BS"D
Por ג'ורג' אנדוחר
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Creo que todos los judíos alguna vez hemos
escuchado o leemos directamente frases como las del título o similares.
Especialmente cuando se trata de un cristiano evangélico fundamentalista que
intenta predicarnos su cristolatría y al que “paramos en seco” y le pedimos que
evite proselitizarnos.
Este tipo de cristiano que, aparte de ignorante,
resulta ser muy fanático de sus creencias absurdas, tiene en su cabeza varios
disparates en los que cree como doctrinas “sanas”… Estas alegaciones son:
1. Ser judío es sinónimo de ser israelí.
2. Ser judío es cuestión de genética / sangre /
apellidos.
3. El actual Estado de Israel es “el reloj” que el
dios cristiano usa para cumplir “profecías” que son el resultado de la
interpretación literal de sus escrituras cristianas. Lo cierto es que en más de 2000 años ninguna se ha
cumplido, pero ahí siguen ellos empecinados en cada cada idiotez que la
cristiandad se ha inventados por miles de años.
4. Creen que “mesías” significa “dios hecho
hombre”. De hecho, creen que los judíos
esperamos un sólo mesías y que éste será “dios encarnado”.
Me dedicaré a repasar esos cuatro conceptos /
doctrinas del fundamentalismo cristiano, entendiendo en todo momento que hay
otras “concepciones” y creencias evangélicas que ya he repasado, y otras más
que con el tiempo repasaré en notas y artículos.
Como por ejemplo la creencia cristiana de que las
escrituras judías se componen solamente del Tanaj, la creencia de que el Tanaj
es lo mismo que el “Antiguo Testamento” de sus biblias, que la Torá es lo mismo
que el pentateuco cristiano, que la traducciones cristianas de las escrituras
hebreas están exentas de errores garrafales, que Torá significa Ley (invento
desafortunado de su apóstol gentil disfrazado de judío al que llaman Pablo), la
absurda aseveración de que la eucaristía o “santa cena” salió del Pésaj judío,
la falsísima creencia de que se puede ser judío y cristiano a la vez, la idea
de que el Judaísmo es como lo “pinta” el tal Pablo - el apóstol cristólatra -
en sus cartas, que la sangre de los sacrificios los animales en el Sagrado
Templo de Jerusalén (Beit haMikdash) y la de cordero marcada en las puertas de
los antiguos israelitas, eran para perdonar pecados, que ello era “sombra de lo
que traería el cristianismo”, la idea pagana y aborrecible por el Eterno que
asevera que Dios necesitaría sangre humana derramada como sacrificio en un palo
o cruz para perdonar pecados, etc etc etc.
Y no, no caeré en “guilt trip” de “escribe con
amor” o “no seas tan duro” o “es que eres muy directo”. No no no… La
experiencia nos ha enseñado a los morím, rabaním y otros estudiosos y maestros
de la revelación sinaítica que no importa cómo se les hable a los idólatras
(cristólatras en este caso), siempre resentirán la Verdad que se les comparte
y, en el mejor de los casos donde aparentan tranquilidad, realmente lo que
hacen es escuchar para luego buscar cómo rebatir lo que se les revela. Estos
disparates cristianos son tan reverenciados por muchos de sus seguidores, que
hasta sienten satisfacción cuando son llamados “fanáticos”. Patético. Además si
realmente sirvieran al verdadero Dios sabrían que el Eterno NO busca fanáticos,
sino hijos (no siervos ni esclavos) que le sigan POR AMOR… NO por fanatismo o
por miedos o por la fuerza.
Sea en persona o por cualquier medio electrónico,
cuando el evangélico no logra convencer al judío, éste (el evangélico)
usualmente recurre a llamar al informado y firme judío con epítetos de “falso
judío”, “el que se dice ser judío”, “mal judío”, “no representante de los
judíos”, etc. Tienen hasta el descaro de creer que poseen autoridad alguna para
definir quién es o no es judío. Es como si un budista creyera tener autoridad
para definir quién es católico. Ello es común porque el evangélico
fundamentalista esta programado para insultar desde sus púlpitos. En las
predicaciones evangélicas nunca falta llamar a los demás como “hijos del
diablo”, “almas de perdición” y miles de otras cosas más.
Mientras el judío sea visto como presa para ser
evangelizada / proselitizada, será llamado “alma de salvación”, “hijo del
pueblo escogido”. En cuanto el mismo judío determina no convertirse a la
cristolatría, pasa a ser “hijo del diablo”.
¡Y cómo no van insultar de este modo, si su misma
biblia está llena de insultos anti-judíos! (Biblia Cristiana Juan 8:44, Mateo
8:12, Mateo 23: 37 y 38, Marcos 13:9, Marcos 16:16, Juan 8:47, Juan 15:6,
Hechos 7:51-53, Hechos 13:45-51, Tito 1:10 -14, 1 Tesalonicences 2, etc)
¿Quiénes cree usted que son los que se niegan a
creer en las mentiras del llamado jesús / yeshú / yeshúa? ¡Nosotros los judíos!
Por lo tanto según jesús estamos condenados. ¡Cuánto resentimiento tenía este
hombre llamado jesús (si es que en verdad existió) y todo porque nos negamos a
creer en sus mentiras!
La biblia cristiana, leída de modo literalista y
fundamentalista resulta ser el peor de los documentos anti-judíos en toda la
historia de la humanidad. Juan Calvino, Martín Lutero y Hitler son algunas de
las pruebas más obvias de que la biblia cristiana (mal leída) tiene el
potencial de crear anti-judíos, anti-negros, anti-LGBTs, anti-musulmanes,
anti-católicos, anti cualquier cosa que no sea evangélica fundamentalista.
El amor de los cristianos fundamentalistas por los
judíos es un amor enfermizo que no tiene nada de amor. Es como un “amor-odio”
que se va de un lado u otro, de acuerdo a cómo reaccione el judío o la judía a
la que tratan de proselitizar. Algunos hermanos judíos que no están muy
versados en nuestros textos sagrados y en estos temas, prefieren ir más allá de
lo humanamente aceptable y toleran a estos misioneros fundamentalistas y hasta
los tratan con “guantes de seda”. Desgraciadamente esos débiles son los que en
algunas ocasiones caen como víctimas, dándole la espalda a la única revelación
de la Deidad en Sinaí, para luego abrazar la apostasía y el paganismo
disfrazado de monoteísmo, a lo que muchos de sus paganos seguidores llaman
“completarse como judío”.
Bueno, repasemos esas cuatro aseveraciones /
alegaciones / creencias evangélicas fundamentalistas sobre lo que es Judaísmo y
qué es ser judío:
1. Alegación - Ser judío es sinónimo de ser
israelí.
Respuesta - ¡No, no son sinónimos!
a. Judío/a.
Judío es aquella persona que profesa el estilo de vida conocido como Judaísmo,
haya nacido o no en Israel.
b. Israelita.
En la antigüedad, se llamó israelita al pueblo (de diferentes razas y etnias)
que se formó de la descendencia de Yisrael o Yaakov, de sus 12 hijos surgió el
pueblo de Yisrael.
c. Israelí. Es
el término que define la nacionalidad de todos aquellos individuos nacidos en
el actual Estado de Israel o que son ciudadanos del mismo. Por lo tanto, un
individuo judío nacido en México no puede ser israelí ya que su nacionalidad es
mexicana. Así pues, siendo “israelí” un concepto que define la nacionalidad, se
puede hablar de israelíes musulmanes, israelíes cristianos o israelíes judíos.
2. Alegación - Ser judío es cuestión de genética /
sangre / apellidos.
Respuesta - Nota: Hablaré
claramente de lo que TODAS las ramas del Judaísmo creen y sostienen al
respecto. Me refiero a los judíos ashkenazitas (reformistas, ortodoxos,
masortíes, neo-jasísidcos o “renovación judía y reconstruccionistas),
sefaraditas, yemenitas y mizrajitas (sefaraditas de países árabes). Los
llamados “mesiánicos” o “de yeshúa” no son considerados judíos. Son una secta
evangélica que usurpó artículos de devoción judíos y algunas prácticas para
intentar evangelizar a los verdaderos judíos. Y no, no se puede ser judío y
cristiano a la vez. La persona que se convierte al cristianismo / mesianismo
deja de ser judío, se convierte en apóstata de la Revelación del Sinaí. Para
regresar al Judaísmo necesitará arrepentirse y pasar por un proceso de t’shuvá.
Si usted ve a un predicador, pastor o llamado “rabino” que dice ser judío y le
predica de jesús / yeshú / yeshúa, tenga por seguro que esa persona NO es judía
en absoluto.
Judío es cualquier persona cuya madre es judía
practicante (a su vez de madre practicante) o que ha pasado por el proceso
formal de conversión al Judaísmo. En el caso del reformismo es judío también el
descendiente de padre judío, sí éste (el padre) es practicante y la hija o hijo
es criado bajo el judaísmo, incluyendo obviamente Brit Milá, Bar/Bat Mitzvá y
Confirmación. La prescripción halájica sobre la madre no es sólo o
necesariamente por cuestiones genéticas, sino porque se entiende que los
valores éticos y de fe son transmitidos usualmente por la madre durante la
niñez y adolescencia.
El converso es tan judío como el nacido de madre
practicante. El Judaísmo no hace diferencia entre ambos. De hecho, está
totalmente prohibido discriminar contra los convertidos al Judaísmo. El famoso
rabino Simón Benlakish del siglo III de nuestra era una vez dijo: “Los
conversos al Judaísmo son doblemente amados por Dios”.
Aunque el Judaísmo es tradicionalmente definido por
la madre practicante, la afiliación sacerdotal la transmite el padre. O sea en
este caso es necesaria la sucesión ininterrumpida. Por llamamiento prescrito
por la Torá, no por cuestiones genéticas en sí mismas. Por ejemplo, si un
hombre es un levita, su hijo será considerado un levita, sin importar de dónde
la madre judía descienda. Así también, si uno de los padres está sujeto a algún
tipo de discapacidad genealógica, como ser un “mamzer” (un hijo ilegítimo), el
estatuto se pasa a sus descendientes a perpetuidad.
Existen judíos de básicamente todas las etnias del
mundo. Además hay judíos negros, árabes, europeos, asiáticos, indios, etc.
Los apellidos no hacen judío/a ninguna persona. Una
cosa es ser judío y otra haber tenido ancestros que practicaron el Judaísmo.
Tener una abuela que tuvo ascendientes que practicaron el Judaísmo o una
bisabuela o una tatarabuela que practicaba el Judaísmo no te hace
necesariamente judío/a. Especialmente si su madre y su abuela (padres) nunca
practicaron el Judaísmo y usted nunca lo practicó desde la infancia tampoco. En
CUALQUIER caso el alma que sienta la urgencia de practicar el Judaísmo y desee
abrazar la Torá, deberá pasar por la conversión o proceso de t’shuvá. De otro
modo NO se es judío/a.
¡No importa qué apellido tengas!
3. Alegación - El actual Estado de Israel es “el
reloj” que el dios cristiano fundamentalista usa para cumplir “profecías” que
son el resultado de la interpretación literal de sus escrituras cristianas. Lo cierto es que en más de 2000 años ninguna se ha
cumplido, pero ahí siguen ellos empecinados encerrar cada idiotez que la
cristiandad se ha inventados por miles de años.
Respuesta - El actual Estado de Israel fue creado
sobre bases políticas y logísticas. Es una nación secular de mayoría judía. No
es un estado religioso a ser tomado en consideración para efectos de
interpretaciones religiosas y mucho menos para predecir tonterías inventadas
por la cristolatría evangélica.
4. Alegación
- “Mesías” significa “dios hecho hombre”. (De hecho, los
fundamentalistas evangélicos creen que los judíos esperamos un sólo mesías y
que éste sería “dios encarnado”.)
Respuesta - A ver...
El
Mesías del judaísmo (משיח - Mashíaj o Moshíaj), tradicionalmente hace
referencia a un futuro líder, un gobernante soberano judío proveniente de la
línea davídica (es decir, un descendiente directo del David del Tanaj), quien
sería ungido y por consiguiente el ungido del pueblo de Yisrael, e investido
para gobernar tanto al pueblo judío, así como al resto de la humanidad.
Conocido como "Mashíaj ben David", el rey
en cuestión sería el segundo y último de los dos mesías esperados por el
Judaísmo. El primero, "Mashíaj ben Yosef", junto con segundo (Mashíaj
ben David), estarían involucrados en la liberación del pueblo judío del exilio
diaspórico y ello daría paso a la tan esperada Era Mesiánica, donde todas las
naciones reconocen al Dios de Yisrael como soberano y reinan la paz y la
justicia.
La creencia en un mesías hecho hombre (encarnado)
no ha sido desde siempre parte del Judaísmo. Los precursores de esta creencia
fueron los fariseos (פרושים - perushím, herederos de los asideos), quienes
se establecieron como grupo hacia el año 170 antes de la Era Común. Incluso hoy
en día las varias ramas judías tienen ciertos desacuerdos sobre esta creencia,
especialmente acerca de la identidad y naturaleza del mesías del Judaísmo e
incluso de sus funciones específicas en la redención de la humanidad. El
reformismo y otras ramas judías progresistas consideran al mesías judío como
símbolo de una sociedad idílica (Era Mesiánica) en la que se cumplen los
principios de paz y fraternidad mundiales, y no como una persona individual que
instaurará dicho orden. La llegada de la Era Mesiánica es responsabilidad de
todos; judíos y no judíos.
Las ideas de Mesías y de Era Mesiánica son
originalmente judías. La noción del Mesías del Judaísmo se origina con los
fariseos y es retomada en las escrituras del Rambam. Sería un soberano judío,
un líder humano aunque no divino, si bien estaría cercano a Dios, posiblemente
como sucedió en el caso de Moisés. De hecho la palabra mesías viene del hebreo
moshíaj, que a su vez viene de Moshé (Moisés).
Cuando Roma se apoderó de la secta judía llamada
“los nazarenos” hace dos mil años, desconocía en profundidad las creencias del
Judaísmo. Por eso se aventuró a escribir textos como los evangelios que, a la
luz los estudios y avances arqueológicos en la actualidad, resultan ser
ridículos porque están llenos de contradicciones insalvables, errores de
historicidad y menciones acerca del Judaísmo que NO son reales. La peor de
todas es llamar Ley a la Torá.
Consideremos esto, amigos cristianos / mesiánicos
fundamentalistas:
a. Descendiente de David. El Mesías debe ser descendiente del rey David por
el lado paterno terrenal, humano (Ver Tanaj Génesis 49:10 e Isaías 11:1). De
acuerdo al cristianismo jesús fue producto del nacimiento de una virgen, él no
tuvo un padre terrenal, humano, y por ende no pudo haber tenido la posibilidad
de cumplir la profecía mesiánica de ser descendiente del rey David por el lado
paterno.
b. Observancia de la Torá. El Mesías haría que el pueblo judío cumpla con la
Torá. La Torá plantea que todas las mitzvot permanecerán obligatorias para
siempre y que cualquiera que venga a cambiar la Torá es inmediatamente
identificado como un falso profeta (Ver Tanaj Deuteronomio 13; 1-4).
A lo largo del llamado “nuevo testamento” jesús
contradice a la Torá y dice que seis mandamientos ya no son aplicables (Biblia
Cristiana Juan 1:45 y 9:16, Hechos 3:22 y 7:37).
Dios reveló su Torá ante miles de personas
De las 15,000 religiones que existieron en la
historia de la humanidad sólo el Judaísmo basa sus creencias en una revelación
donde Dios le habla a todo un pueblo compuesto por miles de personas. Si Dios
va a comenzar una religión o fe, tiene sentido que se lo diga a todos y no sólo
a una persona.
El Judaísmo, único entre la mayoría de las
religiones principales del mundo, no basa sus creencias en "declaraciones
de milagros" para establecer su religión. De hecho el Tanaj dice en
Deuteronomio. 13:4 que Dios algunas veces garantiza el poder de hacer
"milagros" a los charlatanes, para poder probar la lealtad de los
judíos hacia la Torá.
Interesante lo que declara el Rambam en
“Fundamentos de la Torá” Cáp. 8: “Los judíos no creyeron en Moshé, nuestro
maestro, por los milagros que realizó. Cuando la creencia de una persona está
basada en ver milagros, tiene dudas persistentes, porque es posible que los
milagros fueran hechos a través de la magia o la brujería. Todos los milagros
realizados por Moshé en el desierto ocurrieron porque fueron necesarios, y no
como prueba de su profecía.”
¿Cuál fue entonces la base de la creencia judía? La
revelación en el Monte Sinai, que vimos con nuestros propios ojos y escuchamos
con nuestros oídos, sin depender del testimonio de otros. Como está escrito:
"Cara a cara, Dios habló contigo...". La Torá también cita: "Dios
no hizo este pacto con nuestros padres, sino con nosotros - que estamos todos
vivos hoy". (Tanaj Deuteronomio 5:3).
El Judaísmo es una filosofía de vida. Es el
objetivo de la vida. El Judaísmo no está basado en "milagros". Es la
experiencia personal de cada hombre, mujer y niño con Dios.
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Algunas fuentes: IshLatino . Com; UnitedWithIsrael
. Org; JudaismoHoy . Com; EnlaceJudío . Com