BS"D
Las raíces griegas antiguas de las celebraciones navideñas.
La Navidad es una de las celebraciones más importantes, y quizás la más preciada por el cristianismo que incluso hasta algunos los “judíos” mesiánicos defienden a capa y espada. Los países cristianos celebran con diferentes costumbres que tienen raíces profundas en la historia y la tradición. Si observas detenidamente, puedes ver una variedad de similitudes entre la conmemoración del nacimiento de Yesh”u y el culto pagano a Dionisio en la antigua Grecia.
En diciembre, los antiguos griegos celebraron el nacimiento de Dionisio y lo llamaron "Salvador" y "infante divino". Según la mitología griega, su madre, Semele (Σεμέλη), era una mujer mortal, pero su padre era Zeus, el rey de todos los dioses. El sacerdote de Dioniso tenía un bastón pastoral, al igual que Yesh”u, como un “Buen Pastor”. Los antiguos griegos conmemoraban su renacimiento el 30 de diciembre de cada año.
Una de las costumbres navideñas más conocidas en todo el mundo cristiano es cantar villancicos, canciones que se han escrito para la ocasión. Pero en la antigua Grecia también había "villancicos" específicos que celebraban el renacimiento de Dionisio.
El mismo gran escritor Homero compuso algunos de los villancicos dionisíacos durante su estancia en la isla de Samos, junto con un grupo de niños. En la antigua Grecia, los villancicos simbolizaban la alegría, la riqueza y la paz, y los niños cantaban los villancicos solo en los hogares de los ricos.
Los niños iban de casa en casa, sosteniendo una rama de olivo o laurel adornada con lana (un símbolo de salud y belleza) y diferentes tipos de frutas. Luego, los niños llevaron la rama de olivo a sus hogares y la colgaron en las puertas, donde permanecerían durante el resto del año.
El moderno árbol de Navidad apareció por primera vez en Alemania a finales del siglo XVI. Sin embargo, fue usado por primera vez como un símbolo del cristianismo por el santon cristiano Bonifacio de Inglaterra, quien sirvió como misionero en la Alemania pagana en los años 700.
Las tribus locales allí adoraban a los árboles, y creían que el mundo terminaría si su árbol más grande, en un área central de lo que ahora es Alemania, fuera talado. Bonifacio cortó el árbol él mismo, mostrando a las tribus que el mundo no terminó con el derribo del árbol. A partir de entonces, un árbol vivo fue el símbolo de la resurrección de Yeshu en toda Alemania.
En diciembre, los antiguos griegos celebraron el nacimiento de Dionisio y lo llamaron "Salvador" y "infante divino". Según la mitología griega, su madre, Semele (Σεμέλη), era una mujer mortal, pero su padre era Zeus, el rey de todos los dioses. El sacerdote de Dioniso tenía un bastón pastoral, al igual que Yesh”u, como un “Buen Pastor”. Los antiguos griegos conmemoraban su renacimiento el 30 de diciembre de cada año.
Una de las costumbres navideñas más conocidas en todo el mundo cristiano es cantar villancicos, canciones que se han escrito para la ocasión. Pero en la antigua Grecia también había "villancicos" específicos que celebraban el renacimiento de Dionisio.
El mismo gran escritor Homero compuso algunos de los villancicos dionisíacos durante su estancia en la isla de Samos, junto con un grupo de niños. En la antigua Grecia, los villancicos simbolizaban la alegría, la riqueza y la paz, y los niños cantaban los villancicos solo en los hogares de los ricos.
Los niños iban de casa en casa, sosteniendo una rama de olivo o laurel adornada con lana (un símbolo de salud y belleza) y diferentes tipos de frutas. Luego, los niños llevaron la rama de olivo a sus hogares y la colgaron en las puertas, donde permanecerían durante el resto del año.
El moderno árbol de Navidad apareció por primera vez en Alemania a finales del siglo XVI. Sin embargo, fue usado por primera vez como un símbolo del cristianismo por el santon cristiano Bonifacio de Inglaterra, quien sirvió como misionero en la Alemania pagana en los años 700.
Las tribus locales allí adoraban a los árboles, y creían que el mundo terminaría si su árbol más grande, en un área central de lo que ahora es Alemania, fuera talado. Bonifacio cortó el árbol él mismo, mostrando a las tribus que el mundo no terminó con el derribo del árbol. A partir de entonces, un árbol vivo fue el símbolo de la resurrección de Yeshu en toda Alemania.
Los árboles de Navidad emergieron de Alemania y se hicieron mundialmente populares en el siglo XIX como hermosos símbolos de regocijo por el nacimiento de Yeshu. El árbol fue adornado primero con fruta, y luego con velas. La tradición moderna de los árboles de Navidad se abrió camino a Grecia por primera vez en 1833, cuando los bávaros llegaron para decorar el palacio del rey Otto.
Los antiguos griegos también solían decorar los templos antiguos con árboles, simbolizando los sacrificios hechos a los dioses.
Sobre el Papá Noel (Santa Claus), que viaja alrededor del mundo en la víspera de Navidad entregando regalos en un trineo tirado por un reno volador, es otra imagen impresionante de los tiempos paganos antiguos. Una tradición similar también existió durante la celebración de Dionisio en la antigua Grecia. El 30 de diciembre de cada año, se creía que su carro se transformaba en un trineo, y los caballos se transformaban en caballos voladores para celebrar a su dios de la luz.
El pastel de Año Nuevo, que desde los primeros tiempos cristianos se ha llamado Vasilopita, o pastel del santon cristiano Basilio, también se parece un poco a una antigua costumbre griega pagana. Los antiguos griegos solían ofrecer a los dioses el "pan festivo" durante las festividades rurales, como la Talisia o Tesmoforia.
En los tiempos cristianos, se creía que Basilio llenaba un pastel con las joyas que la gente había usado para pagar sus impuestos al gobierno. El cristiano pensó que el impuesto era excesivo y ordenó que las joyas se devolvieran a la gente.
En ese momento era imposible determinar qué joyas pertenecían a quién, por lo que todos los artículos se horneaban en una torta, y las piezas se distribuían a todos.
¿En el judaísmo se permite celebrar la Navidad como un festín occidental tal como lo hacen algunos cristianos protestantes?
Ya hemos explicado que tal festividad esta prohibida desde siempre, además como hemos demostrado, tal festividad tiene orígenes paganos que se mezclan con la conmemoración al criminal de Yeshu HaMamzer.
El RaMBa”M en su obra Sefer HaMitzvot, Mandamientos Negativos, Mitzvah 30 hace alusión a lo que se lee en Vaicrá 20:23: “No seguirás las prácticas de la nación que estoy expulsando antes que tú. Porque es porque hicieron todas estas cosas que los aborrecí-וְלֹ֤א תֵֽלְכוּ֙ בְּחֻקֹּ֣ת הַגּ֔וֹי אֲשֶׁר־אֲנִ֥י מְשַׁלֵּ֖חַ מִפְּנֵיכֶ֑ם כִּ֤י אֶת־כָּל־אֵ֙לֶּה֙ עָשׂ֔וּ וָאָקֻ֖ץ בָּֽם׃ ” Este Precepto Negativo ya ha sido repetido (en la Toráh) con lo que Él dijo: y en sus imposiciones no vayáis. Sobrevino la explicación: "No (lo) he dicho, salvo en las imposiciones estipuladas a ellos y a sus antepasados". (Cfr. RaMBa"M, Mishneh Torah, Hiljot Avodah Zarah veJukot HaGoim, 11:1)
Incluso, hasta entre los reformistas como el R’ Solomon Freehof z”l en su libro Teshuvot be’et Miljamah-תשובות בעת מלחמה, en la sección denominada: ‘טקסים דתיים ותפאורה נוצרית’ se lee que tampoco se permite la inclusión del árbol de navidad o de los adornos navideños que hace alusión al nacimiento del mamzer tal como se lee:
Pregunta:
¿Deberían celebrarse servicios religiosos en una capilla en la que haya un árbol de navidad?
Respuesta:
El Comité sugiere que el capellán se quede fuera del árbol de navidad durante los servicios judíos.
Si hay un salón de recreación disponible durante la temporada navideña, el capellán judío puede informar al capellán cristiano que, por respeto a las elaboradas decoraciones y preparaciones que se han hecho, no será necesario eliminar tantos objetos eclesiásticos, y los servicios judíos serán celebrada en otro lugar.
¿Deberían celebrarse servicios religiosos en una capilla en la que haya un árbol de navidad?
Respuesta:
El Comité sugiere que el capellán se quede fuera del árbol de navidad durante los servicios judíos.
Si hay un salón de recreación disponible durante la temporada navideña, el capellán judío puede informar al capellán cristiano que, por respeto a las elaboradas decoraciones y preparaciones que se han hecho, no será necesario eliminar tantos objetos eclesiásticos, y los servicios judíos serán celebrada en otro lugar.
Lamentablemente hoy muchos de los reformistas se han olvidado de la respuesta que da Solomon Freehof durante la Segunda Guerra Mundial en la que en la Alemania Nazi cuando celebraba Navidad (Weihnachten) en sus primeras celebraciones nazis de 1921 cuando Adolfo Hitler pronunció un discurso en una cervecería en Munich a 4,000 seguidores. Los reporteros de la policía encubiertos escribieron que la multitud vitoreaba cuando Hitler condenaba a "los judíos cobardes por quebrar al libertador mundial en la cruz", jurando que "no descansaría hasta que los judíos ... quedaran destrozados en el suelo". La multitud luego cantó villancicos y himnos nacionalistas alrededor de un árbol de Navidad , y se donaron regalos a los asistentes del discurso de la clase trabajadora. (Joe Perry, How the Nazis co-opted Christmas, 22/12/2015)
Después de tomar el poder en 1933, los ideólogos nazis inicialmente intentaron rechazar las tradiciones navideñas de Alemania, renombrando el festival Julfest, y propagando sus orígenes germánicos como la celebración del solsticio de invierno. Pero para la mayoría de los alemanes, las tradiciones cristianas siguieron siendo la base de las vacaciones, y las iglesias se indignaron por la remoción de Yeshu de la Navidad y mantuvieron las tradiciones cristianas entre sí. (Faith Thomas, Christmas: Not such a holy night under the Nazis, 21/12/2009)
Además, recordemos que el cristianismo protestante y la Iglesia Católica quien por medio de Radio Vaticano en aquel entonces evangelizaba en nueve idiomas los usó para hablar callando, para decir vaciedades en nombre de la "civilización cristiana" y mandar mensajes de navidad en tanto Hitler exterminaba la comunidad judía europea y lanzaba una guerra de agresión que devastó a Europa y les costó la vida a cincuenta y cinco millones. El cristianismo permitió que empezara la guerra en silencio y dejó continuar y terminar sin hacer nada. Los tartufos defensores del cristianismo tratan de justificar ese silencio con el argumento de la neutralidad y de que el mártir estaba previniendo males mayores que caerían sobre su grey si hablaba. Pero es que aquí no estamos acusando sólo de silencio, estamos acusando también de complicidad. El cristianismo no fue un simple testigo inocente del drama ni mucho menos una víctima: fue actor protagónico aún durante su festividad pagana de la Navidad.
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