פרק ק''א
[27] עוד אמר להם יש''ו לתלמידיו כמו שהברק יוצא במזרח ונראה במערב כן תהיה ביאתו שלבן האדם.
[28] באיזה מקום שיהיה הגויה שם יתחברו הנשרים.
[29] ובאותה שעה אחרי[1] הימים ההם יחשך השמש והירח לא יגיה אורו והככבים יפלו מהשמים וחיל השמים יתנודד.
[30] ואז יראה האות שלבן האדם בשמים ויבכו כל משפחות האדמה ויראו את בן האדם בעבי השמים בחיל רב ובצורה נוראה.
[31] וישלח מלאכיו בשופר ובקול גדול לאסוף את נבחריו מארבע רוחות השמים מקצה השמים עד קצותם.
[32] מעץ התאנה תלמדו המשל כאשר תראו אנפיה ועלים צומחים תדעו כי
[33] קרוב[2] הוא לשערים.
[34] אמן אני אומר לכם שלא יעבור זה הדור עד שכל אלו הדברים יהיו עשוים.
[35] והשמים והארץ יעברו.
[36] ומהיום ההוא ומהעת ההיא אין מי שיודע ולא מלאכי השמים אלא האב בלבד.
אמר המעתיק יש לי כאן שתי שאלות. האחת שכבר עבר כל הדור ההוא ודורות אחרות רבות זה נראה. שנית הוא אמר שאין יודע אותי העת אלא האב בלבד א'כ הבן בלתי יודע. אם כן וכל יש הפרש בין ידיעת האב לבן והוא הפך אמונתם.
[27] Otra vez dijo Yesh”u a sus talmidim (discípulos):
Como un relámpago que sale del oriente y se ve en el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
[28] En lo que el lugar esté el cuerpo allí se unen las águilas.
[29] En ese momento, después de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su luz, las estrellas caerán del cielo, y el ejército de los cielos será conmovido.
[30] Y acontecerá que verán la señal del Hijo del Hombre en los cielos y todas las familias de la tierra llorarán y verán al Hijo del Hombre en las profundidades de los cielos, con fuerza y con gran forma terrible.
[31] Y [el Hijo del Hombre] enviará sus ángeles con shofar y con una kol gadol (gran voz celestial) para reunir a los elegidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
[32] Del árbol de la higuera aprended la parábola: cuando vea sus ramas y las hojas brotan sabe que está cerca.
[33] Está cerca de las puertas.
[34] De cierto os digo que esta generación no pasará hasta que se hayan hecho todas estas cosas.
[35] El cielo y la tierra pasarán.
[36] Pero de aquel día y la hora no hay quien sepa, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
El transcriptor dijo: Tengo dos preguntas aquí.
La primera es que toda la generación ya ha fallecido, y (también) muchas otras generaciones (después de ellas), y todo esto es (bastante) evidente.
En segundo lugar, dijo que nadie sabe ese momento, pero solo el padre, (y) si es así (significa) el Hijo no sabe. Si es así, (entonces) hay una diferencia entre el conocimiento del Padre y el Hijo, pero eso es lo contrario de su creencia.
La lectura hermenéutica del texto veterotestamentario y del Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov revela una compleja dialéctica interpretativa sobre las expectativas escatológicas de Yeshú, contextualizada en la profunda conflictividad religiosa y política del judaísmo del siglo I de la era común. La ubicación geográfica de sus enseñanzas, el Monte de los Olivos, lejos de ser accidental, adquiere una significación teológica y cultural profundamente sintomática.
Este espacio, previamente consagrado al culto de deidades como Hércules (Ἡρακλῆς) y Orfeo, representa una metáfora reveladora de la ambigua posición de Yeshú dentro del judaísmo de su época. Según el Tanaj, específicamente 1 Reyes 11:7-8, el lugar ya había sido escenario de cultos paganos:
"אָז יִבְנֶה שְׁלֹמֹה בָּמָה לִכְמוֹשׁ שִׁקֻּץ מוֹאָב בָּהָר אֲשֶׁר עַל־פְּנֵי יְרוּשָׁלָ͏ִם וּלְמֹלֶךְ שִׁקֻּץ בְּנֵי עַמּוֹן׃; וְכֵן עָשָׂה לְכׇל־נָשָׁיו הַנׇּכְרִיּוֹת מַקְטִירוֹת וּמְזַבְּחוֹת לֵאלֹהֵיהֶן׃"
(Traducción: “Entonces Shlomoh edificará lugares de culto a Kemosh, la abominación de Moav, en la montaña que está frente a Jerusalén, y a Moloj, la abominación de los hijos de Amón. Y así hizo con todas sus esposas extranjeras, que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses.”)
Los comentaristas tradicionales ofrecen lecturas complementarias. Rashi, Abarbanel, y el Metzudat David identifican explícitamente “el Har HaZeitim” (Monte de los Olivos) como el espacio referido de la montaña que está frente a Jerusalén.
El testimonio de Epifanio de Salamina en su Panarion 51:30, 1-2 resulta particularmente revelador. El texto griego original ilustra cómo ciertos lugares fueron transformados en centros de significación religiosa, documentando eventos milagrosos que servían como testimonios para los incrédulos:
διὸ καὶ ἐν πολλοῖς τόποις ἄχρι τῆς δεῦτο τουτὶ γίνεται διὰ τὸ τότε γεγενημένον θεοσήμειον εἰς μαρτύριον τοῖς ἀπιστοῦσιν, ὡς μαρτυροῦσιν ἐν πολλοῖς τόποις τηγαί τε καὶ ποταμοὶ εἰς οἶνον ματαβαλλόμενοι…
(Traducción: “Por eso, en muchos lugares, hasta ahora, esto sucede como un signo divino en testimonio para los incrédulos, como lo atestiguan en muchos lugares fuentes y ríos convertidos en vino…”)
La tradición crítica judía, representada por pensadores que consideran a Yeshú como un mumar (מומר: converso a otra religión o un apóstata), interpreta sus enseñanzas no como una renovación espiritual, sino como una desviación herética del judaísmo rabínico. El Monte de los Olivos, lejos de ser un espacio legitimador de su mensaje, constituye precisamente el símbolo de su marginalidad teológica. Este enclave, históricamente contaminado por cultos paganos y prácticas idolátricas —desde las antiguas referencias a deidades como Hércules y Orfeo hasta los altares sincréticos mencionados en 1 Reyes— representaba un territorio hermenéuticamente impuro e inhabilitado para la proclamación profética. La elección de este lugar no era inocente, sino que revelaba paradójicamente los márgenes heterodoxos desde los cuales Yeshú intentaba construir su discurso religioso, reforzando la percepción de sus contemporáneos sobre la naturaleza desviacionista de sus propuestas.
La Gruta de Eleona (Ἐλαιώνας), etimológicamente vinculada al término griego para "olivar", se constituye como un espacio de encuentro sincrético donde las tradiciones judías, helénicas y romanas confluyen dialécticamente. La denominación Eleona evoca reminiscencias del poblado griego de Elaionas de Acaya (Ελαιώνας Αχαΐας), donde se asentaba un templo de Hércules, lo que sugiere profundas capas de superposición cultural.
Según la tradición cristiana bizantina, Yeshú habría escrito con sus propios dedos sobre mármol en esta gruta el rezo del Pater Noster, donde posteriormente la madre de Constantino, Flavia Julia Helena, ordenó construir el Santuario de la Eleona (Ιερό της Ελεόνα).
Las representaciones de Yeshú como Orfeo, documentadas por Eusebio de Cesarea tanto en Jerusalem como en la catacumba de Domitila, refuerzan la tesis de una identidad religiosa fluida, profundamente contextualizada en los procesos de transformación cultural del mediterráneo antiguo. Tal asimilación iconográfica con deidades paganas no representa una contradicción, sino una estrategia de legitimación y expansión religiosa propia de los complejos procesos de sincretismo cultural.
Esta interpretación se sustenta en fuentes históricas como Early Travels in Palestine de T. Wright (Londres, 1848) y The Pilgrimage of Saewulf (1102-1103 A.D.), que documentan la rica narrativa histórica en torno a estos espacios sagrados, revelando la complejidad de las intersecciones religiosas en el mundo antiguo.
La argumentación trasciende una mera descripción geográfica, revelando capas de significación teológica, política y cultural que problematizan la narrativa de una simple renovación espiritual.
Por tanto, el pasaje del Evangelio Hebreo de Mateo (פרק ק''א) contiene una profecía escatológica de naturaleza apocalíptica que delimita un horizonte temporal específico: los aproximadamente 40 años transcurridos entre el ministerio de Yeshú y la destrucción del Templo de Jerusalén en el año 70 de la era común. La declaración "אמן אני אומר לכם שלא יעבור זה הדור עד שכל אלו הדברים יהיו עשוים" ('Amén, les digo que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sean cumplidas') constituye un elemento hermenéutico crucial que evidencia la inmediatez de sus expectativas mesiánicas que se tendrían que haber cumplidó según lo que “profetizó” Yeshú en el Monte de los Olivos o en la Gruta de Eleona, lo cuál nunca sucedió, ergo, fue una falsa profecía o un simple discurso demagogo.
Por otra parte, en el cristianismo medieval, sin embargo, desarrolló una hermenéutica flexible que reinterpretó estas declaraciones proféticas, permitiendo una extensión semántica del concepto de “generación” (דור/dor en hebreo). Exponentes patrísticos como San Jerónimo realizaron una exégesis que permitía comprender este término no como un marco cronológico estricto, sino como una descripción de la condición humana en cualquier época. Un comentario significativo del texto bíblico de 1599 de la Biblia de Ginebra sobre Mateo 24:34 ilustra esta perspectiva:
“This age: the word generation or age is here being used for the men of this age.”
(Esta edad: la generación de palabras o la edad se aquí se utiliza para los hombres de nuestro tiempo.)
El propio Shem Tov, en su análisis crítico, plantea objeciones fundamentales que socavan la credibilidad de la profecía. En un pasaje revelador, articula dos cuestionamientos penetrantes: primero, constata que la generación original ha fallecido, junto con múltiples generaciones subsecuentes, haciendo evidente la inconsistencia temporal de la predicción. En segundo lugar, señala una contradicción teológica inherente relacionada con el conocimiento divino, argumentando que si solo el Padre conoce el momento de estos eventos, y el Hijo no, entonces se establece una diferencia de conocimiento que contradice los principios fundamentales de la teología cristiana, tal como menciona Shem Tov:
אמר המעתיק יש לי כאן שתי שאלות. האחת שכבר עבר כל הדור ההוא ודורות אחרות רבות זה נראה. שנית הוא אמר שאין יודע אותי העת אלא האב בלבד א'כ הבן בלתי יודע. אם כן וכל יש הפרש בין ידיעת האב לבן והוא הפך אמונתם.
(El transcriptor dijo: Tengo dos preguntas aquí.
La primera es que toda la generación ya ha fallecido, y (también) muchas otras generaciones (después de ellas), y todo esto es (bastante) evidente.
En segundo lugar, dijo que nadie sabe ese momento, pero solo el padre, (y) si es así (significa) el Hijo no sabe. Si es así, (entonces) hay una diferencia entre el conocimiento del Padre y el Hijo, pero eso es lo contrario de su creencia.)
No obstante, una lectura rigurosa desde la perspectiva judía (específicamente desde la tradición que considera a Yeshú como un mumar o converso a otra religión) evidencia una profunda contradicción: la profecía de la segunda venida, descrita con características cósmicas y apocalípticas (como la descripción en el texto hebreo que incluye el oscurecimiento del sol, la caída de estrellas y la aparición del “Hijo del Hombre”), simplemente no aconteció en la generación de los primeros cristianos. Ya el mismo apostata Pablo de Tarso (Shaul Mi-Tarso) refuerza esta expectativa inminente en su epístola a los Tesalonicenses (1 Tesalonicenses 4:15-17), utilizando un lenguaje marcadamente urgente y escatológico en griego koiné, donde emplea verbos como ἁρπαγησόμεθα (harpagetesometha/ ‘seremos arrebatados’) que sugieren una inminencia radical:
[15] τουτο γαρ ϋμιν λεγομεν εν λογω κυ οτι ημειϲ οι ζωτεϲ οι περιλειπομενοι ειϲ την παρουϲιαν του κυ ου μη φθαϲωμε τουϲ κοιμηθεν>ταϲ [16] οτι αυτοϲ ο κϲ εν κελευϲματι ε φωνη αρχαγγελου και εν ϲαλπιγγι θυ καταβηϲεται απ ουρανου > και οι νεκροι εν χω αναϲτηϲονται πρωτον [17] επειτα ημειϲ οι ζωντεϲ οι περιλιπο>μενοι αμα ϲυν αυτοιϲ αρπαγηϲομεθα εν νεφελαιϲ ειϲ απαντηϲιν > του κυ ειϲ αερα και ουτωϲ παντοτε ϲυν κω εϲομεθα
(Traducción: [15] Os declaramos esto en palabra del señor (logos kyriou): que nosotros, los vivientes (hoi zōntes), los que queden (hoi perileipomenoi) para la venida (parousian) del señor, de ninguna manera nos adelantaremos (ou mē phthasōmen) a los que han dormido (tous koimēthéntas). [16] Porque el mismo señor (autos ho kyrios) descenderá del cielo con una orden (en keleúsmati), con la voz del arcángel (en phōnē arjagelou) y con la trompeta de Dios (en sálpingi Theou). Y los muertos en el Bueno (hoi nekroi en Xhrestos) resucitarán primero (anastēsontai prōton). [17] Después, nosotros, los vivientes, los que quedamos (hēmeis hoi zōntes hoi perileipomenoi), seremos arrebatados (harpagēsometha) simultáneamente junto con ellos en nubes (hama syn autois en nephelais) para el encuentro del señor en el aire (eis apantēsin tou kyriou eis aera), y así estaremos siempre con el señor (kai houtō pantote syn Kyriō esometha).)
-Codex Sinaiticus folio 287b.
Sin embargo, la tradición textual, representada por el Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov, es particularmente reveladora. El pasaje (capítulo 101, versículos 27-36) describe detalladamente un evento apocalíptico que debería ocurrir dentro de una generación, con elementos dramáticos como el oscurecimiento de astros, la caída de estrellas y la aparición del “Hijo del Hombre”. Sin embargo, históricamente, ninguno de estos eventos catastróficos se materializó como fue “profetizado”. El versículo 34 (אמן אני אומר לכם שלא יעבור זה הדור עד שכל אלו הדברים יהיו עשוים) es especialmente contundente al afirmar que “esta generación no pasará hasta que todas estas cosas sucedan”.
La argumentación crítica conduce inevitablemente a una conclusión: la profecía de Yeshú no se cumplió en los términos literal y temporal originalmente proclamados. Esta constatación no solo cuestiona la credibilidad de la predicción profética, sino que refuerza la perspectiva judía tradicional que considera a Yeshú como un charlatán (shakrán) cuyas declaraciones escatológicas resultaron ser históricamente infundadas.
Por otra parte, existe una transgresión halájica de Yeshú se revela particularmente grave al considerar su aproximación deliberada a un espacio de avodah zara (adoración idolátrica), en la Gruta de Eleona (Ἐλαιώνας). El Talmud Bavli en Avodah Zarah 17a ofrece una profunda reflexión sobre los peligros de acercarse a espacios de impureza espiritual, citando específicamente en Mishleí / Proverbios 5:8: “הרחק מעליה דרכך” (‘Distancia tu camino de ella’), interpretando este versículo como una advertencia contra la herejía (מינות/minut) y los espacios de culto prohibidos espacios de idolatría, la tradición talmúdica es explícita:
והנאני הדבר על ידי זה נתפסתי למינות ועברתי על מה שכתוב בתורה (משלי ה ח) הרחק מעליה דרכך זו מינות ואל תקרב אל פתח ביתה זו הרשות ואיכא דאמרי הרחק מעליה דרכך זו מינות והרשות ואל תקרב אל פתח ביתה זו זונה וכמה אמר רב חסדא ארבע אמות
(Traducción: Y yo obtuve placer de la declaración, y debido a esto, fui arrestado por herejía por las autoridades, porque transgredí lo que está escrito en la Torá: “Apártate de ella tu camino, y no te acerques a la entrada de su casa” (Proverbios 5:8). “Apártate de ella tu camino”, esto es una referencia a la herejía; “y no te acerques a la entrada de su casa”, esto es una referencia a la autoridad gobernante. La Guemará señala: Y hay quienes dicen una interpretación diferente: “Apártate de ella tu camino”, esto es una referencia a la herejía y a la autoridad gobernante; “y no te acerques a la entrada de su casa”, esto es una referencia a una prostituta. ¿Y cuánta distancia debe uno mantener de una prostituta? Rav Jisda dijo: Cuatro codos.)
Estableciendo una conexión directa entre la proximidad a espacios idolátricos y la desviación espiritual. El Shuljan Aruj en Yoreh De'ah 150:1 refuerza este principio, mandando “להתרחק מדרך אלילים” (Alejarse del camino de los ídolos), prescribiendo una distancia mínima de cuatro codos (אמות/amot) de cualquier espacio de culto prohibido.
La dimensión esotérica de esta transgresión se profundiza en la interpretación del Zohar, Pekudei 34:304, que describe el lado impuro (סִטְרָא דִּמְסָאֲבָא/sitra de-mesaavá) como una fuerza que “causa muerte a todo el mundo” (גָּרִים מִיתָא לְכָל עָלְמָא). El texto cabalístico presenta la siguiente reflexión:
"תָּא חֲזֵי, הַאי סִטְרָא דִּמְסָאֲבָא אִקְרֵי הָכִי, דְּגָרִים מִיתָא לְכָל עָלְמָא, וְהַאי הֲוָה דְּאַסְטֵי לְאָדָם וּלְאִתְּתֵיהּ, וְהַהוּא דְּרָכִיב עָלֵיהּ אִיהוּ סָמָאֵ"ל, וְאִיהוּ אָתָא לְמִטְעֵי עָלְמָא, וְגָרַם מוֹתָא לְכֹלָּא. וּבְגִין כַּךְ אָתָא וְשָׁלִיט עַל כֹּלָּא. אָדָם אִיהוּ אַמְשִׁיךְ לֵיהּ לְגַבֵּיהּ, וְכֵיוָן דְּאִיהוּ אַמְשִׁיךְ לֵיהּ לְגַבֵּיהּ, כְּדֵין אִיהוּ אִתְמְשָׁךְ אֲבַתְרַיְיהוּ, עַד דְּאַסְטֵי לוֹן. וּבְגִין כַּךְ אָמַר שְׁלמֹה, (משלי ה׳:ח׳) וְאַל תִּקְרַב אֶל פֶּתַח בֵּיתָה, דְּכָל מַאן דְּאִתְקְרִיב לְבֵיתָהּ, כְּדֵין אִיהִי נַפְקַת וּמִתְקַשְּׁרָת וְאִתְמַשְּׁכַת אֲבַתְרֵיהּ."
(Traducción: “Ven y observa, este lado impuro es llamado así, porque causa muerte a todo el mundo, y este es el que desvió a Adám y a su esposa, y aquel que cabalga sobre él es Samael, y él vino para engañar al mundo y causar muerte a todo. Y por esto vino y dominó sobre todo. Adám es quien lo atrajo hacia sí, y una vez que lo atrajo, entonces él es atraído después de ellos, hasta desviarlos. Y por esto dijo Shlomoh (Proverbios 5:8): ‘No te acerques al umbral de su casa’, porque todo aquel que se acerca a su casa, entonces ella sale y se conecta y es atraída tras él.")
El texto cabalístico advierte que acercarse a estos espacios implica ser atraído por fuerzas espirituales negativas, representadas alegóricamente por Samael (סמאל), quien busca “extraviar al mundo” (לְמִטְעֵי עָלְמָא). El Baal HaSulam interpreta esta advertencia como un principio fundamental: quien se acerca al umbral de la impuridad es inevitablemente atraído por ella, siendo gradualmente desviado de su camino espiritual correcto.
En el contexto de Yeshú, su presencia en el Templo de Hércules, la Gruta de Eleona (Ἐλαιώνας), en el Monte de los Olivos no solo representa una transgresión geográfica, sino una profunda contaminación espiritual. Sus declaraciones proféticas, lejos de ser una revelación divina, pueden interpretarse como una manifestación de la influencia del sitra ajra’ (lado oscuro), un discurso espiritual corrompido por su proximidad íntima a espacios de idolatría. Por tanto, la tradición judía lo considera no un profeta, sino un mumar que deliberadamente viola las más fundamentales prescripciones halájicas, permitiendo que su discurso sea permeado por fuerzas espirituales extrañas y destructivas.
Ya hemos visto que la complejidad hermenéutica radica precisamente en cómo una comunidad religiosa (el cristianismo) puede reinterpretar sistemáticamente declaraciones proféticas no cumplidas, transformando lo que podría considerarse un fracaso predictivo en un marco teológico de interpretación flexible y simbólica. Las preguntas de Shem Tov revelan los intersticios críticos de esta construcción teológica, exponiendo las inconsistencias internas que socavan la pretendida coherencia del relato cristológico. En este sentido, la crítica de Shem Tov no solo cuestiona la realización temporal de la profecía, sino que penetra en las entrañas mismas de la construcción teológica, desafiando sus fundamentos epistemológicos y revelando las fracturas inherentes a su sistema de creencias.
La argumentación crítica revela con meridiana claridad que la profecía atribuida a Yeshú adolece de una fundamental carencia de veracidad, cuya inconsistencia no puede ser subsanada mediante interpretaciones a posteriori. Es por ello que el mismo Di”s dijo:
כא וְכִי תֹאמַר בִּלְבָבֶךָ אֵיכָה נֵדַע אֶת-הַדָּבָר אֲשֶׁר לֹא-דִבְּרוֹ ה. כב אֲשֶׁר יְדַבֵּר הַנָּבִיא בְּשֵׁם ה וְלֹא-יִהְיֶה הַדָּבָר וְלֹא יָבֹא הוּא הַדָּבָר אֲשֶׁר לֹא-דִבְּרוֹ ה בְּזָדוֹן דִּבְּרוֹ הַנָּבִיא לֹא תָגוּר מִמֶּנּוּ.
“Y si dices en tu corazón: ¿cómo sabremos cuándo no es realmente la palabra de D-s?. Tendrás en consideración que cuando un profeta habla en el Nombre de D-s, si la cosa anunciada No sucede, ello significará que No es de D-s el que anunció sino el profeta por su propia cuenta. No le temerás”
Parashat Shoftim / Deut. 18:21-22.
Las predicciones apocalípticas de Yeshú fracasaron completamente. La generación de sus discípulos pasó sin que ocurrieran los eventos cósmicos que anticipó: no hubo oscurecimiento del sol, no cayeron estrellas, no se verificó su supuesta segunda venida. Esta ausencia de cumplimiento no es un detalle menor, sino una refutación fundamental de su proclamación profética.
La tradición judía, representada por pensadores como Shem Tov, ha desmontado sistemáticamente la credibilidad de estas predicciones. El texto de nuestra Torah es categórico: “No le temerás” indica que la comunidad no debe intimidarse por declaraciones proféticas falsas, sino reconocerlas como tales.
Y sí, el cristianismo ha intentado resolver este problema mediante interpretaciones cada vez más complejas, lo cual solo confirma la debilidad original de la proclamación. La flexibilidad hermenéutica no puede subsanar una profecía manifiestamente incumplida.
En consecuencia, la conclusión es inequívoca: Yeshú no fue un profeta, y menos aún el Mesías. Su discurso queda desacreditado por su radical incapacidad para cumplir los criterios básicos de una auténtica revelación divina.
[1] ABEFG add צרת aquí = “después de la tribulación de aquellos días”.
[2] En la traducción al castellano, קרוב, "cerca" se pone con el v. 32 pero debe estar con el v. 33.
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