Pregunte a un cristiano/misionero (o como se llame): ¿Para qué fue necesario que viniera tu mesías por primera vez? La respuesta que le de significará la expresión verbal del gnosticismo al que ellos le deben su origen. Le explicamos:
Los gnósticos entendían el mundo como aquella creación hecha por un dios llamado demiurgo.
Demiurgo se caracterizaba por se torpe, inepto, perverso e ignorante; que sólo puede hacer avanzar a su creación a través del ensayo y el error. Crea y destruye, crea y cambia, crea y tiene Plan A, plan B, etc.
Los cristianos (inclúyase misioneros) también conservan en el ADN de sus creencias ésta fidelidad a sus orígenes gnósticos. Para ellos, el D-s del Tanaj (a quien descaradamente adjudican la personalidad de Demiurgo) tuvo la mala suerte e ineptitud de fallar en su plan con Israel y mediante ése tosco ensayo se dio cuenta que todo merecía un "Plan B", así, adueñándose de una figura mesiánica en la persona de Yeshu, creyeron encontrar una nueva creación, un nuevo orden de cosas.
El discurso del gnóstico Saulo de Tarso es fiel a esta cosmovisión gnóstica:
"De modo que si alguno está en Kristos, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas (renovadas)" (2 Cor. 5:17).
Casi toda su carta a los Hebreos la dedica a ésto, a tratar de seducir a los judíos hacia un gnosticismo disfrazado de Tanaj: nuevo pacto, renovación del pacto, nuevo sacerdocio, ley como sombras de lo nuevo, etc.
Los misioneros imitadores de este brujo charlatán, ahora hacen lo mismo tratando de borrar los límites y de tomar cosas cabalísticas y de jasidut para mal-disfrazar su neo cristianismo arriano hebraizado y continuando con el avance de la vieja cábala cristiana, pervertir a cuantas almas no puedan; hablan del "jasidut de shaul", charlatanes que saben que su invento jorobado y amorfo es fácilmente desenmascarado.
Saulo de Tarso pensaba que el D-s de los judíos era como un Demiurgo, un ser imperfecto que a través de su "avongelio" estaba comenzando a hacer cosas nuevas, una restauración mística de todas las fuerzas a través de la Nueva Creación. Para él y los suyos, la Torah no es perfecta, no puedo hacer ni mejorar nada, era un error que necesitaba una remanufacturación. Es por eso que los cristianos a su compendio de libros lo llaman "Nuevo Testamento" y los misioneros los renombran como "Pacto Renovado/Código Real" o "KeTeR".
Uno de los fundamentos de la fe cristiana (y de su extensión, la fe nazarena) es que Yeshu TUVO que venir a enseñar de verdad como era que debía vivirse la Torah. Para los misioneros, el D-s del Tanaj (rabioso y con sus planes fallidos) tuvo que idear un plan B para poder restaurar las cosas a su sentido original, ¿cómo? a través de la nueva creación -ellos mismos- (¡vaya ego!). Ellos se creen los restaurados, las ramas injertadas, los nuevos Israel, los que verdaderamente saben cómo se debe vivir la Torah, los que comprenden todo y le dan un sentido ético a la Torah que no existía antes.
¡Qué gran CONTRADICCIÓN respecto a la Torah! porque lejos de todo ese ideal tonto de renovación, de una nueva creación, de un modo diferente de cómo D-s se ve obligado a obrar ("por la desobediencia judía" según afirman), existe desde que fue dada, una advertencia en la Torah (Dvarim 30:11-12):
כִּי הַמִּצְוָה הַזֹּאת, אֲשֶׁר אָנֹכִי מְצַוְּךָ הַיּוֹם--לֹא-נִפְלֵאת הִוא מִמְּךָ, וְלֹא רְחֹקָה הִוא
לֹא בַשָּׁמַיִם, הִוא: לֵאמֹר, מִי יַעֲלֶה-לָּנוּ הַשָּׁמַיְמָה וְיִקָּחֶהָ לָּנוּ, וְיַשְׁמִעֵנוּ אֹתָהּ, וְנַעֲשֶׂנָּה
"Porque esta mitzvá que te mando no es difícil para tí, ni está lejana. No está en los cielos para que digas: '¿quién subirá a los cielos y nos la traerá, y nos hará oirla (comprender) para que la hagamos?'.'"
Nosotros no necesitamos de ése demiurgo torpe e inepto que se equivoca, y que los misioneros han disfrazado como D-s del Tanaj. No necesitamos de ningún mesías falso bajado del cielo que supuestamente venga a enseñarnos como es que se debe vivir la Torah, no necesitamos de una mafia de mentirosos que venga a decirnos que nuestra Torah necesita reforma o una nueva (o renovada) forma de vivirse.
La Torah nos lo advirtió! NO ESTÁ EN LOS CIELOS PARA QUE DIGAS "QUIÉN SUBIRÁ Y NOS LA TRAERÁ... PARA QUE LA HAGAMOS"
Lo que los cristianos predican es un mito gnóstico de renovación, de un ídolo, dios de los errores, de ensayos fallidos y "nuevas creaciones."
No lo creímos hace dos mil años, no lo creeremos ahora, por mucho que se esfuercen en tratar de hebraizarlo y de disfrazarlo.
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