6/03/2011

La Torah Oral precede a la Mikra’: La Torah que nunca será de los mesiánicos y nazarenos.

La Torah Oral precede a la Mikra’:
La Torah que nunca será de los mesiánicos y nazarenos.







Desde que la Mikr’a (Escritura), palabra de Di”s, sirvió de norma para Israel, no dejó de ser leída, comentada y actualizada con vistas a la practica. En la época del Beit Shení (Segundo Templo) existe ya todo un conjunto de interpretaciones que se sitúan en dos grandes categorías.


I. La actualización que justifica o sostiene la Halajah, es decir, la enseñanza autorizada en materia jurídica, de comportamiento.

II. La actualización que ilumina ha Hagada, es decir, la enseñanza científica, homiletíca, encargada de sostener la fe y la esperanza del pueblo.

La Mikrá es objeto de una investigación (midrash), cuya intensidad no se comprende más que si Di”s, en realidad, al que se intenta encontrar en Su palabra.

Los perushim (Explicadores de la Torah; o fariseos) llevan a cabo esta actividad, la propagan en el pueblo y sostienen en la liturgia sinagogal. Para estos antiguos perushim, la exegesis, el midrash, tanto si es de la halajah como si es de la hagada, forma parte de la Torah Oral. La reorganización de la Torah Oral, que se traduce ante todo por la redacción del Sha”s (Mishnah), como hemos visto en http://www.orajhaemet.org/2011/05/la-torah-oral-es-coherente.htm llleva también consigo una formación más o menos sistemática de colección exegéticas. Las más o menos sistemática de colecciones y tradiciones más antiguas que recogen se distinguen por su laconismo, su estilo alusivo y otros rasgos de su oralidad que descataremos en otro ensayo. Las colecciones más recientes, que se formaron en Erretz Israel en los siglos VII y VIII de la Era Vulgar, transmiten también sin duda tradiciones antiguas y algunas formulaciones rigorosas que dan testimonio de su oralidad, pero remodulan así por escrito, en un estilo que es ya un estilo escrito, el dato inmemorial que actualizan.

El texto que vamos a estudiar ahora está sacado del Midrash Tanjuma, en la versión normal. La redacción es tardía, escrita a partir de materiales antiguos. No respeta exactamente los nombres de los rabanim. Da, sin distinguir lo nuevo de lo antiguo, las actualizaciones exegéticas que le parecen importantes. 

La formulación tardía tiene la ventaja de poner al día algunos presupuestos fundamentales, de lo que vivían las generaciones anteriores, sin duda sin tener necesidad de explicarlos.

Y el Eterno dijo a Mosheh: “Escribe estas palabras” (Shemot 34:27)…: es lo que dijo la Escritura: “Si Yo le hubiera escrito la multitud de las enseñanzas de Mi Torah, ¿no sería ella considerada como extranjera?” (Hoshea 8:12)

Rabí Yehudah bar-Salom dice: “Cuando el HaKadosh Baruj Hú (Santo Bendito Sea), dijo a Mosheh: “Escribe…”, Mosheh pidió que también la Mishna fuera puesta por escrito. Pero el HaKadosh Baruj Hú, preveía que las naciones del mundo traducirían la Torah, la leerían en griego y dirían: “Nosotros somos Israel”. 

Y en efecto, hasta ahora, la cosa está en suspenso.

El HaKadosh Baruj Hú, dijo a las naciones: “Decís que sois hijos míos; no sé nada. En realidad, los depositarios de Mis misterios, ésos son mis hijos”.

¿De que se trata? Se trata de la Mishnah, que fue dada oralmente y todo esto te pertenece sacarlo (de la Escritura) por interpretación”

Rabí Yehuda bar-Salom dice: “El HaKadosh Baruj Hú, dijo a Mosheh: “¿Qué pides? ¿Qué la Mishnah sea puesta por escrito?. Pero ¿qué es lo que distinguirá entonces a Israel de las naciones? Como está dicho: “Si le hubiera escrito la multitud de las enseñanzas de Mi Torah, entonces ciertamente ella sería considerada como extranjera” (Hoshea 8:12). Así, pues, dales la Mikra (Escritura) por escrito y la Mishnah por transmisión oral”.

Midrash Tanjuma, Ki-Tisa Sefer Shemot / Ex 34:27

(Edición Eshkol. 429-430).
El Midrash, homilético, explica el sentido de los versículos-clave de la Escritura según el orden de las perícopas que se leen los shabatot (Sábados) y los días de fiesta en el Beit K’neset (Sinagoga). 

Al llegar a Sefer Shemot 34:27, la explicación comienza con una ‘apertura’ que abre el sentido de las frase “Escribe estas palabras”. La apertura se hace recurriendo a Hoshea 8:12 que, escuchando con atención, sugiere algo distinto de lo que se percibe espontáneamente.

Leído espontáneamente, el pasuk dice más bien esto: 

“Aunque escribí para él tantas cosas de Mi Torah las considera palabras de un extraño”

אכתוב- (אֶכְתָּב-) לוֹ רבו (רֻבֵּי) תּוֹרָתִי  כְּמוֹ-זָר נֶחְשָׁבוּ.

הושע ח
(Traducción de Moisés Katznelsón, La Biblia, Hebreo-Español, Editorial Sinai, Tel Aviv, Israel, 1996, Vol II, p. 925.)
El Eterno se queja de que Su Torah, aunque ampliamente divulgada por escrito, sigue siendo extraña entre algunas personas de Israel. El imperfecto del verbo hebreo, en vez de significar “aunque yo he escrito”, puede decir también: “si yo escribiera, si hubiera escrito”. Tenemos entonces la interpretación que hemos dado en el texto citado por extenso. 


Oído y entendido de este modo, Hoshea abre el sentido de Shemot 34:27: “Escribe estas palabras”. Las palabras que se escriben, la Torah Escrita, no son más que una parte, la parte menor, del conjunto de palabras que se han dicho.


En otra parte de estos estudios denominados ‘La Torah de los Perushim’ volveremos a encontrarnos con los caracteres manifiestos de la oralidad de la Torah Oral. Aquí tenemos uno de ellos, en la manea como exégesis rabínica valora la entonación en la lectura y en la audición de un pasuk.


Pero lo que aquí nos interesa es la ciencia de la oralidad. La escena descrita en nombre de Rabí Yehuda bar-Salom pone de manifiesto una afirmación capital: al comienzo, todas las palabras se dijeron oralmente; fue luego, en una segunda etapa, cuando parte de esas palabras, la Mikra’ (la Escritura), fue puesta por escrito. Así, la Torah Oral precede cronológicamente a la Torah Escrita. 


Con toda claridad, la anterioridad cronológica se deriva de una anterioridad ontológica: lo que asegura la especificidad del Pacto de Di”s con los Bene Israel es la Torah Oral. Lo que está escrito no puede ser más que secundario y posterior. Esta relativización no puede evidentemente suponer ninguna desvalorización de la Torah Escrita. Esta se ordena a la Torah Oral y depende de ella. Pero no está subordinada a ella. 


La apertura, cuyo desarrollo se atribuye a Rabí Yehuda bar-Salom, en esta época (a finales del siglo IV de la Era Vulgar), se reacciono por medio de este texto contra los cristianos, que se apropiaron del Tana”j haciendo una traducción al griego (la Vulgata Latina) y se consideraban como el Nuevo Israel, e incluso como el único verdadero “Israel”, por esta razón los neo-cristianos (natzratim, mesiánicos y mormones) creen tener una cierta posesión del Tana”j repudiando sistemáticamente a la Torah Oral, para justificar como hicieron los cristianos del siglo IV de la Era Vulgar. 

Esta polémica con el natzrut (cristianismo o nazarenismo), impulso a los jajamim a manifestar el valor de la oralidad de la Torah. Se afirma con coherencia que la anterioridad cronológica de la Torah es la condición de su prioridad ontológica. 

En el Talmud Yerushalmí, es un párrafo de redacción anterior al Midrash Tanjuma, nos va a ofrecer una indicación importante:
ר' חגי אמר בשם ר' שמואל בר נחמן נאמרו דברים בפה ונאמרו דברים שבכתב ואין אנו יודעין איזה מהן חביב אלא מן מה דכתיב (שמות לד) כי על פי הדברים האלה כרתי אתך ברית ואת ישראל הדא אמרה אותן שבפה חביבין
מסכת פיאה פרק ב
R’ Jagay en nombre de R’ Shmuel bar-Najman: “Unas palabras se dijeron oralmente y otras se dijeron por escrito. No sabríamos cuáles hay que preferir si no se hubiera escrito: ‘Porque es por la boca de estas palabras como He establecido contigo y con Israel Mi alianza’ (Shemot 34:27). Así se entiende que las palabras orales son preferibles”.
Talmud Yerushalmí, Masejet Pea 17ª.

Esta formulación es atrevida. Podría hacer creer que la Escritura goza de un estatuto inferior al de la tradición. No es así, como he dicho anteriormente. Lo que está en juego es la coherencia de la Torah y la posibilidad de actualizarla o, por así decirlo, de “hacerla funcionar” en la vida pública; mientras que los postulados anti-Torah Oral de los nazarenos su función es la de ser disfuncional la vida judía para enfocarla a la herejía y a la idolatría al mamzer (bastardo) de Natzrat. Para la Torah Oral, llevada por el pueblo de Israel, pueda tener la última palabra, conviene que tenga también la primera.

La necesidad práctica y científica, sostenida por la inspiración de Di”s, lleva a afirmar con toda seguridad que la Torah Oral es anterior a la Torah Escrita, que la oralidad precede la escrituralidad. Esta convicción de la tradición de Israel (Kabalat Israel) tiene sin duda alguna la ventaja de estar en conformidad con la realidad. Es perfectamente normal que, independientemente de toda inspiración y de todo razonamiento, lo oral preceda a lo escrito.

Acabamos de ver en el Talmud Yerushalmí que la preferencia se da a la Torah Oral, puesto que, en virtud de ella, es como se había concluido la alianza. Más adelante volveremos sobre este punto propósito del poder que ejerce la exégesis, como Torah Oral, frente a la Escritura para interpretarla y cumplirla. Notemos que aquí se afirma la preferencia, por así decirlo, de forma absoluta, anterior a toda consecuencia práctica para la vida publica de Am-Israel, en la línea de la elección, es decir, de una preferencia inspirada por el amor. Es la Torah Oral la que permite a Di”s reconocer a Sus hijos que conocen Sus misterios. En una versión paralela del Midrash Tanjuma (versión corriente), encontramos en líneas siguientes a uno de los textos tratados en el texto 2, el cual dice:
‘Y el Eterno dijo a Mosheh: “Escribe para ti estas palabras” (Shemot 34:12). Es lo que dice la Mikrá: “Si le hubiera escrito la multitud de las enseñanzas de Mi Torah, ¿no sería ella considerada como extranjera? (Hoshea 8:12). Cuando el Santo Bendito Sea, llegó a dar la Torah, se la dio a Mosheh por este orden: La Mikr’a (Escritura: Torah, Nevi’im, y Ketubim), la Mishnah, la Hagada y el Talmud, como está dicho: “Y Di”s pronunció todas estas palabras”. Incluso lo que pediría un discípulo diligente a su maestro, el Santo Bendito Sea, le dijo: “Ve, enséñasela a Mis hijos”. Mosheh le dijo: “Maestro del universo, ¡escríbela para tus hijos! Él le dijo: “Me gustaría dársela por escrito, pero es evidente ante mi rostro que las naciones del mundo tendrán dominio sobre ellos y que se la cogeran y que Mis hijos serán como las naciones del mundo. Así, pues, la Escritura dásela por escrito, y la Mishnah, la Hagada y el Talmud oralmente”. Y el Eterno dijo a Mosheh: “Escribe para ti –es la Mikr’a-; porque por la boca de –es la Mishnah y el Talmud que establecen la separación entre Israel y las naciones.

Midrash Tanjuma, Buber, Ki-Tisa, sobre Shemt 34:27
(Edición. Eshkol, 116)
Esta versión, tardía respecto a la del Midrash Tanjuma corriente, acentúa la polémica y emplea aquí la palabra clave de “separación”, la palabra que caracteriza a la situación de Israel ante las naciones, de Israel y el cristianismo y el Islam. Así, la oralidad no sólo se le ordena a Israel para que se distinga de los demás pueblos, sino que la Torah, por ser oral, asegura la identidad misma de Israel por la separación que le es propia; una separación que los “judíos” mesiánicos y natzratim que tratan de desgradar dicha identidad, y el legado que nos ha dado HaShem a Sus hijos, para generar Tuma (impureza), oscuridad por medio del mensaje anti-Tora Oral. Por eso la Torah, sobre todo la Torah Oral, es la Torah de Israel, del pueblo separado de las naciones. En principio, está prohibido enseñar la Torah, sobre todo la Torah Oral, a los no judíos. Por eso los mesiánicos y natzratim tratan de enseñar una pseudo-Torah que busque justificar la idolatría conceptual en el bastardo de Nazaret para así llegar a ser: 
a) Degradar la importancia de la Tora Oral, para

b) degradar la separación entre yahadut (judaísmo) con natzrut (nazarenismo o cristianismo) con el objetivo de

c) alcanzar cierta legitimidad ante autoridades judías, con el fin de

d) impulsar el mensaje del bastardo de Yesh”u entre el pueblo judío, bajo la convicción de hacer esto lleve a estos meshugoim a
e) ser el “Nuevo Israel”.

Por eso nuestras escrituras el Eterno les responde a los charlatanes mesiánicos y nazarenos (natzratim, netzarim, notzrim) de la siguiente manera:

“…Pero el HaKadosh Baruj Hú, preveía que las naciones del mundo traducirían la Torah, la leerían en griego y dirían: “Nosotros somos Israel”… El HaKadosh Baruj Hú, dijo a las naciones: “Decís que sois hijos míos; no sé nada. En realidad, los depositarios de Mis misterios, ésos son mis hijos”.

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