Salmo 22 ¿Se refiere a Yeshú o a David HaMelej?
Por Hershel Firbank, Shlit”a.
De este capítulo los mesiánicos extraen por lo menos tres versículos, diciendo que son profecías sobre el Mesías, y por ser que Jesús (Yeshú) cumplió con dichas "profecías" entonces él es el Mesías.
El primer versículo es, en la traducción cristiana, el número uno, y el número dos en nuestro Tanaj:
“Di-s mío, Di-s mío, ¿por qué me has desamparado?”
Por ser que, de acuerdo a los evangelios, Yeshú dijo lo mismo cuando estaba en la cruz, entonces los mesiánicos argumentan que él es el Mesías:
“Cerca de la hora novena, Yeshú clamó a gran voz, diciendo: E-lí, E-lí, ¿lama sabactani? Esto es: Di-s mío, Di-s mío ¿por qué me has desamparado?” (Mateo 27:46)
El segundo versículo es el 18, 19 en el Tanaj:
“Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”
Los evangelios "testifican" el cumplimiento de esta profecía:
“Cuando los soldados hubieron crucificado a Yeshú, tomaron sus vestidos, Se hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice: Repartieron entré sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. Y así lo hicieron los soldados. (Juan 19:23-24)
El tercer versículo, de acuerdo a la Biblia cristiana es el 16, el cual dice:
“...Horadaron mis manos y mis pies”
El cual nos hace pensar automáticamente en la cruxificción de Yeshú.
Primero y principal hay que decir que en este pasaje no se hace ninguna alusión al Mesías. Cuando una profecía es con respecto al Mesías o a la Era Mesiánica, está siempre utiliza expresiones tales como: “Saldrá una vara del tronco de Isaí..." (Isaías 11:1), “Acontecerá en lo postrero de los tiempos…” (Isaías 2:2; Miqueas 4:1), “Y se dirá en aquel día…” (Isaías 25:9), “En aquel día…” (Isaías 26:1), “En aquel tiempo…” (Sofonías 3:9), etc. Antes de que los evangelios hayan sido escritos nadie explicó este Salmo en alusión al Mesías, y es obvio que cualquier persona que lea solamente el Salmo, sin haber leído el Nuevo Testamento, nunca pensará que el pasaje se refiere al Mesías.
De todas formas, aunque queramos decir que el Salmo si se refiere al Mesías, el Nuevo Testamento carece de veracidad, ya que como sabemos, éste fue escrito por y para la Iglesia Católica, la cual los mesiánicos y demás cristianos evangélicos la consideran corrupta. Ya que todo el cumplimiento de ésta "profecía" descansa sobre la premisa de que el Nuevo Testamento cuenta honesta y correctamente la historia de Yeshú. Esto, sin embargo, puede ser grandemente cuestionado por el siguiente motivo. Si leemos Mateo capítulo 27, vemos que se lo describe a Poncio Pilato como amante de la paz, de justa visión, decente con la gente. Pilato tranquilamente pregunta, "¿pues qué mal ha hecho éste?" (Lucas 23:22). Y también en Mateo 27:24, Poncio se lavó las manos para indicar su completa inocencia en la muerte de Yeshú. De acuerdo a los evangelios, Poncio fue presionado por los judíos para que crucifique a Yeshú, y por esta presión él lo tuvo que hacer. Esto nos muestra a un Poncio que busca ser justo y moral. Esta es la imagen que se describe en el Nuevo Testamento.
Sin embargo, los historiadores discrepan con esta visión. Emil Schurer, en su historia sobre este período, cita una descripción de Filón de Alejandría sobre Poncio como:
“alguien inflexible y temerario, de duro carácter; corrupto, violento, ladrón, que trata mal al pueblo, injusto, continuamente haciendo ejecuciones sin pruebas, cometiendo crueldades sin fin e intolerables”.
Josefo, en sus Guerras de los Judíos, Libro II, Capítulo IX, muestra como Poncio comienzo su carrera con los judíos con un gran cambio, casi provocando una enorme matanza, y causando disturbios, durante los cuales muchos judíos fueron asesinados. En sus Antigüedades, Libro XVIII, IV, 1, 2, Josefo muestra como los excesivos asesinatos eventualmente llevaron a que Poncio sea llamado por Roma! Y también, si te fijas en varios historiadores sobre ese período histórico, podrás ver una descripción sobre Poncio Pilatos exactamente opuesta a la del Nuevo Testamento. Esto nos fuerza a concluir que los autores de los evangelios adulteraron la historia para que Yeshú y Poncio parezcan inocentes, y los judíos culpables. Una vez que encontramos que en un lugar los autores de los evangelios mintieron, o cambiaron los hechos, uno puede asumir que esto puede pasar en cualquier parte de los evangelios. Entonces, el salmo 22 aparenta "profetizar" la cruxificción, sólo si la historia de los evangelios es correcta. Esto, sin embargo, es completamente cuestionable.
En cuanto a que Yeshú cumplió con la profecía de que sobre sus vestimentas echaron suertes para repartírselas, debemos preguntarnos: ¿Qué valor tienen unas prendas bañadas en sangre? Ya que de acuerdo al relato del Nuevo Testamento, Yeshú fue azotado antes de su crucifixión (Mateo 27:26; Marcos 15:15; Juan 19:1), y luego le pusieron sus propios vestidos (Marcos 15:20) los cuales llevó todo el camino, mientras cargaba la cruz, hasta el Gólgota. Debemos imaginar que si lo que dicen los evangelios es cierto, entonces las ropas de Yeshú estaban bañadas en sangre y sudor, por lo cual es incongruente que los soldados se la hayan repartido entre ellos.
Por último, el versículo 16 “Horadaron mis manos y mis pies”, no es otra cosa que una traducción tergiversada en el afán de probar que Yeshú es el Mesías profetizado. Si leemos éste versículo (17 en el Tanaj) de una traducción directa del hebreo, leeremos: “Como a un león (me ataron) mis manos y mis pies”, ya que el término hebreo "kaarí - " significa eso, tal como también se ve en Isaías 38:13 “Cuanto más me hago como un león hasta la maZana, tanto más rompe todos mis huesos…”.
Examinando el Salmo 22, encontramos que los versículos 17, 21, y 22 expresan ideas paralelas. En el versículo 17, el salmista habla de "perros" y "un león", que son una representación metafórica de sus enemigos, y en los versículos 21 y 22 respectivamente, él suplica al Altísimo que los salve “del poder de los perros” y “de la boca del león”. Así, en el versículo 17, cuando él se queja del león, no se entienden las palabras faltantes, y esto debe ser leído: “Como un león, (me ataron) mis manos y mis pies”. Esta es la mejor interpretación del texto.
Bibliografía:
Biblia Reina Valera del ´60; para la traducción cristiana.
La Biblia Hebreo-Español, por Moisés Katznelson, Ed. Sinai, Tel Aviv, Israel; para la traducción judía.
Their Hollow Inheritance, Michoel Drazin, G.M. Publications, Safed, Israel.
You Take Jesus, I´ll Take G-d, Samuel Levine, Hamoroh Press, California, U.S.A.
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