Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
El fin no justifica los medios
Pregunta: ¿Acaso hay que cumplir las mitzvot de la Torá a todo precio? ¿Incluso si para cumplirlas debemos cometer pecados por el camino?
Respuesta: El Señor del Universo no desea que cumplamos una mitzva si para alcanzarla debemos realizar actos negativos. Si nos es imposible cumplir el precepto sin cometer una transgresión, D’s renuncia a esa mitzva.
Bienaventurado es quien cumple la mitzva del Lulav, pero no con un Lulav robado: “Porque yo, el Señor, amo la justicia; aborrezco la rapiña y la injusticia…” (Ishaya 61:8). Nuestros sabios comentan: “Incluso para ofrecer un sacrificio de Olá ante D’s, no se debe robar” (Suca 30). El Talmud agrega:
“Esto es similar a un rey que pasaba por la aduana. Le dijo a sus siervos: ‘Den este dinero a los cobradores de impuestos’. Le dijeron: ‘¿Acaso todo el dinero de los impuestos no es vuestro?’ El rey les dijo: ‘De mi aprenderán todos los que pasan a no evadir el pago de los impuestos’. Asimismo, D’s dijo: ‘Porque yo, el Señor, … aborrezco la rapiña y la injusticia’. Mis hijos aprenderán de mí y se alejarán del robo” (Suca 30).
Ni siquiera para cumplir una mitzva para el Rey de los Reyes está permitido robar - ni para construir sinagogas ni casas de estudio, ni para mantener ieshivot o Talmudei Torá. Si conservamos esas normas, entonces todos aprenderán y verán como obvio que no hay que robar.
En el Talmud Ierushalmi figura una alegoría aún más fuerte: “Un hombre trajo un presente al rey, pero el soberano descubrió que era un objeto que le habían robado a él mismo. Desgraciado el hombre cuyo defensor se ha transformado en acusador” (Ierushalmi, Suca cap. 3). Un precepto producto de la transgresión no sólo que ya no es tal sino que en sí se transforma en pecado.
Rabí Moshé Jaim Luzzato recalca que el cumplimiento de las mitzvot a cuenta del tiempo de trabajo también es considerado como un robo y no es aceptado por D’s. “Incluso si alguien cumplió una mitzva durante su trabajo, no le será atribuida como un acto justo, sino como una transgresión. No hay pecado que pueda sermitzva. Como está escrito: “Porque yo, el Señor, … aborrezco la rapiña y la injusticia”. Acerca de este mismo tema dijeron los sabios: “Si alguien robó una medida de trigo, la molió e hizo pan, y luego recita la bendición sobre el pan; no está bendiciendo a D’s, sino que por el contrario, lo blasfema; como está escrito: ‘Porque el inicuo se jacta de la ambición de su alma, y se gloría el despojador, despreciando al Señor’ (Tehilim 10:3)” (Baba Kama 94). Al respecto está escrito: “Desgraciado el hombre cuyo defensor se ha transformado en acusador”. Este enfoque es confirmado por las normas determinadas por nuestros sabios acerca de un Lulavrobado.
Rabí Moshé Jaim Luzzato recalca que el cumplimiento de las mitzvot a cuenta del tiempo de trabajo también es considerado como un robo y no es aceptado por D’s. “Incluso si alguien cumplió una mitzva durante su trabajo, no le será atribuida como un acto justo, sino como una transgresión. No hay pecado que pueda sermitzva. Como está escrito: “Porque yo, el Señor, … aborrezco la rapiña y la injusticia”. Acerca de este mismo tema dijeron los sabios: “Si alguien robó una medida de trigo, la molió e hizo pan, y luego recita la bendición sobre el pan; no está bendiciendo a D’s, sino que por el contrario, lo blasfema; como está escrito: ‘Porque el inicuo se jacta de la ambición de su alma, y se gloría el despojador, despreciando al Señor’ (Tehilim 10:3)” (Baba Kama 94). Al respecto está escrito: “Desgraciado el hombre cuyo defensor se ha transformado en acusador”. Este enfoque es confirmado por las normas determinadas por nuestros sabios acerca de un Lulavrobado.
Lo que se dice acerca del cumplimiento de mitzvot en el tiempo de trabajo es lógico. Después de todo, si el hurto de un objeto es considerado robo, por consiguiente, el robo del tiempo también lo es. Así como quien roba un objeto y realiza una mitzva ‘su defensor se transforma en acusador’; también quien roba tiempo y lo emplea para cumplir un precepto, ‘su defensor se transforma en acusador’. D’s no desea más que honradez” (Mesilat Iesharim Cap.11).
Antes de cada comida o rezo hay que hacer netilat iadaim (lavado de las manos). Del mismo modo, antes de realizar todo acto de santidad debemos estar seguros que nuestras manos están limpias. El Rav Kuk escribe: “Una persona debe asegurarse que sus objetivos son santos y puros, y que los medios que empleará para alcanzarlos también son santos y puros” (Olat Reaya Bet 257).
Escribe además: “Hay cosas que son buenas y santas, pero que los motivos que las mantienen en el mundo son negativos, como por ejemplo, la debilidad, la mentira, la maldad, que a veces pueden apoyar principios buenos tales como la vergüenza, la modestia, la fe. Sin embargo, así como la bondad que reciben los justos de los malos es para ellos maldad, también la bondad que recibe los fundamentos buenos y de santidad de lo malo y lo impuro produce muchos males.
Y la luz de la redención iluminará realmente sólo cuando se hayan destruido todos los fundamentos negativos, mismo aquellos que sostienen lo bueno y lo sagrado.
A pesar del sufrimiento que será provocado al bien, a lo santo y a la fe, al debilitarse, esta degradación y caída constituirán en realidad una elevación y una esperanza.
A pesar del sufrimiento que será provocado al bien, a lo santo y a la fe, al debilitarse, esta degradación y caída constituirán en realidad una elevación y una esperanza.
Cuando se logre la descomposición completa de esos cimientos negativos, surgirá de inmediato una luz resplandeciente de la santidad, en base a los fundamentos sanos del conocimiento, la sabiduría, la fuerza, la belleza, la eternidad y el esplendor. De este modo, será establecido el reino de D’s, en todos los mundos, para que su luz sublime y su bondad aparezcan en el fin de los tiempos. Este será el cumplimiento del pacto fiel y eterno de D’s con David que nunca será anulado: “Yo haré con vosotros pacto eterno, el de las misericordias prometidas a David” (Ishaya 55:5).