4/21/2013

Shlomo Aviner: En honor de Rabí Akiva.

BS"D



Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner.


En honor de Rabí Akiva

Pregunta: Soy madrij (educador no formal) en la organización Bney Akiva, y en nuestro snif(sede regional) trajeron un libro nuevo donde están escritas cosas espantosas en cuanto a Rabí Akiva: Las bajas y turbias relaciones que tenía con su esposa, que se desentendió de ella durante 24 años, y sus malas relaciones con su tercera esposa. Su trágico error cuando apoyo la rebelión de Bar Kojva, cuando – como si así fuese – desconectó a D’s de la historia, no aceptó la actitud tradicional de la Torá e  innovo que se puede explicar según nuestra opinión, sacando a D’s también de la Torá, y otras cosas espantosas. Nosotros marchamos a su luz, y por supuesto que no podemos aceptar eso. ¿Acaso tenemos razón, o hay 70 interpretaciones de la Torá?
Respuesta: El denominador común de todo lo que citas es que no tienen ninguna fuente en qué apoyarse, no son parte de las 70 interpretaciones de la Torá, sino que son la "interpretación 71", que esta fuera de la Torá. Esos son inventos, y lo que es peor, son calumnias del peor tipo.
Es cierto que Rabí Akiva se casó antes de conocer a Rajel cuando tenía 40 años, ya que es contado que fue a estudiar el alfabeto con su hijo (Avot De Rabí Natan 6), y ese hijo suyo se convirtió finalmente en Rabí Ioshua Ben Karja (véase Seder HaDorot, Rabí Iehudá Ben Karja). Está claro que su primera esposa falleció, ya que como es sabido los Tanaim se casaban sólo con una esposa por vez, y Rabí Akiva vivió 120 años – lo que es una larga vida. Y también es lógico que después de la muerte de Rajel se volvió a casar con una tercera esposa, que antes se había casado con Turnusrufus y se convirtió al judaísmo (Nedarim 50B, Rashi, Ra”n). Pero el tema de las malas relaciones es todo un invento, sólo calumnias.
Tampoco se desentendió de su esposa 24 años, D’s no lo permita, para estudiar Torá: Como es sabido ella lo envió a estudiar por su amor a la Torá, y por ese amor ella renunció a todo. Y durante todos esos años ella vivió con la madre de Rabí Akiva, trabajando para sus amigas, cuando vivía con la mitad de su sueldo y la otra mitad lo enviaba a su esposo, Rabí Akiva (Avot De Rabí Natan, agregado 2 a la versión 1, capítulo 8). Pero el invento de calumnias no es algo nuevo: Ya en aquel entonces había una persona en el barrio de Rajel que “la despreciaba y la avergonzaba, diciendo ‘vean esta tonta, que renunció al honor de su familia, se casó con alguien que no hay más bajo que él, y encima nos hace reír diciendo que él estudia Torá’” (Avot De Rabí Natan, allí).
La escuela de Rabí Akiva no es una corriente desviada y ajena al Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá): Por el contrario, es la corriente central del Beit HaMidrash, la raíz de todas las otras corrientes. Como escribió el Rav Kuk en su carta a Bney Akiva: “Mis queridos, Bney Akiva”, que todos los sectores y corrientes de la Torá oral todos ellos nos llegan de ese gran mar, la Torá que abarca todo de Rabí Akiva (Maamarei HaReaya 202).
Allí también recalca la “elevada kdushá (santidad), que incluye el amor por la Torá hasta el punto de sacrificar la vida y sufrir un sufrimiento infinito por ella” (Maamarei HaReaya 202).
También la rebelión de Bar Kojva no fue ninguna rebelión frente a D’s, sino que el cumplimiento de las mitzvot de D’s. Como escribió el Rav Kuk: “La virtud singular de Rabí Akiva, que despierta ahora en la época del renacimiento de la salvación, nos será una potente luz, un entusiasmo y sacrificio por fortalecer toda aspiración de gueulá (Redención) y renacimiento de Am Israel (el Pueblo de Israel) en su tierra. Y justamente porque esa aspiración no tuvo éxito en su momento, y Bar Kojva cayó y junto con él cayó Am Israel desde el punto de vista de la libertad nacional, estamos seguros que la Torá auténtica de esa bocakdoshá le llegará su momento, y ese momento se acerca, y no habrá una desgracia dos veces, y no es en vano que Am Israel luchó por su existencia hasta la última generación inclusive” (Maamarei HaReaya 202).
Es decir, la rebelión de Bar Kojva fracasó, pero el principio según el cual debemos luchar una batalla por nuestra libertad era correcto. En base a ello cuando llegue el momento adecuado lo volveremos a hacer, y entonces triunfaremos – y ese momento es nuestra época. Y en efecto, en la Guerra de la Independencia – nuestra rebelión de Bar Kojva  - ese principio venció, vence y vencerá.
En cuanto a las relaciones entre Rabí Akiva y Rajel, las calumnias ya traspasan todo límite. Todo niño sabe que el relato de Rabí Akiva y Rajel es el cuento de amor más maravilloso que hay en los escritos de nuestros sabios. Y también el Rav Kuk lo recalca en su prólogo a Shir HaShirim (Cantar de los Cantares) como “un amor natural puro” (Olat Reaya Bet 4).
Y el Gaón (genio del estudio de la Torá) Rav Aharón Aiman en su gran libro “Toldot Tanaim VeAmuraim” – a pesar de que se trata de un libro de estudio seco – cuando llega a Rabí Akiva no puede contener su admiración frente a su personalidad y a su cuento de amor con su esposa:
“Cuando era un pastor del rico Kalba Savua, su hermosa hija Rajel vio que la bendición llega a través de ese pastor, y él es recatado y tiene buenas virtudes. Ella se enamoró de él, y desde su encumbrada posición le hizo saber que ella lo ama y está dispuesta a casarse con él, a condición que deje el rebaño de su padre y se dirija a estudiar Torá.
Y a pesar que no es nuestra intención contar cuentos de amor, pero podemos imaginarnos cómo es que la hija del más honorable del pueblo, que disfrutaba de todos los bienes y goces de la casa de su padre, decidió abandonar todo su honor y casarse con la más sencilla persona, un pobre, ignorante, viejo, que incluso tiene un hijo de su matrimonio anterior, y seguramente sabía que si se lo hará saber a su padre lo expulsará.
Y nos está claro que eso no pasó de pronto, y el pastor Akiva – que bien sabía desde su primer paso cuán peligroso puede ser para la delicada hija de su amo lo que puede pasar - cuántas dudas tuvo, quizás no logre tener éxito en su estudio, y cómo podrán procurarse su sustento durante todo ese tiempo, y no sabía si escuchar la voz del amor de esa valiosa Rajel o abandonarlo todo.
Y de pronto, vio un manantial y sobre él una piedra hueca. Y cuando preguntó quién hizo ese agujero, le dijeron que el agua al caer sobre la piedra, gota tras gota durante largo tiempo, la socavo. Entonces Rabí Akiva vio como un ángel del cielo que le fue enviado, y dijo: Si el agua pudo esculpir la roca, las palabras de la Torá por supuesto que podrán esculpir mi corazón. Enseguida decidió hacer como Rajel quiere, y le contestó que sí. Y se casaron en secreto.
Pero su padre, cuando escuchó de su hija que es cierto, no sólo que expulsó a Rabí Akiva de su casa, sino que también expulsó a su hija y la desheredó. Y ella, no sólo que no se arrepintió, sino que habiéndose casado en invierno, al pastor, ignorante y pobre, dormían en un pajar sin ninguna almohada, y la paja se mezclaba con sus hermosos cabellos. Por la mañana, él recogía la paja de entre sus cabellos y le decía: Si D’s quiere, cuando me enriquezca te haré una diadema 'Ierushalaim de Oro' para que la pongas sobre tu hermosa cabeza”.
Y en cuanto a Rabí Akiva mismo, esto es lo que escribió:
“Cuando nos allegamos a escribir la biografía de este maravilloso hombre, cuanto más profundizamos más nos maravillamos miles de veces, y también diciendo eso no llegamos ni a la mitad de las alabanzas de ese gigante. La Providencia que decretó que sea destruido nuestro Beit HaMikdash (El Templo) y sea quitado el honor de nuestra Casa de Vida nos proporcionó el remedio antes de la enfermedad, con la personalidad de Akiva Ben Iosef, para salvar el alma de la nación del exterminio. No fue bendecido por la Providencia con provenir de buena estirpe, ni riqueza ni tampoco sabiduría, porque era descendiente de conversos y un ignorante, pastor de ovejas, ya viejo. Pero por mérito de una gran y valiosa mujer su destino fue cambiado de un extremo al otro, y pasó a ser el dirigente de los sabios de esa generación, que colma de sabiduría a sus propios maestros, y muy rico, y al fin de sus días fue el director de toda su generación, y tuvo miles y decenas de miles de discípulos. Y de esa forma vemos cómo es que la Corona de la Torá es más grandiosa que la Corona del Sacerdocio y la Corona Real: La Corona del Sacerdocio le fue entregada por herencia a los descendientes de Aharón, la Corona Real fue heredada por la simiente de David, asique por lo menos su padre debe ser hijo de Israel. Pero la Corona de la Torá es herencia de toda persona que lo desee”
Y ustedes, los queridos miembros de Bney Akiva, fortalézcanse y vigorícense, estudien el honor que le deben a nuestro gran Rav, y continúen con su camino.


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