τὸ χειρόγραφον, τὴν συγκατάθεσιν τὴν πρὸς τόν νόμον, ἐξήλειψε τοῖς ἑαυτοῦ δόγμασιν ὁ Χριστός
‘Yeshú borró el registro de deuda, el consentimiento a la Torah, por sus propias enseñanzas.’
— Severiano de Gabala, en Staab, Pauluskommentar, 323– 24.[1]
Según Efesios 2:15, Yeshú:
τὸν νόμον τῶν ἐντολῶν ἐν δόγμασιν καταργήσας
“abolió la Torah de los mandamientos por medio de decretos / ”
Esto se entiende así ya que en el versículo 2:13 se lee el epíteto Χριστός con el que Pablo llama a Yeshú. Este pasaje, atestiguado en el Apostolikón, proporcionó quizás la declaración más clara a los cristianos marcionitas sobre la destrucción de la Torah del Creador por parte de Yeshú, tal evidencia proviene de Tertuliano:
si legem praeceptorum sententiis vacuam fecit
(“Si él [Yeshú] ha invalidado la Torah de los mandamientos en/por decretos”) (AM 5.17.15).
Véase el texto en Schmid, Marción, 339.
Los marcionitas al ser los primeros discípulos del Apóstol Pablo no se diferenciaban de muchos otros grupos cristianos en su rechazo (selectivo) de las regulaciones mosaicas, pero sí eran diferentes en su visión de que Yeshú vino a destruir la Torah. Para los primeros discípulos de Pablo, Yeshú vino a destruir la Torah, en su opinión, ya que era hostil y malvada en la medida en que esclavizaba a la humanidad. De hecho, para ellos, la Torah era tan destructiva que Yeshú tuvo que redimir a la humanidad de su maldición. Para los primeros discípulos de Pablo que consideraron que la “maldad” de la Torah en términos de contenido y efecto implicaba, para Marción(itas), la naturaleza maligna de aquel que la dio, a saber, el Creador.
Pablo y la Torah en la recepción marcionita
Los enemigos de Marción tenían una propensión a señalar que para Pablo, la Torah era “santa, justa y buena” (Romanos 7:12), similar a 1 Tim 1:8: “La Torah es buena para quien la usa lícitamente”. [2] Pero como reconocieron en otros contextos, Pablo asociaba la Torah con la ira divina (Romanos 4:15), así como con el pecado (Romanos 5:20; 8:2), la esclavitud (Romanos 7:25; Gálatas 4:1-7; 5:1), la muerte (2 Corintios 3:6-7; Romanos 8:2), el encarcelamiento (Romanos 7:6; Gálatas 3:22-23) y la maldición (Gálatas 3:10).
Según la versión de Marción de Gálatas 3:10:
Ὅσοι ὑπὸ Νόμον εἰσίν, ὑπὸ κατάραν εἰσίν
כָּל אִילֵּין דַּאִיתַיהוּן תְּחֵית אוֹרַיְתָא, אִיתַיהוּן תְּחֵית לִיטְתָא
“Todos los que están bajo la Torah están bajo maldición (hupo kataran eisin)”.[4]
La redacción indica que la maldición se aplica a todos los que están bajo la Torah, no solo a aquellos que no cumplen con ella porque en ese caso el texto habría dicho:
“Todos los que desobedecen la Torah están bajo maldición”.
Para Pablo y sus primeros discípulos, la Torah jugó un papel en la historia de la salvación (¿salvación de qué?), por supuesto, como guardián para mantener a raya a los supuestamente inmaduros judíos (Gálatas 4:2-3), o como un documento de deuda incriminatoria (Colosenses 2:14)7. Como escribió Pablo: “No habría conocido el pecado sino por la Torah” (Romanos 7:7) [5]. Aunque el apóstata de Pablo se consideraba a sí mismo “irreprochable” legalmente (Filipenses 3:6), más tarde concluyó que quienes vivían por la Torah no obtenían la justicia divina (Romanos 10:4). Incluso opinó que la justicia obtenida de la Torah no era más que “residuos” o “estiércol” (ϲκυβαλα) en comparación con la “justicia” ganada por la fe en Yeshú (Filipenses 3:8-9).
Pablo resolvió que “nadie es justificado delante de Dios por la Torah” (Gálatas 3:11). Más tarde lo expresó así: “por las obras de la Torah ninguna carne será justificada delante” de Dios, “ya que por la Torah viene el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20). Alrededor del año 200 d.C., Clemente de Alejandría observó que algunos grupos cristianos seguían gritando las palabras de Pablo: "por la Torah viene el conocimiento del pecado” (Clemente, Stromata 2.7.34.4. Cfr. Hechos de Arquelao 45.6.). Clemente se refería, al menos en parte, a los cristianos marcionitas (Vea cómo Tertuliano rastreó la cita de Romanos 7:7 hasta Marción en Adversus Marcionem 5.13.13-14.). Estos cristianos también decían (en resumen de Clemente): “hasta que vino la Torah no había pecado en el mundo” y “aparte de la Torah el pecado está muerto” (comparar Romanos 5:13; 7:8, ver. Clemente, Stromata 4.3.9.6). En su Comentario sobre Romanos, Orígenes señaló que sus oponentes “acusan a Dios de la Torah, que la Torah es una mala raíz y un mal árbol a través del cual viene el conocimiento del pecado”[6]. Este es un argumento distintivamente marcionita. En la misma obra, Orígenes mencionó a Marción como uno de los que destruyen la Torah (Orígenes, Comentario a Romanos 3.8.2.). Tertuliano llamó a los marcionitas “enemigos de la Torah” (adversarii legis) que atribuyen inconstancia a Dios con el propósito de abrogar la Torah (ver. Tertuliano, Sobre Idolatría 5.3).
Efesios 2:15
Sin embargo, no era la hostilidad hacia la Torah lo que distinguía a los primeros cristianos; era su representación de Yeshú—no de Marción— como destructor de la Torah. Para esta idea, tenían una base bíblica. La epístola a los Efesios (conocida por los marcionitas como Laodicenses) [7] se leía en el Apostolikon:
νυνὶ δὲ ἐν χριστῷ (Ἰησοῦ) ὑμεῖς οἱ ποτε ὄντες μακρὰν ἐγενήθητε ἐγγὺς ἐν τῷ αἵματι αὐτοῦ. Αὐτὸς γὰρ ἐστιν ἡ εἰρήνη ἡμῶν, ὁ ποιήσας τὰ ἀμφότερα ἕν, λύσας τὸ μεσότοιχον τῆς ἐχθρὰς ἐν τῇ σαρκί, τὸν νόμον τῶν ἐντολὼν (ἐν) δόγμασιν καταργήσας, ἵνα τοῦς δύο κτίσῃ ἑαυτῷ εἰς ἕνα καινὸν ἄνθρωπον ποιῶν εἰρήνην (καὶ) ἀποκταλλάξη τοῦς ἀμφοτέρους τῷ θεῷ ἐν ἑνὶ σώματι διὰ τοῦ σταυροῦ ἀποκτείνας τὴν ἔχθραν ἐν αὐτῷ
אַךְ עַתָּה בַּמָּשִׁיחַ (יֵשׁוּ), אַתֶּם שֶׁפַּעַם הֱיִיתֶם רְחוֹקִים, נֶהֶיֵיתֶם קְרוֹבִים עַל-יְדֵי דָּמוֹ. כִּי הוּא שָׁלוֹמֵנוּ, שֶׁעָשָׂה אֶת שְׁנֵי הַצְּדָדִים אֶחָד, וְהָרַס אֶת חוֹמַת הָאֵיבָה בִּבְשָׂרוֹ, בִּטֵּל אֶת תּוֹרַת הַמִּצְווֹת וְהַחֻקִּים, כְּדֵי לִבְרֹא בְּעַצְמוֹ מִשְּׁנֵיהֶם אָדָם אֶחָד חָדָשׁ, וְלַעֲשׂוֹת שָׁלוֹם, וּלְהַשְׁלִים אֶת שְׁנֵיהֶם עִם הָאֱלֹהִים בְּגוּף אֶחָד, עַל-יְדֵי הַצְּלָב, בַּהֲרֹג אֶת הָאֵיבָה בְּתוֹכוֹ.
(Traducción: Pero ahora en Xhristo (Iesú), vosotros que en otro tiempo estabais lejos, os habéis acercado por su sangre. Porque él es nuestra paz, que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro divisorio de la enemistad con su carne, aboliendo la Torah de los mandamientos y decretos, para crear en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo, haciendo la paz, y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte en sí mismo a la enemistad. (2:13–16, énfasis añadido)
- Schmid, Marcion, 339.
El verbo traducido en la frase “destruyó” (katargeō) la Torah" es el mismo verbo que Pablo usó para describir la destrucción de los gobernantes del mundo que crucificaron a Yeshú (1 Cor 2:6; 2 Tes 2:8), la descarga del viejo yo de la Torah por la muerte (Rom 7:6) y la destrucción de la misma muerte (1 Cor 15:26). Por ejemplo, en Hebreos 2:14, aquel que tenía el poder de la muerte, el diablo, también es destruido (καταργήσῃ). El tiempo del verbo indica que Yeshú comenzó su obra de destrucción en un momento específico: en la cruz (2:16). El objeto de la destrucción es claro: ho nomos (Ef 2:15) —nomos siendo la palabra habitual de Pablo para la Torah de Mosheh.[8] En contexto, se piensa en la Torah como un muro que divide a judíos y gentiles (2:14). Por ejemplo, La Carta de Aristeas (alrededor de 150-50 a. C.) utilizó una metáfora similar: “el legislador. . . nos rodeó [a los judíos] con. . . muros de hierro para evitar que nos mezclemos con cualquiera de los otros pueblos en cualquier asunto” (§139, trad. R. J. H. Shutt en OTP 2.22).
Para los primeros cristianos, cuando Yeshú destruyó “la Torah de los mandamientos” (תּוֹרַת הַמִּצְווֹת), “reconcilió” a judíos y gentiles. En la interpretación de Pablo, lo que los mantenía en guerra eran los mandamientos de la Torah. Una vez que la Torah fue destruida, se estableció la paz entre judíos y gentiles sobre la base de un nuevo modo de vida. Se ha argumentado que Pablo criticaba las “(obras de) la Torah” como la circuncisión y el observar el shabat solo en la medida en que estas obras definían a un pueblo particular (los judíos).[9] Sin embargo, Marción entendió "νόμον" (Torah) en esta carta en el sentido más amplio de "mandamientos" divinos, y aparentemente no hizo ningún intento por distinguir qué mandamientos eran éticos y cuáles podríamos llamar étnicos.[10] El hecho de que el autor de Efesios citara uno de los Diez Mandamientos (obedecer a los padres, Ef 6:2-3) no indica que se considerara válida la Torah. Los primeros cristianos rechazaban abiertamente la Torah mientras al mismo tiempo incorporaban todo tipo de preceptos judíos en sus sistemas éticos. En el Apostolikon, además, el mandamiento de honrar a padre y madre (Ef 6:2-3) no se marcaba como parte de la Torá. Tal como explica Tertuliano en Adversus Marcionem 5.18.11:
Obaudiant et parentibus filii. Nam etsi Marcion abstulit, Hoc est enim primum in promissione praeceptum, lex loquitur, Honora patrem et matrem, et, Parentes enutrite filios in disciplina et correptione donaini. Audisti enim et veteribus dictum, Narrabitis haec in auribus filiorum vestrorum, et filii vestri aeque in auribus filiorum suorum. Quo iam mihi duos deos, si una est disciplina? Etsi duo sunt, illum sequar qui prior docuit. Sed adversus munditenentes luctatio si nobis, o quanti iam dii creatores!
(Traducción: Que los hijos obedezcan también a sus padres. Pues aunque Marción lo haya suprimido, ‘Este es el primer mandamiento con promesa’ (Efesios 6:2), la Torah dice: ‘Honra a tu padre y a tu madre’ (Éxodo 20:12), y ‘Padres, críen a sus hijos en disciplina y amonestación del Señor’ (Efesios 6:4). Pues has oído que también se les dijo a los antiguos: 'Contarán estas cosas a oídos de sus hijos, y sus hijos a oídos de sus hijos' (Deuteronomio 6:7). ¿Cómo puedo tener entonces dos dioses, si la disciplina es una sola? Y si son dos, seguiré a aquel que enseñó primero. Pero si nuestra lucha es contra los príncipes de este mundo, ¡oh, cuántos dioses creadores ya hay!)
Simplemente decía “Honra a tu padre y a tu madre” (Honora patrem et matrem) sin la frase “este es el primer mandamiento con promesa”. Si fue una eliminación de Marción, de algún otro o una lectura anterior de la carta, sigue siendo una cuestión sin resolver. Véase además Schmid, Marcion, 94–95, 113, quien señala que había otros motivos para eliminar esta cláusula, ya que el mandamiento de honrar a los padres no era el primer (πρώτη) mandamiento.
¿Decretos o Enseñanzas?
Efesios 2:15 menciona “la Torah de los mandamientos en dogmas” (τὸν νόμον τῶν ἐντολὼν (ἐν) δόγμασιν).[11] El texto paralelo en Colosenses 2:14 dice:
εξαλιψαϲ το καθ ημων χειρογραφον τοιϲ δογμαϲιν ο ην ϋπενατιον ημων και αυτο ηρκεν εκ του μεϲου προϲηλωϲαϲ αυτο τω ϲταυρω
(Traducción: Habiendo cancelado el documento de deuda en dogmas que constaba contra nosotros, el cual nos era adverso, lo quitó de en medio clavándolo en la cruz.)
-Codex Sinaiticus, folio 285b.
Ahora bien, dogmata-δόγματα podría referirse a los “decretos” de la Torah. Por ejemplo, el uso de δόγματα en Josefo, Contra Apión 1,42; Antigüedades 15.136; 3 Mac 1:3; 4 Macabeos 10:2; Filón, Interpretación alegórica 1,54–55; Gigantes 52. Es por ello que el hebraísta Frantz Delischz tradujo la palabra δόγματα como חֻקֹּתָיו (jucotav-sus estatutos) para Colosenses 2:14, cuya palabra es una referencia a los estatutos o jukot (חֻקּוֹת):
וַיִּמְחַק אֶת־הַשְּׁטָר הַמֵּעִיד בָּנוּ בְּחֻקֹּתָיו אֲשֶׁר הָיָה נֶגְדֵּנוּ וַיִּשָּׂאֵהוּ מִתּוֹכֵנוּ וַיִּתְקָעֵהוּ בַּצְּלָב
(Traducción: Y borró el documento (shetar) testimoniante contra nosotros con sus estatutos divinos (jukot), el cual estaba en oposición a nosotros, y lo quitó de en medio de nosotros, y lo clavó en la cruz.)
-Delitzsch, F. (1966). ספרי הברית החדשה, נעתקים מלשון יון ללשון עברית. על ידי החכם פראפעסאר פראנץ דעליטש (Los libros del Nuevo Testamento están traducidos del idioma griego al idioma hebreo. Por el sabio profesor Franz Delitzsch). Trinitarian Bible Society. p. 417.
Jukot se refiere a los estatutos, decretos u ordenanzas prescritas por Di-s para el pueblo de Israel. Son las leyes y mandamientos divinos que el pueblo debía obedecer y cumplir como parte del pacto con Dios. Específicamente, חֻקּוֹת se utiliza en la Torá para denotar los estatutos rituales y ceremoniales, como las leyes sobre sacrificios, fiestas, purificación, etc. Muchos de estos חֻקּוֹת se encuentran en los libros de Levítico y Números. También se refiere a las leyes y regulaciones que rigen diversos aspectos de la vida diaria del pueblo, como el derecho civil, penal, moral, etc. Además, חֻקּוֹת son las ordenanzas que establecen las responsabilidades y deberes de los israelitas hacia Dios y su alianza con Él ya que son las ordenanzas divinas, los preceptos legales y estatutos religiosos que Dios dio a Israel a través de Moisés como parte integral del pacto del Sinaí. Mientras que para Efesios 2:15, el hebraísta Frantz Delischz para la palabra δόγμασιν la tradujo como גְזֵרוֹתֵיהֶן (gezerotehen - vuestros decretos):
בְּבַטְּלוֹ הָאֵיבָה בִּבְשָׂרוֹ אֶת־תּוֹרַת הַמִּצְוֺת בִּגְזֵרוֹתֵיהֶן לִבְרֹא בְנַפְשׁוֹ אֶת־הַשְּׁנַיִם לְאִישׁ־אֶחָד חָדָשׁ וַיַּעַשׂ שָׁלוֹם
(Traducción: Habiendo abolido la enemistad en su carne, la Toráh de las mitzvot con sus gezerot (decretos rabínicos), para crear en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo, haciendo paz.)
-Delitzsch, F. (1966). ספרי הברית החדשה, נעתקים מלשון יון ללשון עברית. על ידי החכם פראפעסאר פראנץ דעליטש (Los libros del Nuevo Testamento están traducidos del idioma griego al idioma hebreo. Por el sabio profesor Franz Delitzsch). Trinitarian Bible Society. p. 399.
La palabra גזרות (gezerot) en singular gezerah (גְּזֵירָה) es una promulgación rabínica emitida como guardia para prevenir una situación que podría provocar que una persona transgrede, tal como se expone en el Talmud Bavlí Bava Batra 60b, Beitza 2b; 3a; Shabat 30a; Makot 24a; Eruvin 21b; Pesajim 87b; Mo’ed katan 3:3, etc.
Si dogmata se refiere a los dictámenes del creador en la Torah, es decir las jukot que hemos mencionado previamente, se podría entender que describen el formato de los estatutos divinos:
‘Yeshú destruyó... los estatutos divinos (que están) en (la forma de gezerot)’.
Cuando el marcionita Megetio (en el diálogo de Adamantius 1.4) dijo que Yeshú derrocó los estatutos divinos (dogmata) del Creador, se refería a los decretos de la Torah. De manera similar, ciertos "Cainitas" según Epifanio creían que Yeshú era un malvado que quería pervertir las disposiciones de la Torah:
οἱ μὲν γὰρ λέγουσι διὰ τὸ πονηρὸν εἶναι τὸν Χριστὸν παραδοθῆναι αὐτὸν ὑπὸ τοῦ Ἰούδα, βουλόμενον διαστρέφειν τὰ κατὰ τὸν νόμον
וֹאִנוּן אָמְרִין אָרֵי מִטּוּל דּהֲוָא בִּישׁ מָשִׁיחָא אִתְמַסַר הוּא מִן יְהוּדָה, בָּעֵי לְמַעְקְּשָׁא יָת דִּילֵיהּ עַל אוֹרַיְתָא׃
‘Y ellos dicen que debido a que Yeshú (Cristo) era malo, él fue entregado por Judas, que quería pervertir lo que está en la Torah.’
-Panarion 38.3.3.
El lenguaje posiblemente deriva de Efesios 2:15 y/o Colosenses 2:14, ya que estos son los únicos lugares donde aparece la palabra dogmata en los escritos paulinos vinculados a la Torah. Sin embargo, dogmata también era un término general para las Jukot -Estatutos divinos del Sinaí- o gezerot -prohibiciones rabínicas- emanadas de la Torah Oral. Así pues, muchos intérpretes antiguos entendieron dogmata instrumentalmente, refiriéndose a las instrucciones de Yeshú que destruyó las Jukot de la Torah Escrita o Gezerot de la Torah Oral. En esta lectura, Yeshú destruyó la Torah mediante sus enseñanzas. (ver. BeDuhn, First New Testament, 253).
Esta lectura también es sugerida por el autor (probablemente) del siglo II de El Concepto de Nuestro Gran Poder (NHC VI,4), donde “la enseñanza de Yeshú ha abolido la Torah de la era”, tal como se lee en NHC VI,4, 42.5–6:
ⲁⲡⲉϥⲗⲟⲅⲟⲥ ⲃⲱⲗ ⲉⲃⲟⲗ ⲙ̄ⲡⲛⲟⲙⲟⲥ ⲙ̄ⲡⲁⲓⲱⲛ.
יוּלְפָנָא [דְיֵשׁוּ] בָּטַל אוֹרַיְתָא דְּדָרָא
(Traducciónn: ‘Su enseñanza (de Yeshú) abolió la Torah de esta era.’)
Tomo “ley” (ⲙ̄ⲡⲛⲟⲙⲟⲥ) aquí para referirme a la Torah (אוֹרַיְתָא) y “eón” para referirme a “este actual eón malo” (Gálatas 1:4). Para una interpretación diferente, véase Francis E. Williams, Mental Perception: A Commentary on NHC VI,4. El concepto de nuestro gran poder (Leiden: Brill, 2001), 123
Esta no es en absoluto una lectura "gnóstica". Juan Crisóstomo, obispo de Constantinopla (fallecido en 407 d.C.), también la propuso: “¿Qué significa decir 'Él la destruyó [la Torah] con enseñanzas?... o llama fe a una enseñanza (dogma)... o se refiere al precepto" de Yeshú. (ver. Homilías sobre Efesios 5 (PG 62.39.53–58). O Teodoreto, en Comentario a los Efesios en PG 82.524B: “llamó dogmas a la enseñanza del evangelio”.
Entonces, sobre la base de Efesios 2:15, se puede ver por qué los primeros cristianos afirmaban que Yeshú destruyó la Torah. (ver Ireneo, Adversus Haereses 1.27.2) Este punto es consistente en sus puntos de vista reportados. Como observó Tertuliano: “Yeshú descendió... para destruir la Torah”.(Tertuliano, Adversus Marcionem 4.36.11) Según Epifanio, Marción “dice que Yeshú ha descendido de lo alto para la salvación de las almas y para refutar (epi elegchō)... la Torah”. (Epifanio, Panarion 42.4.2). Epifanio afirmó que Cerdus fue el primero en adoptar esta posición, junto con muchas otras sectas (Panarion 41.1.8). Según Celso informado por Orígenes, Cels. 6.53: Yeshú destruyó las creaciones del Creador (διαφθείρει τὰ τούτου δημιουργήματα / מַשְׁחִית אֶת־בְּרִיאוֹתָיו).
Efrem el Sirio dijo que el Yeshú “abrogó los antiguos mandamientos”, es decir, los dados en la Torah. (Efrén en Mitchell, Refutaciones en prosa, lvii.) Por supuesto, estos oponentes de Marción no presentaron sus enseñanzas como resultado de la interpretación bíblica. Sin embargo, dado que Efesios 2:15 declaraba abiertamente que Yeshú ‘destruyó la Torah’, los lectores marcionitas podían inferir fácilmente que este era uno de los propósitos de su venida.
La Evidencia Marcionita.
Lamentablemente, debemos admitir que carecemos de evidencia directa para mostrar cómo Marción y los marcionitas leían Efesios 2:15. Sin embargo, obtenemos un importante vistazo de la exégesis marcionita en la Carta de Ptolomeo a Flora. En la década de 130 o 140 d.C., es probable que Ptolomeo se convirtiera en estudiante del maestro cristiano Valentino en Roma. Allí, Ptolomeo eventualmente ganó discípulos propios. Este Ptolomeo puede ser identificado con un mártir del mismo nombre que murió por confesar a Yeshú como su nueva deidad alrededor del año 152.[12] Si es así, su Carta a Flora, evidentemente una matrona romana, probablemente fue compuesta alrededor del año 150 d.C. Si no, la carta podría haber sido escrita en cualquier momento entre el 150 y el 180 d.C., siendo esta última fecha cuando Ireneo atacó a los estudiantes de Ptolomeo, ya que evidentemente su maestro había perecido. (ver. Ireneo, Adversus Haereses 1 pref. 2.)
En su carta, Ptolomeo señaló que algunos cristianos mantienen vigorosamente que la Torah fue dada por el diablo. El hecho de que también concibieran a este diablo como el Creador indica que estos cristianos eran marcionitas, tal como se lee Carta a Flora 3:2 de Ptolomeo:
ὑπὸ τοῦ ἀντικειμένου φθοροποιοῦ διαβόλου τεθεῖσθαι τοῦτον [τ ὸν νόμον] ἰσχυρίζονται.
(Traducción: Afirman que esta [Torah] fue establecida por el diablo enemigo, causante de la corrupción.)
Ahora, debe señalarse de inmediato que Ptolomeo tergiversó el lenguaje marcionita (los marcionitas nunca llamaron directamente "diablo" al Creador). Tenga en cuenta, sin embargo, que “el príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2) en la exégesis patrística era el diablo, pero para Marción era el Creador (Tertuliano, Adversus Marcionem 5.17.7-8). Asimismo, Tertuliano indicó que Marción(itas) tomó al diablo en Efesios 6:11 como el Creador (Tertuliano, Adversus Marcionem 5.19.12; cf. 5.18.13).
Sin embargo, Ptolomeo informó con precisión que el Creador era el "oponente" de los cristianos, el "hacedor de la corrupción" y un malvado legislador. Dunderberg afirma que “Marción no describió a dios [el Creador] como ‘malvado’ (kakos), sino sólo como ‘imperfecto’ o ‘desdichado’ (ponēros)”. Sin embargo, πονηρός también tiene el sentido de “(moralmente) malvado, vil” (Danker, Greek-English Lexicon, 851–52).
Ptolomeo se retrató a sí mismo como moderando la posición marcionita. No toda la Torah es mala, urgió, solo la parte "enredada con la injusticia", que Yeshú "abolió por completo". Para ilustrarlo, Ptolomeo citó un ejemplo marcionita bien conocido: el ius talionis o ley de retaliación. Este principio estaba enredado con la injusticia y fue abolido por Yeshú, quien ordenó la actitud opuesta “da la otra mejilla”, de Mateo 5:38-40. Ptolomeo,en Carta a Flora 6.2. Compárese con 5.4, donde Ptolomeo revela su propia posición, que el ius talionis es necesario (ἐπάναγκες) y, por tanto, no del todo malo. Tertuliano no estuvo en desacuerdo con que Yeshú anulara el ius talionis (Sobre la paciencia 6.4-5), aunque trató de justificarlo como un medio de disuasión dado a un pueblo “más insensible” e “infiel” (Adversus Marcionem 2.18.1).
La prueba directa de Ptolomeo para la destrucción de la Torah por Yeshú fue Efesios 2:15. Él sostenía que el apóstol mostró que Yeshú destruyó las leyes injustas, “cuando dijo que Yeshú destruyó la Torah de los mandamientos con sus enseñanzas”. (ver. Ptolomeo, Epístola a Flora 6.6.) Sin embargo, este pasaje, aunque obviamente útil para Ptolomeo, no encajaba por completo con su argumento. Efesios 2:15, después de todo, no argumenta por una nulificación parcial de la Torah (la posición de Ptolomeo). Dice que Yeshú “destruyó la Torah de los mandamientos” simpliciter. Por lo tanto, el versículo se adapta mejor a una línea de argumentación marcionita, un argumento que Ptolomeo plausiblemente adaptó de Marción y los marcionitas, al igual que hizo con el ejemplo del ius talionis. Por lo tanto, la carta de Ptolomeo puede servir como evidencia indirecta de que Marción y los marcionitas conocían Efesios 2:15 y lo usaban para respaldar su posición (que Cristo destruyó la Ley incondicionalmente).
Enemigos de la Torah: Los primeros cristianos.
Los marcionitas, infirieron de Efesios 2:15 que Yeshú era “un enemigo de la Torah”, tal como explica Tertuliano en Adversus Marcionem 5.17.15, tal como se lee:
adimplendo certe legem (vacat enim iam, Non adulterabis, cum dicitur, Nec videbis ad concupiscendum; vacat, Non occides, cum dicitur, Nec maledices) adversarium legis de adiutore non potes8 facere…
(Traducción:
‘Cumpliendo ciertamente la Torah (porque ahora está vacante 'No cometerás adulterio', cuando [lo abolió al] decir: 'Ni mirarás con codicia'; está vacante [de la Torah que dice:] 'No matarás', cuando [lo abolió al] decir: 'Ni insultarás'), no puedes hacer de su ayudante un adversario de la Torah…’
Tertuliano, quien informó este punto, tomó la táctica opuesta. Yeshú era el "ayudante" de la Torah. Tertuliano estuvo de acuerdo en que Yeshú anuló la Torah, pero solo al cumplirla una vez (Mateo 5:17). En lugar de mencionar la abolición del ius talionis (Mateo 5:38), Tertuliano se volvió hacia los versículos vecinos en el evangelio llamado Mateo (una obra, cabe señalar, no aceptada por Marción como Escritura). El mandamiento contra el adulterio, por ejemplo, es reemplazado porque Yeshú hizo una ley contra la lujuria (Mateo 5:27-28). Asimismo, el mandamiento contra el asesinato se volvió superfluo cuando Yeshú condenó la calumnia (Mateo 5:21-22; ver. Tertuliano en Adversus Marcionem 5.17.15.)
Pero hay un deslizamiento en este argumento. Efesios 2:15 dice que Yeshú destruyó la Torah, mientras que las restricciones que Yeshú añadió a la Torah en Mateo 5:21-28 no anularon las leyes del Creador. Más bien, las reforzaron y las hicieron más estrictas, un punto enfatizado por varios cristianos primitivos. (ver. Ireneo, Adversus Marcionem 4.13.1; Ptolomeo, Carta a Flora 6.1; Crisóstomo, Homilías sobre Efesios 5 (PG 62,39–40); Agustín, Enemigo de la ley 1.31.)
Aquí podemos aprender algo de las discusiones cristianas más amplias sobre la Torah. Al comentar sobre Colosenses 2:16, Tertuliano estuvo de acuerdo con Marción en que la Torah fue "apartada" (exclusa) por Yeshú. (Tertuliano, Adversus Marcionem 5.19.19.) Tertuliano hizo comentarios similares en sus comentarios iniciales sobre la Epístola a los Romanos. La mayoría de los intérpretes cristianos, dijo, están de acuerdo en que Pablo en Romanos rechaza (de nuevo, excludere) la Torah. (ver. Tertuliano, Adversus Marcionem 5.13.1; Cf. Epístola de Bernabé 2:6; 9:4; Diogneto 4:1; 6:10.) El autor del Libro Sagrado del Gran Espíritu Invisible (probablemente de finales del siglo II d.C.) declaró que Yeshú "vino y crucificó lo que está en la Torah" (ⲉ͡ⲓ ⲁϥⲥⲧⲁⲩⲣⲟⲩ ⲙ̄ⲡⲉⲧϩⲙ� ⲡⲛⲟⲙⲟⲥ / אִין קָתְלַת לְמַן דְּאִיתֹוהִי אוֹרַיְתָא , NHC III,2 65.18 = IV,2 77.15). Simón de Samaria, según Epifanio, afirmó que "la Torah no es de Dios, sino que pertenece al poder de la izquierda" (Panarion 21.4.5; cf. Pseudo-Clemente, Homilías 3.2.2). Según Theodore Stylianopoulos, "Justino permanece dentro de la tradición cristiana más antigua e insiste en la abolición radical de la Torah por Yeshú" (Justin Martyr and the Mosaic Law [Missoula: Scholars Press, 1975], 168), citando Diálogo con Trifón 11-13. Ver también Kathleen Gibbons, The Moral Psychology of Clement of Alexandria: Mosaic Philosophy (Londres: Taylor & Francis, 2016), 9-32.
Tertuliano no tuvo disputa con estos intérpretes, comentando: “Abrazamos esa conocida destrucción total (abolitionem) de la antigua Torah”, citando Lucas 16:16, “la Torah y los profetas hasta Juan”, y Romanos 10:4, Yeshú es el "fin" (finem) de la Torah. Lucas 16:16 en Tertuliano, Adversus Marcionem 5.2.1–2. A. Kroymann en la edición de la Serie Latina del Corpus Christianorum (CCSL) imprime legis veteris amolitionem ("remoción de la antigua Torah"), como se encuentra en el códice Montepessulanus 54. Posiblemente representa un suavizado de abolitionem, pero los significados no son significativamente diferentes. Para Romanos 10:4 en Tertuliano, ver su Adversus Marcionem 5.14.7. Tertuliano creía que el Creador planeó rechazar su Torah todo el tiempo, y lo señaló en los profetas (Adversus Marcionem 1.20.5–6). Lieu señala que "es el propio Tertuliano quien repetidamente identifica la esclavitud con la Torah, incluso la suple donde está ausente del argumento de Pablo" (Marción 253, 257, citando a Tertuliano, AM 5.4.5-9). Cf. Tertuliano, Exhortación a la Castidad 6; Monogamia 7, 13-14.
En consecuencia, tanto Tertuliano como Marción realmente estuvieron de acuerdo en que Yeshú destruyó la Torah, pero por razones diferentes. Para Tertuliano, no había nada moralmente malo en la Torah. Para Marción, la Torah misma era corrupta, esclavizante y no estaba en sintonía con el carácter del verdadero dios revelado en Yeshú.
Colosenses 2:14
Efesios 2:15 afirmó la destrucción de la Torah por Yeshú para unir a judíos y gentiles. Pero unir a judíos y gentiles no era la principal preocupación de Marción. Sus objetivos están mejor representados en el pasaje paralelo de Colosenses 2:14, donde Yeshú anuló el acta de cargo (quirógrafo) en contra de la humanidad. Muchos intérpretes antiguos tomaron este registro como la Ley (la lista de deberes dados por Dios que los humanos no cumplen) o al menos que la involucraba. Por ejemplo, Hilario de Poitiers, Tratados sobre los Salmos 129:9 dice:
“quien, fijando el acta de deuda de la Torah a la cruz, destruyó el edicto de la antigua condenación (edictum damnationis veteris delevit)”.
Severiano de Gábala escribió:
“Yeshú borró (ἐξήλειψε) el acta de deuda, el consentimiento a la Torah (τὴν συγκατάθεσιν τὴν πρὸς τόν νόμον), por sus propias enseñanzas” (Staab, Pauluskommentar, 323-24).
Teodoro de Mopsuestia (350-428 EC):
“él llama a la Torah el acta de deuda, porque estábamos obligados a cumplir todos sus decretos tal como fueron establecidos por Dios”
-The Commentaries on the Minor Epistles of Paul, traducido por Rowan A. Greer [Atlanta: SBL Press, 2010], 408-9.
Los marcionitas probablemente lo llevaron un paso más allá: si Yeshú destruyó la Torah en Efesios 2:15 y destruyó el acta de cargo en Colosenses 2:14, entonces la Torah y el acta de cargo eran uno y lo mismo. En Colosenses, se dice que el acta de cargo está "contra" los humanos y que les es "hostil". Si el acta de cargo es la Torah misma, como parece probable en la interpretación marcionita, entonces la Torah es hostil a la humanidad. Pero si la Torah es enemiga de los seres humanos, entonces no puede ser buena. En Romanos 7:12, para el apóstata Pablo de Tarso, la Torah la llama “buena”, una bondad calificada por la justicia. Sin embargo, para Pablo la justicia del Creador, desde, no era de hecho buena sino una máscara para la crueldad. (Moll escribió que “Por Marción no había duda de que la Torah era mala” (Arch-Heretic, 61).)
Según Colosenses 2:14, Yeshú pagó el acta de cargo que había en contra de la humanidad. No la pagó al diablo (o Satán), sino al que dio la Torah. El diablo no dio la Torah. Por lo tanto, los humanos no le debían nada. Para Marción(itas), solo había un ser a quien se debía la deuda del pecado: el Creador. Fue el Creador quien hizo de las personas deudoras de sí mismo. Manejó el registro celestial y llevó la cuenta del pecado humano. Era el Eterno del cual la humanidad necesitaba ser redimida. Así, la destrucción de la Torah por Yeshú estaba ligada a la historia cristiana de la redención. Para los primeros cristianos seguidores de Pablo de Tarso, los marcionitas, Yeshú rescató a los humanos de su condición de estar “bajo la Torah” (Gálatas 4:5). Estar “bajo la Torah” para Pablo de Tarso era evidentemente algo negativo y limitante (de lo contrario, ¿por qué ser redimido de estar bajo ella?). Marción lo llevó un paso más allá: si la gente necesitaba redención de la Torah, entonces la Torah no podía ser buena. Pablo declaró que aquellos que vivían por la Torah estaban bajo una maldición de la cual Yeshú los redimió (Gálatas 3:10, 13). Pablo la llamó eufemísticamente la “maldición de la Torah”, según Delitzsch la traduce como ‘קִּלְלַת הַתּוֹרָה’, pero la Torah no era realmente un agente para el pensamiento paulino. La “maldición de la Torah” era la del propio Legislador, según expresa Pablo de Tarso. En efecto, para Pablo de Tarso, Yeshú literalmente compró a los humanos del Creador que los hizo (y por tanto los poseía). Por ejemplo, Epifanio en Panarion 42.8.1-2 dice: "éramos la creación de otro, y así él nos compró al precio de su propia vida". Efrén (en Mitchell, Prose Refutations, 2.xli) habló de un "trato" entre Yeshú y el Creador (ver Lieu, Marcion, 169-73). Eznik de Kolb (Sobre Dios 358) contó una historia más detallada:
“el Cristo resucitado va a juicio con el Creador, y dado que el Creador desobedeció su propia Torah (al matar a Cristo), accede a que Cristo pueda tomar a la humanidad creyente a cambio”
Eznik también "cita" a Marción:
“Nosotros [los creyentes] somos el precio de la sangre de Yeshú" (§386).
Dice que Yeshú "compró a la humanidad" por su crucifixión (§387). Se citan más textos en la edición alemana de Harnack, Marcion, 288̽; BeDuhn, First New Testament, 267. Ver también Moll, Arch-Heretic, 70-71.
Por tanto, la redención paulina-marcionita era así la liberación del Creador y su sistema legal esclavizante. Cuando los primeros cristianos fueron comprados por Yeshú, ya no eran deudores de la Torah ni esclavos del Creador. Marción aplicó la parábola del hombre fuerte al creador (Evangelio 11:21-22, ver. Tertuliano, Adversus Marcionem 5.6.7.). Un hombre fuerte (el Creador) puede proteger su propiedad (los seres humanos). Pero cuando llega alguien más fuerte que él (Yeshú), lo vence y se apodera de su propiedad. En resumen, para los paulinistas, Yeshú vino a la tierra para luchar contra el hombre fuerte (el Creador). Luchó contra Él socavando Su Torah y sacando a los humanos de su gobierno, para Pablo, la redención ocurrió en la cruz. Allí, Yeshú reconcilió a judíos y gentiles con (el verdadero) dios a través de la cruz, y por ella (presumiblemente la cruz) mató la hostilidad (Efesios 2:16). ¿Hostilidad de quién? Podría ser la hostilidad entre judíos y gentiles, pero para Marción era más probable que fuera la hostilidad entre humanos y el Creador (recuerde la ira del Creador de Romanos 1:18; 4:15). En el pasaje paralelo de Colosenses 2:14-15, Pablo dice que Yeshú clavó el acta de cargo condenatorio (para los marcionitas: la Torah misma) en la cruz, desfilando así y triunfando sobre los gobernantes demoníacos. Cuando Efesios y Colosenses se leían juntos, se formaba así una conexión entre destruir la Torah (Efesios 2:15) y destruir a los gobernantes demoníacos (Colosenses 2:15):
Por tanto, en Efesios 2:15, Pablo menciona “la Torah de los mandamientos en decretos” (τον νομον των εντολων εν δογμασιν) que fue abolida (καταργησας) por Yeshú, mientras que en Colosenses 2:14-15 el “Acta de Decretos” hace alusión peyorativa a la Torah y sus numerosos mandatos que dejaban en deuda y bajo condenación a quienes no podían cumplirla plenamente. Esto se refiere a la Torah con todos sus mandamientos y decretos. El objetivo de Pablo de abolir la Torah era “crear en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo” (ινα τους δυο κτιση εν αυτω εις ενα καινον ανθρωπον). Esto sugiere que la Torah separaba a judíos y gentiles, y su abolición permitiría la unidad, el sincretismo entre lo judío y lo pagano. En Colosenses 2:14, Pablo habla del “acta escrita en nuestra contra con sus decretos” (το καθ' ημων χειρογραφον τοις δογμασιν) que fue clavada en la cruz. Nuevamente, esto es una referencia a la Torah con sus numerosos decretos. Pablo afirma que esta "acta" o conjunto de decretos "nos era hostil" (ο ην υπεναντιον ημων), lo que implica que la Torah tenía un carácter opresivo o condenatorio. Al clavar esta "acta" en la cruz, para Pablo, Yeshú habría "despojado a los principados y las potestades" (απεκδυσαμενος τας αρχας και τας εξουσιας), lo que podría sugerir que para Pablo de Tarso, la Torah estaba asociada con fuerzas espirituales hostiles.
Por lo tanto, Pablo, en estos pasajes, propone que la obra “redentora” de Yeshú en la cruz abolió la Torah con todos sus mandamientos y decretos, poniendo fin a la separación entre judíos y gentiles y liberándolos de la condenación y el poder de fuerzas espirituales hostiles asociadas con la Torah. Para Marción, estos seres no eran más que secuaces del Creador. Estos secuaces, "los arcontes de este mundo", crucificaron al tal Yeshú.
Conclusión
Los marcionitas leían a Pablo de Tarso sobre la Torah acentuando sus funciones negativas: trae ira, muerte, maldición y condenación. La supuesta bondad de la Torah era un reflejo de la justicia del Creador, que exigía castigo por las violaciones y creaba una montaña de deuda. De esta manera, para Pablo, la Torah conducía a la condenación de la humanidad, creaba hostilidad entre los humanos y el Creador (Col 2:14) y esclavizaba a las personas al propio Creador. Por lo tanto,para Pablo, Yeshú vino a destruirla (Ef 2:15). Si Yeshú vino a destruir la Torah que se oponía a la humanidad, entonces la Torah misma era parte de un sistema de maldad. Los primeros cristianos entonces deducían las implicaciones teológicas: si la Torah representa el carácter del Legislador, entonces una Torah malvada proviene de un Legislador malvado. Para ellos, Yeshú destruyó al Legislador (el Creador) no solo con sus enseñanzas, sino también con su muerte. Para ellos, Yeshú pagó un precio al creador para liberar a los creyentes de la maldición de la Torah (Gal 3:13). Si Yeshú realizó el “sacrificio” supremo para “destruir” al Creador, entonces el Creador no era una deidad buena y amorosa, sino más bien un señor oscuro, un tirano. De esta manera, se demostró que el Creador era malvado.
Según la Mishná, los fariseos, los perushim tenían una gran reverencia y respeto por la Toráh y sus mandamientos. Esta devoción al cumplimiento de la Torá es incompatible con la visión de Pablo de abolir o rechazar la Torá. En Pirke Avot, se enumeran las características de los verdaderos discípulos de los fariseos, incluyendo ser "amante de la Torá" y "disfrutar de los preceptos". Pablo, al promover dejar de lado la Torá, contradice estos principios fariseos fundamentales. Los fariseos creían firmemente en la Torá Oral, la cual proporcionaba las interpretaciones y aplicaciones prácticas de la Torá Escrita. Sin embargo, Pablo a menudo se opone a las "tradiciones de los ancianos" (Mateo 15:2-3), lo cual sería inaceptable para un verdadero fariseo. Pablo rechazó la validez continua de la Torá y las mitzvot, en contraste con los fariseos que creían en el cumplimiento estricto de la Torá oral y escrita. Las epístolas de Pablo rechazan la necesidad de cumplir mitzvot como la circuncisión y las leyes de kashrut, las cuales eran fundamentales para los fariseos. Pablo se presentó como el apóstol a los gentiles, predicando un mensaje diferente al judaísmo farisaico enfocado en el pueblo judío. En la Mishnah y otras fuentes rabínicas no hay registro de Pablo como un fariseo prominente, lo cual sería de esperarse si realmente lo hubiera sido.
Por lo tanto, desde una perspectiva judía tradicional basada en la Mishná, es muy difícil reconciliar las enseñanzas de Pablo sobre dejar de lado la Toráh con los principios fundamentales de los fariseos como guardianes y transmisores de la Torá y sus mandamientos. Un fariseo genuino no promovería la abolición de la Toráh como lo hizo Pablo.
Notas:
[1] Cf. J. Christian Beker: “Marción se acercó a la intención de Pablo cuando definió la Torahcomo la revelación inferior del Demiurgo, que la nueva revelación del Dios de Cristo anula” (Pablo el Apóstol: El triunfo de Dios en la vida y el pensamiento [ Filadelfia: Fortaleza, 1997], 186–87).
[2] Por ejemplo, Tertuliano, en Adversus Marcionem 5.14.15; u Orígenes, en Primeros principios 2.5.4; Epifanio, Panarion 42, Elenjus 5 y 32; Adamancio 2.20.
[3] Aquí adapto el lenguaje de Michael F. Bird, Colosenses y Filemón: Un Nuevo Comentario del Pacto (Cambridge: Lutterworth, 2009), 81. Sobre las visiones modernas de Pablo y la Ley, la bibliografía es masiva. Ver, p. ej., E. P. Sanders, Pablo, la Ley y el pueblo judío (Filadelfia: Fortress, 1983); Hans Hübner, La Ley en el pensamiento de Pablo: Una contribución al desarrollo de la teología paulina, trad. James C. G. Greig; ed. John Riches (Londres: T&T Clark, 1984); Jan Lambrecht, "Gesetzverständnis bei Paulus," en Das Gesetz im Neuen Testament, ed. Karl Kertelge (Freiberg: Herder, 1986), 88-127; Heikki Räisänen, Pablo y la Ley (Tübingen: Mohr Siebeck, 1983); Paula Fredriksen, Pablo: El Apóstol de los Paganos (New Haven: Yale University Press, 2017), 108-30; Karl Olav Sandnes, Pablo percibido: Una perspectiva interaccionista sobre Pablo y la Ley (Tübingen: Mohr Siebeck, 2018). C. Marvin Pate argumenta que la anulación de la Ley ya era la posición de Pablo, una posición a la que llegó al reflexionar sobre la maldición del Jesús crucificado (La inversión de la maldición: Pablo, la sabiduría y la Ley [Tübingen: Mohr Siebeck, 2000], 212-23). Para una visión similar, ver Räisänen, Pablo y la Ley, 42-40, 56-62.
[4] Schmid, Marcion, 316. Sobre la interpretación de este versículo, véase Christopher D. Stanley, “'Under a Curse': A Fresh Reading of Galatians 3.10–14”, New Testament Studies (NTS) 36 (1990): 481– 511. ; R. Barry Matlock, “Helping Paul’s Argument Work? The Curse of Galatians 3.10– 14,” in The Torah in the New Testament: Papers Delivered at the Manchester- Lausanne Seminar of June 2008, ed. Michael Tait y Peter Oakes (Londres: T&T Clark, 2009), 154–79.
[5] Véase además Räisänen, Paul and the Law, 42–202; Räisänen, “Freiheit vom Gesetz im Urchristentum”, Studia Theologica 46:1 (1992): 55–67.
[6] Orígenes, Comentario a Romanos 3.3.10. Véase además Winrich Löhr, “Die Auslegung des Gesetzes bei Markion, den Gnostikern and den Manichäern”, en Stimuli: Exegese und ihre Hermeneutik in Antike und Christentum: Festschrift für Ernst Dassmann, ed. Georg Schöllgen y Clemens Scholten (Münster: Aschendorff 1996), 77–95, esp. 77-80.
[7] 5 Tertuliano, Adversus Marcionem 5.11.12 (con Schmid, Marcion, 111); 5.17.1; Epifano, Panarion 42.11.8; 42.12.13.El laodiceno latino conservado en el Codex Fuldensis es una carta diferente.
[8] Pheme Perkins, “The Letter to the Ephesians”, en The New Interpreter’s Bible, ed. Leander E. Keck 12 vols. (Nashville: Abingdon, 2000), vol. 11, 399. Según Räisänen, “nomos in Paul refers to the authoritative tradition of Israel, anchored in the revelation on Sinai, which separates Jews from the rest of mankind” (Pablo y la Ley, 16). Cf. Michael Winger, By What Law: The Meaning of Νόμος in the Letters of Paul (Atlanta: Scholars Press, 1992), 197.
[9] James D. G. Dunn, "Works of the Law and the Curse of the Law (Gal 3.10–14)," NTS 31:4 (1985): 523–42. Dunn defiende a sus críticos en Jesus, Paul and the Law: Studies in Mark and Galatians (Louisville: Westminster/John Knox, 1990), 237–41; "Yet Once More: 'The Works of the Law', a Response," Journal for the Study of the New Testament (JSNT) 46 (1992): 99–117. Más opciones interpretativas son revisadas por Markus Barth, Ephesians: Introduction, Translation, and Commentary on Chapters 1–3 (Garden City: Doubleday, 1974), 287–91. En Col 2:14, Markus Barth y Helmut Blanke entendieron δόγματα como referencia a "la Torah de la Biblia Hebrea, porque solo esta —y no cualquier tipo de regulación de una 'religión' designada como engaño— puede ser la base legal para la lista divina de transgresiones" (Colossians: A New Translation with Introduction and Commentary, trad. Astrid B. Beck [Nueva York: Doubleday, 1994], 370).
[10] Charles H. Talbert: "Jesus' death destroyed the law of commandments in decrees, that is, the Mosaic law covenant (cf. Rom 10:4; Gal 3:23–26), not just the casuistic interpretation of the law or the ceremonial, as opposed to the moral, law" (Efesios y Colosenses [Grand Rapids: BakerAcademic, 2007], 81). Véase también Perkins, "Ephesians" in The New Interpreter's Bible, 11.399–400; John P. Meier, A Marginal Jew: Rethinking the Historical Jesus, Vol. 4 (New Haven: Yale University Press, 2009), 43–46; Minna Skhul, Reading Ephesians: Exploring Social Entrepreneurship in the Text (London: T&T Clark, 2009), 113–28.
[11] Schmid, Marcion, 339. No está claro si las sententiis de Tertuliano representan ἐν δόγμασιν o simplemente δόγμασιν. Sólo en P46 y en algunos manuscritos de la Vulgata se omite ἐν δόγμασιν, probablemente por error de los escribas. C. J. Roetzel aceptó la lectura de P46 y sacó conclusiones sustanciales de él (“Jewish Christian-Gentile Christian Relations: A Discussion of Efesians 2.15a”, Zeitschrift für Neutestamentliche Wissenschaft 74 [1983]: 81–89 en 86).
[12] Para conocer la identidad de los dos Ptolomeos, véase Lampe, From Paul, 238–240; Dunderberg, Más allá del gnosticismo, 90–92 con n.97
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