6/13/2012

Rav Shlomoh Aviner Shlit"a: Honrar Rabanim en el casamiento



Honrar Rabanim en el casamiento

Pregunta: ¿Acaso se debe honrar a los Rabanim (Rabinos) invitándolos al casamiento y bendiciendo bajo la jupa?
Respuesta: ¿Qué honor hay en eso?
Cuando yo era un niño pequeño me enseñaron a bendecir. Cuando venían huéspedes y veían que yo se bendecir, me honraba mucho. Pero un Rav sabe bendecir, ¿qué honra le haces cuando le pides que bendiga? Y eso sin mencionar que demoran demasiado entre las 7 bendiciones, y hay quienes dicen que es considerado algo incorrecto. En ciertas congregaciones acostumbran que el novio bendice todas las 7 bendiciones, sin pausas.
Una persona me dijo que quiere honrarme, y me pidió que bendiga. Le dije que yo no persigo la honra, y eso no me honra en nada. Entonces dijo que quiere que bendiga para honrarlo a él: ¡Ahora habla en serio! Quiere que llegue para honrarlo a él. Por supuesto, yo deseo honrar toda persona. Quizás no es lo mejor que él persigue el honor. Como es sabido, los Rabanim no juegan ping-pong todo el día, a penas tienen algo de tiempo. También tienen su familia. Parte de ellos, deben trabajar para procurarse su sustento. Entonces, ¿por qué tú los obligas a llegar a tu casamiento, y les desperdicias dos o tres horas para decir una bendición de medio minuto? Porque persigues la honra. Hay que sopesar cuidadosamente si conviene invitar Rabanim y hacerles perder mucho tiempo que les es muy preciado.
 Sobre todo cuando los casamientos comienzan siempre con retardo, por alguna razón que no está clara. Cuando yo me casé, dije que la jupa comenzará a determinada hora, y a esa hora empezó. Le encargué a un amigo que se tome un taxi y se presente diez minutos antes de la jupa en la casa del Gaón (genio del estudio de la Torá), el Rav Iejezkel Avramski – que organizó la jupa y el casamiento.
También le dije: Después de la jupa, tú estarás al lado del Rav, tomas otro taxi y lo devuelves a su casa. A otro amigo le dije: Cuando tú traigas al Rav Tzvi Iehudá Kuk, preséntate en su casa un cuarto de hora antes, y también lo devolverás a su casa. El Gaón, el Rav Shlomó Min HaHar prefirió llegar por sus propios medios, y llegó cinco minutos antes de la jupa. Justo a la hora indicada comenzamos la jupa y el casamiento. ¿Por qué hay que llegar tarde, y desperdiciarles el tiempo a las personas? Les dije a todos los invitados y amigos que la jupa será a la hora indicada. También mi esposa les dijo a todas sus amigas y a la familia que la jupa será a la hora indicada - y así fue.
Quizás ustedes digan: De todas formas, las personas están contentas en llegar.
Puede que así sea, pero los talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) no tienen tiempo.
Si tú invitas un talmid jajam a tu casamiento, debes procurarle un medio de locomoción ida y vuelta. Muchas veces me invitaron a casamientos, y después se olvidaron de mi regreso a casa. Tú tienes que preocuparte del Rav, para no desperdiciarle demasiado tiempo. Cuanto más lejos es el casamiento de la casa del Rav, así también se debe sopesar si es justificable que desperdicie tiempo en el que podría estudiar Torá. Si tú decides que así es, procúrale un medio de locomoción.
Tráelo a tiempo, y encárgale a alguien devolverlo después de la jupa. Muchas veces busco después del casamiento quién es el encargado de devolverme a casa, y cada uno me envía al otro. ¡Así no se hacen las cosas! Si tú invitas a tu Rav, procúrale un medio de locomoción normal. Hay quien invita a su Rav, y le encarga a otro Rav que lo devuelva: ¡Convirtió al Rav en chofer de taxi! Es cierto que ser chofer de taxi en Israel es algo maravilloso, porque cada 4 codos que se pasea por Eretz Israel (la Tierra de Israel) se hace meritorio del Olam HaBa (mundo venidero) (Ktuvot 111A), pero de todas formas no conviertas al Rav en chofer de taxi. Hay que tomar en cuenta todo eso. Hay que tener mucho cuidado con el tiempo de un talmid jajam.
Ocurrió una vez que el Gaón, el Rav Shimon Shkop estaba enfermo, y otros Rabanim donaron su estudio de la Torápara su cura. Un Rav donó media hora, otro un cuarto de hora, y el Jafetz Jaim donó un minuto. Le dijeron: ¡¿Eso es todo?! Contestó: Si. Ustedes no comprenden cuál es el valor del estudio de la Torá. Si lo supiesen, no se extrañarían.
El Gaón de Vilna hizo cuentas de cuantas mitzvot se cumplen con un minuto de estudio de la Tora. Cada segundo, se dice una palabra, sesenta palabras por minuto, y el estudio de la Torá es equivalente al cumplimiento de las 613mitzvot: 36,760 mitzvot de la Torá por minuto. Se puede agregar que según el Rebe de Satmer toda la Torá y el cumplimiento de las mitzvot  que un judío hace en Eretz Israel (la Tierra de Israel) son equivalentes a por lo menos el doble fuera de Eretz Israel (también escribió que los pecados son doblemente severos. Vaioel Moshé, Ishuv Eretz Israel 132:1). Por ello, según su cuenta, hay 73,520 mitzvot de la Torá en un minuto de estudio de la Torá en Eretz Israel. Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk citó al Jafetz Jaim: El cumplimiento de una mitzva en Eretz Israel es equivalente a veinte veces su cumplimiento fuera de Eretz Israel (Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Vaikra Pág. 265, LeNetivot Israel Alef Pág. 202, Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Talmud Torá Pág. 247). Por ello, según el Jafetz Jaim hay 735,200mitzvot de la Torá en un minuto de estudio de la Torá en Eretz Israel.
En el libro "HaShakdan" (segunda parte, Pág. 240) cuentan: Uno de los nietos le preguntó una vez al Gaón, el Rav Iosef Shalom Eliashiv ¿por qué no acostumbra como todos a quedarse despierto toda la noche de Shavuot, sino que se levanta como acostumbra a las dos de la mañana para estudiar? Le explicó que hizo cuentas, y con ese pequeño cambio de horas de sueño no ganará ningún tiempo de estudio, ¡e incluso le faltarán 15 minutos! Por esos valiosos minutos de estudio, prefiere ir a dormir al principio de la noche, como todos los días...
Quizás ustedes digan: ¿Pero está escrito en la Gmará (Ktuvot 17A) que se cesa de estudiar para traer a la novia a lajupa? No es así, lo que está escrito es que Rabí Iehudá Bar Ilai tomaba un ramillo de mirto y bailaba frente a la novia – no está escrito que desperdiciaba una hora en la ida, una hora en la vuelta y se quedaba una hora en el casamiento. La Gmará no dice que hay que desperdiciar dos horas. Y tampoco dijo que tiene que preocuparse de cómo ir y regresar. No se puede cargar todo eso a cuentas de la mitzva de alegrar al novio y la novia. Todas las mitzvot para con el prójimo hay que sopesar si pueden ser cumplidas por otra persona o no.
La regla: No se presiona a un talmid jajam. El Rav conoce todos los aspectos del asunto. Si él dice que no puede venir – entonces, no puede venir. No se debe volver a preguntar y presionar. No se debe molestar ni presionar ninguna persona, y sobre todo que no a un talmid jajam. En mi casamiento le entregué una invitación al Gaón, el Rav Natan Raanan y él no llegó. No se por qué, pero no le pregunté. Pero me envió una carta de bendición.
Se puede invitar a su Rav al casamiento, pero no es obligación invitar a todos los Rabanim de la ieshiva. Y también a su Rav se le debe invitar de forma tal que no le sea desagradable negarse: "Si el Rav vendrá, me alegraré mucho. Pero si está ocupado, no hay problema". Cuando tú le pides algo a alguien debes pedirlo de forma tal que no le sea desagradable negarse. No presiones. Sobre todo que no siendo tu Rav.
Hay formas más elevadas de honrar a su Rav, aparte de bendiciones en el casamiento. No es obligación que un discípulo marche por el camino de su Rav, puede dirigirse por otro camino. Pero si piensa que ese es el Rav que lo hizo crecer, debe encontrar los senderos para añadirle honor. El Rav Ioel Cohen – el "repetidor" del último Rebe de Lubabitch – admira a su Rav y desea añadirle honor. Por ello, él esparce su Torá, para que las personas lean y estudien. Eso es añadir honor. No se si él le besó la mano a su Rav - eso no le añade mucho honor. Pero él dedica toda su vida a enseñar la Torá de su Rav. Y también nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk es mi Rav. Por ello, edité sus charlas. De otra forma, las personas olvidarían lo que él dijo. Eso me llevó horas, días, meses, y me costó mucho dinero. Los cinco tomos de sus charlas a la Torá me costaron medio millón de shkalim. El dinero lo obtuve de los otros libros que publiqué y vendí. De esa forma esparcí su Torá según mis posibilidades. También todas las grabaciones de sus charlas junté durante años. Y de momento que aprendí de él, quise honrarlo esparciendo sus estudios. No le besé la mano. Un día, cuando estaba comiendo, se le cayó una migaja sobre sus pantalones. Yo intenté limpiarlo con mi mano, y él me dio un golpe. "¿Cómo te atreves?"...
Está escrito (Avot 6:9): "Ocurrió una vez que una persona le preguntó a Rabí Iosi Ben Kisma; ¿quieres vivir en nuestro lugar, y yo te daré un millón de Dinarim de oro?
Le contestó Rabí Iosi: Incluso si tú me das todo el dinero del mundo, sólo viviré en donde hay Torá". Todos los comentaristas preguntan: ¿Pero, ellos querían que él venga a enseñar Torá? Una vez se lo pregunté a nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk, y me contestó: Hay un cálculo personal, y hay un cálculo público, se debe sopesar y decidir. La decisión depende de la persona, y no se puede comparar una persona a otra. Hay un cálculo personal – la persona desea crecer en su conocimiento de la Torá, desarrollarse y avanzar. Y hay un cálculo público – qué se debe hacer por los demás, por la totalidad genérica. Ese cálculo es muy complejo, porque la persona tiene responsabilidad también para consigo mismo y también para con la generalidad del público, y puede que se resuelva de una forma u otra. No se trata de una resolución uniforme, para todo caso, muchas veces la resolución es personal. Es decir, Rabí Iosi Ben Kisma quería estudiar, y no tenía fuerzas para enseñar Torá. A veces, ser Rav implica bitul Torá (desperdicio de tiempo de estudio). El Gaón, el Rav Avraham Shapira lo llamó "bitul Torá honroso". Marean al Rav con todo tipo de preguntas que podrían solucionar solos, peleas entre cónyuges, etc. Un tercio del tiempo el Rav es una jardinera, un tercio es un trabajador social y otro tercio es consejero matrimonial. Rabí Iosi quería estudiar Torá. Hay un cálculo general, y hay un cálculo personal.
Pero en el libro "Kvod Jajamim" (Pág. 230-231) el Rav Tzvi Elimelej Kalish – discípulo del Admo"r de Monkatesh – lo explicó de otra forma: Las personas de ese lugar querían que Rabí Iosi sea un Rav "de cartón", una marioneta, y no un Rav que enseñe Torá día y noche. Ellos querían mostrar que tienen un Rav importante, que lo honran con bendiciones en los casamientos, y por ello él no consintió, y ciertamente no aceptó su proposición.
El que realmente ama a su Rav, honra a su Rav y quiere que sea honrado, debe romperse la cabeza pensando cómo honrarlo. No en forma superficial, sino que honrarlo auténticamente.




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