Rabí Yehuda Halevi fue un poeta y filósofo sefaradi. Hoy en día se lo considera uno de los más grandes poetas hebreos de todos los tiempos, y su poesía litúrgica aparece en varios ritos de oración. Tenía una educación integral, que incluía asignaturas tanto seculares como de Toráh. Muchos opinan que era un alumno directo del Rif. También se desempeñó como médico de la corte del rey de Castilla, y debido a un patrón entusiasta, fue bien recibido en amplios círculos. Fue especialmente cercano al andalusí Ibn Ezra, quien lo cita varias veces en sus comentarios. Su obra filosófica, el Kuzari, es una de las grandes obras maestras de la filosofía judía. Sintió un fuerte anhelo por la Tierra de Israel hacia el final de su vida, lo que lo llevó a viajar primero a Egipto, donde se quedó un rato y luego a bordo de un barco a Israel.
El Kuzari, completada alrededor del año 1140. Originalmente escrita en árabe, se tradujo al hebreo y se considera como una de las obras apologéticas más importantes de la filosofía judía medieval. Rabí Yehuda Halevi describe a los adherentes de la fe de Yeshu de la siguiente manera:
קאל אלחבר, אן אלמלל אלאמואת אלתי ראמת אן תתשבה באלמלה אלחיה לם תקדר עלי אכתׄר מן אלתשביה אלטׄאהר אקאמת ביותא ללה פלם יטׄהר ללה פיהא אתׄר, תזהדת ותנסכת ליטׄהר עליהא אלוחי פלם יטׄהר, פפסקת ועצת וטגׄת פלם ינזל בהא נאר סמאויה ולא ובא פגאה ליחקק אנה עקאב מן אללה עלי דׄלך אלעציאן, אציב קלבהם אעני דׄלך אלבית אלדׄי יסתקבלונה פלם תתגׄיר חאלהם, ואנמא תתגׄיר חאלהם בחסב כתׄרתהם וקלתהם וקותהם וצׄעפהם ואכׄתלאפהם ואיתלאפהם עלי טריק אלטביעה ואלאתפאק. ונחן מתי אציב קלבנא אלדׄי הו בית אלמקדס פקד תלפנא, אלדׄי אדׄא גבר פקד גברנא כנא פי קלה או פי כתׄרה ועלי אי חאל אתפק, לאן מולפנא אלאלאה אלחי, והו מאלכנא ומאסכנא פי הדׄה אלחאל עלי מא נחן עליה מן אלפרק ואלתשתת.
“Las naciones idólatras muertas que quisieron parecerse a la Nación viviente no pudieron conseguir más que la semejanza exterior. Edificaron templos a Di-s, pero jamás se mostraron en ellas señales divinas. Se santificaron y se hicieron nazarenos para que se les manifestase la profecía, pero no se les manifestó. Pecaron, irritaron a Di-s y se revelaron, y no descendió sobre ellos fuego de los cielos ni alguna suerte de mortandad repentina que les mostrase de manera evidente que era castigo de Di-s. Por esta razón se infectó su corazón, esto es, la casa de su devoción, y por eso es, según su concordia o discordia. Más nosotros (el pueblo judío), a pesar de haberse infectado nuestro corazón, que es la casa de nuestro santuario, hemos muerto, pero cuando sane nuestra corazón, sanaremos, seamos muchos o pocos, pues nuestro Gobernador, el Rey que domina sobre nosotros y nos mantiene en el presente estado de diáspora y cautiverio, es el Di-s vivo”.
-Yehudah HaLevy, HaKuzary, Discurso 2, 32.
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