. El hecho de que existieran cultos idolátricos en Israel no es novedoso; es precisamente lo que los profetas denunciaron. Estos cultos reflejan lo que el mensaje del Tanaj busca erradicar, no su aprobación. Se debe hacer distinción entre las prácticas populares del pueblo israelita y las enseñanzas oficiales de sus sabios y profetas. La presencia de cultos idolátricos en Israel, lejos de invalidar la autenticidad del monoteísmo israelita, es precisamente lo que afirma la historicidad del Tanaj. Dichas prácticas dentro del judaísmo oficial son una desviación que fue continuamente condenada por las autoridades religiosas. El mensaje del Tanaj representa un esfuerzo constante por purificar y consolidar el monoteísmo, a pesar de las influencias externas y las desviaciones populares. Las desviaciones populares de un proyecto religioso o espiritual no son exclusivas de Israel, sino que son comunes en muchas religiones a lo largo de la historia, son casi que un común denominador, y fueron motivantes para generar mecanismos que sabios y líderes utilizaron para contrarrestar estas prácticas y reafirmar el monoteísmo, como la enseñanza de la Toráh, las reformas religiosas y las campañas proféticas.

4) El texto de la Toráh en su situación textual y del entorno.

4.1) Los críticos olvidan que el texto de la Toráh es cerrado en cuanto a su canon pero es abierto a su interpretación y no se queda en su condición inicial: concediendo que esa crítica fuera cierta, aun así no sería definitiva, eso solo indicaría sus inicios redaccionales pero sus futuros interpretativos que son otorgados por el pueblo que los sacraliza, en especial por sus sabios, los cuales por más que generen innovaciones siempre están sujetos a limites interpretativos de los cuales el más evidente es el “monoteísmo”. 


4.2) El que muchas leyes fueran dadas antes de la Toráh a otras naciones no es novedad alguna, eso no solo lo dice la historia académica moderna, ya la misma tradición, la arqueología lo afirman. El Código de Hammurabi o las leyes de Manu, sirven para confirmar lo que la Torá Oral ya había enseñado. Lo interesante es el contraste que surge de ello: y es que solo una nación sigue viviendo y actualizando esa misma Ley, ¿O en qué día de las semana es leído el Código de Hamurrabi como texto sagrado en algún lugar de Mesopotamia o del mundo? 

4.3) Como ya se mencionó la Toráh no es solo un texto estático, sino un documento que ha sido interpretado y reinterpretado a lo largo de la historia, manteniendo su relevancia y sacralidad en la vida judía. La comparación con otros códigos legales antiguos que ya no tienen la misma vigencia subraya la singularidad de la Toráh y refuerza el argumento de su continua actualización y aplicación, porque es el texto de un pueblo, no un código legal sin alma.

5) Una alternativa al presupuesto evolucionista

5.1) Los estudios críticos también suelen interpretar los hallazgos arqueológicos y textuales bajo un prisma evolucionista que asume una progresión lineal de las creencias religiosas, desde el politeísmo hasta el monoteísmo. En este punto propongo una perspectiva diferente: las diversas expresiones cultuales a YHWH en realidad reflejan un espectro de ideas y actitudes hacia él, desde el monoteísmo hasta el politeísmo, pasando por el henoteísmo y el katenoteísmo. Estas ideas no necesariamente evolucionaron de manera lineal, sino que pudieron coexistir y transformarse en diferentes contextos, resentando en algunos puntos “avances”, “regresiones” o “estancamientos”. Cuando hablamos de cultura no siempre la evolución es la norma, la difusión, la función o la estructura, nos pueden explicar muy bien ciertos fenómenos complejos. Así que, desde esta visión, el monoteísmo, henoteísmo, katenoteísmo y politeísmo no son etapas de una progresión, sino manifestaciones simultáneas y contextualmente específicas de la relación de distintas comunidades con respecto a lo que entienden por YHWH.

5.2) Este enfoque pluralista y no lineal permite una comprensión más matizada y compleja del desarrollo religioso en el antiguo Israel. Al reconocer la coexistencia de diferentes formas de culto y creencias, se evita una simplificación excesiva de la historia religiosa y se abre la puerta a interpretaciones que pueden explicar mejor la diversidad de prácticas y textos encontrados, como por ejemplo podría ser mejor comprendido a la luz de esta idea textos como el Malaji 1: 11 (Porque desde la salida del sol hasta su puesta, mi nombre será grande entre las naciones), adquiere más sentido.  

5.3) Para profundizar en este punto, podría ser útil explorar ejemplos de otras culturas o períodos históricos donde se haya demostrado la coexistencia de múltiples sistemas de creencias, muchos de los cuales se expresaron desde el inicio tal y como los conocemos hoy, si es que han durado hasta la actualidad. Esto no solo reforzaría el argumento, sino que también proporcionaría una base comparativa que ayude a contextualizar la diversidad religiosa en el antiguo Israel. Además, se podría considerar la influencia de factores externos, como el intercambio cultural, la invasión, o la migración, que podrían haber facilitado la coexistencia y la mezcla de creencias en lugar de una simple evolución lineal.

En definitiva y por todo lo escrito hay que decir que la hipótesis politeísta a la composición del Tanaj y al origen “pagano” del culto a YHVH no es un asunto demostrado y aprueba de toda duda, es una hipótesis que no está plenamente respaldadas por las pruebas que necesarias para su aceptación sin reparos. En este sentido, la tesis tradicional que sostiene que el monoteísmo es el sello distintivo de Israel se sigue sosteniendo sin problema alguno. Podría añadir otros elementos de orden interpretativo y kabalista, pero basta por ahora, este texto ya es demasiado extenso.   


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