Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
#229
David y Shlomó tenían razón
Por supuesto que David y Shlomó tenían razón. Ellos fueron nuestros reyes más maravillosos. Entre otras cosas ellos tenían razón en cuanto a la prohibición total de conversión en su época. ¿Por qué? Porque en aquel entonces era muy conveniente convertirse, mientras que la conversión debe ser motivada por la buena causa. Si la situación es tan buena, ¿cómo podremos saber que es motivada realmente por la buena causa?
Y así dice el Ramba”m, en cuanto a la aceptación de conversos:
“El asunto así es, que la mitzva correcta es cuando un hombre o una mujer llegan para convertirse se los investiga, quizás quieren regresar a la religión por algún dinero que piensan recibir, o por algún puesto que quieren desempeñar, o por miedo. Y si es un hombre, se investiga si quiere casarse con alguna mujer judía. Y si es una mujer, quizás quiere casarse con algún muchacho de Israel. Si no se encontró ninguna razón ajena, se les hace saber la severidad del yugo de la Torá y cuánto esfuerzo significa su cumplimiento, para que desistan de su voluntad. Si lo entendieron y no desistieron, y es notorio que lo hacen por amor, se los acepta. Como dice el versículo ‘y vio que Rut estaba firmemente dispuesta a ir con ella, y dejó de hablarle’ (Rut 1:18)”
Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:14.
“Por ello el tribunal no aceptó conversos todos los días de David y Shlomó. En la época de David, porque quizás se convierten por miedo. Y en la época de Shlomó, porque quizás se convierten por el gran y buen reinado del que gozaba Israel. Porque todo el que retorna de los gentiles por alguna vanidad de este mundo, no es un converso auténtico”
Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15.
Y a pesar de ello, hubo casos en los que tres judíos decidieron que ellos pueden ser considerados un tribunal apto, y convirtieron gentiles: “Y a pesar de ello, hubo muchos que se convirtieron en la época de David y Shlomó, frente a personas simples” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
¿Cuál era la actitud del tribunal frente a esos conversos? “Y la Suprema Corte dudaba de su conversión, no los rechazaban luego que fueron a la mikve, pero de todas formas no los aceptaban totalmente, hasta que vean qué será de ellos al final” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
Y esas mujeres que “era evidente que no volvieron sino que por alguna conveniencia, y no fueron convertidas según un tribunal, eran consideradas como gentiles, y estaba prohibido casarse con ellas” (Ramba”m, Hiljot Isurei Bia 14:15).
Hubo otros casos en la historia en que los sabios de Israel ordenaron por distintas razones no realizar conversiones en absoluto, como lo menciona el Rav Kuk (Shu”t Daat Cohen 154), y no es este el lugar para explayarse, pero está claro que también en nuestros días esa terrible duda es válida: Hay en Eretz Israel (la Tierra de Israel) 320.000 gentiles. Ellos no están aquí porque desean la religión judía como Rut, que dijo: “Tu pueblo es mi pueblo, y Tu D’s es mi D’s” (Rut 1:16), sino que sencillamente nuestro país es un paraíso, por la bondad de D’s para con nosotros. Y su gran mayoría - casi todos - no está interesada en la conversión en absoluto, ellos se sienten bien en su situación actual. Estarán dispuestos a convertirse solo que si se les ofrecerá una conversión sin aceptación del yugo de las mitzvot, una conversión “nacionalista”, una conversión a “israelismo” - y no al judaísmo, una conversión de vinculación con el pueblo y la tierra. Pero si nuestra situación se deteriorará, D’s no lo permita, puede que se arrepentirán de su conversión.
Así dicen nuestros sabios: “En el futuro, llegarán los paganos y se convertirán. ¿Pero, quién los aceptará? ¡Hemos estudiado que en los Días del Meshiaj (Mesías) no se aceptan conversos! Y en forma similar no aceptaron conversos ni en los días de David ni en los días de Shlomó. Se convertirán en conversiones burdas. Se pondrántfilin (filactelias) en sus cabezas y en sus brazos, tzitzit en sus prendas y mezuza en sus puertas. Pero cuando se acerca la guerra de Gog y Magog, esos conversos le preguntan [a Magog]: ¿Contra quién vienen ustedes? Les contestan ‘contra el Eterno y contra Su Meshiaj’, como dice el versículo ‘¿por qué se alborotan los pueblos y las naciones murmuran en vano? [etc.]’ (Tehilim 2:1). Entonces cada uno de esos conversos desata su mitzva y se marcha, como dice el versículo ‘rompamos Sus coyundas, y arrojemos Sus cuerdas de nosotros [etc.]’ (Tehilim 2:3). Y D’s se ríe, como dice el versículo ‘el que mora en el cielo se ríe’ (Tehilim 2:4)” (Avoda Zara 3B). ¿Por qué no llegaron los gentiles a adherirse a nuestro pueblo en la época del Holocausto? ¿O en los decretos del 5408 y 5409? ¿O en la expulsión de España? ¡¿Dónde estaban en ese entonces?! Como hemos dicho, ellos vienen ahora, cuando nuestro país es un paraíso sobre la tierra.
Por supuesto, no decimos que en nuestros días no hay que convertir a nadie. Gracias a D’s, hay muchos conversos auténticos que son personas justas y maravillosas. Pero alcanza con que seamos como el Rav Kuk, que en cuestiones de conversión temía decretar, como atestiguó su hijo, nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk – es decir, dudaba mucho hasta que aceptaba convertir a alguien. Y así escribió en sus respuestas, que si se convierte sin aceptación del yugo de las mitzvot, hay dos problemas: La conversión no tiene valor, e incluso si lo tuviese, le hacemos mucho mal a ese converso, porque ahora será castigado por toda trasgresión en contra de la Torá de Israel, lo que no era así antes de convertirse. Pero como hemos dicho, de todas formas la conversión no es auténtica (Shu”t Daat Cohen 154). Por ello, era muy cuidadoso, y convertía sólo al que estaba seguro que cumplirá las mitzvot. Y con razón – porque el consejero legal del Ministerio de Religión dijo que el 97% de los conversos no cumplen la Torá ni las mitzvot (ese es el número que figura en los expedientes de divorcios de ese ministerio).
Esa es la regla, nosotros rezamos “por los justos, por los piadosos, por los ancianos que restan en Tu pueblo, la Casa de Israel, y por los sobrantes de las casas de los escribas y por los conversos auténticos” (rezo de Shmoná Ezre). Aprendemos de ello que el converso auténtico es incluido junto con todos los justos, piadosos y sabios que son mencionados en el rezo (véase Maamarei HaReaya 200).
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