BS"D
חזוק אמונה
‘Fe Fortalecida’
Por el Jajam Yitzjak Troki Z”L.
וְיָדַעְתָּ֣ הַיּ֗וֹם וַהֲשֵׁבֹתָ֮
אֶל־לְבָבֶךָ֒ כִּ֤י ה֙ ה֣וּא הָֽאֱלֹקים בַּשָּׁמַ֣יִם מִמַּ֔עַל וְעַל־הָאָ֖רֶץ מִתָּ֑חַת
אֵ֖ין עֽוֹד
“Sabrás
hoy, y reflexionaras en tu corazón, que el Etern-o, Él es Di-s en el cielo por
encima, y sobre la tierra por debajo; no hay otro.”
Capítulo 28: El infanticidio de Herodes
de los niños de Beit-Lejem,
“predicho” por el profeta (Jeremías 31:15)
Yirmiyah /
Jeremías 31:14:
כֹּה
אָמַר יי קוֹל בְּרָמָה נִשְׁמָע נְהִי בְּכִי תַמְרוּרִים רָחֵל מְבַכָּה עַל-בָּנֶיהָ
מֵאֲנָה לְהִנָּחֵם עַל-בָּנֶיהָ כִּי אֵינֶנּוּ.
{ס}
“Así
dice el Etern-o: Se oye una voz en Ramah, lamentaciones y amargo llanto. Es Rajel
que llora por sus hijos, porque ya ni existen.”
Los notzrim (cristianos)
aducen este pasaje como una profecía relativa a su credo, como si aquí Yirmiyah había predicho la muerte de los
niños en Beit-Lejem (Belén) de
Yehudah, decretado por el rey Hordos
(Herodes). Por se dice que el rey ordeno aprender a un niño que había nacido en
Beit-Lejem de Yehudah, el cual estana
destinado a ser en el futuro el rey de los judíos, y como él no pudo averiguar
quién era el pretendiente futuro y dónde se encontraba, ordenó que todos los
niños menores de dos años, en y alrededor de Beit-Lejem, que fueran masacrados. Para este evento las palabras
citadas anteriormente se refieren, en el A”V
(Avon-Gilaion: Evengelio) capítulo 2 de Matiash
(Mateo).
Refutación.
Hemos, escrito en una ocasión anterior, que se
muestra que los cristianos apoyan la doctrina de su religión con penas
obtusidad de su contexto y de conexión, sin tener en cuenta la concurrencia de
todo el párrafo del que se toman sus citas. Si, de acuerdo con sus suposiciones,
Rajel, lloraba por la masacre despiadada cometido entre los hijos de Beit-Lejem de Yehudah, surge la
pregunta:
¿Por
qué no fue Leah representada como la madre de duelo, ya que de ella eran sus
descendientes victimas de la tiranía de Herordes?
Surge otra
pregunta:
¿Qué relación tiene el duelo al no
hablar de las promesas consoladoras dadas por el Etern-o? [tal como se lee en Yirmiyah / Jeremías 31:16-17]:
טז וְיֵשׁ-תִּקְוָה לְאַחֲרִיתֵךְ נְאֻם-יי וְשָׁבוּ בָנִים
לִגְבוּלָם. {ס} יז שָׁמוֹעַ שָׁמַעְתִּי אֶפְרַיִם
מִתְנוֹדֵד יִסַּרְתַּנִי וָאִוָּסֵר כְּעֵגֶל לֹא לֻמָּד הֲשִׁבֵנִי וְאָשׁוּבָה כִּי
אַתָּה יי אֱלֹקי.
“…Y
vendrán de la tierra del enemigo. He oído atentamente a Efraim que se
lamentaba: ‘Me has castigado, y fui castigado como novillo no acostumbrado al
yugo. Vuélveme, y me volveré (a ti), porque Tú eres el Etern-o mi Di-s’.”
La siguiente explicación del pasaje será, sin
embargo, producir la convicción:
El profeta habla aquí alegóricamente. Los niños se alude aquí a las diez tribus en el exilio. Estas diez tribus se componen con la designación de Efraim (la tribu descendiente de Rajel); por lo tanto, que llora por sus hijos que son desterrados de su país por los reyes de Asiria. Las diez tribus fueron llamadas a Efraim, porque su primer rey, después de su deserción del rey de Yehudah, fue Yerove’am, hijo de Nabat, de la tribu de Efraim. Así lo confirma la predicción de Yirmiyah / Jeremías 7:15:
וְהִשְׁלַכְתִּי אֶתְכֶם מֵעַל פָּנָי
כַּאֲשֶׁר הִשְׁלַכְתִּי אֶת-כָּל-אֲחֵיכֶם אֵת כָּל-זֶרַע אֶפְרָיִם. {פ}
“Y
os arrojaré de Mi vista, como he arrojado a todos vuestros hermanos, la simiente entera de Efraim.”
La última palabra hebrea en el versículo citado al
comienzo de este capítulo (Yirmiyah
31:14 ), es אֵינֶנּוּ que, en realidad, no quiere decir que no lo son ( o que: ya no e encuentran); pero que él (o ella, es lo que ya no se
encuentra), porque el singular se refiere aquí a la palabra עָם (personas), que
está implícito; para cuando las tribus de Yehudah y Benjamín regresaron de la
cautividad de Babilonia, las diez tribus no regresaron con ellos, ni fue el
lugar de su asentamiento plenamente conocidos; por esta razón se expresa todo
el número de los niños que faltan (o personas) en el singular. Aludiendo a la
restauración de todo el pueblo en los días del Mashiaj (Mesías), el profeta Yirmiyah
continúa, en el Nombre de Di-s (Ibid. 31:15-16):
טו כֹּה אָמַר יי מִנְעִי קוֹלֵךְ מִבֶּכִי
וְעֵינַיִךְ מִדִּמְעָה כִּי יֵשׁ שָׂכָר לִפְעֻלָּתֵךְ
נְאֻם-יי וְשָׁבוּ מֵאֶרֶץ אוֹיֵב. טז וְיֵשׁ-תִּקְוָה
לְאַחֲרִיתֵךְ נְאֻם-יי וְשָׁבוּ בָנִים לִגְבוּלָם. {ס}
“Así
dice el Etern-o: Cese tu voz de llorar, y quita las lágrimas de tus ojos,
porque tu trabajo será recompensado, dice el Etern-o. Y vendrán de la tierra
del enemigo. Y hay esperanza para tu futuro, dice el Etern-o, y tus hijos
volverán a su propia tierra”
Estos versos, que están todos conectados entre sí,
dan la prueba más inteligible que el profeta no aludió a la muerte de los hijos
de su pueblo, sino a su dispersión. Por esta interpretación podemos darle
sentido al versículo 17 del mismo capítulo:
“He
oído atentamente a Efraim que se lamentaba: “Me has castigado, y fui castigado
como novillo no acostumbrado al yugo. Vuélveme, y me volveré (a ti), porque Tú
eres el Etern-o mi Di-s.”
Una vez más, Ibíd.
versículo 19:
הֲבֵן יַקִּיר לִי אֶפְרַיִם אִם יֶלֶד
שַׁעֲשֻׁעִים כִּי-מִדֵּי דַבְּרִי בּוֹ זָכֹר אֶזְכְּרֶנּוּ עוֹד עַל-כֵּן הָמוּ מֵעַי
לוֹ רַחֵם אֲרַחֲמֶנּוּ נְאֻם-יי. {ס}
“¿Es
Efraim para Mí un hijo querido? ¿Es un niño mimado? Porque cuando hablo de él
verdaderamente le recuerdo, y mi corazón le ansía. De seguro tendré
misericordia de él, dice el Etern-o.”
Y de nuevo, Ibid.
versículo 20 [dice]:
כ הַצִּיבִי לָךְ צִיֻּנִים שִׂמִי לָךְ
תַּמְרוּרִים שִׁתִי לִבֵּךְ לַמְסִלָּה דֶּרֶךְ הלכתי (הָלָכְתְּ) שׁוּבִי בְּתוּלַת
יִשְׂרָאֵל שֻׁבִי אֶל-עָרַיִךְ אֵלֶּה.
“Ponte
jalones, hazte postes de guía. Pon tu corazón hacia el camino, el camino por el
cual te fuiste. Retorna, oh virgen de Israel. Retorna a tus ciudades.”
Estas palabras se refieren al retorno de los
cautivos de Israel. La completa y definitiva vuelta de las tribus de Israel
también fue predicho por Yejezkel /
Ezequiel 37:19:
דַּבֵּר אֲלֵהֶם כֹּה-אָמַר אֲדֹנָי יי
הִנֵּה אֲנִי לֹקֵחַ אֶת-עֵץ יוֹסֵף אֲשֶׁר בְּיַד-אֶפְרַיִם וְשִׁבְטֵי יִשְׂרָאֵל
חֲבֵרָו וְנָתַתִּי אוֹתָם עָלָיו אֶת-עֵץ יְהוּדָה וַעֲשִׂיתִם לְעֵץ אֶחָד וְהָיוּ
אֶחָד בְּיָדִי.
“Así
dice Di-s el Etern-o: He aquí que tomaré el palo de Yosef, que está en la mano
de Efraim y las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré junto con el palo
de Yehudah, y haré de ellos un solo palo, y serán uno en mi mano.”
En este capítulo se destaca la reunión de las diez
tribus, y su re-unión con las tribus de Yehudah y Benjamín, como también su
subordinación bajo un rey en los días del Mashiaj.
Ya hemos en una primera parte de este trabajo, dar
cuenta de que la restauración de las diez tribus no estaba destinado a suceder
en el regreso de la cautividad de Bavel
(Babilonia), y que en total sólo 42.000 regresaron a la Tierra Santa.
Algunos cristianos han afirmado que el nombre de
Israel, que se menciona en determinadas partes de la Escritura que se refieren
a la restauración, se restringe a las diez tribus; pero esto no es cierto,
porque está escrito, que Israel será recordado por la tribu de Yehudah. Véase
por ejemplo en Yirmiyah / Jeremías
capítulo 30:18:
וּבִתְחַפְנְחֵס חָשַׂךְ הַיּוֹם בְּשִׁבְרִי-שָׁם
אֶת-מֹטוֹת מִצְרַיִם וְנִשְׁבַּת-בָּהּ גְּאוֹן עֻזָּהּ הִיא עָנָן יְכַסֶּנָּה וּבְנוֹתֶיהָ
בַּשְּׁבִי תֵלַכְנָה.
“Así
dice el Etern-o: He aquí que haré volver la cautividad de las tiendas de
Ya’acov, y tendré compasión de sus moradas. Y la ciudad será edificada sobre
los escombros de la antigua, y el palacio será habitado sobre su lugar usual.”
Y en el mismo
libro, capítulo 23:6, encontramos:
בְּיָמָיו תִּוָּשַׁע יְהוּדָה וְיִשְׂרָאֵל
יִשְׁכֹּן לָבֶטַח וְזֶה-שְּׁמוֹ אֲשֶׁר-יִקְרְאוֹ יי צִדְקֵנוּ. {פ}
“En
sus días Yehudah será salvada, e Israel estará segura, y este es el nombre con
el que será llamado: Adonay Tzidkenu (Di-s es nuestra justicia)”
Amós 2, habla primero de los tres pecados de Israel,
y luego de los de Yehudah, es decir, por los de Israel, [que se entiende son] las diez tribus. Pero cuando el nombre,
Israel, solo se produce, e incluye también las dos tribus de Yehudah y
Benjamín, él que es el nombre colectivo de todo el pueblo. Esta era voluntad
del pueblo de Yehudah que estaba bajo la mano del rey Ajaz (Acaz), y [toda esta argumentación] es suficiente para
rechazar la evidencia (cristiana).
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