A 15 años del “descubrimiento” que tuviera el pseudo-caraita Nehemia Gordón con el texto hebreo de Shem Tov y el supuesto texto “original” del Evangelio Hebreo de Mateo, pareciera que hoy los misioneros mesiánicos en un nuevo ánimo de vender humo, pretenden volver a engañar tanto a judíos como no-judíos sobre un supuesto manuscrito hebreo de la Epístola de Santiago y de Judas.
A finales del siglo XX, surgió un fenómeno interesante en los movimientos mesiánicos tanto en América como en Israel: el intento de "hebraizar" el Nuevo Testamento mediante el uso de antiguas traducciones. Este proceso de traducción tiene una larga historia que se remonta a la Edad Media, continuó durante el Renacimiento, se extendió entre los siglos XV y XVII, y persiste en la era moderna a través del trabajo de "especialistas", biblistas y traductores. Su objetivo principal ha sido desarrollar versiones más efectivas para acercarse a la comunidad judía, aunque con resultados limitados.
Esta tendencia hacia la hebraización se manifestó especialmente en la labor de los misioneros, quienes comenzaron a sustituir los nombres griegos por sus equivalentes hebreos. Por ejemplo, "Jesús" fue reemplazado por variantes como Yeshua, Yahshua, Yehoshua o Yauchua. De manera similar, el Nuevo Testamento recibió denominaciones alternativas como Brit (Ha)Jadashah (Nueva Alianza), KeTe"R o Código Real, entre otras adaptaciones.
El pequeño descubrimiento.
Un fenómeno curioso es la tendencia de los misioneros protestantes a recurrir a fuentes católicas en su búsqueda de "nuevos descubrimientos" del supuesto "verdadero" Nuevo Testamento en hebreo. Un ejemplo notable es su interés en el manuscrito Vat.ebr.100 de la Biblioteca Apostólica Vaticana (BAV), que presentan como una "inédita" versión de los cuatro Evangelios en hebreo. Sin embargo, la propia BAV aclara que este documento es simplemente una traducción realizada por el clérigo cristiano Hieronymus. Los "Códices Vaticani Hebraici", según indica explícitamente la BAV, fueron traducidos a partir de una versión catalana.
Para cualquier conocedor del hebreo y de los caracteres hebreos del siglo XV, resulta evidente la presencia de numerosos términos en latín y catalán en el texto, lo que descarta la posibilidad de que sean los "Verdaderos Evangelios Hebreos" del Brit HaJadasha. En 1981, Maties Delcor realizó un análisis detallado del capítulo 10 (o 43) de Mateo en este manuscrito vaticano. Basándose en estructuras gramaticales y en la ortografía de los nombres de los apóstoles, concluyó que se trataba de una traducción del catalán. Además, observó que las anotaciones marginales sugerían que el manuscrito había sido revisado y corregido por un italiano, probablemente un judío de finales del siglo XV o principios del XVI. No obstante, el propio Delcor reconoció que sus conclusiones no eran definitivas, admitiendo la posibilidad de que la traducción procediera del provenzal o del castellano, y señaló la dificultad de identificar la versión específica de los Evangelios utilizada como fuente.
Un caso similar de desinformación surge en torno a un supuesto manuscrito "descubierto" por misioneros en la Biblioteca Británica de Londres, presentado como la "Carta original de Ya'acov" (Jacobo, el hermano de Yeshu). Este hallazgo ha sido utilizado por el fanatismo protestante para establecer conexiones forzadas entre el pensamiento del considerado hereje hermano de Yeshu ben Pandira y los textos del TaNa"J, los midrashim y el Talmud. Tales interpretaciones revelan un claro objetivo evangelizador, alejado de cualquier aproximación histórica o comprensión genuina del judaísmo.
Lomo y encuadernación del siglo XVIII con sello del Museo Británico (Museum Britannicum) de MS Royal 16 A II
El manuscrito que ellos “encontraron” se trata del MS 16 A II, el cual tiene como título: מכתב יעקב השליח y מכתב יהודה השליח (Carta de Ya’acov el Apóstol y Carta de Yehudah el Apóstol).
“La Epístola de Santiago [Yaakov] el Apóstol” (f. 23r) y “La Epístola de Judas [Yehudah] el Apóstol” (f. 44r)
La Biblioteca Británica, claramente indica que tal texto no es el original, sino que únicamente se trata de una traducción al hebreo de las Epístolas de Santiago y Judas, las cuales fueron hechas por el clérigo cristiano John Sheprede entre los años de 1500-1599. Tal librito incluye una dedicatoria católica en latín al rey Enrique VIII tal como se puede ver en los folios f.1v al f.22r.
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(Traducción: Al más invencible Rey de Inglaterra y Francia, Señor de Irlanda, Defensor de la Fe Católica, y en Earth Supreme Head, Enrique, octavo de su nombre, John Shepreve desea felicidad duradera.)
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Incluso, en el Catálogo de manuscritos hebreos y samaritanos del British Museum del año 1899 se puede leer en la página 122 que tal manuscrito es una simple traducción del griego al hebreo hecha por John Sheprede o John Shepreve.
John Shepreve fue un hebraísta inglés nacido en Sugworth, en la parroquia de Radley. Fue becario en Corpus Christi College, Oxford, en 1528, así como fue lector del idioma griego asì como fue nombrado profesor de hebreo de la universidad alrededor de 1538. Entre lo más sobresaliente es que se dice que en abril de 1542 obtuvo permiso de la universidad para exponer en las escuelas públicas el Libro del Génesis en idioma hebreo, "siempre que diera conferencias de manera piadosa y católica". Murió en Agmondesham, Buckinghamshire, en julio de 1542. Cuando se conoció su muerte en Oxford, muchos eruditos compusieron versos en griego y latín en su memoria y los pegaron en las puertas de la iglesia de Santa María. El máximo de obras escritas por él fueron un total de seis entre las cuales se encuentra el librito denominado ‘Oratio in laudem Henrici VIII’
La Dra. Shamma Boyarin, profesora asistente de estudios religiosos, estudios medievales e inglés en la Universidad de Victoria en Columbia Británica, Canadá, indica claramente que la traducción del hebraista John Shepreve proviene del griego. Si bien la mayoría de las veces la traducción de Shepreve es comprensible, a veces no lo es, o parece incómoda, principalmente debido al uso incorrecto (aunque nunca aleatorio). Entonces, por ejemplo, usa la palabra tikvah
(f. 23v, en Santiago 1:3-4), tikvah, que significa "esperanza", donde la Biblia Douay–Rheims tiene "paciencia" (Vulgate patientia) y, de la misma manera, un hebreo moderno. la traducción tiene " סַבְלָנוּת " (savlanut, que significa simplemente "paciencia"). Esto sugiere, que Shepreve está trabajando exclusivamente del griego, donde el equivalente (hupomonē - ϋπομονην, ver Codex Sinaiticus, folio 317b), según yo lo entiendo, connota tanto esperanza como paciencia.
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ϋπομονην, ver Codex Sinaiticus, folio 317b |
En un caso, Shepreve aparentemente pierde una referencia bíblica obvia al traducir una cita de Levítico 19:18 ("ama a tu prójimo como a ti mismo" en Santiago 2:8) no usa el frase correspondiente real que se encuentra en la Biblia hebrea וְאָהַבְתָּ לְרֵֶעֲךָ כָּמוֹךָ y deja aún lado las palabras "como a ti mismo" (כָּמוֹךָ)
“Ama a tu prójimo” (29v).
Parece probable que un examen más detenido de este pequeño códice resulte fructífero tanto para los estudiosos católicos de Enrique VIII como para los estudiosos del hebraísmo cristiano en el siglo XVI, una época en la que los estudiosos judíos (todavía bajo el edicto de expulsión de 1290) estaban casi con certeza ausentes de Inglaterra.
Las traducción de Shepreve tienen sentido únicamente con el el idioma griego, y de ninguna manera se trata de un “manuscrito original” como lo trata de vender el charlatán de Nehemia Gordon y los misioneros.
A los interesados en el hebraísmo cristiano también les gustaría leer Sloane MS 237, una traducción defectuosa del siglo XVII al hebreo de una pequeña parte del Libro del Apocalipsis; Harley MS 5239, un libro hebreo del Génesis del siglo XVII con traducción interlineal al francés; o Agregue MS 11659, una traducción de los evangelios al hebreo de principios del siglo XIX.
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