La guerra por Iesh”a y Migron
Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk declaró frente a Am Israel (el Pueblo de Israel) y todo el mundo: “Por Iehudáy Shomrón (Judea y Samaria) habrá una guerra”, “sobre nuestros cadáveres” (LeHiljot Tzibur, Pág. 214, Pág. 226).
Cuando le preguntaron cuál es su intención exactamente, si acaso se trata de una guerra civil, se negó a contestar. Más tarde, le explicó al Ramatka”l (Comandante en Jefe) que no es su intención una guerra civil, o una guerra entre los Mitnajalim (colonos) y el ejército, y así le escribió: “La dirección de nuestros sabios y fieles maestros es de una guerra entre Israel y las naciones del mundo. Espero que no tendremos que llegar a una guerra entre Am Israel y su gobierno en su debilidad”. Entonces, se trata de una guerra entre todo el pueblo y su gobierno. Y así le escribió al Ministro de Defensa: “Por Iehudá y el Shomrón habrá una guerra interna, y cuando todo el pueblo se rebele frente a ese gobierno, por supuesto que me encontraré con todo el pueblo, cuando se cumpla lo que El Eterno, D’s dijo para con Su pueblo y Su tierra, y no con el gobierno en su flaqueza. El gobierno es para el pueblo, y no el pueblo para el gobierno”.
Y también le explicó a sus discípulos que no se trata de una dirección operativa, sino que de una declamación con valor educativo: “Dije y escribí que por Iehudá y el Shomrón, Ierijo y el Golan, habrá una guerra y no se puede ni pensar a renunciar a ellos. Esa amenaza, esa declamación, ese acostumbramiento, esa educación, hay que repetirla una y otra vez, sin descanso, miles de veces, para arrancar de cuajo esa pudrición, esa enfermedad, esa debilidad. Estas tierras no le pertenecen a los gentiles y no las hemos robado de los gentiles, sino que gracias a D’s hemos crecido, hemos madurado y hemos vuelto a ellas. Por Iehudá, el Shomrón, el Golan e Ierijo habrá una guerra. Esa amenaza y esas palabras hay que repetirlas mañana y pasado sin descanso, expresando nuestra posición con firmeza y vigor. Hay que hacerle recordar al gobierno y a Am Israel que no se puede ni pensar, ni siquiera poner en duda alguna renuncia de algún trozo de nuestra tierra. No somos los dueños de esta tierra. Ella le pertenece a todo Am Israel.
Nosotros, los judíos que vivimos aquí, somos los representantes de todo Am Israel. No debemos traicionar sino que añadir firmeza y vigor de Santificación del Nombre de D’s” (grabación). Ese estilo es una forma de recalcar - de la forma más aguda - que se trata de un asunto terrible y espantoso.
Nuestro Rav nunca indicó en la práctica a nadie: Ve a hacer una guerra por Iehudá y el Shomrón.
Nuestro Rav nunca indicó en la práctica a nadie: Ve a hacer una guerra por Iehudá y el Shomrón.
Y en cuanto a Migron, tenemos una buena noticia: Hemos comprado la gran mayoría del terreno, y ahora no hay ninguna razón para destruir las casas y transferir los habitantes a un lugar alternativo. Es cierto que siempre nos perteneció, pero ahora ni siquiera hay ningún pretexto jurídico en contra nuestra. Por ello, seguramente que no se debe hacer algo terrible y espantoso, como transferir a los habitantes.
Reforcémonos y vigoricémonos por nuestra tierra y por las ciudades de D’s.
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