Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
Un pacto con el Satán
Tiene tres llagas, que dañan las bases de la vida: Recato, libertad y familia.
1. Recato: Filmaciones abominables y conversaciones abominables. Es una prohibición explícita en el Shuljan Aruj (Shuljan Aruj, Orej Jaim 307:16). Toda alma limpia entiende – también sin la ayuda de la halajá – que es una abominación. Y ya fue escrito en el libro “Mesilat Iesharim” que también eso es considerado relaciones prohibidas (Cap. 11). Eso sin hablar de las pobres muchachas que son aprovechadas de una forma vergonzosa y son obligadas a ocuparse de esas atrocidades – D’s se ampare de ellas. El Ietzer HaRra es muy fuerte de por sí, pobre de nosotros que le ayudemos y concertemos un pacto con el Satán con ese pequeño aparato.
2. Libertad: Más de un 50% de los que lo usan están pegados a la pequeña pantalla sin posibilidad de liberarse de ello, conectados como por infusión, no son capaces de cesar, y si el aparato se les ha perdido para ellos es como morir, se enloquecen. Hay incluso personas que al mismo tiempo que hablan con su interlocutor enfrente de ellos, continúan ocupándose con el aparato por debajo de la mesa. Han vendido su alma al Satán.
3. Familia: Ese aparato es un programa de desconexión continuo y ambulante de la familia. La familia post-moderna del Smartphone se caracteriza por una enajenación mutua muy dura de todos los integrantes. Una de las luchadoras contra la esclavización a ese aparato escribió un libro llamado “Alone Together”, es decir, “juntos solos”. El niño se siente solo, siente que el Iphone es más querido que él. Le trasmiten que él molesta y es irritante. Él no se hace merecedor de la atención, desarrolla el síndrome del abandono, siente frustración y mortificación. También el padre se siente mortificado por el sentimiento de culpa. Eso también es un pacto con elSatán.
Familias que se liberaron de él dicen que sienten intimidad, escucha, charla, presencia, acercamiento.
Familias que se liberaron de él dicen que sienten intimidad, escucha, charla, presencia, acercamiento.
Es cierto que renunciar a ese aparato no es sencillo, pero la regla en este mundo es: No se puede todo junto. Cada cosa es a cuestas de otra. Sólo se puede elegir a qué renunciar y a qué no. Por ello, por supuesto que tienen razón los grandes Rabanim (Rabinos) que negaron rotundamente el uso del Smartphone. Y todo judío recto – religioso o no – si no es de los más valientes que nunca caen, tiene estas opciones:
1. Comprar un celular con el Internet bloqueado.
2. Instalar un programa de filtro, semejante al del Internet.
Recuerda: Utilizar un celular que no es “inteligente”, es algo muy inteligente.
Recuerda: Utilizar un celular que no es “inteligente”, es algo muy inteligente.
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