En esta sección del libro de Mario Sabán, se percibe un claro intento de vincular a Jesús (Yeshú) con la tradición rabínica, presentándolo como un "rabino". Para lograr este objetivo, el Sabán recurre a diversos versículos bíblicos del Tana”j (Biblia hebrea), sugiriendo que se han utilizado traducciones directas del hebreo al español, así como referencias a la literatura rabínica, ya que el autor es considerado todo un erudito en los sectores de las sectas mesiánicas, Raíces Hebreas del Cristianismo y de los círculos que estudian Kabalah en habla hispana.
Sabán argumenta que las enseñanzas de Yeshú están profundamente arraigadas en la tradición judía, enfatizando su enfoque ético y moral. Para respaldar esta afirmación, el autor establece paralelismos entre las enseñanzas de Yeshú y textos del Tana”j, abordando un total de 17 subsecciones éticas.
Sabán interpreta la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37) como una reinterpretación de los valores judíos, sugiriendo que Yeshú amplía la noción de "prójimo" más allá de las divisiones étnicas y religiosas, en consonancia con la ética de la misericordia presente en el judaísmo.
A lo largo del texto, Sabán presenta a Yeshú como alguien que no solo cumple, sino que reinterpreta las mitzvot (mandamientos de la Torah) y valores judíos, buscando su esencia y promoviendo un mensaje que trasciende las prácticas rituales. Sabán parece querer establecer que el mesianismo de Yeshú y su interpretación de la Torá se inscriben en un contexto más amplio de la historia espiritual del judaísmo. Sabán busca alinear las enseñanzas de Yeshú con la ética judía tradicional, enfatizando valores como la humildad, la justicia y el amor al prójimo, y presentándolo como una figura firmemente arraigada en la tradición rabínica, hasta aquí todo son pétalos de rosa, un poema para Yeshú, la reivindicación añorada por los misioneros de Raíces Hebreas del Cristianismo por parte de un judío erudito en Tanaj, Talmud y Kabalah.
En publicaciones previas, hemos abordado las imprecisiones del Dr. Mario Sabán en relación con los textos talmúdicos (o rabínicos) que pretende vincular con las enseñanzas de Yeshú. Un análisis exhaustivo de las citas que el Dr. Sabán atribuye a fuentes como la Mishnah, el Talmud o los Midrashim revela inconsistencias significativas. Estas discrepancias sugieren que el autor no ha consultado las fuentes primarias, dado que las citas en cuestión son erróneas, están mal referenciadas o son inexistentes, como ha sido meticulosamente documentado por nuestro distinguido colega, el Magister Leví Luis, en su análisis audiovisual.
En respuesta a las objeciones del Dr. Sabán, quien argumenta que las imprecisiones señaladas por el Lic. Leví Luis constituyen errores "mínimos" en su obra, hemos emprendido una investigación exhaustiva de todas las citas rabínicas empleadas por el Dr. Sabán para sustentar el supuesto "judaísmo" de Yeshú. Nuestra indagación ha revelado que el Dr. Sabán no solo no consultó las fuentes originales, sino que además reprodujo sin atribución un total de 45 citas (equivalentes al 19.5% del total de referencias en el capítulo analizado) de la obra "La Sabiduría Hebrea" de Isaac S. Algazi. Específicamente, estas citas pseudo-rabínicas fueron extraídas de las páginas 59, 32, 37, 40, 66, 85, 105, 135, 156, 158, 176, 177, 178, 179, 207, 235, 240, 265, 268, 269, 276 y 308 del libro de Algazi, sin la debida referencia a la fuente original.
Para facilitar la verificación de estos hallazgos, hemos compilado un documento comparativo que detalla las citas utilizadas por Sabán en el capítulo VI de su libro, contrastándolas con las correspondientes en la obra de Isaac S. Algazi.
https://docs.google.com/spreadsheets/d/1JhxhrjYzr3uyQu87Wxxt9I2p3-YqVYEsUVsS2TY5v8U/edit?usp=sharing
La investigación exhaustiva de las fuentes utilizadas por el Dr. Mario Sabán revela una significativa falta de rigor académico en la consulta y citación de fuentes primarias, lo cual socava considerablemente la credibilidad de sus afirmaciones respecto a las supuestas similitudes entre el pensamiento rabínico y las enseñanzas de Yeshú. Esta deficiencia metodológica invalida la premisa central de Sabán, que propone a Yeshú como un fariseo de la escuela de Hilel HaZaken. La evidencia sugiere que Sabán no comprende adecuadamente el pensamiento rabínico, dado que recurre a traducciones erróneas de textos rabínicos en lugar de consultar las fuentes originales. Más aún, desde una perspectiva judía, el intento de justificar las acciones de Yeshú como las de un rabino resulta altamente problemático. La tradición judía, fundamentada en las enseñanzas de los Jajamim, ha mantenido una postura clara y consistente sobre Yeshú desde tiempos talmúdicos. En el Talmud Bavli, específicamente en Gitin 57a, se le considera un poshea (criminal). Además, en Sota 47a, Sanhedrin 43a y 107b, se le describe como un brujo e idólatra. El Talmud también lo categoriza como un mumar (apóstata) en Avodah Zara 16b-17a, y no como un Jajam (rabino). Estas caracterizaciones, provenientes de los JaZa"L en la Gemara (sabios del Talmud), contradicen fundamentalmente la tesis de Sabán y subrayan la importancia de adherirse a las fuentes rabínicas auténticas en el estudio del judaísmo antiguo.
Tras el descubrimiento de que el Dr. Mario Sabán no recurría a las fuentes originales del pensamiento rabínico de la antigüedad, evidenciado por el plagio reiterado de frases del libro "La Sabiduría Hebrea" de Isaac S. Algazi, nos vimos en la necesidad de reevaluar la credibilidad de las citas utilizadas en su obra. Este hallazgo nos llevó a realizar un análisis más profundo, centrándonos en el origen de las citas del Tanaj (Biblia hebrea) empleadas por Sabán. Inicialmente, dada su autoproclamada distinción como académico hispanohablante con múltiples doctorados en temas bíblicos, teológicos y cabalísticos, nuestra hipótesis de trabajo suponía que habría recurrido a traducciones directas del texto masorético. Sin embargo, un examen minucioso reveló una realidad distinta: Sabán no tradujo ningún versículo del Tanaj al español, sino que optó por copiar y pegar de diversas traducciones bíblicas cristianas y católicas preexistentes. Este descubrimiento se sustenta en un análisis estadístico exhaustivo de las fuentes utilizadas, que arroja luz sobre la diversidad y frecuencia de las traducciones bíblicas empleadas. La Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) emerge como la fuente predominante, representando el 29.40% de las citas, seguida por el ya mencionado libro "La Sabiduría Hebrea" de Isaac S. Algazi con un 19.50%, y la Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) con un 13.40%. Es notable la variedad de fuentes utilizadas, que incluyen desde versiones ampliamente reconocidas como la Nueva Versión Internacional y la Biblia de Jerusalén, hasta traducciones más específicas como la Biblia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones) y la Biblia Kadosh Israelita Mesiánica. Esta práctica de compilación indiscriminada de fuentes, sin recurrir a los textos originales ni ofrecer traducciones propias, no solo pone en tela de juicio la rigurosidad académica del trabajo de Sabán, sino que también suscita serias dudas sobre la autenticidad y precisión de las interpretaciones y conclusiones presentadas en su obra, especialmente en lo que respecta a las supuestas similitudes entre las enseñanzas rabínicas y las de Yeshú.
El análisis exhaustivo de las fuentes utilizadas por el Dr. Mario Sabán en su obra reveló una práctica aún más problemática desde el punto de vista académico y teológico. Al descubrir que Sabán no solo no recurría a las fuentes originales en hebreo del Tana"j, sino que utilizaba traducciones de biblias cristianas sin citar adecuadamente estas fuentes, se puso de manifiesto una seria falta de rigor metodológico. Esta práctica resulta particularmente llamativa considerando la autoproclamada expertise de Sabán en estudios judaicos y cabalísticos.
Un aspecto que merece especial atención es el uso frecuente que hace Sabán del libro de Eclesiástico, también conocido como Sirácida o Ben Sira. Este libro, que forma parte del canon de la Biblia Católica en Occidente, no está incluido en el canon hebreo del Tana"j, ni tampoco en el canon de las biblias protestantes. Su inclusión y uso extensivo en la obra de Sabán plantea interrogantes significativos sobre la coherencia y autenticidad de su enfoque hacia las fuentes judías tradicionales.
La prevalencia del Eclesiástico en el trabajo de Sabán se hace evidente de manera contundente en el capítulo 6 de su libro. En esta sección, se observa una recurrencia notable de citas provenientes de este texto deuterocanónico. Un análisis detallado revela que el Eclesiástico es mencionado al menos en 69 ocasiones, con citas que abarcan desde el capítulo 4 hasta el capítulo 14 de dicho libro. Esta utilización extensiva de un texto no reconocido dentro del canon judío tradicional suscita cuestionamientos fundamentales sobre la fidelidad de Sabán a las fuentes rabínicas que dice representar.
Esto reafirma la notable utilización de este texto en el contexto de las enseñanzas éticas que Mario Sabán relaciona con el judaísmo de Yeshú. Cada una de estas menciones resalta no solo temas de caridad y justicia, sino también de humildad y la crítica a la soberbia, elementos centrales en el discurso moral “judío” y que Sabán señala como fundamentales en las enseñanzas de Yeshú. Sin embargo, esta dependencia del Eclesiástico plantea argumentos sobre su autenticidad y alineación con las enseñanzas rabínicas originales, considerando que este libro ha sido históricamente considerado deuterocanónico por la Iglesia Católica y, por tanto, su uso podría aportar una perspectiva que se aleje de la interpretación pura del judaísmo de la época de Yeshú.
La utilización del libro de Eclesiástico (conocido en hebreo como Jojmat Ben Sirá, חכמת בן סירא) para justificar el judaísmo de Yeshú o su supuesto estatus como rabino presenta numerosos problemas desde una perspectiva académica y rabínica. El libro refleja ciertos aspectos del pensamiento judío de la época helenística tardía, no representa necesariamente las corrientes religiosas dominantes en el judaísmo del siglo I d.C., período en el que vivió Yeshú.
Es especialmente relevante notar que Eclesiástico no fue incluido en el canon hebreo Tana”j y su estatus como texto autoritativo era disputado incluso entre los judíos contemporáneos a Yeshú. De hecho, existen referencias explícitas en la literatura rabínica que prohíben o desalientan la lectura de este libro. Por ejemplo, el Talmud Bablí Sanhedrín 100b cita a Rav Yosef diciendo:
א שנינו במשנה שר' עקיבא אומר: אף הקורא בספרים החיצונים אין לו חלק בעולם הבא. תנא [שנויה ברייתא]: הכוונה לספרי מינים. רב יוסף אמר: בספר בן סירא נמי [גם כן] אסור למיקרי [לקרוא] משום שיש בו צדדים שליליים. אמר ליה [לו] אביי: מאי טעמא [מה טעם] אסור לקרוא בו? אילימא [אם תאמר] משום דכתב ביה [שכתוב בו] "לא תינטוש גילדנא מאודניה [אל תפשוט את עור הדג מאוזנו], מכיסויי הזימים, שלא ליזיל משכיה לחבלא [ילך עורו לאיבוד], אלא צלי יתיה בנורא ואיכול ביה תרתין גריצים" [צלה אותו באש, ואכול בו שתי פיתי לחם], וסבור אתה שדבר שטות הוא, ואולם אי מפשטיה [אם כפשוטו] של אותו ביטוי — באורייתא נמי כתב [בתורה גם כן כתוב] "לא תשחית את עצה" (דברים כ, יט), שמצוות "לא תעשה" היא שלא לאבד דבר שיש בו תועלת, אף כאן ראוי שלא לאבד מן הדג דבר הראוי להשתמש בו. אי מדרשא [אם לדרשה] בלשון נקיה נתכוון בן סירא — אורח ארעא קא משמע לן [דרך ארץ השמיע לנו] בכך, שלא ליבעול [יבעול] אדם את אשתו שלא כדרכה שגורם לה אי נעימות.
(Traducción: Hemos aprendido en la Mishná que Rabí Akiva dice: También el que lee en los libros externos no tiene parte en el mundo venidero. Se enseña [en una baraita]: Se refiere a los libros de los herejes. Rav Yosef dijo: En el libro de Ben Sirá también está prohibido leer debido a que contiene aspectos negativos. Le dijo Abaye: ¿Cuál es la razón por la que está prohibido leerlo? Si dices que es porque está escrito en él "No despellejes el pescado desde su oreja [es decir, desde las branquias], para que su piel no se eche a perder, sino ásalo al fuego y come con él dos rebanadas de pan", y piensas que esto es una tontería, sin embargo, si se interpreta literalmente esa expresión — en la Torá también está escrito "No destruirás su árbol" (Deuteronomio 20:19), que es un mandamiento negativo de no destruir algo que tiene utilidad, así también aquí es apropiado no desperdiciar del pescado algo que puede ser utilizado. Si es para una interpretación homilética en lenguaje delicado a lo que Ben Sirá se refería — nos enseña una norma de conducta en esto, que no debe el hombre tener relaciones con su esposa de manera no natural que le cause incomodidad.)
-Talmud Bavli, Sanhedrin 100b, versión Steinsaltz.
El pasaje talmúdico y los comentarios rabínicos posteriores abordan la controversia en torno a la utilización del libro de Eclesiástico (también conocido como Ben Sira). Aunque este texto no fue incluido en el canon bíblico judío, gozó de cierta popularidad y respeto en algunos círculos. El debate se centra en si su lectura está permitida o prohibida, reflejando una tensión más amplia sobre los límites del canon y la autoridad de los textos extra-bíblicos. Rav Yosef inicialmente prohíbe su lectura, argumentando que contiene "aspectos negativos" (צדדים שליליים). Sin embargo, Abaye cuestiona esta prohibición, señalando que algunas de las aparentes "tonterías" (דברי הבאי) del libro pueden interpretarse de manera positiva, ya sea como consejos prácticos alineados con principios de la Toráh (como no desperdiciar recursos, similar al mandamiento de "no destruirás su árbol" en Deuteronomio 20:19) o como enseñanzas éticas expresadas en lenguaje figurado (como la metáfora del pescado interpretada como una advertencia contra las relaciones sexuales no naturales). Los comentaristas posteriores, como Rashi y Ben Yehoyada, elaboran sobre estas interpretaciones, buscando reconciliar el contenido de Ben Sira con las enseñanzas rabínicas aceptadas. La explicación de Rashi sobre los saduceos (צדוקים) como "aquellos que niegan al Dios viviente" (שכופרין באל חי) se relaciona de manera crucial con el pasaje talmúdico mencionado. En el texto del Talmud, Rabí Akiva declara que "el que lee en los libros externos" (הקורא בספרים החיצונים) no tiene parte en el mundo venidero. La baraita subsiguiente especifica que esto se refiere a los "libros de los herejes" (ספרי מינים). La interpretación de Rashi vincula directamente estos "libros externos" o "libros de los herejes" con los escritos de los saduceos, a quienes él caracteriza como negadores de Dios. Esta conexión es significativa porque establece un contexto para la discusión subsiguiente sobre el libro de Ben Sira. Al equiparar los "libros externos" con textos que potencialmente niegan principios fundamentales del judaísmo rabínico, Rashi está proporcionando una base para entender la preocupación inicial de Rav Yosef sobre la lectura de Ben Sira.
Al analizar el texto de Eclesiástico griego del Codex Sinaiticus desde una perspectiva del judaísmo rabínico o fariseo, se pueden identificar varios aspectos potencialmente problemáticos ya que el texto parece otorgar una autoridad significativa a la sabiduría humana, lo cual podría interpretarse como una competencia con la autoridad de la Torá. Por ejemplo, afirma que “toda sabiduría viene del Señor” (παϲα ϲοφια ˙ παρα κυ) y que la sabiduría fue creada antes que todas las cosas (προτερα παντων · εκτιϲται ϲοφια). Esto podría verse como una elevación excesiva de la sabiduría humana en comparación con la revelación divina. El énfasis en el temor del Señor (φοβοϲ κυ) como principio de la sabiduría y fuente de bendición podría interpretarse como una simplificación de la compleja relación entre el hombre y Dios según la tradición rabínica. Además, la afirmación de que el temor del Señor "fue creado junto con los fieles en el seno materno" (μετα πιϲτων · εν μητρα ϲυνεκτιϲθη) podría contradecir las enseñanzas rabínicas sobre el libre albedrío. El texto aconseja no oponerse a un hombre poderoso (μη διαμαχου . μετα ανου δυναϲτου) o rico (μη εριζε · μετα ανου πλουϲιου), lo cual podría interpretarse como una aceptación de las jerarquías sociales que contradice el ideal de igualdad ante la ley divina. Las advertencias contra las mujeres, como "no te sientes con una mujer casada" (μετα ϋπανδρου γυναικοϲ μη καθου) o "no mires a una virgen" (παρθενον · μη καταμανθανε), podrían considerarse excesivamente restrictivas o misóginas desde una perspectiva rabínica más moderada. El consejo de "no abandonar a un viejo amigo" (μη ενκαταλιπηϲ · φιλονʼ̣ αρχαιον) podría interpretarse como una valoración excesiva de las relaciones personales por encima de los principios religiosos. La afirmación de que "hasta el Hades no serán justificados" (εωϲ αδου . ου μη δικαιωθωϲιν) los impíos podría entrar en conflicto con conceptos rabínicos sobre el arrepentimiento y la expiación después de la muerte. El énfasis en la sabiduría como medio para ganar el favor de los poderosos y tener éxito en la vida podría verse como una desviación del ideal de estudio de la Torá por sí misma.
La posibilidad de que el Eclesiástico sea un texto proto-saduceo, como sugiere la advertencia de Rashi, se puede explorar a través de varios elementos presentes en el texto griego. El énfasis en la sabiduría práctica y la ética social (como en los consejos sobre las relaciones con los poderosos: μη διαμαχου . μετα ανου δυναϲτου) podría reflejar una orientación más mundana y pragmática, característica atribuida a los saduceos. La ausencia de referencias explícitas a la resurrección o a una vida después de la muerte, junto con afirmaciones como “hasta el Hades no serán justificados” (εωϲ αδου . ου μη δικαιωθωϲιν), se alinea con la creencia saducea de que no hay vida después de la muerte. El texto también parece dar gran importancia al sacerdocio y al templo (φοβου τον κν · και δοξαϲον ϊερεα), lo cual concuerda con la asociación de los saduceos con la aristocracia sacerdotal. Además, la aparente falta de énfasis en la Torah oral y la interpretación rabínica, centrándose más en la sabiduría práctica y la observación directa, podría indicar una inclinación proto-saducea. El libro también parece favorecer una interpretación más literal de la Torah y una visión más determinista de la relación entre las acciones humanas y sus consecuencias, lo cual se alinea con las tendencias atribuidas a los saduceos. Sin embargo, es importante notar que estas características no son concluyentes por sí solas, ya que el Eclesiástico fue escrito en un período anterior a la clara diferenciación entre fariseos y saduceos, lo que explicaría su naturaleza "proto-saducea" más que explícitamente saducea.
Estas potenciales discrepancias podrían explicar la reticencia de algunos rabinos, como se menciona en el Talmud Bavlí Sanhedrin 100b, hacia ciertos aspectos del libro de Eclesiástico, a pesar de su contenido proto-saduceo y su origen en la tradición sapiencial judía.
Esta prohibición se basa en la idea de que los libros no incluidos en el canon bíblico no deben ser estudiados con la misma intensidad que los textos sagrados reconocidos.
Asimismo, el Talmud Yerushalmí Sanhedrín 10:1 interpreta la declaración de la Mishná sobre "los que leen libros externos" como una referencia, entre otros, a "ספרי בן סירא" ("los libros de Ben Sirá"), sugiriendo que su lectura podría llevar a la pérdida del mundo venidero (ver. Talmud Yerushalmí Peah 1:1), tal como se lee:
רִבִּי עֲקִיבָה אוֹמֵר. אַף הַקּוֹרֵא בִסְפָרִים הַחִיצוֹנִים. כְּגוֹן סִפְרֵי בֶּן סִירָא וְסִפְרֵי בֶּן לענה. אֲבָל סִפְרֵי הוֹמֵירָס וְכָל־הַסְּפָרִים שֶׁנִּכְתְּבוּ מִיכָּן וָהֵילַךְ הַקּוֹרֵא בָהֶן כְּקוֹרֵא בְאִיגֶּרֶת. מַאי טַעַם. וְיוֹתֵר מֵהֵ֖מָּה בְּנִ֣י הִזָּהֵ֑ר וגו׳. לְהִגָּיוֹן נִתְּנוּ. לִיגִיעָה לֹא נִיתְּנוּ
(Traducción: Rabí Akiva dice: También aquel que lee en los libros externos (textos que no forman parte del canon bíblico hebreo), como los libros de Ben Sira (Eclesiástico) y los libros de Ben La'ana. Sin embargo, los libros de Homero y todos los libros que fueron escritos de ahí en adelante, quien los lee es como quien lee una carta (igeret). ¿Cuál es la razón? ‘Y además de estas, hijo mío, ten cuidado’ (Kohelet 12:12), etc. Fueron dados para la reflexión, no fueron dados para el esfuerzo excesivo.)
Estas prohibiciones rabínicas subrayan la complejidad de utilizar Eclesiástico como fuente para entender el judaísmo de la época de Yeshú. Además, el contenido del libro, aunque enfatiza la importancia de la Torá, no aborda específicamente el concepto de "rabino" (רבי) como se entendería en períodos posteriores. El término "rabino" como título formal de liderazgo religioso no estaba plenamente desarrollado en la época de Yeshú, y su uso anacrónico para describir a Yeshú es problemático desde una perspectiva histórica, además, como hemos visto con base en el mismo texto griego de Eclesiástico el texto es proto-saduceo lo cual no podría demostrar que Yeshú haya seguido las enseñanzas rabínicas contenidas en tal texto.
Es importante también considerar que las enseñanzas y prácticas atribuidas a Yeshú en los evangelios a menudo difieren significativamente de las ideas expresadas en Eclesiástico, especialmente en temas como la interpretación de la Halajá y la escatología. Mientras que Eclesiástico tiende a enfatizar una observancia más tradicional de la Torah, los relatos evangélicos presentan a Yeshú desafiando ciertas interpretaciones halajicas de su tiempo.
El uso de Eclesiástico para establecer el judaísmo de Yeshú ignora la compleja diversidad del judaísmo del Segundo Templo, que incluía varias sectas y movimientos con interpretaciones divergentes de la tradición judía. Atribuir a Yeshú una forma específica de judaísmo basada en un texto que no era universalmente aceptado y que precedió su época por dos siglos es metodológicamente cuestionable.
Tras un minucioso análisis de la prohibición talmúdica concerniente a la lectura del libro de Eclesiástico, y habiendo identificado nociones proto-saduceas en el texto griego del Codex Sinaiticus, se procedió a realizar una comparación exhaustiva de dichas citas con las referencias empleadas por Mario Sabán en su obra "El Judaísmo de Jesús". Este proceso de cotejo reveló una discrepancia significativa en cuanto a las fuentes utilizadas por el autor. Contrario a lo que se esperaría en un trabajo de rigor académico, Sabán no recurre a fuentes eruditas o académicas especializadas en el estudio del Eclesiástico. En su lugar, se observa que el autor basa sus referencias en el texto de la Biblia Católica Nacar Colunga, una elección que plantea interrogantes sobre la profundidad y precisión de su análisis en relación con las complejidades textuales y contextuales del Eclesiástico en el marco de la literatura judía antigua.
La revelación del uso extensivo del Eclesiástico por parte de Mario Sabán, un texto no considerado kosher en el judaísmo tradicional, fue solo el inicio de una serie de descubrimientos que cuestionan profundamente la integridad académica y la autenticidad de su trabajo en el campo de los estudios judaicos. Un análisis más detallado de sus fuentes reveló un patrón aún más problemático: la utilización excesiva y no atribuida de citas provenientes de la Biblia Católica Nacar-Colunga. Esta elección de fuentes resulta particularmente incongruente con la posición de Sabán como supuesto experto en estudios cabalísticos y rabínicos. La Nacar-Colunga, siendo una traducción católica, se aleja significativamente de las interpretaciones y tradiciones textuales judías, lo que plantea serias dudas sobre la validez de las conclusiones de Sabán en el contexto del pensamiento judío.
Este hallazgo adquiere una dimensión aún más crítica cuando se considera el contexto específico en el que Sabán emplea estas fuentes. Es verdaderamente indignante y desconcertante descubrir que Mario Javier Sabán Cuño, un autoproclamado “cabalista”, haya recurrido a la Biblia Nacar-Colunga, una traducción católica, para su análisis del capítulo 6 de "El Judaísmo de Jesús" donde presuntamente expone a Yeshú como un rabino de la escuela de Hilel HaZaken. Esta elección metodológica no solo compromete la credibilidad de su argumentación, sino que también suscita interrogantes fundamentales sobre su comprensión y respeto por las fuentes judías auténticas. La utilización de una traducción católica para analizar y contextualizar las enseñanzas de una figura central en el judaísmo del Segundo Templo representa una desviación significativa de los estándares académicos esperados en el campo de los estudios judaicos y plantea serias dudas sobre la validez de las interpretaciones y conclusiones presentadas por Sabán.
Pero lo que es aún más sorprendente e inquietante es el resultado de un análisis detallado de los versículos que Sabán presenta en este capítulo. Para nuestro asombro, nos encontramos que no solo utilizó esta Biblia católica, sino que lo hizo de manera predominante. Los datos estadísticos son verdaderamente alarmantes: de todas las citas bíblicas en el capítulo, un impactante 29.40% provienen de la Sagrada Biblia Nacar-Colunga de 1944. Esto significa que casi un tercio de todas las referencias bíblicas en un libro supuestamente sobre el "judaísmo de Jesús" provienen de una fuente católica. En comparación, la Biblia Reina Valera 1960, una traducción protestante ampliamente aceptada, solo representa el 13.40% de las citas. Incluso más revelador es el hecho de que la segunda fuente más utilizada, con un 19.50% de las citas, es "La Sabiduría Hebrea" de Isaac S. Algazi, una obra que, aunque de origen judío, no es es el Talmud como hace alarde Mario Saban de utilizar fuentes rabínicas que él presuntamente leyó directamente de la literatura rabínica. (ver Anexo 1) Estos números no solo son intrigantes, son francamente alarmantes. ¿Cómo puede un autor que se presenta como judío reformista y “cabalista” confiar tan fuertemente en una traducción católica para discutir el judaísmo de Yeshú? ¿Y por qué hay tal disparidad en el uso de fuentes?
Este hecho debería hacer sonar todas las alarmas entre los lectores protestantes y los seguidores de las sectas del Movimiento de Raíces Hebreas del Cristianismo. ¿Acaso no se dan cuenta de la trampa en la que están cayendo? Sabán, bajo el pretexto de explorar las raíces judías de Jesús, está utilizando una herramienta diseñada específicamente para llevar a los fieles de vuelta al redil católico. Es un acto de asombrosa duplicidad.
La elección de esta traducción católica no es casual ni inocente. El prólogo de la Nacar-Colunga, con su énfasis en la tradición y el magisterio de la Iglesia, es un claro intento de socavar el principio protestante de sola scriptura. ¿No ven cómo esto podría estar dirigiéndolos sutilmente de vuelta hacia Roma? Es como si Sabán estuviera jugando un doble juego, presentando una fachada de “investigación judía” mientras secretamente promueve la agenda católica.
Y la situación se vuelve aún más escandalosa cuando consideramos las recientes declaraciones de Sabán. Afirma no ser mesiánico, pero cree que Yeshú es el Mesías:
Sabán, M. J. [@mariosaban448]. (2024, 16 de agosto). |
Torá en el Yarden: Podcast de Judaísmo y Biblia. (2023, 11 de julio). Dr. Mario Saban : ¿Qué es el "Mesías"? y la nueva Perspectiva desde la Mística Judía [Video]. YouTube. Minuto 45:00-46:00.
¿Cómo puede alguien que se dice judío reformista hacer tal afirmación? Esto huele a una táctica para ganarse la confianza de los cristianos mientras los guía de vuelta al catolicismo.
Los lectores protestantes y de las sectas de Raíces Hebreas deberían estar profundamente indignados. Al seguir el razonamiento de Sabán, basado en una traducción católica, podrían estar siendo manipulados para regresar a la Iglesia Católica Romana. Esta institución, que se presenta a sí misma como la heredera legítima tanto de la tradición judía como de la enseñanza de Yeshú, parece estar utilizando a Sabán como un caballo de Troya en las comunidades protestantes y mesiánicas.
Este hecho debería hacer sonar todas las alarmas entre los lectores protestantes y los seguidores de las sectas del Movimiento de Raíces Hebreas del Cristianismo. ¿Acaso no se dan cuenta de la trampa en la que están cayendo? Sabán, bajo el pretexto de explorar las raíces judías de Jesús, está utilizando una herramienta diseñada específicamente para llevar a los fieles de vuelta al redil católico. Es un acto de asombrosa duplicidad.
En el análisis que hicimos del capítulo 6 del libro de Mario Sabán se detectó que utilizó un 29.4% la traducción católica Nacar-Colunga para justificar que Yeshú era un “rabino”, y revisando la fuente que utilizó el “Dr.” Sabán en su trabajo pseudo-académico, la Biblia Nacar-Colunga, en el prólogo de tal Biblia se revela una estrategia subyacente para contrarrestar la influencia de las traducciones protestantes y atraer a los feligreses protestantes de vuelta al catolicismo, después de todo el prólogo destaca la aprobación y el estímulo del Papa Pío XII para difundir las Escrituras entre los fieles. Esta referencia a la autoridad papal es un recordatorio de la estructura jerárquica y la tradición interpretativa de la Iglesia Católica, contrastando con el principio protestante del libre examen de las Escrituras. Al subrayar el papel del magisterio en la comprensión de la Biblia, la traducción católica persuade a los lectores protestantes de la necesidad de una guía autoritativa en la interpretación bíblica, así como también hace hincapié en la continuidad histórica de la tradición católica en el estudio y la difusión de las Escrituras, remontándose a los Padres de la Iglesia y a figuras prominentes como “San” Jerónimo. Esta narrativa de continuidad socava las interpretaciones protestantes y de las Raíces Hebreas del Cristianismo, sugiriendo que la Iglesia Católica es la verdadera heredera y guardiana de la tradición bíblica.
Asimismo, la Biblia Nácar-Colunga enfatiza no solo el aspecto intelectual sino también el devocional y misionero de la lectura bíblica, ya que tal traducción católica busca atraer a aquellos cristianos que han caído en las sectas protestantes que anhelan una entender el contexto hebreo y griego de la Biblia cristiana desde la visión católica.
Por tanto, la elección de Mario Sabán en utilizar esta traducción católica no es casual ni inocente. Claramente el prólogo de la Nacar-Colunga, con su énfasis en la tradición y el magisterio de la Iglesia, es un claro intento de socavar el principio protestante de sola scriptura. ¿No ven cómo esto podría estar dirigiéndolos sutilmente de vuelta hacia Roma? Es como si Sabán estuviera jugando un doble juego, presentando una fachada de investigación judía mientras secretamente promueve la agenda católica.
Y la situación se vuelve aún más escandalosa cuando consideramos las recientes declaraciones de Sabán. Afirma no ser mesiánico, pero cree que Jesús es el Mesías. ¿Cómo puede alguien que se dice judío reformista hacer tal afirmación? Esto huele a una táctica para ganarse la confianza de los cristianos mientras los guía de vuelta al catolicismo.
Los lectores protestantes y de las sectas de Raíces Hebreas deberían estar profundamente preocupados. Al seguir el razonamiento de Sabán, basado en una traducción católica, podrían estar siendo manipulados para regresar a la Iglesia Católica Romana. Esta institución, que se presenta a sí misma como la heredera legítima tanto de la tradición judía como de la enseñanza de Jesús, parece estar utilizando a Sabán como un caballo de Troya en las comunidades protestantes y mesiánicas.
En vista de las alarmantes revelaciones sobre la obra de Mario Sabán, es imperativo emitir una advertencia enfática y sin ambigüedades a todos los lectores, ya sean del ámbito judío, cristiano protestante o seguidores del Movimiento de Raíces Hebreas del Cristianismo. La evidencia presentada no solo cuestiona la integridad académica de Sabán, sino que también expone una posible agenda oculta que amenaza con socavar las creencias fundamentales de sus lectores. El uso predominante de fuentes católicas, especialmente la Biblia Nacar-Colunga, en un trabajo que pretende explorar el "judaísmo de Jesús", es una flagrante violación de los principios básicos de la investigación judía y protestante. Esta elección metodológica, combinada con sus recientes declaraciones sobre la mesianidad de Yeshú, coloca a Sabán en una posición insostenible como supuesto experto en estudios judaicos. Su estatus como mumar (converso a otra religión) invalida completamente su autoridad para hablar sobre temas judíos desde una perspectiva tradicional. Se insta encarecidamente a los lectores a abandonar cualquier confianza depositada en los escritos de Sabán y a buscar inmediatamente fuentes más fidedignas y académicamente rigurosas. Esto incluye consultar a rabinos reconocidos, académicos especializados en estudios judaicos y del cristianismo primitivo, y expertos en historia del Segundo Templo que basen sus investigaciones en fuentes primarias auténticas y métodos científicos probados. La gravedad de esta situación no puede subestimarse: continuar siguiendo las enseñanzas de Sabán podría llevar a una distorsión profunda de la comprensión histórica y teológica, potencialmente dirigiendo a los lectores protestantes y de Raíces Hebreas de vuelta al catolicismo bajo el disfraz de un "retorno a las raíces judías". Esta advertencia debe tomarse con la máxima seriedad, ya que está en juego la integridad de la fe y la búsqueda genuina de la verdad histórica y espiritual de los lectores.
Anexo 1.