Dura Europos, Moses and the Burning Bush, 244 |
תהילים טזא מִכְתָּם לְדָוִד שָׁמְרֵנִי אֵל כִּי-חָסִיתִי בָךְ. ב אָמַרְתְּ לַה אֲדֹנָי אָתָּה טוֹבָתִי בַּל-עָלֶיךָ. ג לִקְדוֹשִׁים אֲשֶׁר-בָּאָרֶץ הֵמָּה וְאַדִּירֵי כָּל-חֶפְצִי-בָם. ד יִרְבּוּ עַצְּבוֹתָם אַחֵר מָהָרוּבַּל-אַסִּיךְ נִסְכֵּיהֶם מִדָּם וּבַל-אֶשָּׂא אֶת-שְׁמוֹתָם עַל-שְׂפָתָי. ה ה מְנָת-חֶלְקִי וְכוֹסִי אַתָּה תּוֹמִיךְ גּוֹרָלִי. ו חֲבָלִים נָפְלוּ-לִי בַּנְּעִמִים אַף-נַחֲלָת שָׁפְרָה עָלָי. ז אֲבָרֵךְ אֶת-ה אֲשֶׁר יְעָצָנִי אַף-לֵילוֹת יִסְּרוּנִי כִלְיוֹתָי. ח שִׁוִּיתִי ה ְנֶגְדִּי תָמִיד כִּי מִימִינִי בַּל-אֶמּוֹט. ט לָכֵן שָׂמַח לִבִּי וַיָּגֶל כְּבוֹדִי אַף-בְּשָׂרִי יִשְׁכֹּן לָבֶטַח.י כִּי לֹא-תַעֲזֹב נַפְשִׁי לִשְׁאוֹל לֹא-תִתֵּן חֲסִידְךָ לִרְאוֹת שָׁחַת. יא תּוֹדִיעֵנִי אֹרַח חַיִּיםשֹׂבַע שְׂמָחוֹת אֶת-פָּנֶיךָ נְעִמוֹת בִּימִינְךָ נֶצַח.
1. Salmo precioso de David. Guárdame, oh EL (Di-s), porque en Ti he confiado. 2. Oh alma mía, dijiste a el Eterno: Tú eres mi Soberano; no hay para mí bien fuera de ti. 3. Hazlo por los consagrados que están en la tierra, y por los íntegros es toda mi complacencia. 4. Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven diligentemente a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres. 5. El Eterno es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentarás mi suerte. 6. Porciones cayeron para mí en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad que me ha tocado. 7. Bendeciré al Eterno que me aconsejó; aun en las noches me enseña mi conciencia. 8. Al Eterno –he puesto siempre delante mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. 9. Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma; mi carne también reposará confiadamente. 10. Porque Tú no abandonarás mi alma en el sepulcro, ni consentirás que Tu piadoso vea el abismo. 11. Me mostrarás la senda de la vida –oraj jayim-; en Tu presencia hay plenitud de alegrías; delicias a tu diestra para siempre.
Note que éste es otro Salmo de David (ver, pasuk 1). Expresa la creencia de David que Di"s está teniendo cuidado con él. Adicionalmente, el verso 10 dice "Porque Tú no abandonarás mi alma en el sepulcro, ni consentirás que Tu piadoso vea el abismo". Yo no veo nada sobre la corrupción en la tumba.
También dice que (pasuk 11) "Me mostrarás la senda de la vida –oraj jayim-; en Tu presencia hay plenitud de alegrías; delicias a tu diestra para siempre”. Para David (un judío) es la Torah. Se conoce a Di-s por la Torah , y si Yesh”u fuera que quién los cristianos/mesiánicos reclaman que sea él, también él sabría y no tendría necesidad de enseñar que él es “camino de vida”, como lo enseña Juan de Asia.
En Lucas 24:1-12 el antes ángel y después joven es ahora "dos hombres", y que ya no mandan ir hacia Galil dado que, según se dice más adelante, en Lucas 24:13-15, Yesh”u resucitado acudió al encuentro de los discípulos en Emaús; las tres mujeres se han convertido ahora en una pequeña multitud; y Pedro visita el sepulcro personalmente.
Según Juan 20:1-18, ahora son dos y no uno o ninguno los discípulos que acuden al sepulcro, pero una sola mujer, que ya no va a ungir el cuerpo de Yesh”u; en su alucinante metamorfosis, el ángel/joven/dos hombres se ha convertido en "dos ángeles", que pronuncian palabras diferentes a sus antecesores en el papel y que, como en Lucas, tampoco ordenan ir a ninguna parte dado que Yesh”u no espera a Galil o Emaús para aparecerse y lo hace allí mismo, junto a su propia tumba.
Si resumimos la escena tal como la atestiguan los cuatro evangelistas inspirados por el “Espíritu Santo” obtendremos el siguiente cuadro: en Mt. las mujeres van a ver el sepulcro, se produce un terremoto, baja un ángel del cielo, remueve la piedra de la entrada de la tumba y se sienta en ella, y deja a los guardias "como muertos". En Mr. las mujeres (que ya no son sólo las dos Maríams, puesto que se suma la hermana de Yeshúa: Shlomith) van a ungir el cuerpo de Yesh”u, no hay terremoto, la piedra de la entrada de la tumba ya está quitada, un joven está dentro del sepulcro sentado a la derecha, y los guardias se han esfumado. En Lc., la mujeres, que siguen llevando ungüentos, son las dos Maríams, Yojanah, que sustituye a Shlomith, y "las demás que estaban con ellas", tampoco hay terremoto ni guardias, se les presentan dos hombres, aparentemente procedentes del exterior del sepulcro, se les anuncia que Yesh”u se les aparecerá en Emaús y no en Galilea, tal como se dice en los dos textos anteriores, y Pedro da fe del hecho “milagroso”.
No menos esclarecedora resulta la duda que expresó Yojanan bar-Zejaryoh (Juan el Bautista) en Mateo11:2-3; esta actitud de Yojanan Bar-Zejaryoh sin embargo, se contradice radical y absolutamente con la escena que supuestamente había protagonizado él mismo, poco tiempo antes, al sumergir a Yesh”u en las aguas del Yarden (Mt3:16-17). ¿Cómo podía dudar de la “divinidad” y del papel mesiánico de Yesh”u alguien que había visto al "Espíritu" y oído la voz del Padre confirmando tales aspectos? A más datos, los párrafos de Mt3:16-17, Mc1:9-11,Lc 3:21-22,Jn1:26-34, evidencian que Yojanan HaMatbil conocía perfectamente la personalidad “divina” de Yesh”u. La certeza de Yojanan Ben-Zejaryoh el, según los evangelios inspirados, era rotunda y previa a su encarcelamiento por Herodes, ¿cómo, entonces, un hombre piadoso como Yojanan podía siquiera pensar en "esperar a otro" si ya sabía que el “Mesías” era Yesh”u? ¿En verdad crees que él sea el Mesías?