Un erudito musulmán llamado Al-Qurtuí ha dedicado toda una sección a confirmar y comprobar la profecía de Muhammad[1]:
“Basándonos en fuertes pruebas y argumentos rotundos, cuyas raíces son cuatro” (I‘lām, p. 261 y Ióbāt, p. 31).
En la primera sección de su obra, se dedica a confirmar la profecía de Mahoma a través de la Tawráh (Torah-التوراة, también conocida como el Tana”j). Este erudito se limita a demostrar y analizar algunos de los argumentos sacados del Tana”j (Biblia Hebrea) para comprobar la profecía de Mahoma.
La mayoría de los intérpretes musulmanes conservan una parte de sus obras de polémica para confirmar la profecía de Mahoma[2], extrayendo párrafos del Tana”j (Biblia judía) para rectificar su opinión. Incluso los mismos musulmanes, como Ahmed Ait Belaid, consideran que la mayoría de estos versos del Tana”j no coinciden mucho con el Tana”j que se tiene hoy en día, y otros no existen en él.
Como judíos, como verdadera Gente del Libro (Anshei-HaTorah- شعب التوراة), nos planteamos: ¿De dónde han sacado los musulmanes estas citas? ¿Realmente hubo otra copia del Tana”j que no nos ha llegado? Al-Qurtubī afirma que cuenta:
تم استخراج أخبار الأنبياء التي تنبأت بنبوءة محمد، صلى الله عليه وسلم، من كتبهم ونسخها النقلة دون إضافة أو نقص في شيء.
“Las noticias de los profetas anunciando la profecía de Mahoma, paz sea sobre él, se extrajeron de sus libros [Tana”j-Biblia Hebrea] y de las copias que hicieron los transmisores sin añadir ni quitar nada” [3].
Estas transmisiones, según Mahoma mismo, corresponden al pueblo judío. Según él, si existía alguna duda, los seguidores de la nueva fe tendrían que consultar al pueblo judío, como lo indica el mismo Corán (Sura 10:94). A su vez, esta racionalidad limitada de los apologistas musulmanes se debe al statu quo del nivel académico que poseía Mahoma, ya que, según la tradición, era el "profeta iletrado" y no sabía leer ni escribir. Es decir, Mahoma no pudo haber leído la Torah ni los evangelios (Al-Ingil) en su vida.
La tradición musulmana justifica el analfabetismo del "profeta" Mahoma, alegando que su revelación provenía de forma "divina" y que él no sabía que estaba predicando. En este caso, se dice que fue el arcángel Yibril (Gabriel) quien le transmitió el conocimiento, lo que se asemeja al relato cristiano de la Anunciación a María en el Evangelio de Lucas. En el Islam, se atribuye al mismo arcángel Yibril la revelación divina a este "profeta" (Sura 96).
Según el gran erudito Abu Amram Ibn Abd Allá (Maimónides o RaMBa”M), explica en Dalatat Al-Hajirin (Guía de los Perplejos / دلالة الحائرين):
ما [قلت] عن مبدئنا الأساسي ، حيث يجب أن نكون مستعدين وصقلت في الصفات الأخلاقية السليمة ، وقد وضعت [الحاخامات] : "إن النبوة فقط مع الرجل الحكيم وقوية وغنية" . وقد سبق هذا في التعليق على التكرار والعمل العظيم (الثانية التوراة) ، ونحن لم نعرف ان التوابع من الانبياء وتجهز القص.
“Lo que he dicho acerca de nuestro principio fundamental, según el cual es menester estar preparado y haberse perfeccionado en las cualidades morales racionales, lo han expresado los rabinos: 'La profecía solo reside en el hombre sabio, fuerte y rico' (Talmud Babli Masejet Shabat 22a; Nedarim 38a). Ya hemos expuesto esto en el comentario sobre el Sha”s (ver en Seder Zeraim) y en la gran obra (Ya”d Jazakah o Mishneh Torah), y hemos hecho conocer que los Talmide Nebiím (discípulos de los profetas) se ocupaban constantemente de la preparación.”
-Abu Amram Ibn Abd Allá, Dalatat Al-Hajiri, Vol II Cap. XXXII.
El Corán, sin embargo, dice lo contrario, ya que explica que según el ángel Yibril (Gabriel), Mahoma en realidad leyó el libro del Qurán (a pesar de que se dice que era analfabeto) en la Sura 96, que se considera la primera sura revelada, y de esta forma Mahoma se convierte en "profeta".
Respecto a esta postura, Abu Amram Ibn Abd Allá (موسى بن ميمون-Maimónides o el RaMBa”M) explica esta categoría de profecía de la siguiente manera:
الرأي الأول ، هو] [المعلن من جانب الشعوب الوثنية الذي رأى في النبوة ، ويدعم أيضا من قبل بعض الأشخاص الذين ينتمونإلى المبتذلة ديننا. الله [يقولون] ، واختيار واحد أريد من بين الرجال ، والنبي ويعطيك مهمة. بغض النظر ، كما يقولون ، أن هذاالرجل من الحكمة أو جاهل ، قديمة أو الشباب...
El primer punto de vista es el declarado por las sociedades paganas que creían en la profecía, y también es respaldado por algunas personas que pertenecen a nuestra religión. Afirman que Dios elige a un hombre de entre los hombres y le encomienda una misión como profeta. Aseguran que, sin importar si este hombre es sabio o ignorante, joven o viejo...
-Abu Amram Ibn Abd Allá, Dalatat Al-Hajiri, Vol II Cap. XXXII.
Bajo este sentido lógico, que nos indica claramente que ese profeta (Mahoma) está en la categoría de un AKu”M (Obde lilim u’mazalot- عبادة الأصنام والنجوم), así como el profeta descrito en nuestra Sagrada Torah (Sefer Devarim 18:18) alude a que no vendría a establecer una nueva religión, sino a reafirmar las palabras de la Torah y a prevenir al pueblo para que no la transgrediera, como dijo el último de los profetas: “Recordad la Torah de mi siervo Musa (Moshe- موشيه)” (Malaji 3:22)[4]. Con Mahoma fue todo lo contrario, ya que declaró que bajo la ley musulmana (Sharia) vino a derrocar toda ley anterior, incluyendo la misma Torah (jasve jalilah), lo que lo convierte no solo en un profeta pagano, sino que su revelación se considera falsa y no de fiar.
Notas.
[1] Ait Belaid Ahmed, Ióbāt nubuwwat Muammad, Dār al-kutub al-‘ilmiyyah, Beirut, 2004, pp. 151-244[2] Ver, por ejemplo: Ibn Yayà al-Magribī, as-Samaw’al (1175/570). Ifām al-Yahūd. (Muammad ‘Abdallāh aš-Šarqāwī, Ed.). Dār al-Hidāyah. 1986. Páginas 111 y siguientes.Ibn Idrīs, al-Qarāfī Amad. al-Aŷwibah al-fājirah ‘an al-as’ilah al-fāŷirah. Dār al-kutub al-‘ilmiyah. 1986.Ibn Qayyim al-Ŷawziyyah. Hidāyat al-ayārà fī aŷwibat al-yahūd wa an-naÑārà. (‘Alī pammūd, Ed.). al-Maktabah al-‘aÑriyyah. 2003. Páginas 50 y siguientes.al-Ŷa‘farī, Abū al-Baqā’. ar-rad ‘alà an-naÑārà. (Muammad Muammad pasānīn, Ed.). Dār at-tawfīq an-namuŸaŷiyyah. 1988. Páginas 95 y siguientes.al-Jazraŷī. Maqāmi‘ aÑ-Ñulbān. (‘Abd al-Maŷīd al-Šarfī, Ed.). STAG. 1975. Páginas 104 y siguientes.at-tarŷmān, ‘Abdallāh. tufat al-arīb fi ar-radd ‘alà ahl aÑ-Ñalīb. (aÓ-Óāhar al-Ma‘mūrī, Ed.). Dār bū salāmah li aÓ-Óibā‘ah wa an-našr wa at-tawzī‘. 1983. Páginas 73 y siguientes.az-Zuhayrī, Muammad. MujtaÑar tufat al-arīb fi ar-radd ‘alà ahl aÑ-Ñalīb. Manuscrito de la biblioteca de la mezquita an-nabawī de Medina (Arabia Saudí). Páginas 16 y siguientes.Ibn Yayà al-MutaÓabbib, NaÑr. an-naÑīa al-īmāniyyah fī faŸīat al-millah an-naÑrāniyyah. (Muammad ‘Abdallāh aš-Šarqāwī, Ed.). Dār aÑ-Ñawah li an-našr. 1986. Páginas 138 y siguientes.al-Hindī, Ramat allāh. Iàhār al-aqq. (‘Abdallāh Ibn Ibrāhīm al-AnÑārī, Ed.). al-maktabah al-‘aÑriyyah. [1980]. Volumen 2. Páginas 271 y siguientes.‘Abd al-Ŷabbār, al-QāŸī. TaÓbīt dalā’il an-nubuwwah. (‘Abd al-Karīm ‘UÓmān, Ed.). Dār al-‘arabiyyah li aÓ-Óibā‘ah wa an-naÑr wa at-tawzī‘. [s.a].Ibn Taymiyyah. al-Ŷawāb aÑ-Ñaī li man baddala dīn al-masī. maÓābi‘ al-maŷd at-tiŷāriyyah. [s.a]. Volumen 3. Páginas 117 y siguientes.pazm, Ibn. al-fiÑal fī al-milal wa al-ahwā’ wa an-nial. Dār al-fikr li aÓ-Óibā‘ah wa an-naÑr wa at-tawzī‘. 1980. Volumen 4. Páginas 21 y siguientes.[3] Ver al-I‘lām, p. 263 y IÓbāt, p. 32.[4] RaMBa”M, Ya”d Jazaka, Sefer haMada, 9:2.
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