Los primeros discípulos de Pablo de Tarso, los marcionitas sabían por Efesios 2:15-16 que Yeshú destruyó la Torah, donde la destrucción ocurrió en la cruz:
τον νομο των εντολων εν δογμαϲιν καταργηϲαϲ ϊνα τουϲ δυο κτιϲη εν αυτω ειϲ ενα καινον ανθρωπον ποιων ιρηνην. και αποκαταλλαξη τουϲ αμφοτερουϲ εν ενι ϲωματι τω θω δια του ϲταυρου αποκτιναϲ την εχθρα εν αυτω
(Traducción: [Yeshú] habiendo abolido la Torah de los mandamientos con sus decretos, para crear en sí mismo de los dos un solo hombre nuevo, haciendo paz, y reconciliar a ambos en un solo cuerpo con dios mediante la cruz, dando muerte en él mismo a la enemistad.)
-Codex Sinaiticus, folio 281a (traducción personal); Cf. Piñero, A. (2021). Los Libros Del Nuevo Testamento, traducción y comentario. Editorial Trotta. p.1190.
Incluso para los negacioncitas de las sectas de los mesiánicos y del movimiento de las Raíces Hebreas del Cristianismo que piensan que las palabras ‘τον νομο των εντολων’ no se refiere a la Torah, mitzvot y gezerot la traducción del hebraísta Franz Delitzsch afirma que Yeshú abolió la Torah:
15 בְּבַטְּלוֹ הָאֵיבָה בִּבְשָׂרוֹ אֶת־תּוֹרַת הַמִּצְוֺת בִּגְזֵרוֹתֵיהֶן לִבְרֹא בְנַפְשׁוֹ אֶת־הַשְּׁנַיִם לְאִישׁ־אֶחָד חָדָשׁ וַיַּעַשׂ שָׁלוֹם׃ 16וַיְרַצֶּה אֶת־שְׁנֵיהֶם בְּגוּף אֶחָד לֵאלֹהִים עַל־יְדֵי צְלִיבָתוֹ בַּהֲמִיתוֹ בְנַפְשׁוֹ אֶת־הָאֵיבָה׃
(Traducción: [2:15] (Yeshú) habiendo abolido en su carne la Torah de las mitzvot con sus gezerot (decretos), para crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo shalom; [2:16] y reconciliar a ambos en un cuerpo para con Dios por medio de la cruz, matando en sí mismo la enemistad.)
-הברית החדשה תרגום מיוונית לעברית על ידי פרופסור פראנץ דעליטש (F. Delitzsch, Trad.). (1966). Trinitarian Bible Society, William Tyndale House. p. 399.
Sin embargo, la traducción de Delitzsch es incorrecta, ya que una traducción del Codex Sinaiticus al hebreo “mishnaico” tal como él trató de reproducir sería de la siguiente forma:
אֶת תּוֹרַת הַמִּצְוֹת בַּחֻקִּים בִּטֵּל, לְמַעַן יִּבְרָא בְּקִרְבּוֹ אֶת-הַשְּׁנַיִים לְאִישׁ אֶחָד חָדָשׁ, עֹשֶׂה שָׁלוֹם. וַיְפַיֵּס אֶת-שְׁנֵיהֶם בְּגוּף אֶחָד עִם הָאֱלֹהִים עַל-יְדֵי הַצְּלִיבָה, בְּהָמִיתוֹ בְּקִרְבּוֹ אֶת-הָאֵיבָה.
(Traducción: (Yeshú) habiendo abolido la Torah de las mitzvot con sus jukim, a fin de crear en sí mismo de los dos un nuevo hombre, haciendo paz. Y reconcilió a ambos en un cuerpo con Dios mediante la crucifixión, matando en sí mismo la enemistad.)
Pero esta afirmación antisemita de Pablo no es nada nueva, ya que para los primeros notzrim (cristianos), es decir, para los marcionitas, no comenzó allí. Según ellos:
Ab illo deo descendisse Iesum ad deiectionem creatoris, ad destructionem legis et prophetarum
Ἀπ' ἐκείνου τοῦ θεοῦ κατελθεῖν τὸν Ἰν πρὸς καθαίρεσιν τοῦ κτίστου, πρὸς καταστροφὴν τοῦ νόμου καὶ τῶν προφητῶν.
ישו ירד מאותו אלהים להפלת הבורא, להשמדת התורה והנביאים
“Yeshú descendió de otro dios para exponer al Creador y destruir la Torah y los profetas.”
Tertuliano, Adversus Marcionem 36.11.
Para los primeros cristianos, el propósito de la venida de Yeshú, la destrucción de la Torah fue también el sello distintivo de su ministerio. Fue el continuo conflicto de Yeshú con la Torah lo que indicó su choque con el Creador de la Torah. Este choque demostró que el Creador se oponía a Yeshú. La máxima oposición se manifestó en la trama del creador para matar a Yeshú según los preceptos de la Torah. Para los marcionitas, el Creador asesino no podía ser bueno.
Yeshu contra la Torah.
Según los primeros cristianos, Yeshú tuvo varios enfrentamientos con la Torah. De hecho, los conflictos de Yeshú con la Torah fueron un tema en los evangelios, incluyendo los que se volvieron canónicos. Cuando hablaba con los judíos ficticios en Juan, Yeshú se refirió dos veces a la Torah como "vuestra Torah" (8:17; 10:34; cf. 15:25; 18:31), insinuando que no era la suya.
(ver. Francis Watson, “Jesus Versus the Lawgiver: Narratives of Apostasy and Conversion,” en Telling the Christian Story, ed. Watson and Parkhouse, 45– 62.)
Los primeros cristianos creían que Yeshú “enseñaba en contra de la observancia de la Torah”, especialmente con respecto a los alimentos y la observancia del shabat. “Y cualquier persona observadora", observó un predicador, "encontrará muchas otras enseñanzas del mismo tipo”. Por ejemplo, Severiano de Gabala (en Staab, Pauluskommentar, 323). El obispo Fausto de Milevi invitó a sus lectores a realizar este experimento mental:
“Imaginen que los judíos también le dijeron [después de escuchar que vino a cumplir la Torah], '¿Por qué actúas de tal manera que podemos sospechar esto? ¿Es porque te burlas de la circuncisión, violas el shabat, rechazas los sacrificios y mezclas diferentes alimentos entre sí? ... ¿Qué más podría haber hecho o qué podría haber hecho que apuntara más claramente a la destrucción de la Torah...?'"
Agustín, Contra Fausto 17.2.[1]
Los cristianos marcionitas fueron especialmente observadores en este sentido. Notaron que en algunos momentos, Yeshú parecía desobedecer deliberadamente la Torah, incluso restregándosela en la cara a los líderes judíos. Estos líderes señalaban regularmente que Yeshú no obedecía las regulaciones mosaicas con respecto al shabat, la purificación antes de las comidas, el tocar a personas impuras, el diezmo, etc.[2]
Por supuesto, el Jesús histórico era un judío, del más bajo nivel social, un mamzer. Pero para muchos de los primeros cristianos, la identidad judía de Yeshú no era un hecho histórico que necesitara ser recuperado. Palidecía en importancia ante la identidad divina de Yeshú como hijo de Dios y salvador. Por lo tanto, no podemos asumir que, por el mero hecho de que Jesús nació judío, los primeros cristianos entendieron que estaba sujeto a la Torah.[3]
Consideren: el Yeshú de los evangelios canónicos nunca es retratado realizando un sacrificio de acuerdo con la Torah. A los varones judíos se les exigía presentarse en festivales en Jerusalén tres veces al año (Éxodo 23:14-17; Deuteronomio 16:16). El Yeshú de los evangelios sinópticos nunca muestra una preocupación independiente por estas festividades. Una vez deseó comer la comida de Pesaj (Lucas 22:15), pero en el transcurso de ella cambió dramáticamente su significado.[4] En Juan, Yeshú dio la impresión de que deliberadamente no viajaría para asistir a un festival en Jerusalén (7:8). Finalmente, nunca se dijo que el Yeshú de los evangelios descansara en el shabat ni que alentara a nadie más a hacerlo. (ver. Fausto en Agustín, Contra Fausto 18.2)
Según el Lucas canónico, se supone que Yeshú fue circuncidado de niño. Sin embargo, de adulto, nunca se le oyó recomendar la circuncisión como ordenada por la Torah. Llamó a los prosélitos de los fariseos (que habrían sido circuncidados de adultos) “hijos del infierno al doble” (Mateo 23:15: υἱὸν γεέννης διπλότερον ὑμῶν / בֶּן-גֵּיהִנָּם כִּפְלַיִים מִכֶּם). Nunca se dijo que Yeshú siguiera las leyes kosher. De hecho, proclamó contra los “abogados” judíos que nada que entre por la boca puede profanarlos (Marcos 7:15; Mateo 15:11). Esta última enseñanza se opone aparentemente a las largas listas de alimentos prohibidos por la Torah (Levítico 20:25; 11:14-15; Deuteronomio 14:13-14). [5]
Finalmente, en la representación literaria del juicio de Yeshú, supuestamente rompió la Torah al ponerse al mismo nivel que Dios (consentir, tras una inicial evasión, en ser el Hijo de Dios). Al menos desde la perspectiva judía representada en el texto, cometió blasfemia e introdujo la idolatría en Israel al convertirse en una especie de deidad (subordinada). (ver. Marcos 14:62–63; Lucas 22:70–71; Juan 19:7; Deuteronomio 13:1–16. Véase además Peter Schäfer, Jesús en el Talmud (Princeton: Princeton University Press, 2007), 63– 74)
La acusación de destrucción
Por lo tanto, no sorprende que, en el Antiguo Evangelio de Lucas (el Evangelion de Marción), los judíos acusen a Yeshú de destruir la Torah (23:2).11 Lo hacen en la acusación ante Pilato, que se retrata como poco más que un lanzamiento de acusaciones:
—ἔρξαντο . . . κατηγορεῖν . . . τοῦτον εὕρομεν διαστρέφοντα
τὸ ἔθνος . . . καὶ καταλύοντα τὸν νόμον καὶ τοὺς προφήτας . . . (κωλύοντα φόρους . . . διδόναι) καὶ ἀποστρέφοντα τὰς γυναῖκας καὶ τὰ τέκνα . . . λέγοντα ἑαυτὸν
{βασιλέα Χριστόν} . . .
Cuya traducción al hebreo es:
התחילו להאשים... אֶת-זֶה מָצָאנוּ מַשְׁחִית אֶת-הָעָם... וּמַבְטֵל אֶת-הַתּוֹרָה וְאֶת-הַנְּבִיאִים... (מוֹנֵעַ מִלְשַׁלֵּם מַסִּים...) וּמַרְחִיק אֶת-הַנָּשִׁים וְאֶת-הַיְלָדִים... אוֹמֵר עַל עַצְמוֹ {מֶלֶךְ הַמָּשִׁיחַ...}
(Traducción: ‘Comenzaron a acusar... Hemos encontrado a este pervirtiendo al pueblo [de Israel]... y derogando la Torah y los profetas... (impidiendo pagar impuestos)... y apartando a las mujeres y los niños... diciendo que él mismo es {el rey Mashiaj}....)
-Marc. 4.42.1, Pan. 42.11.6 (69, 70). Cf. Roth, D. T. (2015). The Text of Marcion’s Gospel. Brill. pp.433-434.
Lo que también nos recuerda a la versión judeo-cristiana encontrada en el Tathbit II:398:
وَقَالُوا : « هَاهُنَا رَجُلٌ مِنَّا قَدْ أَفْسَدَ أَحْدَاثَنَا وَغَرَّهُمْ ، وَلَنَا عَلَيْكَ فِي الشَّرْطِ أَنْ تُمَكِّتَنَا مِنْ هَذِهِ سَبِيلُهُ لِنَقِذَ حُكْمَنَا فِيهِ »
וְאָמְרוּ: הִנֵּה, יֵשׁ אִישׁ מִקִּרְבֵּנוּ שֶׁהִשְׁחִית וְהוֹלִיךְ שׁוֹלָל אֶת-נְעוּרֵינוּ. עַל-פִּי הַתְּנָאִי, אַתָּה מְחֻיָּב לְהַעְצִים אוֹתָנוּ עַל מִישֶׁהוּ [שֶׁמִּתְנַהֵג] בְּצוּרָה כָּזוֹ, שֶׁנוּכַל לְהַעֲמִידוֹ לְדִין.
[398] “Hay un hombre de entre nosotros que ha corrompido y engañado a nuestra juventud. Según la estipulación (haTénoe), estás obligado a empoderarnos sobre alguien que [se comporta] de esta manera, para que podamos hacer justicia”.
-Cf. Gabriel Said Reynolds & Samir Khalil Samir. (2010). Abd al-Jabbar, Critique of Christian Origins. USA: B.Y.U.P. II:398. p.72.
Esto nos remite al relato talmúdico en el que Yeshu HaMadiaj (המַדִּיחַ) llevó por mal camino al pueblo judío, a cometer idolatría, y brujería. (T.B Sota 47a; Sanhedrin 107; Sanhedrín 43a, versión Steinsaltz).
Varias acusaciones están en Lucas 23:2. Por ejemplo, Yeshú pervirtió a la nación judía, prohibió los impuestos a César y se llamó a sí mismo rey. Mientras que en la Antigua versión del Evangelio de Lucas, es decir, en el Evangelion de Marción, los judíos hacen esta acusación adicional:
τοῦτον εὕρομεν . . . καταλύοντα τὸν νόμον καὶ τοὺς προφήτας
חֲנָן אֶשְׁכַּחְנָא...מְבַטֵּל אָת אוֹרַיְתָא וְאָת נְבִיָיָא
(“Encontramos a esta persona... destruyendo la Torah y los Profetas”.)
-Dieter T. Roth, The Text Marcion’s Gospel 433; ver. Klinghardt, Älteste Evangelium II, 1061.
Epifanio afirmó que Marción agregó esta cláusula, aunque está bien atestiguada en los testigos del latín antiguo de Lucas, lo que indica que era una lectura pre-marcionita en el siglo II. [6]
La acusación es similar a la acusación contra Esteban en Hechos 6:14. Según los oponentes de Esteban:
ακηκοαμεν γαρ αυτου λεγοντοϲ οτι ιϲ ο ναζωραιοϲ ουτοϲ καταλυϲει τον τοπον τουτον και αλλαξει τα εθη α παρεδωκεν ημιν μωϋϲηϲ ·
“Porque le hemos oído decir que ese IesU Nazoraios destruirá este lugar [el templo judío] y cambiará las costumbres/tradiciones que nos entregó Moüses (Mosheh).”
-Codex Sinaiticus folio 302a-b.
Estas "costumbres" (εθη) son evidentemente sinónimas de la Torah de Mosheh mencionada en el versículo anterior. Se dice que el propio Esteban habló en contra del templo y la Torah (Hechos 6:13), pero lo hizo en referencia a lo que haría Yeshú, el mismo Yeshú que alteró las costumbres mosaicas. Para estar seguros, para el autor de Hechos, Yeshú no se oponía a la Torah, pero los marcionitas probablemente habrían estado de acuerdo con los oponentes de Esteban: Yeshú socavó intencionadamente tanto el templo como la Torah. En el llamado Evangelio de los Ebionitas (probablemente de mediados del siglo II d.C.), citado por Epifanio, Panarion 30.16.5, se registró que Yeshú dijo:
ἦλθον καταλῦσαι τὰς θυσίας, καὶ ἐὰν μὴ παύσησθε τοῦ θύειν, οὐ παύσεται ἀφ’ ὑμῶν ἡ ὀργή
יתיתי למבטל ית קורבנתא, ואין לא תתבטלון מלמסקן קורבנין, לא תתבטל מנכון רגזא
“Vine a destruir los sacrificios, y si no dejáis de sacrificar, la ira divina no cesará de vosotros”.
-Véase Bart Ehrman y Zlatko Pleše, The Apocryphal Gospels: Texts and Translations (Oxford: Oxford University Press, 2011), 210–11; A. F. J. Klijn, Tradiciones del evangelio judío-cristiano (Leiden: Brill, 1992), 27–43.
Dado que toda clase de sacrificios están ordenados por la Torah, este Yeshú anuló una ordenanza divina. El autor de las Pseudo-Clementinas también argumentó que Yeshú, el “verdadero profeta”, rechazó tanto los sacrificios judíos como el templo. Pseudo-Clementinas, Reconocimientos 37.3; cf. 39.1:
“por la compasión de Dios les amonestó a dejar de sacrificar”.
Estos pasajes se remontan a Las Ascensiones de Ya’acov (Santiago el “justo”) que data de Robert E. van Voorst, hasta finales del siglo II d.C., aunque es posible cualquier fecha entre 135 y 260 d.C. (The Ascents of James: History and Theology of a Jewish-Christian Community [Atlanta: Scholars Press, 1989], 79–80.
Las Homilías Clementinas (3.51.2) dicen más directamente que Yeshu parecía estar destruyendo la Torah (φαίνεσθαι αὐτὸν καταλύοντα / מתחזי ליה מבטל) pero afirma que lo que fue destruido no pertenecía a la Torah (ἅ κατέλυεν οὐκ ἦν τοῦ νόμου / דמבטל לא הוה מן אוריתא).
La tradición de que Yeshú destruyó la Torah también se refleja en el Evangelio de Nicodemo (probablemente del siglo IV). En este texto, los líderes judíos acusan a Yeshú de profanar el shabat y de querer “destruir la Torah”. Pilato responde: “¿Y qué cosas hace él que quiere destruirla?”. Los judíos explican: "Tenemos una ley de que no debemos sanar a nadie en sábado. Pero este hombre con sus malas obras ha sanado en sábado a los cojos, mutilados, paralíticos, ciegos, inválidos, sordos y endemoniados". (Evangelio de Nicodemo (Hechos de Pilato A) 1.1.)
Este informe es consistente con las historias del evangelio. Yeshú sanó a tales personas en el día de shabat y en algunos casos parece haber elegido deliberadamente ese día para confrontar a sus oponentes.
En los Hechos de Felipe 2:15, Ananías el cohen hagadol (sumo sacerdote) declara que Yeshú:
“no respetó ni la Torah ni el templo (Bet HaMikdash), y abolió la observancia del día de shabat, los ritos de purificación de Mosheh, así como las observancias de la Luna Nueva (Rosh Jodesh), porque dijo que estas no habían sido instituidas por Dios. Cuando vimos que estaba destruyendo la Torah de esta manera, nos rebelamos y lo crucificamos”.
-Bovon, The Acts of Philip: A New Translation, ed. François Bovon and Christopher R. Matthews (Baylor University Press, 2012), 42.
Es probable que la visión cristiana generalizada de Yeshu destruyendo la Torah se remontara a la lectura del proto-Lucas 23:2 donde ese punto era explícito.
Incluso si las ediciones modernas de Lucas no imprimen la destrucción de la Torah en 23:2, la sustancia de la idea atraviesa los evangelios como un hilo rojo. "No hay nadie que no sepa", comentó un obispo del siglo IV:
“que los judíos siempre atacaron ferozmente las palabras y hechos de Cristo. Y dado que infirieron de ellos que estaba destruyendo la Ley... necesariamente se enojaron”.
-Contra Fausto 19:1.
Si Yeshú como el ‘destructor de la Torah’ era original de lo que se convirtió en Lucas, fue eliminado de versiones posteriores. Muy posiblemente fue eliminado porque contradecía a Mateo 5:17-21, por ejemplo, Epifanio, no podía aceptar que Yeshu ‘destruyera la Torah’ en Lucas 23:2 por esta misma razón. (ver. Panarion 42:11) El Proto-Lucas 23:2 aparentemente dijo que Yeshu vino a ‘destruir la Torah y los profetas’, mientras que en Mateo, Yeshú declaró: “No penséis que he venido para abrogar la Torah y los profetas” (5:17). El lenguaje es prácticamente idéntico, simplemente negado. Incluso si el autor de Mateo no refutara una versión antigua de Lucas 23:2, podría haber atacado la comprensión cristiana común (no distintivamente marcionita) de que Yeshu destruyó la Torah.
Tertuliano afirmó que Marción borró Mateo 5:17, tal como lo menciona en reiteradas veces en Adversus Marcionem 4.7.4; 4.9.15; 4.12.14; 5.14.14, y Contra Fausto17-19. Pero como Marción no reconoció a Mateo como Escritura Cristiana, no tendría necesidad de eliminar el versículo. Tertuliano se refirió a Mateo como “ese evangelio que tú [Marción] no has recibido” (non... recepisti illud... evangelium) (AM 4.34.2). Tertuliano se refiriera a que Marción había eliminado un pasaje del evangelio cuádruple (“Textos de Mateo”, 593), aunque Marción tampoco reconoció el evangelio cuádruple.
Sin embargo, los marcionitas posteriores lo abordaron directamente. Marcos en Adamantius 2.15 afirmó que Yeshú en realidad dijo:
οὐκ ἦλθον πληρῶσαι τὸν νόμον ἀλλὰ καταλῦσαι.
Cuya traducción al hebreo y al arameo respecto a esta parte de Mateo 5:17 de Marción es:
לֹא בָאתִי לְמַלֵּא אֶת הַתּוֹרָה כִּי אִם לְבַטְּלָהּ
לֹא אָתִית דְּאֶמַלֵּא אוֹרַיְתָא אֶלָּא דְּאֶשְׁרִי
(Traducción: ‘yo no vine a cumplir la Torah sino a destruirla’.)
-Marc. 4.33.9, Cf. De recta in Deum fide 2 830e [GCS 4:88, 31-33]).
El sentido alterado del versículo al menos concordaba con algunas de las acciones de Yeshú en los evangelios y la creencia general marcionita tal como se menciona en Adamantius 2.10:
ὁ ἐλθὼν χριστὸς . . . τὸν νόμον τοῦ δημιουργοῦ κατέλυσεν.
Cuya traducción al hebreo y al arameo:
הַנּוֹצְרִי שֶׁבָּא... בִּטֵּל אֶת תּוֹרַת הַבּוֹרֵא.
וְהָא נָצְרָאָה דְּאָתָא... בָּטֵל יָת אוֹרַיְתָא דְּבָרָא
(El notzrí que vino... abolió la Torah del Creador.)
O en Adamantius 15, donde: ‘Yeshú anula la Torah (τὸν νόμον λύει / בָּטֵל אֶת הַתּוֹרָה), destruye el castigo y cancela el juicio.”
Violaciones Reclamadas
Ahora atendemos a lo que Marción (los marcionitas) consideraba violaciones de la Torah por parte de Yeshú, limitándonos a lo que está atestiguado en el Evangelión. [7] Es importante notar, ante todo, lo que el Evangelión no contenía. No presentaba la narración de la infancia de Lucas. Por lo tanto, no decía nada sobre el padre de Juan el Bautista siendo un cohen (sacerdote), el carácter obediente a la Torah de los padres de Yeshú, o su aparición en el Bet HaMikdash (Templo de Jerusalem) cuando era niño.
Según el teólogo Dieter T. Roth, en su libro The Text Marcion’s Gospel (Texto, 412), menciona que Lucas 1:1–2:52 no estaba presente en el Evangelion de Marción. Se atestigua indirectamente que Lucas 3:2–20 no estaba presente, y 3:21–4:13 no estaba presente. Epifanio (Panarion 42.11.4) notó la ausencia de estos pasajes. Klinghardt explicó su significado a la luz de su teoría de la prioridad del Evangelion sobre el Lucas canónico (“Gesetz bei Markion”, 99-128 en 111; Älteste Evangelium II, 457-64). Todas estas tradiciones no existían para los marcionitas, o —si las conocían— las consideraban adiciones corruptas al evangelio original. Es por eso que en el Antiguo Evangelio de Lucas empezaba con las palabras que corresponden con el actual Evangelio de Lucas 3:1: ἐν τῷ {ἔτει πεντεκαιδεκάτῳ} τῆς ἡγεμονίας Τιβερίου Καίσαρος ἐπι τῶν χρόνων Ποντίου Πιλάτου… (En el año decimoquinto del gobierno de Tiberio César, en los tiempos de Poncio Pilato… )
Otras omisiones eran igualmente significativas. En el Evangelión, Yeshú fue a la sinagoga en Nazaret, pero no predicó un sermón sobre sí mismo cumpliendo la profecía de Isaías (Lucas 4:16-30). Se negó a sanar a la gente de su pueblo natal (citando no las Escrituras judías, sino un proverbio común). ¡La gente respondió arrojándolo, no solo fuera de la sinagoga, sino casi por un precipicio! (Para el texto, véase Roth, Texto, 412-13; Klinghardt, Älteste Evangelium II, 464–65.)
En un episodio similar, el Yeshú resucitado se encontró con sus discípulos en el camino a Emaús (Evangelión 24:13-31). Pero no les dio un discurso sobre cómo sus sufrimientos fueron predichos en la Torah. Los reprendió solo por no prestar suficiente atención a las cosas que les había dicho antes de su muerte. Roth, Texto, 435 (24:25: ὦ ἀνόητοι καὶ βραδεῖς τῇ καρδίᾳ τοῦ πιστεύειν ἐπι πᾶσιν οἷς ἐλάληθη πρὸς ὑμᾶς) Epifanio y Adamancio dan testimonio de la lectura ἐλάλησα πρὸς ὑμᾶς (las cosas “te hablé”), una lectura impresa por Klinghardt, Älteste Evangelium II 1131. Este texto concuerda con las múltiples predicciones de Yeshú sobre su muerte (Evangelión 9:22, 44), donde él mismo no apeló a la profecía hebrea. También concuerda con el anuncio de los ángeles a las mujeres en la tumba: “Recuerden lo que les habló en Galilea” —Yeshú, no la torah (Evangelión 24:6).
Leprosos.
Pasemos a las pruebas positivas en las que las acciones de Yeshú hablan más alto que las palabras. En el Evangelio 5:12, Yeshú tocó y sanó a un leproso por compasión. Al hacer esto, según Tertuliano, Marción creía que Yeshú destruyó la Torah. (Adversus Marcionem 4.9.4)
La Torah prohíbe a las personas tocar a los leprosos o tener cualquier contacto con ellos. Según Vaicra / Levítico 13:45:
וְהַצָּר֜וּעַ אֲשֶׁר־בּ֣וֹ הַנֶּ֗גַע בְּגָדָ֞יו יִהְי֤וּ פְרֻמִים֙ וְרֹאשׁוֹ֙ יִהְיֶ֣ה פָר֔וּעַ וְעַל־שָׂפָ֖ם יַעְטֶ֑ה וְטָמֵ֥א ׀ טָמֵ֖א יִקְרָֽא
Y al leproso en quien se halle la mancha de la peste, sus vestidos se rasgarán y su cabello crecerá largo, y cubrirá el cabello de sus labios, [como un doliente], y dirá: "¡Inmundo! ¡Inmundo!" gritará, [para que la gente se mantenga alejada de él].
-El Jumash de Rashi, por el rabino Shraga Silverstein.
Este ritual de autoaislamiento aseguraba que nadie más que un sacerdote (cohen) se acercara a un leproso. Sin embargo, incluso en este caso, probablemente no hubo contacto físico. Al extender la mano para tocar al leproso, Yeshú actuó en abierta violación de la Torah.
Después del contacto, Yeshú le dijo al leproso que se presentara ante los sacerdotes como testimonio. Según el Evangelio, el testimonio no era para los sacerdotes, sino para el leproso: ἵνα ᾖ εἰς μαρτύριον τοῦτο ὑμῖν (‘Para que esto te sirva de testimonio’) atestiguado por Epifanio, Panarion 42.11.6 §1. Se discute a quién se refiere el plural ὑμῖν, pero presumiblemente incluye al leproso. (Cf. Tertuliano, Aversus Marcionem 4.9.10: ut sit vobis in testimonium / כעדות לך. Véase además Roth, Texto, 413; Klinghardt, Älteste Evangelium II, 486.)
Los sacerdotes tenían el deber de declarar limpios a los leprosos, según Vaicra / Levítico 13-14. Pero Yeshú proclamó al leproso limpio sin autoridad sacerdotal (Evangelio 5:13). Así, el "testimonio" era, en efecto, que Yeshú violó la Torah, tal como menciona Tertuliano en Adversus Marcionem, 4.9.11–1. El leproso fue a los sacerdotes, intuye el lector, pero para revelar que la curación podía ser pronunciada y lograda sin su autoridad.
De manera similar, cuando Yeshú sanó a los diez leprosos (Evangelio 17.11-19), les ordenó que se mostraran a los sacerdotes. Según los marcionitas, Yeshú pretendía menospreciar la Torah, porque los leprosos fueron sanados al margen de los reglamentos de la Ley. El propio Tertuliano admitió que Yeshú, al sanar a los diez leprosos, “transgredió los solemnes ritos de la Torah” (Tertuliano, Adversus Marcionem 4.35.4:
praevenientem sollemnia legis etiam in curatione decem leprorsorum
אָרְחָא דְּאוֹרַיְתָא אָף בְּאָסוּתָא דְּעֶשְׂרָה מְצֹרָעַיָא
“Anticipándose a los ritos solemnes de la Torah, incluso en la curación de los diez leprosos”
La Mujer con Hemorragia
Según Harnack, Marción escribió en sus Antítesis:
“La Torah prohíbe tocar a una mujer que tiene flujo de sangre; Yeshu no solo las toca, sino que las sana” (Harnack, Marcion, 62)
En el informe de Tertuliano, primero fue la mujer con hemorragia la que desobedeció la Torah del Creador al tocar a Yeshu de forma clandestina (Evangelio 8:42-48). El hecho de que Yeshu la sanara sin dudarlo solo reforzó su (posterior) aprobación explícita de su acción y violación de la Torah del Creador.
En este caso, aunque Yeshu no extendió su mano, aún así rompió involuntariamente la Torah, porque:
וְאִשָּׁה֙ כִּֽי־תִהְיֶ֣ה זָבָ֔ה דָּ֛ם יִהְיֶ֥ה זֹבָ֖הּ בִּבְשָׂרָ֑הּ שִׁבְעַ֤ת יָמִים֙ תִּהְיֶ֣ה בְנִדָּתָ֔הּ וְכׇל־הַנֹּגֵ֥עַ בָּ֖הּ יִטְמָ֥א עַד־הָעָֽרֶב׃
Y una mujer, si tiene flujo, si el flujo de sangre en su carne es sangre, siete días estará en su estado nidah [contacto prohibido] [(incluso si solo tuvo un "avistamiento")], y quienquiera que sea la toque será inmundo hasta la tarde.
-El Jumash de Rashi, por el rabino Shraga Silverstein, Lev 15:19.
Sin embargo, para los discipulos de Pablo, Yeshu no quedó contaminado. No regresó a su casa y permaneció impuro hasta la noche. Su pureza y poder sanador mostraron que no estaba bajo la autoridad de la Torah. [8] Yeshu aprobó la fe de la mujer, una fe apóstata que él compartía y que, según Marción, despreció la Torah, tal como lo menciona Marción en el trabajo de Tertuliano Adversus Marcionem 4.20.9–10: Sed hanc vis mulieris fidem constituere, qua contempserat legem. (הָא יְקַיֵּים הֶהֱימָנוּתָהּ דִי מְסָרֶבֶת לְאוֹרָיְתָא / Pero esto confirmará la fe de la mujer, por la cual había despreciado la Torah.)
Sepultureros Muertos
En el Evangelio 9:60, Yeshu invitó a un hombre a convertirse en su discípulo. Aunque el hombre estaba dispuesto, primero pidió enterrar a su padre. Tal era la sagrada obligación de los judíos, modelada por los patriarcas (Gén 25:9), y ampliamente considerada como parte del quinto Mandamiento de honrar a los padres (Éx 20:12). Sobre el requisito de enterrar, véase lo que dice la Mishnah Berajot 3:1:
מִי שֶׁמֵּתוֹ מוּטָל לְפָנָיו, פָּטוּר מִקְּרִיאַת שְׁמַע, מִן הַתְּפִלָּה וּמִן הַתְּפִלִּין. נוֹשְׂאֵי הַמִּטָּה וְחִלּוּפֵיהֶן וְחִלּוּפֵי חִלּוּפֵיהֶן, אֶת שֶׁלִּפְנֵי הַמִּטָּה וְאֶת שֶׁלְּאַחַר הַמִּטָּה, אֶת שֶׁלַּמִּטָּה צֹרֶךְ בָּהֶן פְּטוּרִים, וְאֶת שֶׁאֵין לַמִּטָּה צֹרֶךְ בָּהֶן חַיָּבִין. אֵלּוּ וָאֵלּוּ פְּטוּרִים מִן הַתְּפִלָּה:
Aquel cuyo familiar fallecido está insepulto ante él está exento de la recitación del Shemá, de la oración de Amida y de la mitzvá de ponerse las filacterias, así como de todas las mitzvot positivas mencionadas en la Torá, hasta que el difunto haya sido enterrado. Respecto de los portadores del féretro y sus sustitutos y de los sustitutos de sus reemplazantes, los situados antes del féretro que aún no hayan llevado al difunto y los situados después del féretro. Aquellos que sean necesarios para llevar el féretro están exentos de recitar el Shemá; mientras que aquellos que no son necesarios para llevar el féretro, están obligados a recitar el Shemá. Sin embargo, tanto estos como aquellos están exentos de recitar la oración Amida, ya que están preocupados y no pueden concentrarse y orar con la intención adecuada.
Holmén señala: “En el Tanaj (Biblia hebrea), que se le niegue el entierro se presenta como el castigo y el horror máximos” (Jesus and Jewish Covenant, 188, citando Deuteronomio 28:26; Jer 7:33.
Sin embargo, Yeshu le dijo al hombre que lo siguiera a pesar de la muerte de su padre, comentando simplemente: “Dejen que los muertos entierren a sus propios muertos”, Sabemos por Clemente de Alejandría que los marcionitas apelaron a este pasaje (Stromata 3.4.25.3).
En respuesta al uso marcionita de este pasaje, Tertuliano declaró que Yeshu (y aparentemente otros) estaban libres de la obligación de enterrar a los padres en virtud de leyes aplicables a los sumos sacerdotes y nazareos. Tertuliano, Adversus Marcionem 4.23.10– 11 oponiéndose así a Vaicra / Lev 21:1 y Bemidbar / Num 6:6– 7.
El hecho de que ni en Lucas ni en el Evangelio sea Yeshu sacerdote o nazareo socava esta objeción. Markus Bockmuehl en Jewish Law in Gentile Churches: Halakah and the Beginning of Christian Public Ethics (Edimburgo: T&T Clark, 2000), 23–48, ha argumentado que Yeshu hizo un voto nazareo en la Última Cena. Bockmuehl escribe que “Yeshú mismo parece haber pronunciado un voto nazareo en vísperas de su ejecución”. Pero estos votos, incluso si los aceptamos, llegaron demasiado tarde en la historia. Cuando Yeshu se dirigió a su potencial discípulo en el Evangelio 9, no solo no mencionó su estado de nazareo, sino que también ofendió a aquellas personas que entierran a sus padres llamándolos (metafórica o espiritualmente) "muertos".
Aquí hay más que una sospecha de que Yeshu exigía un discipulado que sobrepasaba las regulaciones hajajicas.
Los marcionitas habrían estado de acuerdo con varios intérpretes posteriores en que Yeshu anuló la mitzvah de ‘honrar a los padres’ al ordenar descuidar el entierro de un padre. Hengel, Charismatic, 13, n.31, 14. Hengel también citó a A. Schlatter: “dichos tales [como Lucas 9:60] fácilmente podrían sugerir a los discípulos la idea de que Yeshú estaba aboliendo la Torah”.
Este punto es mencionado específicamente por Adimanto, escritor cristiano maniqueo de las Disputaciones (fines del siglo III d.C.).[9] Adimanto es importante porque, desde Harnack, los académicos han juzgado (con buenas razones) que sus Disputaciones era una versión revisada de las Antítesis de Marción. Adimanto escribió que el mandamiento en Éxodo “Honra a tu padre y a tu madre-” (20:12: כַּבֵּ֥ד אֶת־אָבִ֖יךָ וְאֶת־אִמֶּ֑ךָ) es contrario al mandamiento de Yeshu de “dejen que los muertos entierren a sus propios muertos: אֳבַד מִיתַיָא לְמִקְבַּר יָת מִיתַיְהוֹן” (Adimantus 6.). En este último versículo, según E. P. Sanders, Yeshu "conscientemente requiere [d] desobediencia de un mandamiento entendido por todos los judíos como dado por Dios". (ver. E. P. Sanders, Jesus and Judaism (London: SCM, 1985), 254. Cf. Holmén, Jesus, 198– 99.)
Relacionado con el Evangelio 9:60 está el dicho de Yeshu: “Si alguien no deja a su propio padre y madre y hermanos y esposa e hijos... tal persona no es digna de ser mi discípulo” (Evangelio 14:26), el cual está atestiguado en Tertuliano, Adversus Marcionem 4.19.12; Epifanio, Panarion 42.11.17; Elenchus 70. Roth (Texto, 78, n.74) dice que no está claro que Epifanio se inspirara en el Evangelion de Marción. Cf. Klinghardt, Älteste Evangelium II, 843. En este caso, no estamos tratando con un mandato situacional de seguir a Yeshu en un lugar y momento determinados. Se presenta como una regla universal. La lealtad a Yeshu anula la lealtad a la familia. El quinto mandamiento exige que uno honre a su padre y madre. Abandonar al padre y a la madre (por no mencionar a la esposa y los hijos) presumiblemente no es una forma de honrarlos. Aquí les pareció a los marcionitas que Yeshu anuló la Torah, de hecho, uno de sus pilares centrales.
La Torah hasta Juan.
En Evangelio 16:16, Yeshú, después de criticar la codicia de los perushim (fariseos), dijo que:
ὁ νόμος καὶ οἱ προφῆται ἕως Ἰωάννου (ἐξ or ἀφ’) οὗ ἡ βασιλεία τοῦ θεοῦ εὐαγγελίζεται
תֹּרָתָא וּנְבִיָאָיָא הָווֹ אִילֵין עַד יוֹחָנָן. מִנְּכָר הַהוּא וּמָלְכּוּתָא דְאָלָהָא מִתְבַּשַּׂר לֶהֱוֵי בַּשְׂרָא טָבָא.
“La Torah y los Profetas eran hasta Yojanan; desde entonces el reino de Dios está siendo proclamado como buena nueva”.
-Roth, D. T. (2015). The Text of Marcion’s Gospel. Brill. p.426.
(Klinghardt imprime ἀπαγγελίζεται, Älteste Evangelium II, 868). La versión de Mateo del dicho presentaba un significado diferente. En lugar de “la Torah y los profetas [fueron] hasta Yojanan”, Mateo usó un verbo diferente: “porque todos los profetas y la Torah fueron profetizados hasta Yojanan” (Mateo griego 11:13: παντεϲ γαρ οι προφηται και ο νομοϲ εωϲ ϊωαννου επροφητευϲαν / כָּל הַנְּבִיאִים וְהַתּוֹרָה עַד יוֹחָנָן נִבְּאוּ), mientras que en el Evangelio Hebreo de Mateo 48:13 dice en lugar de ‘hasta’ (έως / עַד), por ‘acerca’ (דברו על) tal como se lee: שכל הנביאים והתורה דברו על יוחנן (‘Todos los Profetas y la Torah hablaron acerca de Yojanán’).
Aquí Yeshú delimitó dos eras: el tiempo en que la Torah era válida y el tiempo en que se volvió inválida - el ministerio de Yojanan HaMatbil (Juan el Bautista) sirviendo como eje. Los primeros escritores patrísticos apoyaron este punto de vista. Ireneo escribió que:
Quoniam igitur a Moyse lex inchoavit, consequenter in Johannem desivit, ad impletionem eius advenerat Christus: et proper hoc lex et prophetae apud eos usque ad Johannem
"Puesto que la Torah se originó con Moisés, entonces cesó con Juan. Cristo había venido a cumplirla: y así la Ley y los Profetas estuvieron con ellos hasta Juan".
-Irenaeus, Adversus Haereses 4.4.2.
Tertuliano también estuvo de acuerdo con Marción en que la Torah fue destruida (destrui) desde el tiempo de Juan. Hubo un momento, entonces, cuando el "Judaísmo" cesó, según Tertuliano, y el "Cristianismo" comenzó. (Tertuliano, Adversus Marcionem 5.3.8.) El nuevo periodo del Cristianismo se caracteriza por el "cese de la Torah" (sedatio legis / הַפָּסָקַת הַתּוֹרָה), su "ocaso" o incluso "destrucción" (occasu). Tal como se lee en Adversus Marcionem 4.33.8. Según el OLD (Oxford Latin Dictionary) (p. 1232), occasus puede significa "caída, decadencia, destrucción, ruina". Cf. Cita de Tertuliano de Lucas 16:16 en Adversus Marcionem 5.8.5.
Otros cristianos de su tiempo, no solo marcionitas, entendieron que Lucas 16:16 significaba que “las antigüedades legales y proféticas han sido abolidas”. Por ejemplo, Tertuliano, Sobre el ayuno 2.2 dice:
abolitis legalibus et Propheticis vetustatibus
בִּטּוּל יִשְׁנוּת הַתּוֹרָה וְהַנְּבִיאִים; cf. 11.6.
(Aboliendo el cambio de la Torá y los profetas.)
Tertuliano pensó que las “cargas” de la Torah duraron hasta Juan, pero los “remedios” (remedia) permanecieron (Sobre la Modestia 6,2-3). Cf. Hechos de Arquelao 45,7: Mani “diría que ‘la Torah y los profetas fueron hasta Juan’. . . porque por el hecho de que le cortaron la cabeza se hizo evidente que todos sus predecesores y superiores habían sido cortados”.
Sin embargo, el versículo siguiente en Lucas (16:17) parece contradecir al anterior:
ευκοπωτερον δε εϲτιν το ουρανον και την γην παρελθιν η του νομου μιαν καιρεαν πεϲιν ˙
פְּשִׁיק הוּא דִּין דִּשְׁמַיָּא וְאַרְעָא נַעֲבְּרוּן אוֹ פִּתְגָּמַיָּא דְאוֹרַיְתָא חֲדָא תַּעֲבָר
(Traducción: Pero es más fácil que pasen el cielo y la tierra, que que caiga un punto de la ley -nomou- )
-Codex Sinaiticus folio 240b
Significativamente, sin embargo, el Evangelio de Marción tenía una lectura alternativa y aparentemente más lógica:
“εὐκοπώτερον (δέ ἐστιν) τὸν οὐρανὸν καὶ τὴν γῆν παρελθεῖν ἢ τῶν λόγων μου μίαν κεραίαν (πεσεῖν)”
פְּשִׁיק הוּא דִּין דִּשְׁמַיָּא וְאַרְעָא נַעֲבְּרוּן אוֹ פִּתְגָּמַיָּא דִילִי חֲדָא תַּעֲבָר
(Traducción: Más fácil es que pasen el cielo y la tierra que caiga una sola coma/tilde de mis palabras. -mou mian- )
-Roth, Text, 426; Cf. Klinghardt: ταχύτερον ἤ μία κεραία τῶν λόγων τοῦ κυρίου / más rápido o una antena de las palabras del Señor (Älteste Evangelium II, 868).
Tertuliano aceptó esta última lectura sin problemas. (Adversus Marcionem 4.33.9) La lectura es consistente con la declaración de Yeshú en Lucas 21:33 (atestiguada en el Evangelio): “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. En resumen, Yeshú anunció el fin de la Torah mientras proclamaba la eternidad de sus propias enseñanzas. Sin andarse con rodeos, Yeshú se opuso la Torah a su propia revelación eterna.[10]
Las violaciones de Yeshú al shabat.
Quizás la violación más importante de Yeshú fue su falta de observancia del shabat. Según Raymond E. Brown,
"Que Jesús violó las reglas de los escribas para la observancia del sábado es uno de los hechos históricos más ciertos sobre su ministerio".
-Brown, Gospel According to John, 2 vols. (Garden City: Doubleday, 1966), 1:210. Cf. Yong- Eui Yang, Jesus and the Sabbath in Matthew’s Gospel (Sheffield: Sheffield Academic, 1997)
De todos modos, formaba parte de las Antítesis de Marción que "el creador del mundo ordenó el shabat, pero Yeshú lo destierra". (Harnack, Marcion, 62.)
A fines del siglo IV d.C., el obispo Fausto de Milevi presentó los fundamentos teológicos para la observancia del shabat:
Moisés ante todo enseña que uno debe abstenerse de todo trabajo en el sábado, y afirma que la razón de esta observancia es que, cuando Dios hizo el mundo y todo lo que hay en él, dedicó seis días al trabajo, pero se detuvo el séptimo, que es el sábado. En consecuencia, lo bendijo, es decir, lo hizo santo, como el refugio de su tranquilidad, y promulgó una ley de que cualquiera que lo violara debía ser ejecutado. (Éxodo 20:8-11; 31:13-15)
-Augustin, Contra Faustus 16.6.
El obispo sabía que la ley del shabat no solo formaba parte de los Diez Mandamientos, hablados por Di’s mismo (Éxodo 20:8-11); era la ley de la creación, incorporada al cosmos por el creador mismo. La ley del sábado era, por así decirlo, el guión de la naturaleza, y fue interpretada como un precedente por el Creador (Génesis 2:3). Violar el shabat, por lo tanto, tenía implicaciones directas para la actitud de uno hacia el Creador.
El Evangelio atestiguó tres violaciones del shabat por parte de Yeshú, dos de las cuales se comparten con los evangelios llamados Marcos y Mateo. Los episodios compartidos son recoger grano (Evangelio de Lucas 6:1-5 // Marcos 2:23-28 // Mateo 12:1-8) y el hombre con la mano paralizada (Evangelio de Lucas 6:6-11 // Marcos 3:1-6 // Mateo 12: 9-14). El Evangelio de Lucas tenía otra historia de violación: la mujer tullida en la sinagoga (13:10-17). También puede haber incluido la historia del hombre sanado de hidropesía (Lucas 14:1-6), aunque no está atestiguada.
Comenzamos con el episodio de desgranar las espigas de trigo. En Evangelio 6:1-2, los discípulos de Yeshú recogen y frotan espigas de grano en el día de shabat. Algunos de los imaginarios perushim (fariseos) les informan que este acto es ilegal, ya que es una forma de cosecha, un acto que no estaba permitido en el día de shabat, es por eso que en la Torah se lee en Shemot / Éxodo 34:21:
שֵׁ֤שֶׁת יָמִים֙ תַּעֲבֹ֔ד וּבַיּ֥וֹם הַשְּׁבִיעִ֖י תִּשְׁבֹּ֑ת בֶּחָרִ֥ישׁ וּבַקָּצִ֖יר תִּשְׁבֹּֽת׃
Seis días trabajarás y el séptimo día descansarás. Del [mundano] arado y cosecha descansaréis.
Incluso Filón de Alejandría enseña:
“no está permitido [en shabat] cortar ningún retoño ni rama, ni siquiera una hoja, ni arrancar ningún fruto”
-Vida de Moisés 2.22.
Los persuhim (fariseos) no eran simplemente quisquillosos. Tanto Ireneo como Tertuliano estuvieron de acuerdo en que el acto de cosechar realizado en estos versículos era ilegal. (ver. Irenaeus, Adversus Haereses 4.8.3; Tertullian, Adversus Marcionem 4.12.5.) Además, los discípulos no tenían una necesidad vital de recoger el grano, ya que, a pesar de su hambre, no corrían peligro de inanición. Sin embargo, Yeshú avivó el fuego retórico. Justificó a sus discípulos basándose en el ejemplo de David, quien tomó -podría decirse que robó- el pan prohibido del santuario de la tienda del Creador (1 Samuel 21:1-6). (Para los marcionitas, el llamado de Yeshú a esta historia no indicaba que aceptaba las el Tana”j como verdad divina. Yeshú la usó, como Marción, como una ilustración, autoritaria para sus enemigos y por lo tanto útil en el debate). Sin embargo, Yeshú no se detuvo ahí. Para fundamentar su permiso de violación del shabat, presumió llamarse a sí mismo "Señor del shabat".(ver. Tertuliano, Adversus Marcionem 4.12.11; Incluso la afirmación de Ireneo de que David era sacerdote es erronea (Adversus Haereses 4.8.3).
Tertuliano confesó que esta afirmación puso a Yeshú en aparente conflicto con la Torah. Tertuliano, Adversus Marcionem 4.12.1: la cuestión relativa a la violación del shabat, “no podría tener sustancia si Yeshu no se hubiera proclamado señor del shabat”.
‘Yeshú como Señor del shabat para la interpretación de los primeros notzrim era "destructor del sábado" (sabbati destructor). (ver. Tertuliano, Spectacles 30.)
Epifanio concluyó a partir del episodio de la cosecha que "el sábado fue abolido". (ver. Epifanio, Panarion 30.32.3.) Eznik de Kolb concluyó que Yeshú, "como un señor de la Torah, puso fin a la Torah". (ver. Eznik, On God, 392 (trans. Blanchard and Young).) Varios intérpretes modernos siguen esta línea de interpretación. S.G. Wilson, por ejemplo, escribió que "Como señor del sábado, él [Jesús] está por encima de la ley". Wilson, en Luke and the Law, 33, citando a Bank, Law, 121-22. Posteriormente Wilson añade:
“la institución del sábado como tal está subordinada a su señor, el Hijo del Hombre. Llevada a su conclusión lógica, esta afirmación cristológica plantea un desafío fundamental al sábado y, en última instancia, a la ley misma” (39).
Para un contrapunto, véase Joseph A. Fitzmyer, Luke the Theologian: Aspects of His Teaching (Nueva York: Paulist Press, 1989), 183–85.
Para los primeros notzrim, Yeshú proclamándose a sí mismo como señor del shabat no solo lo hizo señor de la Torah, sino también señor de la creación. Era señor sobre la creación, no de ella, ya que evidentemente Yeshú no estaba de acuerdo con el guión de la creación establecido por el Creador. Para él, el shabat estaba escrito en la naturaleza y era observado por el Creador, pero Yeshú lo anuló. Defendió la violación del shabat por su propio estatus personal superior a la ordenanza del Creador, ¡Yeshú actuaba como tudo un patán!
Yeshú no solo defendió la violación del shabat por otros; él mismo también lo transgredió. Realizó dos curaciones en shabat en sinagogas ante los atónitos ojos de los líderes judíos. El primero fue un hombre con una mano paralizada (6:6-11); el segundo fue una mujer tullida (13:10-16). Ninguno de estos individuos necesitaba ser sanado en shabat, ya que sus condiciones no eran letales. A pesar de esto, Yeshú los sanó públicamente en espacios religiosos judíos. En cada caso, Yeshú encendió un conflicto, primero preguntando provocativamente si se puede hacer el bien en shabat (6:9), y segundo llamando hipócritas a sus oponentes porque ese día desatan a los animales de la granja (13:15).[11]
El Creador, al menos tal como se retrata en la Torah, era hostil a cualquier violador del shabat. Sentando un precedente, HaShem condenó a un hombre a muerte por recoger leña en una mañana de shabat (Bemidbar / Números 15:32-34). Adimantus, posiblemente dependiente de las Antítesis de Marción, creía que esta historia de ejecución contradecía el espíritu y la acción de Yeshú, quien sanó al hombre con la mano paralizada. Agustín, Contra Adimantus 22; cf. Hechos de Arquelao 44,9-10 (que también menciona a los discípulos recogiendo espigas en shabat).
Un punto señalado por Ireneo, en Adversus Haereses 4.8.2, es que no hay una ley explícita en contra de sanar en shabat, solo contra trabajar. Pero las disputas del shabat se basaban en la idea de que las sanaciones de Yeshú eran una forma de trabajo. El líder de la sinagoga en Evangelio 13:14 declaró:
“Hay seis días en los que se debe trabajar; vengan en estos días para ser sanados y no en el día de shabat - τῷ σαββάτῳ ἐθεράπευσεν”.
Sin embargo, la Mishná equipara la práctica de la medicina con el trabajo, tal como se lee en Shabat 14:3–4:
אֵין אוֹכְלִין אֵזוֹב יוֹן בְּשַׁבָּת, לְפִי שֶׁאֵינוֹ מַאֲכַל בְּרִיאִים, אֲבָל אוֹכֵל הוּא אֶת יוֹעֶזֶר וְשׁוֹתֶה אַבּוּב רוֹעֶה. כָּל הָאֳכָלִין אוֹכֵל אָדָם לִרְפוּאָה, וְכָל הַמַּשְׁקִין שׁוֹתֶה, חוּץ מִמֵּי דְקָלִים וְכוֹס עִקָּרִים, מִפְּנֵי שֶׁהֵן לַיְרוֹקָה. אֲבָל שׁוֹתֶה הוּא מֵי דְקָלִים לִצְמָאוֹ, וְסָךְ שֶׁמֶן עִקָּרִין שֶׁלֹּא לִרְפוּאָה: הַחוֹשֵׁשׁ בְּשִׁנָּיו, לֹא יִגְמַע בָּהֶן אֶת הַחֹמֶץ, אֲבָל מְטַבֵּל הוּא כְדַרְכּוֹ, וְאִם נִתְרַפֵּא נִתְרַפֵּא. הַחוֹשֵׁשׁ בְּמָתְנָיו, לֹא יָסוּךְ יַיִן וְחֹמֶץ, אֲבָל סָךְ הוּא אֶת הַשֶּׁמֶן, וְלֹא שֶׁמֶן וֶרֶד. בְּנֵי מְלָכִים סָכִין שֶׁמֶן וֶרֶד עַל מַכּוֹתֵיהֶן, שֶׁכֵּן דַּרְכָּם לָסוּךְ בַּחֹל. רַבִּי שִׁמְעוֹן אוֹמֵר, כָּל יִשְׂרָאֵל בְּנֵי מְלָכִים הֵם:
No se puede comer eizoveyon en Shabat porque las personas sanas no lo comen y, por lo tanto, está claro que cualquiera que lo coma lo hace por su valor medicinal. Sin embargo, uno puede comer una planta llamada yo'ezer y beber abuvro'e. Además, una persona puede consumir todos los tipos de alimentos que consumen las personas sanas, incluso con fines medicinales. Y se pueden beber todas las bebidas excepto el agua de palmera y el kos ikarin porque se conocen como remedios para la ictericia. Por lo tanto, está prohibido beberlos en Shabat con fines curativos. Sin embargo, uno puede beber agua de palmera en Shabat para saciar su sed, y puede untarse aceite de ikarin con fines no médicos. Alguien que esté preocupado por el dolor en sus dientes no puede beber vinagre a través de ellos en Shabat con fines medicinales; sin embargo, puede mojar su comida en vinagre de la manera habitual y comerla, y si el vinagre lo cura , se cura. Aquel que está preocupado por el dolor en sus lomos no puede untarlos con vino y vinagre en Shabat porque ese es un tratamiento médico. Sin embargo, se les puede untar aceite. Sin embargo, no se puede utilizar aceite de rosas, que es muy caro y se utiliza exclusivamente como cura. Sin embargo, los príncipes pueden untarse las heridas con aceite de rosas en Shabat porque es su forma habitual de untarse aceite de rosas durante la semana por placer. Rabí Shimon dice: Todo el pueblo judío es príncipe, y les está permitido untarse aceite de rosas en Shabat.
El Yeshú de los evangelios nunca discutió que sus sanaciones fueran una forma de trabajo. En Juan, Yeshú trata implícitamente la curación como una forma de trabajo. Sana públicamente a un paralítico en shabat. Cuando se le acusa de violar el shabat, declara: “Yo trabajo y mi padre trabaja” (Juan 5:17). Aquí el “padre” de Yeshú es evidentemente diferente a Hashem ya que observó el shabat (Génesis 2:2; Midrash Berreshit Raba. 7,5; 11,5, 9).
Incluso estuvo de acuerdo con el cargo de ilegalidad en el episodio de frotar desgranar las espigas de trigo. Los discípulos hicieron jilul shabat y se justificaron porque David también hizo algo "ilegal" (Lucas 6:2,4). La repetición de "ilegal", y el hecho de que sea precisamente el elemento de ilegalidad lo que une los dos (de otra manera diferentes) incidentes, indica que Yeshú no intentó evadir el cargo de que trabajó en shabat y que aprobó tal transgresión cuando otros la cometieron.
Para Marción y los marcionitas, este no era simplemente un problema de interpretar la Torah de manera diferente. El Evangelio en ninguna parte hizo la distinción entre la Torah y la tradición humana como se encuentra en Marcos 7:1-2; 10:2-3. El Yeshú del Evangelio (el único Yeshú que los marcionitas consideraban autoritativo) sabía exactamente lo que sería ofensivo para los observadores de la Torah y lo realizó basado en su propia autoridad personal.
Yeshú contra la Torah (y el Legislador)
Los heresiólogos subrayaron la tradición (únicamente matéica) de que Yeshú vino a cumplir la Torah (Mateo 5:17), pero como comentó R. Hakola,
“No es probable que ningún judío hubiera entendido cómo se puede cumplir el propósito de la Torah actuando deliberadamente en contra de uno de sus principales mandamientos” —refiriéndose aquí a la observancia del shabat.(Hakola, Identity, 129– 30.)
En contexto, Hakola citó al famoso estudioso del judaísmo antiguo, E.P. Sanders:
“la obediencia a la Toráh es la condición para retener las promesas del pacto; la desobediencia intencional e impenitente implica el rechazo de la Torah, el rechazo del pacto para el cual es la condición, y el rechazo del Dios que dio la Torah”.
Hakola, Identity, 130.
Holmén concluyó que Yeshú “no participó en la actividad integral del pensamiento del pacto de su tiempo que apuntaba a aprender a guardar el pacto” (Jesús, 333). Para opiniones similares, véase Berndt Schaller, Jesus und der Sabbat: Franz-Delitzsch-Vorlesung 1992 (Münster: Delitzsch Judaic Institute, 1994), 126-27.
Aquí Sanders —ciertamente ningún marcionita— puso el dedo en algo que Marción y sus seguidores vieron en el siglo II. La repudiación reiterada de la Torah implicaba el rechazo al Creador que la dio. Pero Yeshú solo habría rechazado al Legislador. Por lo tanto, si Yeshú rechazó la Torah, entonces, según los marcionitas, él no confirmó la bondad de HaShem que dio la Torah.
Los primeros cristianos marcionitas hicieron un punto aún más fuerte: socavar la Torah significaba socavar al Legislador. Si Yeshú era hostil a la Torah del Creador, entonces era hostil al Creador. Porque el que dio enseñanzas contrarias a la Torah es, como expresó Tertuliano la inferencia marcionita, “contrario al Creador”, tal como señala Tertuliano, en Adversus Marcionem 4.7.8:
“...quia nec potuisset adversus legem et prophetas docere et hoc nomine adversus creatorem…”
״...כִּי לֹא יָכֹל לְלַמֵּד נֶגֶד הַתּוֹרָה וְהַנְּבִיאִים וּבַשֵּׁם זֶה (יֵשׁוּ) נֶגֶד הַבּוֹרֵא...״
(“...porque no hubiera podido enseñar contra la Torah y los profetas, y en este nombre (Yeshú) contra el Creador…”)
Si Yeshú era el destructor de la Torah, era el "destructor del Creador", tal como enseñaban los primeros cristianos, y como menciona Tertuliano Adversus Marcionem 4.8.7: destructor creatoris (מַשְׁחִית הַבּוֹרֵא)
Por otra parte, al hurgar en el Evangelio de Mateo o en el Evangelio de Juan podemos encontrar otras transgresiones que realizó Yeshú, por ejemplo:
1) Yeshu en Mateo 8:21-22 No permite enterrar de inmediato, No permite respetar a los padres. Contradice lo que explícito en la Toráh (Devarim / Deuteronomio 21:23).
2) Yeshu en Mateo 15:10-11 No respeta temas de pureza e impureza.
No respeta el tema de los alimentos prohibidos. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 11:47)
3) Yeshu en Mateo 15:10-11 puso obstáculos delante de los ciegos (materiales o espirituales). No amonesta con amabilidad al que considera un pecador. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:17)
4) Yeshu en Mateo 15:25-26 No ama al extranjero. No respeta a las personas por ser creadas a la "imagen" de Dios. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:33,34)
5) Yeshu en Mateo 10:36 No permite respetar a los padres. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:3)
6) Yeshu en Mateo 10:34-36 No permite respetar a los padres.
Promueve el odio intra-familiar. Promueve la lucha. Contradice lo que es explícito en la Toráh (Vaikrá / Levítico 19:3; 20:9; y Devarim / Deuteronomio 20:10)
7) Yeshu en Mateo 10:32-33 Se pone entre Dios y los hombres. Se pone delante de Dios. Se pone en lugar de Dios. Se pone como el que salva o pierde. Contradice lo que es explícito en la Toráh (Devarim / Deuteronomio 5:7, 13:5, y 4:29)
8 ) Yeshu en Mateo 10:26 afirma que todo será revelado, y así contradice lo que dice Devarim / Deuteronomio 29:28.
9) Yeshu en Mateo 10:1 Pretende tener la autoridad que es potestad única de Dios. Contradice lo que es explícito en la Toráh. (Shemot / Éxodo 15:26; Devarim / Deuteronomio 32:39)
10) Yeshu en Mateo 11:27 Se pone en el lugar de Dios. Pretende desplazar con su persona al Pueblo elegido POR Dios. Pretende ser el mediador entre Dios y los hombres. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 4:33, 35, 36)
11) Yeshu en Mateo 11:29 Se pone en el lugar de Dios. Es soberbio y nada humilde. Se pone en el lugar de autoridad. Se pone como ejemplo en lugar de ponerlo a Dios. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 17:12,13; Yeshayah / Isaías 58:9)
12) Yeshu en Mateo 12:1 Permite profanar y lo profana. Contradice lo que es explícito en la Toráh (Shemot / Éxodo 34:21)
13) Yeshu en Mateo 12:8 Profana el Shabat. Se pone en lugar de Dios. Contradice lo que es explícito en la Toráh (Vaikrá / Levítico 19:30)
14) Yeshu en Mateo 15:2 Desobedece las leyes de los sabios, leyes que fueron ordenadas por Dios para que fueran prescritas. Desobedece la Toráh. Contradice lo que está explícito en la Toráh. Contradice lo que es explícito en la Toráh Oral. (Devarim / Deuteronomio 17:9-11)
15) Yeshu en Mateo 12:34, y 23:33 Calumnia. Avergüenza públicamente. Odia. Amenaza. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:16; Vaikrá / Levítico 19:17)
16) Yeshu en Mateo 12:37 Desobedece la Toráh. Inventa por sobre lo ordenado en la Toráh. Juzga impropiamente. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:37; 20:8; 20:22)
17) Yeshu en Mateo 12:48 No respeta a su madre. No se hace cargo de ser responsable (como hermano mayor y supuesto "rabino") de sus hermanos. (Shemot / Éxodo 20:12; Bereshit / Génesis 4:9)
18) Yeshu en Mateo 23:35 Acusa en falso. Atestigua en falso. Ofende en público. Incita al odio y la violencia. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:35; Shemot / Éxodo 23:7)
19) Yeshu en Mateo 19:9 Desconoce un mandato específico de la Toráh. Añade mandamientos. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 24:1,2)
20) Yeshu en Mateo 6:7 Añade mandamientos. No obedece la Toráh. No enseña a rezar el Shemá Israel. No enseña Toráh. No habla constantemente lo que la Toráh ordena. (ver. Devarim / Deuteronomio 6:6,7)
21) Yeshu en Mateo 5:34 Añade mandamientos. Contradice lo que es explícito en la Toráh (Devarim / Deuteronomio 6:13)
22) Yeshu en Mateo 14:33 Permite y promueve la idolatría. Permite la adoración idolátrica. Contradice lo que está explícito en la Toráh. Se cree dios. (Shemot / Éxodo 23:24; Devarim / Deuteronomio 30:17)
23) Yeshu en Mateo 26:62-63 enseña que si hay testigos falsos hay que enfrentarlos. Hay que ayudar a los jueces en su interrogatorio, con su comportamiento de Yeshu contradice lo que es explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 19:18,19; Bemidbar / Números 30:15)
24) Yeshu en Mateo 9:14 Desobedece los ayunos establecidos. Enseña a desobedecer la Toráh (Yoel / Joel 2:12)
25) Yeshu en Mateo 9:10 Se junta con pecadores. No amonesta con amabilidad a los pecadores (pero sí endecha con odio a lo hace con obran con rectitud) con su comportamiento de Yeshu contradice lo que es explícito en el TaNa”J (Tehilim / Salmos 1:1)
26) Yeshu en Mateo 7:13 Desobedece la Toráh. Predica que hay que apartarse de ella, pues es su camino angosto. Predica el descontento y la amargura. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 30:11; 30:19,20)
27) Yeshu en Mateo 6:11 usa a Dios como su sirviente. Desobedece un mandato de la Toráh. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Bereshit / Génesis 3:19)
28) Yeshu en Mateo 18:8 Incita al pecado y a la enfermedad y contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:28)
29) Yeshu en Mateo 12:6 desconoce la importancia central del Templo. Se proclama como superior a lo que Dios eligió como superior. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:30)
30) Yeshu en Mateo 9:35 Predica cosas que no son de la Toráh. Recurre a estratagemas para capturar la confianza de los inocentes. Pone obstáculos delante de los "ciegos" intelectuales. Utiliza ciencias ocultas (llamadas en la antigüedad brujería) prohibidas por la Toráh. (Vaikrá / Levítico 19:31)
31) Yeshu en Mateo 21:18-20 Desobedece la Toráh. Tiene ira, odio, destrucción. Contradice lo que está explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 20:19)
32) Yeshu en Juan 8: 17-18 Se ubica por fuera de la Toráh, desconoce la Toráh, se usa a sí mismo como testigo, desconoce el hecho de que debe haber dos testigos válidos, contradice lo que es explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 19:15, 6:24; 31:12,13; 4:8)
33) Yeshu en Juan 8:42-44, desconoce la Toráh, desobedece a Dios, profana el pacto con Dios, difama en público, incita a la rebelión, atenta contra la autoridad designada por Dios en la Toráh, y Contradice lo que es explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 29:12-14; 32:9; 7:8)
34) Yeshu en Juan 8:4-7 no amonesta al pecador, perdona lo que la Toráh castiga, ofende a los honestos, desobedece la Toráh, y contradice lo que es explícito en la Toráh (Vaikrá / Levítico 20:10)
35) Yeshu en Juan 5:22 se pone en lugar de Dios, le quita importancia y poder a Dios, se convierte a sí mismo en el juez universal, promueve Idolatría, y Contradice lo que es explícito en la Toráh. (Devarim / Deuteronomio 32:36; Bereshit / Génesis 18:25; y Devarim / Deuteronomio 4:29)
Estos son algunos ejemplos de los incontables pecados, omisiones, distorsiones, infundios, pésimos ejemplos, etc., que Yeshu nos regala desde las páginas del Evangelio de Mateo:
Así como en el Evangelio de Juan: https://bit.ly/3yiFOQe o en el Evangelio de Marcos: https://bit.ly/3RnXnai
Yeshu cuando dice en Mateo 5:17 en la versión antigua griega del Codex Sinaiticus, folio 201b se lee:
μη νομιϲητε ο
τι ηλθον καταλυ
ϲαι τον νομον
η τουϲ προφηταϲ
ουκʼ ηλθον κατα
λυϲαι αλʼλα πλη
ρωϲαι·
(No piensen
que he venido
para destruir la costumbre (gentil)
o [el mensaje de] los profetas [gentiles]:
no he venido para destruir,
sino para cumplir. &$%&!)
La palabra namus, namusah ó nomos נָמוּסָא (νομον-ܢܳܡܽܘܣܳܐ) en el contexto judío significa costumbre o práctica pagana, tal como se puede leer en el Targum de Onkelos sobre Vaicra / Levitico 20:23: וְלָא תְהָכוּן בְנִמוֹסֵי עַמְמַיָא (No debes practicar las costumbres de los gentiles.) O como aparece en el Midrash Raba sobre Berreshit 48:18: (Cuando hayas entrado en una ciudad, sigue su costumbre.) עלת לקרתה הלך בנימוסה. Como es el caso con la etimología griega νόμος, esencialmente se traduce como "derecho consuetudinario entre los gentiles". Sí Yeshu pronunció su discurso en griego o en arameo utilizando la palabra nomos o nimusa haría alusión a la ley de los gentiles (חֻקֹּ֣ת הַגּ֔וֹי-νομίμοις τῶν ἐθνῶν), en tal caso él no se opondría a la ley romana o a las costumbres de los paganos. Incluso en el Codex Sinaiticus aparece la palabra προφηταϲ (profetas), tal palabra en el contexto griego hace alusión a ‘alguien que habla por un dios e interpreta su voluntad al hombre’ ó ‘intérprete, expositora de la voluntad de Zeus, de Tiresias’ (Euripides, Bacchae, 551) ‘un intérprete de Apolo de Delfos' (Aeschylus, Eumenides, 19) ‘profetas intérpretes de Delfi’ (Herodotus, Las Historias, 8.36). Entendiendo que Yeshu habló en griego o en judeo-griego al referirse que no venía a destruir la ley romana-iuris romani, así como los oráculos de los intérpretes de Zeus, Apolo, Delfi, etc.
Por otra parte, Marción de Sinope en su antigua versión del Evangelio de Lucas 16:17 en idioma griego, (se encuentra una referencia que también nos recuerda a Mateo 5:17 explica que el texto original Yeshú mencionaba que el apostató la Torah de Mosheh:
οῦτο οἱ Ἰουδαϊσταὶ ἔργαψαν,
τὸ οὐκ ἦλθον καταλῦσαι τὸν νόμον ἀλλὰ πληρῶσαι·
οὐκ οὕτως δὲ εἶπεν ὁ Χριστός, λέγει γάρ·
οὐκ ἦλθον πληρῶσαι τὸν νόμον ἀλλὰ καταλῦσαι.
(Traducción: Los judaizantes escribieron esto: “no vine a destruir la Torah, sino a cumplirla-לֹא בָאתִי לְבַטֵּל אֶת הַתּוֹרָה כִּי אִם לְמַלְאוֹת”. Pero Yeshu no habló de esta manera. Él dice, ‘yo no vine a cumplir la Torah sino a destruirla’ לֹא בָאתִי לְמַלֵּא אֶת הַתּוֹרָה כִּי אִם לְבַטְּלָהּ.)
Cuya traducción al hebreo y al arameo respecto a esta parte de Mateo 5:17 de Marción es:
לֹא בָאתִי לְמַלֵּא אֶת הַתּוֹרָה כִּי אִם לְבַטְּלָהּ
לֹא אָתִית דְּאֶמַלֵּא אוֹרַיְתָא אֶלָּא דְּאֶשְׁרִי
(Traducción: ‘yo no vine a cumplir la Torah sino a destruirla’.)
-Marc. 4.33.9, Cf. De recta in Deum fide 2 830e [GCS 4:88, 31-33]).
Por tanto, Yeshú desobedece lo que está explícito en la Torah de Mosheh, en Sefer Vaicra / Levítico 20:23 en donde se lee:
וְלֹ֤א תֵֽלְכוּ֙ בְּחֻקֹּ֣ת הַגּ֔וֹי אֲשֶׁר־אֲנִ֥י מְשַׁלֵּ֖חַ מִפְּנֵיכֶ֑ם כִּ֤י אֶת־כָּל־אֵ֙לֶּה֙ עָשׂ֔וּ וָאָקֻ֖ץ בָּֽם׃
וְלָא תְהָכוּן בְּנִימוֹסֵי עַמְמַיָא דִי אֲנָא מַגְלֵי מִן קֳדָמֵיכוֹן אֲרֵי יָת כָּל אִלֵין עֲבָדוּ וְרָחִיק מֵימְרִי יָתְהוֹן
‘Y no andarán en las costumbres del pueblo que Yo expulso ante ustedes, ya que ellos hicieron todo esto y Yo me asqueé de ellos’
La inferencia puede parecer extrema hoy, pero su base se tomó de las Escrituras judías y cristianas. La Torah es la Torah del Creador. Los ataques de Yeshú a la Torah, por lo tanto, no son simples transgresiones, sino actos de sacrilegio contra el Creador. El autor de Hechos de los Apóstoles 6:11, por ejemplo, establece una conexión entre blasfemar contra la Torah y blasfemar contra Dios. Los oponentes judíos acusan a Esteban de decir:
τοτε υπεβαλον ανδραϲ λεγοντεϲ οτι ακηκοαμεν αυτου λεγοντοϲ ρηματα βλαϲφημιαϲ ιϲ μωϋϲην και τον θν
(Entonces presentaron a algunos hombres que decían: "Lo hemos oído proferir palabras blasfemas contra Moisés [es decir, la Torah] y contra Dios".)
-Codex Sinaiticus, folio 302a.
Para “Moisés” como referencia a la Torah, véase Klinghardt, Gesetz, 121-23. Decir palabras en contra de la Torah del Creador era, en efecto, hablar en contra de HaShem.
La Torah mató a Yeshú
Lo que mostró decisivamente la maldad del Legislador fue que Yeshú murió bajo sus regulaciones. Históricamente, parece que Yeshú fue ejecutado por sedición contra Roma. Según el Evangelio, sin embargo, fue arrestado y ejecutado por destruir la Torah, tal como se lee en la Antigua versión del evangelio de Lucas 23:2:
—ἔρξαντο . . . κατηγορεῖν . . . τοῦτον εὕρομεν διαστρέφοντα
τὸ ἔθνος . . . καὶ καταλύοντα τὸν νόμον καὶ τοὺς προφήτας . . . (κωλύοντα φόρους . . . διδόναι) καὶ ἀποστρέφοντα τὰς γυναῖκας καὶ τὰ τέκνα . . . λέγοντα ἑαυτὸν
{βασιλέα Χριστόν} . . .
Cuya traducción al hebreo es:
התחילו להאשים... אֶת-זֶה מָצָאנוּ מַשְׁחִית אֶת-הָעָם... וּמַבְטֵל אֶת-הַתּוֹרָה וְאֶת-הַנְּבִיאִים... (מוֹנֵעַ מִלְשַׁלֵּם מַסִּים...) וּמַרְחִיק אֶת-הַנָּשִׁים וְאֶת-הַיְלָדִים... אוֹמֵר עַל עַצְמוֹ {מֶלֶךְ הַמָּשִׁיחַ...}
(Traducción: ‘Comenzaron a acusar... Hemos encontrado a este pervirtiendo al pueblo [de Israel]... y derogando la Torah y los profetas... (impidiendo pagar impuestos)... y apartando a las mujeres y los niños... diciendo que él mismo es {el rey Mashiaj}....)
-Marc. 4.42.1, Pan. 42.11.6 (69, 70). Cf. Roth, D. T. (2015). The Text of Marcion’s Gospel. Brill. pp.433-434.
La culminación de la actividad destructora de la Torah de Yeshú fue su blasfemia contra el Creador.
En el juicio de Yeshú, el supuesto cohen hagadol (sumo sacerdote) le preguntó si se consideraba el hijo de Dios. Yeshú inicialmente fue evasivo: "Si te lo digo, no lo creerás" (Evangelio 22:67). No obstante, continuó afirmando que él, en su calidad de redentor celestial, gobernaría desde un trono a la diestra de Dios (22:69). El sumo sacerdote no necesitó más testimonio. Rasgó su vestidura y declaró a Yeshú un blasfemo (v.71).
Yeshú, como todos los cristianos sabían, era el hijo de Dios. Sin embargo, Yeshú como hijo de Dios no podía —según Marción— ser el hijo del Creador, porque transgredió constante y aparentemente intencionalmente las leyes del Creador. Dentro del texto, se interpretó que las acciones de Yeshú eran un insulto al Creador y Su Torah. Los judíos imaginarios del Evangelio en el juicio de Yeshú creían que él no podía ser el hijo de su Dios. Marción (y los marcionitas) infirieron que él era el hijo de otra deidad verdadera. En cualquier lectura, Yeshú cometió blasfemia contra el Creador al admitir que él era, por así decirlo, una deidad en sí mismo.
Tertuliano estaba dispuesto a admitir que Yeshú destruyó el "judaísmo", provocando así que los judíos lo mataran por su Torah (suo iure). (ver. Tertulian, Adversus Marcionem 3.7.10) Un padre de la Iglesia posterior escribió que, según Marción, Yeshú “fue considerado digno de muerte muchas veces por esas leyes [de la Torah]”, ya que estaba restringiendo y obstruyendo la Torah. La Torah ordenaba que “Todo judío que quebrante la Torah” sea ejecutado, en particular los que violaban el shabat.
El Creador mató a Yeshú
En lugar de culpar a los judíos por matar a Yeshú, Marción (y los marcionitas) acusaban en última instancia al Creador. En palabras de Megetius,:
“El Creador, habiendo visto al bueno [Yeshú] disolviendo su Torá, conspiró contra él. Sin embargo, el Creador no solo conspiró, sino que ordenó por ley, es decir, por su propia Torá, que Yeshú fuera crucificado.”
-Eznik, On God, 389
El Legislador tenía un motivo para matar a Yeshú, pues Yeshú socavaba al Creador al disolver su Toráh. Esta destrucción de la Toráh es el cargo que los judíos presentaron a Pilato (Evangelion 23:2), pero a Pilato mismo no le importaba la Torá. El principal ofendido por la blasfemia de Yeshú no era el establishment romano, sino el Señor de este mundo, el Creador. La conspiración judía para matar a Yeshú era solo un reflejo, según Marción, de las maquinaciones del Creador contra el hijo de la “verdadera deidad”.
En resumen: para Marción (y los marcionitas), Yeshú fue atacado y asesinado por aquel a quien más amenazaba. Esto no eran ni los romanos ni los judíos, sino el mismo Creador. Para los marcionitas, el Creador se sintió amenazado por Yeshú porque Yeshú estaba destruyendo su Torá. Como resultado, el Creador destruyó a Yeshú mediante una ejecución "legal".
Yeshú murió como violador de la Torá y recibió el castigo ordenado para los blasfemos. Yeshú murió de acuerdo con la Torá porque la quebrantó, Yeshú murió como un blasfemo, como un idólatra, ya que según la Torah la pena de ser colgado después de la ejecución estaba reservada principalmente para los siguientes delitos graves mencionados en la Torá (Devarim / Deuteronomio 21:22-23): Blasfemia contra Di-s (Vaicra / Levítico 24:16). De acuerdo al Talmud (Sanhedrin 45b), el principal caso que ameritaba el ahorcamiento post-mortem era la blasfemia grave contra el nombre de Di-s. Este delito era castigado primero con la pena de muerte por apedreamiento y luego el cadáver era colgado esto relacionado con el edolatría (Devarim / Deuteronomio 13:7-19). Aquellos condenados a muerte por practicar idolatría también eran sometidos al ahorcamiento después de su ejecución, según se desprende de varios pasajes talmúdicos. La Mishná (Sanhedrin 6:4) establece que tanto los blasfemos como los idólatras debían ser ejecutados por apedreamiento y luego sus cuerpos colgados.
Para los rabinos de la época del Segundo Templo de Jerusalén, relacionaban la pena de crucifixión con el colgamiento que se menciona en Deuteronomio 21:23. De acuerdo a los targumim (traducciones arameas antiguas de la Biblia hebrea), existe una clara relación entre la pena de colgamiento mencionada en la Torá y la práctica de la crucifixión.
El Targum de Onkelos se lee:
לָא תְבִית נְבִלְתֵּיהּ עַל צְלִיבָא אֲרֵי מִקְבַּר תִּקְבְּרִנֵּיהּ בְּיוֹמָא הַהוּא אֲרֵי עַל דְּחָב קֳדָם יְיָ אִצְטְלַב וְלָא תְסָאֵב יָת אַרְעָךְ דִּי יְיָ אֱלָהָךְ יָהֵב לָךְ אַחֲסָנָא:
No dejes su cadáver durante la noche en el madero [crucifijo], sino que ciertamente debes enterrarlo ese día, porque un cadáver colgado es una afrenta a Dios [porque fue crucificado porque pecó ante Hashem]; Así que no contamines la tierra que Adonay tu Dios te da como territorio.
Mientras que el Targum de Jonatan ben Uziel dice:
לָא תָבִית נִבְלַת גּוּשְׁמֵיהּ עַל קֵיסָא אֲרוּם מִקְבַּר תִּקְבְּרוּנֵיהּ בְּיוֹמָא הַהוּא אֲרוּם קִילוּתָא קֳדָם אֱלָהָא לְמִצְלוֹב גְּבַר אֱלָהֵן חוֹבוֹי גָרְמוּ לֵיהּ וּמִן בִּגְלַל דִּבְדִיוּקְנָא דַיְיָ אִתְעֲבֵד תְּקַבְּרוּנֵיהּ עִם מִטְמוֹעַ שִׁמְשָׁא דְּלָא יְקִילִין בִּרְיָיתָא בֵּיהּ וְלָא תְטוּפוּן בִּנְבֵילְתְּהוֹן דְּחַיָּיבָא יַת אַרְעֲכוֹן דַּיְיָ אֱלָהָכוֹן יָהִיב לְכוֹן אַחֲסָנָא
Su cadáver no quedará sobre la viga, pero ciertamente será sepultado en el mismo día; porque es execrable ante Dios crucificar a un hombre, pero que su culpa haya dado ocasión para ello; y por cuanto fue hecho a imagen de Dios, lo enterrarás a la puesta del sol, para que las fieras no lo abusen, y para que no extiendas con los cadáveres tu tierra que el Señor tu Dios te da en posesión. de criminales.
E incluso en el Tafsir de Rav Sa’adia Gaón se repite está idea:
ולא תבת ג̇ת̇תה עליהא בל אדפנה דפנא פי ד̇לך אליום אד̇ צלב למא אפתרא עלי אללה ולא תנג̇ס בלדך אלד̇י אללה רבך מעטיך נחלה
وَلا تَبِتْ جُثَّتَهُ عَلَيْهَا بَلْ ادْفِنْهُ دَفْنًا فِي ذَلِكَ اليَوْمَ إِذْ صُلِبَ لِمَا افْتَرَى عَلَى اللَّهِ وَلا تُنَجِّسْ بِلَدَكَ الَّذِي اللَّهُ رَبُّكَ مُعْطِيكَ نَحْلَةً
(No dejes que su cadáver permanezca allí, más bien entiérralo, enterrándolo ese mismo día, ya que fue crucificado (צלב) por lo que calumnió contra Dios. Y no contamines tu tierra que Dios tu Señor te da en herencia.)
Este texto en judeo-árabe claramente vincula el concepto de "crucificado" (צלב) con la pena por ofensas graves contra Dios, en línea con las interpretaciones de los targumim arameos sobre los versículos de Deuteronomio 21:22-23 acerca del colgamiento de criminales.
El Targum de Onkelos utiliza directamente el término arameo "tzeliva" (צליבא), que significa literalmente "cruz", al traducir la frase hebrea "no dejes su cadáver en el árbol/estaca". Onkelos explica que la razón del "crucificado" (איצטלב) es "porque pecó ante Dios", vinculando esta pena con graves ofensas religiosas. El Targum Jonatán también emplea la palabra "madero/viga" (קיסא) en lugar de "árbol", con connotaciones de crucifixión. Jonatán es aún más explícito, usando el verbo "litzlob" (למצלוב) que significa claramente "crucificar". Califica esta práctica como "execrable ante Dios". Ambos targumim resaltan que colgar/crucificar el cadáver de un ajusticiado era considerado una grave ofensa, al ser el hombre creado a imagen divina.
Ambos targumim resaltan que colgar/crucificar el cadáver de un ajusticiado era considerado una grave ofensa, al ser el hombre creado a imagen divina. Enfatizan la necesidad de enterrarlo rápidamente para no contaminar la tierra con el cuerpo de un criminal ejecutado de esta manera afrenta a Dios. Por lo tanto, la crucifixión que sufrió Yeshú (Jesús), a los ojos de cualquier estudioso de los targumim, relacionaron la muerte en la cruz de Yeshú como la del colgamiento de un blasfemo o un idólatra, lo cual indica que Yeshú no hubiera sido visto con buenos ojos por el tipo de ejecución que recibió, considerada la pena máxima reservada para los peores ofensores contra Dios según la interpretación rabínica.
Yeshú murió como violador de la Torá y recibió el castigo ordenado para los blasfemos. Yeshú murió de acuerdo con la Torá porque la quebrantó.
Conclusión.
Desde una perspectiva judía, el cristianismo podría ser descrito como una especie de idolatría masiva porque implicaba la adoración de un ser humano, un ser distinto del Creador conocido por las Escrituras judías. Los primeros cristianos. es decir los marcionitas que adoraban a Yeshú difícilmente se consideraban a sí mismos idólatras. Pero tomaron en serio el punto de vista judío de que la afirmación de Yeshú de ser divino socavaba una enseñanza central de la Torá e incitaba los celos del Creador. Los judíos imaginarios del Evangelio estaban cumpliendo las regulaciones de la Torá cuando presionaron por la ejecución de un transgresor de la Torá. Estaban haciendo la voluntad del Creador, al menos tal como la percibían.
Yeshú trabajó para destruir la Torá, y la Torá terminó por destruirlo a él. Pero la Torá era solo el instrumento del Legislador. Uno solo tenía que asumir que la Torá representaba la voluntad del Legislador (un supuesto básico judío y cristiano). Si, según la Torá, Yeshú tenía que morir, entonces la muerte de Yeshú era la voluntad del Legislador. Así que fue, en última instancia, el Creador, según los marcionitas, quien clavó a Yeshú en la cruz. La muerte de Yeshú a manos del Creador probó decisivamente que el Creador no podía ser el padre de Yeshú, y además, que el Creador que se opuso a Yeshú, maquinando para crucificarlo.
Notas.
[1] Ver además Michael F. Bird, "Jesús como transgresor de la Ley", en ¿Quién dicen mis oponentes que soy? Una investigación de las acusaciones contra el Jesús Histórico, ed. Scot McKnight y Joseph B. Modica (Londres: T&T Clark, 2008), 3-26.
[2] H. Basser, Studies in Exegesis: Christian Critiques of Jewish Law and Rabbinic Responses, 70– 300 CE (Leiden: Brill, 2000), esp. 42, 48, 17-33, 110-15.
[3] Adele Reinhartz sostiene que "los discursos de Jesús emplean una dicotomía tan marcada entre Jesús y los creyentes, por un lado, y los judíos incrédulos, por el otro, que el término 'judío' no puede usarse cómodamente para describir al Jesús que encontramos en este Evangelio". (“Cómo 'los judíos' se convirtieron en parte de la trama”, en Jesus, Judaism, and Christian Anti- Judaism: Reading the New Testament after the Holocaust, ed. Paula Fredriksen y Adele Reinhartz [Louisville: Westminster/ John Knox, 2002] , 103). Ver más Thomas Kazen, Jesus and Purity Halakhah: Was Jesus Indifferent to Impurity? 2da ed. (Lago Winona: Eisenbrauns, 2010), 2– 42.
[4] Roth, Text, 433; Klinghardt, Älteste Evangelium II, 1019.
[5] Como señaló el maniqueo Adimanto en Agustín, Contra Adimantus 15.1-2. Cf. Agustín, Respuesta a Fausto 16.6. Ver además Barnabas Lindars, "Todos los alimentos limpios: Pensamientos sobre Jesús y la Ley", en Ley y Religión: Ensayos sobre el lugar de la Ley en Israel y el cristianismo primitivo, ed. Lindars (Cambridge: James Clarke, 1988), 61-71 en 61; Lindars, Jesús, Pablo y la Ley (Londres: SPCK, 1990), 37-60; Tom Holmén, Jesús y el pensamiento de la alianza judía (Leiden: Brill, 2001), 237-51; Sigurd Grindheim, "Jesús y las leyes alimentarias revisadas", Journal for the Study of the Historical Jesus 31 (2020): 61-76. Para una opinión diferente, tomar nota de Matthew Thiessen, Jesús y las fuerzas de la muerte: El retrato de los evangelios de la impureza ritual dentro del judaísmo del primer siglo (Grand Rapids: Baker Academic, 2020), 187-96.
[6] Adolf Jülicher, Itala: Das Neue Testament in altlateinischer Überlieferung (Berlín: de Gruyter, 1954), XXIII, 256–57, aunque nótese la presencia de “nuestra” Torah (solventem legem nostram et profetas) en b e ff2 i l q. Véase también The New Testament in Greek: The Gospel according to St. Luke, ed. American and British Committees of the International Greek New Testament Project (Oxford: Clarendon Press, 1987), 204. BeDuhn señala a un Yeshú destruyendo la Torah en Lucas 23:2 fue aceptado en varias ediciones de la Vulgata y aprobado sin comentarios en Tertuliano (Primer Nuevo Testamento, 190; cf. Roth, Texto, 337).
[7] Para tratamientos modernos de la Torah en el Lucas canónico, véase Robert Banks, Jesus and the Law in the Synoptic Tradition (Cambridge: Cambridge University Press, 1975); Klinghardt, Gesetz, 16– 17, 314– 20; Wilson, Luke and the Law; Craig L. Blomberg, “The Law in Luke- Acts,” Journal for the Study of the New Testament (JSNT) 22 (1984): 53– 80; K. Salo, Luke’s Treatment of the Law. A Redaction-Critical Investigation (Helsinki: Suomalainen Tiedeakatemia, 1991), 43– 167; William R. G. Loader, Jesus’ Attitude Towards the Law (Tübingen: Mohr Siebeck, 1997), 273– 38; François Bovon, Studies in Early Christianity (Grand Rapids: Baker Academic, 2003), 59– 73; Dale C. Allison, Resurrecting Jesus: The Earliest Christian Tradition and Its Interpreters (London: T&T Clark, 2005), 149– 97. Para una discusión más general, véase Karl Kertelge, ed., Das Gesetz im Neuen Testament (Freiberg: Herder, 1986); Ingo Broer, ed., Jesus und das jüdische Gesetz (Stuttgart: Kohlhammer, 1992).
[8] Por supuesto, la opinión académica moderna difiere en este punto. Ver, por ejemplo, Marla Selvidge, “Mark 5:25–34 and Leviticus 15:19– 20: A Reaction to Restrictive Purity Regulations,” Journal of Biblical Literature (JBL) 103 (1984): 619– 23; Amy- Jill Levine, “Discharging Responsibility: Matthean Jesus, Biblical Law, and Hemorrhaging Woman,” en Treasures New and Old: Contributions to Matthean Studies, ed. David Bauer and Mark Allan Powell (Atlanta: Scholars Press), 379– 97; Kazen, Jesus and Purity, 127– 64; Cecilia Wassen, “Jesus and the Hemorrhaging Woman in Mark 5:25– 34: Insights from Purity Laws from Qumran,” en Scripture in Transition: Essays on Septuagint, Hebrew Bible, y Dead Sea Scrolls in Honour of Raija Sollamo, ed. Anssi Voitila and Jutta Jokiranta (Leiden: Brill, 2008), 641– 60; Thiessen, Jesus and the Forces of Death, 69– 96.
[9] Agustín identificó a Adimantus como Adas, uno de los discípulos de Mani (Retracciones 1.22.1; Enemigo de la Ley 2.12.41-42). Véase además Giulea Sfameni Gasparro, “Addas-Adimantus unus ex discipulis Manichaei: For the History of Manichaeism in the West”, en Studia Manichaica IV: Internationaler Kongress zum Manichäismus Berlin 14-18 de julio de 1997, ed. Ronald E. Emmerick et al. (Berlín: Akademie, 2000); 546–59; Jacob Albert van den Berg, Argumento bíblico en la práctica misionera maniquea: el caso de Adimantus y Agustín (Leiden: Brill, 2010), 11–48.
[10] Para interpretaciones modernas de Lucas 16:16, véase Hans Conzelmann, The Theology of St Luke, trans. Geoffrey Buswell (New York: Harper & Brothers, 1960), 12– 17, 20– 27, 101, 112; W. G. Kummel, “Das Gesetz und die Propheten gehen bis Johannes’— Lukas 16,16 im Zusammenhang der heilgeschichtlichen Theologie der Lukasschriften,” in Verborum Veritas: Festschrift für Gustav Stählin zum 70. Geburtstag, ed. Otto Böcher and Klaus Haacker (Wuppertal: Rolf Brockhaus, 1972), 89– 102; Wilson, Luke and the Law, 43– 51; Allison, Resurrecting Jesus, 173.
[11] Roth, Texto, 414, 425; Klinghardt, Älteste Evangelium II, 519, 813. Véase además Allison, Resurrecting Jesus, 173. Según Lutz Doering, Schabbat: Sabbathalacha und - praxis im antiken Judentum und Urchristentum (Tübingen: Mohr Siebeck, 1999), 446: “la curación en el A los ojos de sus oponentes, el sábado representaba una violación de la ley del sábado” (Heilen am Sabbat in den Augen seiner Gegenspieler einen Sabbatbruch darstellt, énfasis suyo).