Por Reuel Rolando.
Hace un tiempo me escribió un cristiano diciéndome que el hecho que
en el nombre de Yeshu los demonios sean expulsados, es un argumento suficiente
para reconocer a Yeshu como Mashíaj (Mesías). Ya que él tiene autoridad sobre
los demonios.
En los mismos escritos cristianos vamos a encontrar la siguiente
declaración realizada por el mismo Yeshu:
ואם אני מוציא השדים ברוח אלקים באמת
בא קץ מלכות
¿Y
si yo expulso a los shedim (demonios) en la Inspiración de
Di”s, en verdad es que ha venido el final del reinado?
(No vamos a discutir aquí sobre el perfil del verdadero Mashiaj.
Para esto recomiendo leer lo expuesto por Maimónides en su Mishné Torá. Leyes de Reyes - Capítulo 11. Y descargar el
libro “El verdadero Mesías” en la zona de descargas de https://www.simpletoremember.com/vitals/verdaderomesias-realm_spanish.pdf
)
La expulsión de
demonios no es una señal mesiánica, del momento que no se encuentra en el Tanaj
(mal llamado Antiguo Testamento). “No es una enseñanza de la Torá”
Si deseamos
encontrar el origen de este pensamiento debemos remitirnos a los orígenes del
cristianismo, a las religiones de los misterios.
Para las
religiones de los misterios, el universo se encontraba fracturado en una lucha
entre dos poderes, la luz contra la oscuridad.
Este pensamiento
tiene a su vez su origen en Egipto, en la lucha eterna entre Ra (el sol
o la luz) y la serpiente Apofis, quien habitaba el inframundo (la
oscuridad) y gobernaba a los malos espíritus representados con serpientes y
escorpiones.
En esta creencia
se esperaba el triunfo final del bien sobre el mal, de la luz sobre la
oscuridad… de Ra representado con un cordero o carnero sobre la serpiente
antigua. Creían que la luz llegaría a alumbrar para siempre y “no habría más noche,
sino que el cordero (Ra) sería para siempre la lumbrera”.
Esta creencia es
evidentemente idolátrica, ya que se hablan de dos poderes enfrentados en una lucha
continua.
La Torá nos habla
del Creador como único poder. De El proviene tanto el bien como el mal. D-os no
tiene enemigos ni lucha contra nadie. Todo lo que sucede ocurre por Su voluntad
porque Él es el Único Rey del Universo. El sostener que hay una lucha de
poderes (entre dos o más deidades) y participar de la misma es pura idolatría y
hechicería. ¡Cuidado!
Sin embargo,
quienes sostienen este pensamiento de “una guerra espiritual y de la autoridad
sobre los demonios” insisten apelando a las experiencias místicas y
sobrenaturales.
La verdad de la
Torá está por encima de cualquier hecho milagroso o sobrenatural. Se advierte
al Pueblo de Israel de no hacer caso a estos hechos siempre que contradigan sus
enseñanzas, y permanecer fieles a la verdad:
“Cuando se levantará en medio de ti profeta o soñador
de sueños, y te dé una señal o un prodigio, y se cumple la señal o el prodigio
que él te predijo al decirte: 'Vayamos en pos de dioses ajenos' –que tú no
conociste– 'y sirvámoslos', no escuches las palabras de tal profeta ni de tal
soñador de sueños; porque el Eterno vuestro D-os os estará probando, para saber
si amáis al Eterno vuestro D-os con todo vuestro corazón y con toda vuestra
alma.”
Entonces ¿Cómo es
que ocurren estos extraños sucesos (si es que en realidad ocurren)?
Hay leyes que
entran en funcionamiento aquí:
1-
“Por el camino que la persona quiere ir,
por allí es conducido (desde Arriba)” (Talmud
Bavlí, Masejet Macot 10b).
Si la persona insiste
en el camino de la idolatría, entonces se le provee incluso ayuda desde el
cielo para que continúe ese camino de error y reciba en su momento su justa
retribución o castigo.
2-
El Eterno se
conduce con el ser humano “medida por medida”. A cada transgresión le corresponde
su sanción. Si la persona transgrede desde la idolatría y la hechicería
entonces el castigo viene en ese formato. La persona experimenta
manifestaciones de falsos dioses y demonios, que le darán un espectáculo nada
agradable y le presentarán lucha.
El hecho de
“llamar a los demonios en el nombre de un falso dios o ídolo (como es el caso
de Yeshu) trae como consecuencia una respuesta relacionada con lo espiritual
mágico e impuro”.
No solo que el
expulsar demonios NO es una señal mesiánica (o del acercamiento del Reino de
D-os como dicen los escritos cristianos) sino que es una práctica que tiene que
ver con la idolatría y la hechicería. El que busca la verdad sabrá recibirla.
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