BS"D
Por ג'ורג'
אנדוחר
No es la primera vez -ni será la
última- que alguien alza la voz para alegar que el fin del mundo está cerca. La
historia registra ya varias predicciones fallidas a las que sus divulgadores
cristianos y sus sectarios hasta les han puesto fechas específicas.
Algunos plazos pasaron sin más
alboroto que el miedo -y posterior vergüenza- que generaron entre los crédulos;
otros se llevaron a los pregoneros en suicidios colectivos; y unos más aún están
por cumplirse y seguramente transcurrirán como los anteriores, es decir, sin
que nada de lo predicho ocurra. He aquí algunas de esas fatales profecías que
siempre despiertan interés y polémica entre los espíritus apocalípticos.
El fin del mundo profetizado por
cristianos del año 1000 de nuestra era
El avistamiento de un cometa en
el año 989 y la creencia popular de que “la segunda venida de Jesús” ocurriría
una vez cumplido el milenio de su nacimiento, provocaron entre buena parte de
los creyentes de la Europa medieval el temor por la llegada del fin del mundo.
Todo basado en las palabras de Jesús en el llamado “nuevo testamento”. El monje
borgoñés Raoul Glaber, nacido en el año 985, narra en su Crónica (Historiae)
los “portentos y disturbios” que acontecieron en esas tierras entre los años
900 y 1044.
Luego del fracaso de la profecía
del año 1000, algunos intentaron traspasar el plazo fatal para el 1033, es
decir, el aniversario mil de la muerte y resurrección del Nazareno en la
tradición cristiana.
No obstante, historiadores
modernos desestiman el alcance de la creencia del “fin de los tiempos”
alrededor del primer milenio de nuestra era, argumentando que el uso del
calendario no estaba muy difundido, por lo que poca gente podía saber cuándo entraba
el año 1000 o 1033. Como quiera que sea, ya ha pasado un milenio de aquellas
predicciones y seguimos aquí dándole lata al Planeta Tierra.
Las ‘2 mil 300 tardes y mañanas’
Luego de estudiar la biblia
cristiana, el predicador norteamericano William Miller (1782-1849) predijo que
el fin del mundo en el año 1843, basado en una interpretación del versículo 14,
capítulo 8 del libro de Daniel. Con esto nació el llamado movimiento mileniarista,
el cual, conforme se acercaba la fecha, fue cobrando fuerza.
A insistencia de sus seguidores
evangélicos, Miller puso fecha al Apocalipsis… varias veces: primero el 21 de
marzo de 1843, luego el mismo día pero de 1844, después el 18 de abril y por
último el 22 de octubre del mismo año. Como nada ocurrió en esos días, al
predicador no le quedó de otra que reconocer su error, pese a la desilusión de
sus adeptos. Sin embargo, su confesión fue acompañada de la frase “pero aún
creo que el día del Señor está cerca, casi a la puerta”. Debe ser una puerta
muy larga, por que ha pasado más de un siglo y medio y aquí estamos todavía,
robando -y contaminando- aire.
Los ‘profetas’ de los noventa
Pese a los constantes fracasos de
las predicciones de los evangélicos y sectarios cristianos sobre le fin del
mundo, éstas no han dejado de surgir. En la década de los noventa del siglo
pasado, hubo un auge de movimientos apocalípticos creados en torno a sectas de
limitado alcance lideradas por fanáticos con fines muy cuestionables.
En 1992, el locutor de radio
cristiana Harold Camping anunció que el día del juicio final sería el 6 de
septiembre de 1994 basado en un complejo cálculo matemático. Llegó incluso a
publicar un libro en donde argumentaba su “profecía”. Al ver que su predicción
no se cumplió, Camping tuvo que reconocer públicamente su error.
A lo largo de la década se
suscitaron atentados, hechos violentos y suicidios colectivos motivados por la
creencia del la “inminente llegada del Apocalipsis”. Casos muy sonados fueron
el asalto al rancho de Waco, Texas, en 1993, en donde residía la Rama de los
Davidianos, una secta liderada por el fanático David Koresh; el atentado al
metro de Tokio perpetrado por el culto Aum Shinrikyo en 1995, en donde cinco mil
personas resultaron intoxicadas, y el suicidio de unos cuarenta seguidores del
culto Heaven’s Gate en 1997, quienes creían que una nave extraterrestre oculta
tras un cometa los iba a salvar. Al menos para ellos sí que fue el fin del
mundo.
El ‘error’ del año 2000
En plena era de la informática y
la revolución tecnológica, al final de la década de los noventa cobró fuerza la
creencia de que la falta de previsión de los desarrolladores de software
respecto a la programación del cambio de milenio iba a ocasionar un caos a
escala global que propiciaría la desaparición de la civilización moderna. Los
crédulos decían que a las 00:00 horas del primero de enero de 2000 el sistema
financiero mundial se colapsaría, las empresas quebrarían, los gobiernos desaparecerían
y, por ende, la anarquía (en el sentido peyorativo del término) se apoderaría
del orbe. Pero nada de eso ocurrió y todo terminó en la resaca de la fiesta del
nuevo siglo.
Tercos como mulas
Pero poco le importaron estos
fracasos a Robert Fitzpatrick, el jubilado neoyorquino cristiano que gastó sus
ahorros para su propaganda apocalíptica en el metro de la “ciudad que nunca
duerme”. Y es que su creencia se basaba en la nueva predicción realizada por el
terco locutor evangélico Harold Camping, quien hizo nuevos cálculos y a base de
ellos aseguró que el “acabose” comenzaría el 21 de mayo de 2011 y concluiría el
21 de octubre de ese mismo año. Entre esas fechas, dijo, habrá un “gran
sufrimiento” en el mundo. Además afirmó que “un gran terremoto sacudiría la
Tierra. Las tumbas se abrirán y los restos de las personas que murieron como
creyentes cristianos (preferiblemente evangélicos) resucitarían e irían al
cielo. Los cuerpos de los que no se salvarían serían lanzados sobre estiércol y
arena, y sus restos serán comidos por los gusanos y los animales”.
Lo cierto es que quien
seguramente tuvo que sufrir todos estos meses fue el propio Camping… Pero del
miedo de verse errar nuevamente en sus predicciones.
El
avistamiento de un cometa en el año 989 y la creencia popular de que “la
segunda venida de Jesús” ocurriría una vez cumplido el milenio de su
nacimiento, provocaron entre buena parte de los creyentes de la Europa medieval
el temor por la llegada del fin del mundo. Todo basado en las palabras de Jesús
en el llamado “nuevo testamento”.
Anti
Premio Nobel a los “findelmundistas”
El
predicador cristiano envangélico Harold Camping recibió recientemente el IG
Nobel de Matemáticas, una especie de premio humorístico sin ningún valor
económico, que ridiculiza cada año los estudios más absurdos en el campo de la
ciencia. Fue una distinción compartida con otros cinco “profetas” cristianos
que habían aventurado el fin de los días en fechas anteriores. Todos con el
mismo resultado de error en sus predicciones. La organización de los conocidos
como “premios anti Nobel” les galardonó por ser un ejemplo para el mundo de que
“hay que ser cuidadoso a la hora de hacer cálculos matemáticos”.
Otro
de los premiados por dar este mal ejemplo al contar fue el cristiano coreano
Lee Jang Rim. En su caso, también fundó una institución religiosa (La Iglesia
del Día que se Avecina) y predicó a quien quisiera escucharle que la existencia
acabaría el 28 de octubre de 1992. Dos meses después, Jang Rim fue arrestado
por defraudar a sus seguidores por más de 4 millones de dólares. Si la
salvación no le llegaba, quizá podría pagar todas sus deudas y comprarse una
mansioncita en algún lugar que se asemejara al paraíso, tal y como el que los
"testigos de jehová" le construyeron a su presidente
alcohólico Joseph Franklin Rutherford.
Desafortunadamente
para Lee Jang Rim, que contaba con 46 años entonces, el mundo no se acabó y, al
día siguiente, sus adeptos, muchos de los cuales habían abandonado sus trabajos
y a sus familias, le pidieron cuentas: “Han reclamado a la secta el dinero
entregado para sufragar gastos; ayudas que en su mayor parte proceden de la
venta de propiedades o pertenencias personales”, contaba ABC el 3 de noviembre
de ese año.
El
fundador de la iglesia fue encarcelado inmediatamente y condenado a dos años de
cárcel por estafa, pese a que pidió perdón públicamente por el error en su
predicción. Algunas fuentes calculan que amasó hasta cuatro millones de dólares
gracias a las donaciones.
Predicciones
sanguinarias
La
predicción coreana vino acompañada de un fuerte despliegue de seguridad para evitar
suicidios o ejecuciones masivas. Afortunadamente, ninguno acaeció en esa fecha,
algo que sí sucedio en Uganda, donde todavía se recuerda el funesto nombre de
otra “profeta” errónea, Credonia Mwerinde, también “premiada” recientemente en
los IG Nobel.
La
"sacerdotisa" fundó su propia secta, la "Restauración de los
Diez Mandamientos de Dios" en 1994. La religiosa, que había ejercido antes
la prostitución, se aprovechó del analfabetismo reinante en el país africano y
de una mezcla de cultos poco ortodoxa para lograr el ascenso de este movimiento
religioso extremadamente radical y que adoptaba prácticas ilegales y sumamente
sádicas, como la de beber la sangre de bebés previamente sacrificados. Los
líderes en Uganda bebían la sangre de recién nacidos
Aprovechando
la llegada del año 2000, Credonia vaticinó el día del juicio final para el 1 de
enero. Pero el desánimo cundió entre sus seguidores al ver que, pasada la
fecha, la vida seguía su curso habitual. Sin embargo, muchos de ellos siguieron
a su líder durante semanas.
El
último acto de esta iglesia fue la reunión en la localidad de Kampala, donde
supuestamente tendría lugar una aparición de la Virgen María. Centenares de
fanáticos se reunieron en una iglesia para disfrutar de esta experiencia
mariana, pero lo que en realidad ocurrió fue una matanza descomunal: los
líderes de la secta cerraron puertas y ventanas y rociaron con gasolina y ácido
a las más de 500 personas allí congregadas. Luego desaparecieron.
Posteriormente se conocieron otras matanzas que elevaron la cifra de asesinados
en la secta a más de un millar.
El fin
del mundo vendría en 2012 o empezaría en ese año (conozco gente que así lo
afirmó)
Si el
mundo sobrevivió a las predicciones de Camping y superó el 21 de octubre, la
próxima fecha a tener en cuenta fue el 21 de diciembre del año 2012, cuando
varias predicciones -entre ellas, la del calendario maya- que el mundo se
acabaría de algún u otro modo.
Poco
antes hubo otra fecha, el 27 de mayo, cuando el estadounidense Roland Weiland
anunció la venida de Cristo y el fin de los días. Al igual que en el caso de
Camping, esta predicción fue en realidad un nuevo cálculo del “profeta”, que ya
aventuró equivocadamente el final de los días en el año 2008.
En
cualquier caso, la opinión mayoritaria en el mundo científico es que todos
estos augurios están basados en una “pseudociencia” poco creíble y nada fiable.
Y como muestra, solo hay que consultar Wikipedia para ver las decenas de fechas
del calendario “findelmundistas” que se han vaticinado hasta ahora. Y todavía
seguimos aquí.
Otra
vez lo mismo, lo mismo, lo mismo…
Nuevamente
sectas evangélicas andan regando miedo, dolor, llanto, desesperación entre sus
incautos seguidores o miembros. Estos irresponsables, a espaldas de la Historia
y de la mismas Escrituras en las que dicen creer, vuelven a predicar las mismas
sandeces. Sabemos que no se cumplirán, pero igual volverán nuevamente en el
futuro a inventarse teorías de conspiración, persecuciones, microfichas
mundiales, cataclismos, raptos, etc etc etc…
Opino
que como parte de nuestra llamada a practiar el Tikún Olam, debemos alertar a
los pobres incautos de estas sectas y de algún modo presentarles la Verdad de
las cosas, la paz y el descanso que se encuentra en el verdadero Dios, el de
Yisrael. El mundo no va hacia la destrucción o hacia cataclismos... Todo lo
contrario, la humanidad se encamina de a poco hacia lo mejor, hacia lo
excelente. El cristianismo predica escatología y pesimismo, mientras el
Judaísmo predice optimismo real, proveniente de la naturaleza del Eterno Dios
de Yisrael.
Ya
basta de este relajo por el que el cristianismo ha tenido sumida a parte de la
humanidad por 2000 años… ¡NO más! Hay que abrirle los ojos a aquellos que han
caído víctimas de estas malditas creencias y temores. Se acerca una nueva época
de madurez para la humanidad, la verdadera Era Mesiánica, y este tipo de
“prédicas” están atrasando su llegada.
Quienes
en su terquedad quieran seguirse aferrando a sus patéticas creencias y
“profecías”, que se queden como están. De todos modos no les quedará otra que
al final reconocer que han estado totalmente equivocados por 2000 años. Si no
los paramos de una vez, seguirán haciendo lo mismo años tras años, siglos tras
siglos. No debemos olvidar que el sectario cristiano está tan sugestionado y
engañado que nunca admitirá que está en un error. Solamente seguirá
auto-sugestionándose y diciéndose a sí mismo “no fue que Jesús (el “nuevo
testamento”) se equivocó, sino que nosotros nos equivocamos”. O seguirán
diciendo que “como en los tiempos de Noé la gente no les cree”. Lo cierto es
que a Noé no le tomó 2000 años para ver cumplido lo que predijo.
Al
menos, si podemos arrancarle gente buena e incauta a esas sectas, estaríamos
colaborando a ayudar psicológica, espiritual y emocionalmente a esos probres
seguidores que sufren por dentro pensando que toda esa demencia que les han
predicado es cierta y que viene del verdadero Dios de la Biblia.
¡NO a
la mentira, NO al engaño, NO a los miedos y NO a las manipulaciones evangélicas
y sectarias!
Referencias:
Arturo
González González / El Siglo de Torreón
Diago
Casado / ABC
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