חזוק אמונה
‘Fe Fortalecida’
Por el Jajam Yitzjak Troki Z”L.
וְיָדַעְתָּ֣ הַיּ֗וֹם וַהֲשֵׁבֹתָ֮
אֶל־לְבָבֶךָ֒ כִּ֤י ה֙ ה֣וּא הָֽאֱלֹקים בַּשָּׁמַ֣יִם מִמַּ֔עַל וְעַל־הָאָ֖רֶץ מִתָּ֑חַת
אֵ֖ין עֽוֹד
“Sabrás
hoy, y reflexionaras en tu corazón, que el Etern-o, Él es Di-s en el cielo por
encima, y sobre la tierra por debajo; no hay otro.”
-Parashah Vaetjanán, Sefer Devarim, perek
4, pasuk 39.
Prefacio.
Mi celo religioso se despertó, en la búsqueda de que
el nombre del Ser Supremo fue deshonrado, y nuestra Santa Torah profanada, por
las mismas personas que habían sido designadas para ser los guardianes de la fe
y de los testigos de esas grandes verdades que hacen que el hombre sencillo sea
sabio, el corazón afligido en contento, y los ojos oscuros en brillantes. A mi
pesar, me encontré con que el estudio inquisitivo e incansable de la religión,
lo que da la debida recompensa a sus fervientes seguidores, no se cultivó en
medio de nosotros como en tiempos anteriores, y estoy convencido de que la
ignorancia y los crecientes malentendidos además que se ha añadido cargas
físicas. Las persecuciones que surgen de odio religioso se amontonaban sobre
los hijos de la fe en todas las partes del globo, y fueron cada vez mayores en
la acritud, no menos como consecuencia del bajo estado de los conocimientos que
poseen los judíos en asuntos de controversia teológica que por la confusas
nociones erróneas que los cristianos tenían del judaísmo. Pero es absolutamente
imprescindible que el hombre este preparado en todo momento para repeler
cualquier ataque hecho en su creencia. De acuerdo con esta observación,
nuestros sabios han grabado su opinión en el siguiente axioma:
"El
hombre debe asiduamente a estudiar su propia fe, y ser competente para dar una
respuesta adecuada a sus antagonistas,"
Más aun teniendo en cuenta que, en la mayoría de los
casos, la oposición a nuestras doctrinas se basa en una mala interpretación de
las Escrituras de que sólo nosotros somos los herederos legítimos y
expositores.
Influenciado por las reflexiones precedentes, he
emprendido este humilde trabajo, que, en su estrecha brújula, abarca un tema de
la mayor importancia. Se tiene la intención de pagar una fortaleza para el creyente sincero en la revelación del Sinaí que
pueden ser incapaces de defenderse, y cuyas opiniones pueden estar expuestos a
los ataques perseverantes de su agresor. Me refiero a mi correligionario de
modo situado, a una lectura atenta para “aumentar la creencia" en el que
se encuentre con una amplia oferta de argumentos y pruebas a favor y de apoyo a
nuestro venerable credo. En años anteriores, cuando he investigó las obras de
varios teólogos cristianos, y teniendo disputas frecuentes con otros cristianos
literarios, hice un punto de razonar de una manera suave y desapasionada. De
hecho, puse mi confianza en la solidez de mi posición, conservando una
uniformidad constante del ingenio. Así rendí las discusiones ventajosas para mí
y más aceptable a mis oponentes. Al ver que nuestras Sagradas Escrituras contienen verdades inmutables, reveladas a
nosotros para el beneficio de toda la raza
humana, que he presentado en este trabajo tales pasajes bíblicos de como
servir en ilustrar la autenticidad del judaísmo, y también como requerir
aclaración, con el fin de que el lector pueda percibir plenamente, cualquier
cosa que parezca oscura o que tiende a apoyar al cristianismo, es, en efecto,
más que por lo que en su forma, y se refiere en su totalidad y exclusivamente
a la causa sagrada del judaísmo - una causa que no esté argumentada se puede
despreciar, es por ello que el objeto principal de nuestra fe es hacer que los
hombres descarriados admiren a la Deidad infalible, e inspirar la creencia de
que solo es Uno el Di-s que gobierna todo lo indivisible en los destinos de
todos, sin necesidad de un mediador o intercesor para obtener la remisión de
nuestros pecados.
He procurado no sólo explicar esos pasajes de
nuestras Escrituras, a los que nos son odiosos a mala interpretación, sino
también para acusar ante el tribunal del sentido común de las afirmaciones
hechas por los cristianos que tienden a desacreditar a las verdades de la fe
judía. Con este fin, me pareció conveniente subdividir este trabajo en dos partes. La primera parte está dedicada al examen de las objeciones
planteadas por los cristianos en contra de nuestra religión, y para las pruebas
citadas se procede a la corroboración de sus propias doctrinas. La refutación
lo he dado, es en muchos casos, sobre la base de la naturaleza contradictoria
de sus propias declaraciones. La segunda
parte comprende una cuidadosa revisión y refutación de las contradicciones
flagrantes que se pueden descubrir en el Nuevo Testamento. Con el fin de hacer
que el argumento presentado en este trabajo más coherente y visible, he
asignado en la primera parte de un
capítulo separado a cada tema en particular de la discusión. En la segunda parte, ha aparecido
preferible adoptar capítulos distintos de los pasajes del Nuevo Testamento que hacen necesaria una animadversión especial y
refutación.
Que el Di-s de todos los Espíritus, que ha prestado la sabiduría insondable, y que escudriña todos los pensamientos ocultos, que hoy nos de Su bendición sobre mis humildes esfuerzos, perdona todos mis errores inconscientes, me sustente en mi fe pura, y dame Tu protección divina hacia mí y para todo Israel.
Amén.
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