11/09/2017

Profecías al Revés: Cuando el Talmud reinterpretó a Yeshú HaMadiaj en el Salmo 91:3

BS"D

Salmo 117, f. 21r en la Hagadá de Pesaj,
con instrucciones rituales en francés (Bouton Hagadah) Zürich,
Colección Braginsky , B315.


Durante un debate con un interlocutor cristiano, surgió una discusión significativa sobre la metodología interpretativa que algunos adherentes al cristianismo emplean al analizar el Tana"J (Biblia Judía) y otros textos de la literatura rabínica. En su búsqueda por validar los dogmas cristianos, suelen establecer conexiones que, desde la perspectiva del judaísmo, resultan problemáticas y descontextualizadas. Un ejemplo ilustrativo de esta práctica interpretativa se manifiesta cuando toman pasajes como Shmuel Alef (1 Samuel) 19:23, donde se menciona "y él siguió caminando", y lo correlacionan forzadamente con Mateo 24:1: "Jesús salió del templo e iba caminando", proclamando esto como el cumplimiento de una profecía. Este tipo de interpretaciones representa una tendencia común entre los misioneros cristianos, quienes frecuentemente construyen argumentos que, al ser examinados desde la hermenéutica judía tradicional, carecen de fundamento contextual y legitimidad interpretativa.

Para comprender mejor la aproximación judía a la interpretación textual, examinemos el Tehilim (Salmo) 91, denominado en hebreo como תהילים צ״א. Este salmo, según explica el Meiri, fue compuesto por Moshé Rabeinu (צא מִזְמוֹר זֶה אָמַר מֹשֶׁה רַבֵּנוּ) con el propósito de fortalecer al pueblo para que no se desespere ante la extensión del exilio (וּמְעוֹרֵר בּוֹ שֶׁלֹא יִתְיָאֲשׁוּ מֵאֲרִיכוּת הַגָּלוּת), sino que confíe en que el Eterno los salvará de sus tribulaciones y finalmente los redimirá mostrándoles Su salvación. El Malbi”m añade que este mizmor (salmo) es una continuación del anterior, funcionando como una respuesta a la fragilidad humana y la brevedad de la vida, asegurando que quien mora bajo la protección del Altísimo (הַיּוֹשֵׁב בְּסֵתֶר עֶלְיוֹן) está resguardado de los males del tiempo y vivirá lo suficiente para completar su misión en la vida.

Su estructura única, como señala el Rav Steinsaltz en sus comentarios (שיר עידוד ונחמה למי שה' שומר אותו), fluye en un movimiento dinámico entre distintas voces (השיר עובר הלוך ושוב בין מדַבְּרים שונים): comienza con un coro que pronuncia verdades universales (מקהלה ששרה דברים כלליים), transita hacia la plegaria de un individuo (אדם פרטי המתפלל), retorna al coro (שוב המקהלה), y culmina con las palabras del Santo, Bendito Sea (דבריו של הקדוש ברוך הוא). Esta profunda interpretación será ilustrada a través de la recitación tradicional del salmo por el Jazán Rabí Tzión Palaj:


Este mismo salmo aparece en un contexto particularmente relevante en la literatura talmúdica, donde encontramos una perspectiva judía directa sobre Yeshú HaMadiaj. En el Talmud Bavlí Masejet Sanhedrín 103, se presenta una interpretación significativa del Tehilim (Salmo) 91:3 que menciona específicamente a Yeshu HaNotzrí. El texto en hebreo establece:



דבר אחר לא תאונה אליך רעה שלא יבעתוך חלומות רעים והרהורים רעים ונגע לא יקרב באהלך שלא יהא לך בן או תלמיד שמקדיח תבשילו ברבים כגון ישו הנוצרי
Alternativamente, la frase "nada mal te sucederá" (Sal. 91:10) significa que no te asustarán los malos sueños, ni los malos pensamientos. "No se acercará ninguna plaga a tu tienda"  (Sal. 91:10) significa que no tendrás un niño o un alumno que cocine en exceso sus alimentos en público, es decir, que peca en público y haga pecar a otros, como en el conocido caso de  Yeshu HaNotzrí (Jesús el Nazareno).

Esta perspectiva se refuerza en Berajot 17b, donde se presenta un texto paralelo que advierte sobre los peligros de tener discípulos descarriados:

״אֵין פֶּרֶץ״ — שֶׁלֹּא תְּהֵא סִיעָתֵנוּ כְּסִיעָתוֹ שֶׁל דָּוִד שֶׁיָּצָא מִמֶּנּוּ אֲחִיתוֹפֶל. ״וְאֵין יוֹצֵאת״ — שֶׁלֹּא תְּהֵא סִיעָתֵנוּ כְּסִיעָתוֹ שֶׁל שָׁאוּל שֶׁיָּצָא מִמֶּנּוּ דּוֹאֵג הָאֲדוֹמִי. ״וְאֵין צְוָחָה״ — שֶׁלֹּא תְּהֵא סִיעָתֵנוּ כְּסִיעָתוֹ שֶׁל אֱלִישָׁע שֶׁיָּצָא מִמֶּנּוּ גֵּחֲזִי. ״בִּרְחוֹבוֹתֵינוּ״ — שֶׁלֹּא יְהֵא לָנוּ בֵּן אוֹ תַּלְמִיד שֶׁמַּקְדִּיחַ תַּבְשִׁילוֹ בָּרַבִּים, כְּגוֹן יֵשׁוּ הַנּוֹצְרִי.

“No hay brecha (ein peretz)” - que nuestra facción no sea como la facción de David, de la cual surgió Ajitofel. Y no salida (ve'ein yotzet)” - que nuestra facción no sea como la facción de Shaúl, de la cual surgió Doeg el edomita. "Y no clamor (ve'ein tzevaja)" - que nuestra facción no sea como la facción de Elisha, de la cual surgió Guejazi. "En nuestras calles (birjovoteinu)" - que no tengamos un hijo o un discípulo que queme/arruine su comida en público [es decir, que corrompa sus enseñanzas públicamente], como en el caso de Yeshú HaNotzrí (Jesús el Nazareno).

Este pasaje compara explícitamente a Yeshu con otros personajes históricos que causaron daño al pueblo judío, como Ajitofel, Doeg el edomita y Geijazi, reforzando la caracterización de Yeshú como un mumar (apóstata) y un influencia negativa para el judaísmo. Además que esta interpretación rabínica revela una caracterización profunda de Yeshú, donde los sabios del Talmud lo identifican simultáneamente como manifestación de pensamientos perturbadores, visiones nocturnas inquietantes y como una plaga espiritual para la comunidad. La tradición talmúdica lo presenta no solo como un transgresor individual, sino específicamente como un Madiaj (instigador o seductor hacia la idolatría), cuyas acciones y enseñanzas tuvieron un efecto multiplicador en el alejamiento del pueblo de las prácticas judías tradicionales. Esta perspectiva rabínica construye un retrato multidimensional de Yeshu como una figura cuya influencia fue considerada particularmente perniciosa para la integridad religiosa y social del judaísmo de la época.


El análisis del Rav Adin Steinsaltz Shlit"a sobre las palabras ונגע לא יקרב באהלך (“ni plaga alguna se acercará a tu tienda”) presenta una profunda interpretación exegética que merece especial atención. La metáfora de “cocinar el guiso en público” (שלא יהא לך בן או תלמיד שמקדיח תבשילו ברבים) se convierte en un elemento central de su explicación, donde el acto de “cocinar” se interpreta como la manipulación y distorsión de las enseñanzas tradicionales. Esta imagen es particularmente significativa, pues en la literatura rabínica, la preparación de alimentos frecuentemente simboliza la transmisión y elaboración de conocimientos sagrados. Cuando esta preparación se “quema” o se “arruina” en público, como señala el texto en referencia a Yeshu HaNotzrí, representa una corrupción deliberada y pública de las enseñanzas fundamentales del judaísmo.

El Ben Yehoyada amplía esta interpretación estableciendo una conexión lingüística y conceptual fascinante entre נגע (nega’, "plaga") y las transgresiones espirituales. Su comentario וְנֶגַע לֹא יִקְרַב בְּאָהֳלֶךָ שֶׁלֹּא תִּמְצָא אִשְׁתְּךָ סָפֵק נִדָּה בְּשָׁעָה שֶׁתָּבֹא מִן הַדֶּרֶךְ elabora sobre los diversos niveles de impureza ritual (tumá) y transgresión espiritual. El término נגע no solo se refiere a una plaga física, sino que en el contexto talmúdico adquiere una dimensión espiritual más profunda, relacionándose con el concepto de contaminación moral y desviación doctrinal. Esta interpretación se fortalece con el comentario adicional del Ben Yehoyada: וזה הטעם גבי גחזי ודואג ואחתופל וכיוצא (“y esta es la razón respecto a Guejazi, Doeg, Ajitofel y similares”), donde establece un paralelo entre diversos personajes históricos que representaron amenazas espirituales para el pueblo judío.

Además, el texto sugiere que estas enseñanzas desviadas, ejemplificadas en las acciones de Yeshu HaNotzrí, representan un peligro particular porque se transmiten “en público” (ברבים), indicando una propagación activa y deliberada de ideas que la tradición rabínica considera heréticas. Esta caracterización establece un marco interpretativo que va más allá de la simple crítica personal, presentando las acciones y enseñanzas de Yeshu como un paradigma de desviación doctrinal que amenaza la integridad espiritual de la comunidad judía. La metáfora culinaria del “guiso arruinado” (תבשילו מקדיח) se convierte así en una advertencia rabínica sobre los peligros de la innovación teológica no autorizada y la reinterpretación radical de las tradiciones establecidas.

Es bien sabido, que la tradición cristiana, particularmente en el Evangelio de Mateo, se caracteriza por emplear una metodología hermenéutica que busca establecer “cumplimientos proféticos” en la figura de Yeshú, frecuentemente descontextualizando pasajes del Tana"j para ajustarlos a su narrativa teológica. Sin embargo, resulta fascinante observar cómo los Sabios del Talmud emplearon un recurso literario similar pero en sentido inverso: mientras los autores del Nuevo Testamento buscaban validar a Yeshú como el Mashíaj a través de supuestas profecías cumplidas positivamente, los rabinos identificaron en el Salmo 91 una “profecía cumplida” en sentido negativo.

La interpretación talmúdica del versículo “ni plaga alguna se acercará a tu tienda” (ונגע לא יקרב באהלך) desarrolla una sofisticada exégesis donde Yeshú mismo es identificado como la “plaga” de la que el texto advierte. Esta lectura rabínica resulta particularmente irónica considerando el uso contemporáneo del Salmo 91 en círculos mesiánicos, donde es frecuentemente recitado como una suerte de talismán contra enfermedades y fuerzas demoníacas. La tradición judía, a través de la interpretación talmúdica, establece que precisamente aquel a quien consideran el Mashíaj es caracterizado en este salmo como una de las aflicciones de las que el texto promete protección.

Esta interpretación rabínica no solo sirve como una refutación a las pretensiones mesiánicas cristianas, sino que también establece un marco interpretativo donde las acciones y enseñanzas de Yeshú son categorizadas como una forma de contaminación espiritual - una נגע (plaga) - contra la cual el pueblo judío debe protegerse. Así, cada vez que un seguidor mesiánico recita el Salmo 91 buscando protección divina, irónicamente está recitando un texto que, según la interpretación talmúdica, advierte específicamente contra las enseñanzas y la influencia de su propia figura central.

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