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1/03/2021

Marcos 16:1b-8: La farsa de la resurrección de Yeshu; Yeshu ahorcado tal como se estipula en Deuteronomio 21:22-23.

BS"D


En el Codex Sinaiticus folio 227b y 228a se lee la sección del Evangelio de Marcos 16:1b-8:

[1] η δε μαρια η μαγδαληνη και μαρια η ϊακωβου· και ϲαλωμη ηγοραϲαν αρωματα ϊνα ελθουϲαι αλιψωϲιν αυτον: [2] και λιαν πρωϊ · τη μια των ϲαββατω ερχονται επι το μνημα ανατιλατοϲ του ηλιου · [3] και ελεγον προϲ εαυταϲ τιϲ αποκυλιϲει ημιν τον λιθον εκ τηϲ θυραϲ του μνημειου · [4] και αναβλεψαϲαι θεωρουϲιν ανακεκυλιϲμενο τον λιθον · ην γαρ μεγαϲ ϲφοδρα [5] και ειϲελθουϲαι ειϲ το μνημειον · ειδον νεανιϲκον καθημενον εν τοιϲ δεξιοιϲ περιβεβλημενον ϲτολην λευκην · και εξεθαμβηθηϲαν · [6] ο δε λεγει αυταιϲ μη εκθαμβειϲθε · ϊηϲουν ζητειτε τον εϲταυρωμενον ηγερθη ουκ εϲτιν ωδε ιδε ο τοποϲ οπου εθηκαν αυτον [7] αλλα υπαγετε ειπατε τοιϲ μαθηταιϲ αυτου και τω πετρω · οτι προαγει υμαϲ ειϲ την γαλειλαιαν · εκει αυτον οψεϲθε καθωϲ ειπεν υμιν ·[8] και εξελθουϲαι εφυγον απο του μνημειου · ειχεν γαρ αυταϲ τρομοϲ και εκϲταϲιϲ · και ουδενι ουδεν ειπον εφοβουντο γαρ.

[1] ...Maria i’Magdalini y Maria [la madre de] i’Ïakovou, y Salomí compraron especias aromáticas para venir a ungirlo. 

[2] Y muy de mañana, el primero de la semana, llegaron al sepulcro, habiendo salido el sol.

[3] Y decían entre sí: ¿Quién nos removerá la piedra de la puerta del sepulcro?

[4] Y mirando hacia arriba, ven que la piedra había sido quitada; porque fue muy bueno.

[5] Y entraron en el sepulcro y vieron a un joven (neaniskon), sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca; y estaban asombrados.

[6] Pero él les dice: No se asombren. A Ïsoun (ϊηϲουν) del que buscáis (Zēteite) [no aparece la palabra: Ναζαρηνὸν / de Nazarénon] que fue colgado (ἐσταυρωμένον); ha resucitado, no está aquí: mirad el lugar donde lo pusieron.

[7] Pero vayan y digan a sus discípulos, especialmente a Petro’, que él va delante de ustedes a Galeilaian; allí lo verán, como él les dijo.

[8] Y saliendo huyeron del sepulcro; porque el temblor y el asombro se apoderaron de ellos; y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Evangelion

 según Markón.


[ΕΝ ΤΙΣΙ ΜΕΝ ΤΩΝ ΑΝΤΙΓΡΑΦΩΝ, ΕΩΣ ΩΔΕ ΠΛΗΡΟΥΤΑΙ Ο ΕΥΑΓΓΕΛΙΣΤΗΣ· ΕΩΣ ΟΥ ΚΑΙ ΕΥΣΕΒΙΟΣ Ο ΠΑΜΦΙΛΟΥ ΕΚΑΝΟΝΙΣΕΝ·]

[En el Codex Sinaiticus termina aquí el evangelista, hasta el cual (punto) también Eusebio de Pánfilo hizo secciones de canon.]


En el Nuevo Testamento de la Nueva Versión Internacional página 64 dice en la nota de pie de página sobre estos versículos: ‘Los manuscritos antiguos más confiables y otros testimonios de la antigüedad no incluyeron Marcos 16:9-20’. Por otra parte, en la traducción al hebreo del Nuevo Testamento hecha por la organización misionera ecuménica de The Bible Society in Israel en los versículos 9 al 20 del capítulo 16 del Evangelio de Marcos (p. 69) añadieron un corchete a tales versículos indicando discretamente que es un añadido a su texto “sagrado”. ¿Por qué no mencionan que sus textos tienen infinidad de acciones y manipulaciones? 

 

Los expertos bíblicos cristianos explican que el Evangelio de Marcos fue el primer evangelio no tenía ninguna historia acerca de Yeshu de estar resucitado. Este tema central del cristianismo (y por qué los cristianos celebran la Pascua) ¡no aparece en los evangelios hasta bien después del siglo IV!

Incluso, en la fuente judeo-cristiana del Tathbit únicamente parafrasea el versículo 1 del capítulo 16 del Evangelio de Marcos, sin embargo no se encuentra referencia alguna del relato de la resurrección de tal evangelio:

في [الإنجيل] مُنعت مريم المجدلية ومريم الأخرى من إرسال العطر إلى سيدنا إيشو يوم السبت بسبب ممارسة الحفاظ على يوم السبت.

זה [הבשורה] שמרים מגדלנה ומרים האחרת מנעו מלהעביר בשמים לאדונינו ישו בשבת בגלל הנוהג לשמור את השבת. 

[471] “Es en [el Injil] donde Mariam alMajdaliat y la otra María tenían prohibido enviar perfume a nuestro maestro (sayiduna) Ieshu el shabat debido a la práctica de guardar el shabat.”

-Cf. Gabriel Said Reynolds & Samir Khalil Samir. (2010). Abd al-Jabbar, Critique of Christian Origins. USA: Brigham Young University Press. II:471. p. 79.

Fuera de eso, no hay nada en tal obra. Según los judeo-cristianos (ebionitas o nazarenos), habían afirmado, como dice Origenes en su obra Contra Celsus (Κατὰ Κέλσου), que Yeshu “siguió todas las costumbres judías, incluso (aquellas) sobre los sacrificios" (II.6), proviene de un argumento dirigido contra los judeo-cristianos que guardaban algunos elementos de la Torah, pero abogaban otros. Este es el sentido de la cita del tratado judeo-cristiano del Tathbit. En este mismo apartado que menciona Origenes sobre los judeo-cristianos, menciona el argumento del pagano Celsus quien tacha a Yeshu de "Mentiroso" y "fanfarrón" (II. 7). En VI.75 Celso dice que el cuerpo de Yeshu era, "como dicen, pequeño, feo y sin distinciones". Orígenes encuentra una fuente poco probable de "feo" en Isaías 53.1-3 (aquí las primeras incursiones cristiano-gentiles de justificar Isaías 53 con Yeshu) pero no conoce evidencia de "pequeño y poco distinguido", sin embargo, "dicen" indica que Celso tenía alguna fuente. Su declaración de que Yeshu afirmó ser un dios (II.9, etc.) se puede explicar a partir de los textos cristianos, pero también se atribuye en los evangelios a los oponentes de Yeshu. Que se pensara que era un "ángel" parece un reflejo de una cristología primitiva no representada por los evangelios. "Abandonado y traicionado por sus asociados, se escondió, huyó y fue capturado" (11.9-12) todo podría haber venido de los evangelios; pero "escondido" y "huido" podrían haber venido mejor de un relato diferente de los mismos eventos, y Celso dijo que fue traicionado por "muchos" discípulos (II. 11). Orígenes niega que Yeshu "se escondió" y "huyó", y objeta que solo había un traidor, pero sin embargo se burla de la afirmación de Celso de que "tenía muchas cosas verdaderas que podía decir sobre ... Yeshu que no se parecían en nada a las escritas por sus discípulos ", pero él " los dejó fuera (del argumento) ".

 

Respecto a los acontecimientos de la prueba y la pasión, encontramos que en II.44 que Celso comparó a Yeshu con un "bandido". Esta es la primera vez que se le aplica el término. Puede ser un ejemplo de culpa por asociación (Mateo y Marcos dicen que fue crucificado entre dos "bandidos"), pero la palabra es una que usan comúnmente Josefo para "revolucionarios" y en la fuente de Celso su uso puede haber reflejado la acusación de que Yeshu estaba suscitando resistencia a Roma. Otro rasgo peculiar es que Yeshu "se apresuró a beber con la boca abierta" (II.37) durante la crucifixión. Que "no persuadió a nadie mientras vivió" (11.39,46) es, como dijo Orígenes, mera malicia, por lo tanto, indefendible. Celso escribió: "Con su propia voz (Yeshu) proclama claramente, como ustedes mismos han escrito, 'Otros también estarán con ustedes, haciendo milagros similares, hombres malvados y hechiceros', y ‘él nombra a un 'Satanás' como quien ideó estas cosas" (II.49). Esto no es de los evangelios, por lo que Orígenes afirma que es falso. También argumenta: “los hombres de quienes Yeshu nos pidió que nos cuidáramos afirmarían ser el Mesías, los hechiceros no hacen tales afirmaciones, por lo tanto, Yeshu no era un hechicero”. (Un mal argumento, más fuerte cuando se lo invierte: los hombres de quienes Yeshu nos advirtió que nos cuidáramos eran hechiceros, pero los hechiceros no hicieron tales afirmaciones, por lo tanto, Yeshu pudo haber sido un hechicero). Ya sobre la resurrección, según Celso, fue presenciada únicamente por “una mujer histérica y quizás algún otro (hombre) de los del mismo aquelarre” (II. 55), pero no se puede confiar en la diferencia de los evangelios; es posible que haya reducido el número de testigos para fortalecer su caso por dudar del hecho. 

La resurrección, ascensión y diversas actividades posteriores a la resurrección de Yeshu pertenecen a las historias psicopáticas de sus discípulos. Esas historias deben haber sido moldeadas por sus experiencias con Yeshu. Lo que vieron después de su muerte probablemente reflejó lo que vieron en su sugerencia. 

 

De este modo, los evangelios incluyen una amplia gama de historias de personas que afirmaban haber visto vivo a Yeshu después de su muerte. 

Por ejemplo, en el Evangelio Hebreo de Mateo capítulo 114 difiere en el relato de la resurrección de Yeshu ya que se trata de ángel que descendió del cielo (שמלאך ה'' ירד מן השמים), pero en Marcos es un joven (neaniskon) (Mc. 16:5) quien le ordenó a las mujeres que dijeran a los discípulos que debían encaminarse hacia Galilea para poder ver allí a Yeshu. Mientras que en el Evangelio de Lucas se dice fueron ‘dos hombres vestidos de vestiduras deslumbrantes’ (Lc. 24:4: ἄνδρες δύο), aquí ya no fue un neaniskon (joven) del Evangelio de Marcos, menos que haya sido un ángel del Eterno -ἄγγελος γὰρ κυρίου- (Mt. 28:2).

Nótese que el antes ángel y después joven es ahora son «dos hombres» -y que ya no mandan ir hacia Galilea dado que, según se dice algo más abajo, en Lucas 24,13-15, Yeshu resucitado acudió al encuentro de los discípulos en Emaos-עֵמַאוּס-; las tres mujeres se han convertido en una pequeña multitud; y Pedro visita el sepulcro personalmente tal como se lee en el Evangelio de Juan 20:1-18. 

 

Ahora son dos y no uno o ninguno los discípulos que acuden al sepulcro, pero una sola la mujer (que ya no va a ungir el cuerpo de Yeshu); en su alucinante metamorfosis, el ángel/joven/dos hombres se ha convertido en «dos ángeles» que aparecen situados en una nueva posición, que pronuncian palabras diferentes a sus antecesores en el papel y que, como en Lucas, tampoco ordenan ir a ninguna parte dado que Yeshu no espera a Galilea o Emaús para aparecerse y lo hace allí mismo, junto a su propia tumba.

Si resumimos la escena tal como la atestiguan los cuatro evangelistas inspirados por el "espíritu santo" obtendremos el siguiente cuadro: en Mateo las mujeres van a ver el sepulcro; se produce un terremoto; baja un ángel del cielo; remueve la piedra de la entrada de la tumba y se sienta en ella; y deja a los guardias «como muertos».

En Marcos las mujeres (que ya no son sólo las dos Miriams, puesto que se suma Shlom) van a ungir el cuerpo de Yeshu; no hay terremoto; la piedra de la entrada ya está quitada; un joven está dentro del monumento sentado a la derecha; y los guardias se han esfumado.

En Lucas, las mujeres, que siguen llevando ungüentos, son las dos Miriams, Yohanah, que sustituye a Shlomit, y «las demás que estaban con ellas»; tampoco hay terremoto ni guardias; se les presentan dos hombres, aparentemente procedentes del exterior del sepulcro; se les anuncia que Yeshu se les aparecerá en Emaús y no en Galilea, tal como se dice en los dos textos anteriores; y Pedro (Kefa')  da fe del hecho prodigioso.

En Juan sólo hay una mujer, Miriam Magdalena, que no va a ungir el cadáver; no ve a nadie en el sepulcro y corre a avisar no a uno sino a dos apóstoles, que certifican el suceso; después de esto, mientras Miriam llora fuera del sepulcro, se aparecen dos ángeles, sentados en la cabecera y los pies de dónde estuvo el cuerpo del crucificado; y Yeshu se le aparece a la mujer en ese mismo momento. En lo único en que coinciden todos es en la desaparición del cuerpo de Yeshu y en la vestimenta blanco/luminosa que llevaba el transformista ángel/joven/dos hombres/dos ángeles.

 

Algunos eruditos sugieren haberlo visto en una alteración de la conciencia. Por ejemplo, cuando Esteban es lapidado mira al cielo y ve a Yeshu a la diestra de Dios (Hechos 7:55-56). Otros son ambiguos: los discípulos camino de Emaús no reconocieron a Yeshu durante horas, y cuando lo hicieron, “se desvaneció”, convenciéndoles de que de algún modo seguía vivo, espiritualmente (Lucas 24:13-31). En el Evangelio de Juan, María de Magdalena es la primera en encontrar a Yeshu resucitado, pero en un primer momento lo confunde con un hortelano; los apóstoles, que vienen de pescar, tampoco lo reconocen al principio (Juan 20:15; 21:4). ¿Cómo no lo reconocían sus allegados? Sin embargo, otros afirmaban que no sólo lo habían visto sino que habían tocado su cuerpo, alzado desde la tumba: quienes predicaban esas historias insistían en que su resurrección fue un acontecimiento físico real. Esto es contrario de lo que enseñaban los gnósticos tal como aparece en el Evangelio de Felipe II:10: 

Los que dicen que el Señor primero murió y (después) resucitó, yerran, pues él primero resucitó y (después) murió. Si uno no obtiene primero la resurrección ¿(acaso) no morirá?

Por otra parte, según ciertos gnósticos, las revelaciones dcl “Yeshu resucitado” duraron bastante mas días que los señalados por los Hechos de los Apóstoles canónicos en los que Yeshu se le aparece a sus shlujim (apóstoles) por 40 días (Hechos 1:3: δι ἡμερῶν τεσσεράκοντα ὀπτανόμενος αὐτοῖς). Así, en el texto gnóstico del Apócrifo de Santiago los días de revelación fueron al menos 550 días (2,15ss) tal como se lee:

[...] [cuando] estaban una vez todos sentados y reunidos los doce | discípulos y recordaban lo que el Salvador dijo a cada uno, bien en secreto, o bien abiertamente y lo registraban en libros (y[o, sin embargo], escribía  lo que esta en es[te libro]), he ahí que el Salvador se manifesté [des]pués de haberse alejado de [nosotros] mientras lo contemplamos, quinientos cincuenta días después que hubiera resucitado de entre los muertos.

Ireneo dice lo mismo de los ofitas y de ciertos valentinianos (I 30,14: 18 meses); igualmente en Apocalipsis de Elías 9,16. En Pistis Sofia 1 y los dos Libros de Jeú son 12 afios de revelaciones en el que Yeshu permaneció como resucitado ante sus discípulos.

 

No hace falta ser ateo o malicioso para llegar a la evidente conclusión de que estos pasajes no pueden tener la más mínima credibilidad. No hay explicación alguna para la existencia de tantas y tan graves contradicciones en textos supuestamente escritos por testigos directos -y redactados dentro de un periodo de tiempo de unos treinta a cuarenta años entre el primero (Marcos) y el último (Juan)- "e inspirados por Di's"... salvo que la historia sea una pura elaboración mítica, tal como ya señalamos, para completar el diseño de la personalidad divina de Yeshu asimilándola a las hazañas legendarias de los dioses solares jóvenes y expiatorios que le habían precedido, entre los que estaba Mitra, su competidor directo en esos días, que no sólo había tenido una natividad igual a la que se adjudicará a Yesh”u sino que también había resucitado al tercer día.

 

Es interesante que en el verso 6 del capítulo 16 del Evangelio de Marcos se lea la palabra εϲταυρωμενον (estaurōmenon) que lejos que pueda traducirse como ‘fue crucificado’ tal palabra también se encuentre en la traducción griega al libro de Ester 7:9:

εἶπεν δὲ Βουγαθαν εἷς τῶν εὐνούχων πρὸς τὸν βασιλέα ἰδοὺ καὶ ξύλον ἡτοίμασεν Αμαν Μαρδοχαίῳ τῷ λαλήσαντι περὶ τοῦ βασιλέως καὶ ὤρθωται ἐν τοῗς Αμαν ξύλον πηχῶν πεντήκοντα εἶπεν δὲ ὁ βασιλεύς σταυρωθήτω ἐπ᾽ αὐτοῦ

“Entonces Bougathan, uno de los eunucos que asistían al rey, dijo: "¡Miren! Amán incluso ha preparado una vara para Mardokaios, que habló en nombre del rey, y se ha erigido una vara de cincuenta codos de altura en Amán. Y el rey dijo : "Sea crucificado sobre ella.

-Traducción Robert Hantart, Septuaginta:Vetus Testamentum Graecum Auctoritate Academiae Scientiarum Gottingensis editum VIII.3: Esther [Göttingen:Vandenhoeck y Ruprecht, 1966]) p. 436.

Mientras que sucede lo mismo con la traducción al arameo en el Targum de Ester 7:9 en el que se ordena que crucifiquen (צְלִיבוּ) a Haman:

אֲמַר חַרְבוֹנָא חַד מִן רַבָּנַיָא קֳדָם מַלְכָּא בְּרַם הָא קֵיסָא דִי זַמֵן הָמָן לְמִצְלַב יַת מָרְדְכַי דְמַלֵל טָבָא בְּגִין מַלְכָּא וְעַל יְדוֹי אִשְׁתְּזֵיב מִקְטוֹל וְהָא קֵיסָא קָאֵם בְּבֵית הָמָן כְּעַן אִין עַל מַלְכָּא שַׁפִּיר יִתְנְסָח אָע מִן בֵּיתֵיהּ וּזְקֵיף יִתְמְחֵי עֲלוֹהִי רוּמֵיהּ חַמְשִׁין אַמִין וַאֲמַר מַלְכָּא אֱזִילוּ צְלִיבוּ יָתֵיהּ עֲלוֹהִי:

Dijo Jarvona, uno de los sabios, ante el rey: "Pero he aquí la estaca que Amán preparó para colgar a Mardoqueo, quien habló bien a favor del rey y por cuyo medio se salvó de la muerte, y he aquí que la estaca está erguida en la casa de Hamán. Si al rey le parece bien, que se la erija sobre él mismo, y sea colgado en ella a la altura de cincuenta codos". Y dijo el rey: "Id, crucificadlo sobre ella".


En hebreo el equivalente de la palabras aramea צְלִיבוּ y de la griega σταυρωθήτω (¡crucificarlo!) en este contexto de la Megilat Ester 7:9 es תְּלֻ֥הוּ עָלָֽיו (¡Cuélguenlo!). Tanto Josefo como Filón emplean una terminología de crucifixión clara al interpretar este incidente a Haman haRasha. Ya en el Evangelio Hebreo de Mateo en el capítulo 114:5 se declara que Yeshu fue ahorcado (יש''ו אשר נתלה). La palabra נתלה que utiliza Shem Tob la encontramos tanto en la Mishnah (Sanhedrin 6:4) en referencia para el idólatra y el blasfemo que son ahorcados: נִתְלֶה אֶלָּא הַמְגַדֵּף וְהָעוֹבֵד עֲבוֹדָה זָרָה (Sota 3:8) el hombre es lapidado y después colgado נִסְקֶלֶת עֲרֻמָּה. הָאִישׁ נִתְלֶה mientras que en el Talmud (Sanhedrin 46a) se menciona que tal castigo se le aplica al hijo obstinado y rebelde primero se le lapida y después se le cuelga su cadáver (בן סורר ומורה והתניא בן סורר ומורה נסקל ונתלה). 

 

No resulta nada rara la traducción de Onkelos que se tiene sobre Devarim / Deuteronomio 21:22-23:

וַאֲרֵי יְהֵי בִגְבַר חוֹבַת דִּין דִּקְטוֹל וְיִתְקְטֵל וְתִצְלוֹב יָתֵיהּ עַל צְלִיבָא:

לָא תְבִית נְבִלְתֵּיהּ עַל צְלִיבָא אֲרֵי מִקְבַּר תִּקְבְּרִנֵּיהּ בְּיוֹמָא הַהוּא אֲרֵי עַל דְּחָב קֳדָם יְיָ אִצְטְלַב וְלָא תְסָאֵב יָת אַרְעָךְ דִּי יְיָ אֱלָהָךְ יָהֵב לָךְ אַחֲסָנָא:

[21:22] Si un hombre es culpable de un delito capital y es ejecutado; podrás [crucificarlo] de un árbol [de un crucifijo]. [21:23] No dejes su cadáver durante la noche en el crucifijo, pero seguramente lo enterrarás ese día, porque un cadáver colgado es una afrenta a Dios [porque fue crucificado porque pecó ante Dios]; No contamines, pues, tu tierra que el Eterno, tu Dios, te da como territorio.

-Metsudah Chumash, Publicaciones de Metsudah, 2009 ,con la traducción de Onkelos.

Por lo que sí bien, después de todo pareciera que tal neaniskon (joven) del verso 5 que habla con aquellas mujeres en el que indica que Yeshu fue ahorcado / crucificado nos recuerda los delitos que cometió Yeshu en vida tales como idolatría, blasfemia y brujería. ¡Hasta el mismo Evangelio de Marcos delata entre líneas los delitos hechos por el poshea’ (criminal) de Yeshu. Mientras que la supuesta resurrección como hemos visto fue un esfuerzo literario en mantener a Yeshu con vida entre los lectores ignorantes cristianos de todas  las épocas.





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