BS"D
#214
Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
¿Qué será de nuestro público?
Esa es una buena pregunta: ¿Qué será de nuestro público?
Pero hay una pregunta que la antecede: ¿Cuál es la definición de “nuestro público”?
Y otra pregunta que antecede a ambas: ¡¿Quién dice que es correcto que haya “nuestro público” y otros públicos distintos?! Busca en toda la Torá, la Torá escrita y la Torá oral, y no encontrarás que D’s distinguió dentro de la nación grupos o corrientes, fracciones ni segmentos, sectas o públicos. Am Israel (el Pueblo de Israel) es un solo pueblo.
Pero hay una pregunta que la antecede: ¿Cuál es la definición de “nuestro público”?
Y otra pregunta que antecede a ambas: ¡¿Quién dice que es correcto que haya “nuestro público” y otros públicos distintos?! Busca en toda la Torá, la Torá escrita y la Torá oral, y no encontrarás que D’s distinguió dentro de la nación grupos o corrientes, fracciones ni segmentos, sectas o públicos. Am Israel (el Pueblo de Israel) es un solo pueblo.
Por supuesto que hay diferencias entre las personas. Hay quienes se esfuerzan más en el cumplimiento de ciertas mitzvot, y hay quienes se esfuerzan en el cumplimiento de otras mitzvot. Hay quienes cumplen todas lasmitzvot, y hay quienes no cumplen todas las mitzvot. Por supuesto que existe una diferenciación personal - pero no encontramos que eso justifique la división en públicos, grupos o fracciones.
Lamentablemente, eso ocurrió en la práctica en la época del Segundo Beit HaMikdash (El Templo) – por el odio gratuito. Hay un odio que no es gratuito: Por ejemplo, una persona hirió a otra o le produjo algún daño – por ello, su compañero lo odia. No es el tema ahora si está permitido odiarlo por ello, o quizás hay alguna otra solución, pero no se trata de un odio gratuito.
Odio gratuito es el odio a una persona porque no se me parece, y no es parte de “mi grupo”. En mi grupo se encuentra toda la verdad y toda la justicia y toda la rectitud - y en el grupo contrario toda la maldad y todos los defectos. Y como dijo el filósofo Kant, es muy peligroso decir: ¡Nosotros!, porque de esa forma también estamos diciendo: ¡Ellos!
En efecto, no sólo que está prohibido sino que también es peligroso. El que hace divisiones en la nación se desentiende de algo muy severo, que no nos podemos permitir el lujo en nuestros días: Tenemos 300 millones de enemigos por fuera, y otros millones por dentro, y otro millar de cristianos y millar de musulmanes que los ayudan. En nuestra situación, debemos permanecer unidos.
Estar divididos es una tontería y un peligro de suicidio. Como dijo Binyamin Franklin en la guerra de la independencia de los americanos contra los británicos: Debemos depender los unos de los otros, porque de lo contrario estaremos colgados los unos por encima de los otros…
Y no sólo es peligroso, sino que tampoco es cierto, es una división imaginaria. Esa división en grupos no existe en la realidad, es una alucinación. Por ejemplo, un grupo es apodado “nacionalista religioso”. Pero el Rav Kuk nunca utilizó ese término, ni tampoco nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk. Por el contrario, el Rav Kuk comienza su libro “Orot” (al final de Orot HaTjia) diciendo que la división entre religiosos y nacionalistas es imaginaria.
Entonces, en base a ello, ¿quién es “nuestro grupo”? ¡Nuestro grupo es Am Israel! Los ingleses o los franceses no son nuestro grupo. Nuestro grupo es Am Israel.
Entonces, en base a ello, ¿quién es “nuestro grupo”? ¡Nuestro grupo es Am Israel! Los ingleses o los franceses no son nuestro grupo. Nuestro grupo es Am Israel.
Hay que acostumbrarse a ello: ¡Am Israel tiene muchos matices, pero siempre es Am Israel!
“Y quién como Tu pueblo Israel, un pueblo en la tierra”.
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