Biblioteca Medicea Laurenziana, Manuscrito Plutei_02.17 folio 154r |
Capítulo 91 (92)
[1] Y respondió Yesh”u y les habló usando una parábola (mashal):
[2] El Reino de los Cielos se asemeja a un rey que celebró una Jupah (ceremonia nupcial).
[3] Y envió a sus siervos para llamar a los invitados a la jupáh, pero estos no quisieron venir.
[4] Y envió nuevamente otros siervos diciendo: “Digan a los invitados: He aquí que he preparado el banquete, he sacrificado toros y aves, y todo está dispuesto. Vengan a la jupáh.”
[5] Y ellos lo menospreciaron y se fueron, algunos a la ciudad y otros a sus negocios.
[6] Y otros (tomaron a los siervos), los maltrataron y los mataron.
[7] Y al enterarse el rey, se enfureció y envió [a sus soldados] contra aquellos asesinos, e incendió sus casas.
[8] Entonces dijo a sus siervos:
“La jupáh está preparada, pero los invitados no eran merecedores.”
[9] Ahora salgan a los caminos y a todos los que encuentren, invítenlos a la jupáh.
[10] Y sus siervos salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, tanto buenos como malos (טובים ורעים), hasta que la jupáh se llenó de comensales.
[11] Y el rey entró para ver a los comensales, observó allí a un hombre que no vestía ropas apropiadas para la jupáh.
[12] Y le dijo: “Amigo mío, ¿cómo entraste aquí sin las vestimentas de jupáh?” Y este permaneció callado.
[13] Entonces dijo el rey a sus sirvientes: “Átenlo de pies y manos y arrójenlo al Sheol (reino de los muertos) [y será enviado al] abismo ([del exilio] Cf. RaSh"I sobre Tehilim 88:7), y allí será el llanto y el rechinar de dientes.
[14] Muchos son invitados y algunos son seleccionados.
Comentario.
El análisis textual y contextual revela una significativa adaptación realizada por Yeshú de una enseñanza fundamental de nuestros JaZa"L (חז"ל - חכמינו זכרונם לברכה). Específicamente, se observa una reelaboración del mashal originalmente transmitido en la cadena de tradición oral que se remonta a Hilel el Anciano (הלל הזקן), preservado y enseñado posteriormente por su distinguido discípulo Rabán Yojanán ben-Zakay, y registrado en el Talmud Bavlí Shabat 153a. La versión modificada altera significativamente tanto la estructura como el mensaje esencial de la enseñanza de R’ Eliezer sobre la preparación espiritual, una doctrina que formaba parte integral del método pedagógico de la escuela de Hilel. Esta transformación del mashal original no solo representa un distanciamiento de la tradición rabínica establecida, sino que también refleja una reinterpretación que se desvía considerablemente de los principios fundamentales de preparación espiritual y responsabilidad personal que caracterizan la enseñanza original preservada en la tradición:
תנן התם רבי אליעזר אומר שוב יום אחד לפני מיתתך שאלו תלמידיו את ר"א וכי אדם יודע איזהו יום ימות אמר להן וכל שכן ישוב היום שמא ימות למחר ונמצא כל ימיו בתשובה ואף שלמה אמר בחכמתו (קוהלת ט) בכל עת יהיו בגדיך לבנים ושמן על ראשך אל יחסר א"ר יוחנן בן זכאי משל למלך שזימן את עבדיו לסעודה ולא קבע להם זמן פיקחין שבהן קישטו את עצמן וישבו על פתח בית המלך אמרו כלום חסר לבית המלך טיפשין שבהן הלכו למלאכתן אמרו כלום יש סעודה בלא טורח בפתאום ביקש המלך את עבדיו פיקחין שבהן נכנסו לפניו כשהן מקושטין והטיפשים נכנסו לפניו כשהן מלוכלכין שמח המלך לקראת פיקחים וכעס לקראת טיפשים אמר הללו שקישטו את עצמן לסעודה ישבו ויאכלו וישתו הללו שלא קישטו עצמן לסעודה יעמדו ויראו
(Traducción: Aprendimos allí: Rabí Eliezer dice: “Arrepiéntete un día antes de tu muerte”. Sus discípulos preguntaron a Rabí Eliezer: “¿Acaso puede una persona saber qué día morirá?". Les respondió: "Con mayor razón entonces, que se arrepienta hoy, pues quizás muera mañana, y así pasará todos sus días en arrepentimiento (teshuvá)". También Salomón dijo en su sabiduría (Kohelet 9:8): “Que tus vestidos sean blancos en todo momento, y que no falte aceite sobre tu cabeza”. (Cf. Avot DeRabbi Natan 15:8; Pirkei Avot 2:10; Kohelet Rabah 9:8:1)
Rabí Yojanán ben Zakay expuso esta parábola (mashal): “Esto es comparable a un rey que invitó a sus siervos a un banquete (seudáh) sin fijarles una hora. Los entendidos entre ellos se engalanaron y se sentaron a la entrada del palacio del rey, diciendo: “¿Acaso falta algo en el palacio del rey?”. Mientras que los necios entre ellos fueron a sus labores, diciendo: “¿Acaso puede haber un banquete sin preparativos?”.
Repentinamente, el rey solicitó la presencia de sus siervos. Los prudentes entraron ante él engalanados, mientras que los necios entraron ante él sucios. El rey se regocijó al recibir a los prudentes y se enfureció al recibir a los necios. Dijo: “Aquellos que se engalanaron para el banquete, que se sienten, coman y beban. Pero aquellos que no se engalanaron para el banquete, que permanezcan de pie y observen”.)
La comparación entre la parábola talmúdica de Rabí Yojanán ben Zakay y las versiones posteriores encontradas en los textos cristianos revela aspectos significativos sobre la transmisión y transformación de las enseñanzas rabínicas.
El mashal de Rabí Yojanán ben Zakay, como explica Rashi, se centra en un mensaje fundamental sobre la preparación espiritual constante. La metáfora de las “vestiduras blancas” (בגדיך לבנים) representa, según su comentario, la pureza del alma (נשמתך טהורה ונקיה). El énfasis está en la disposición perpetua para el encuentro con el Rey (הקב״ה), donde los “prudentes” (פיקחין) comprenden que el palacio real está siempre preparado (הכל מוכן) y podrían ser llamados en cualquier momento.
La versión del Evangelio Hebreo de Mateo modifica sustancialmente esta enseñanza, transformando la parábola sobre la preparación espiritual en una alegoría sobre el rechazo y la inclusión. Mientras que en el mashal original la distinción es entre los preparados (פיקחין) y los no preparados (טיפשין), la versión mateana introduce elementos ajenos a la enseñanza original: violencia contra los siervos, venganza real e invitación a extraños, culminando con el castigo del invitado sin vestiduras apropiadas.
El Evangelio de Tomás 64 a-b y el Evangelio de Lucas 14:16-24 presentan variantes que se alejan aún más del mensaje original, enfocándose en excusas específicas de los invitados y una aparente crítica social a mercaderes y comerciantes:
Al tener, un panorama completo de esta enseñanza con el Evangelio de Mateo (en griego con el Codex Sinaticus y el hebreo de Shem Tov), así como con el Evangelio de Lucas y el Evangelio de Tomas, y si quisiéramos reconstruir hipotéticamente la parábola original de la Gran Cena, he empleado un método comparativo crítico-textual usando cuatro fuentes principales: el Evangelio de Mateo en griego del Codex Sinaiticus, el texto hebreo de Shem Tov del mismo evangelio, el Evangelio de Lucas, y el Evangelio de Tomás en copto.
Mi metodología consiste en identificar los elementos comunes más básicos presentes en todas las fuentes, analizando las variantes y elaboraciones particulares de cada texto para determinar las capas redaccionales posteriores. Por tanto, la reconstrucción hipotética en hebreo de lo que probablemente enseño originalmente Yeshú sería:
משל משלו: איש אחד עשה סעודה גדולה ושלח את עבדו לקרוא למזומנים. והתחילו כולם להתנצל: הראשון אמר "שדה קניתי וצריך אני לראותו". והשני אמר "צמד בקר קניתי וצריך אני לנסותם". והשלישי אמר "אשה נשאתי ואיני יכול לבוא". בא העבד והגיד לאדונו. כעס בעל הבית ואמר לעבדו: "צא לדרכים והבא כל מי שתמצא למען תמלא ביתי. כי אומר אני לכם שאיש מן המזומנים ההם לא יטעם מסעודתי."
παραβολην ειπεν· ανθρωποϲ τιϲ εποιηϲεν διπνον μεγαν και απεϲτιλεν τον δουλον αυτου καλεϲαι τουϲ κεκλημενουϲ. και ηρξαντο παντεϲ παραιτειϲθαι· ο πρωτοϲ ειπεν αυτω· αγρον ηγοραϲα και εχω αναγκην εξελθων ιδειν αυτον. και ο δευτεροϲ ειπεν· ζευγοϲ βοων ηγοραϲα και πορευομαι δοκιμαϲαι αυτα. και ο τριτοϲ ειπεν· γυναικα εγημα και δια τουτο ου δυναμαι ελθειν. και ελθων ο δουλοϲ απηγγειλεν τω κυριω αυτου. τοτε οργιϲθειϲ ο οικοδεϲποτηϲ ειπεν τω δουλω αυτου· εξελθε ειϲ ταϲ οδουϲ και ουϲ εαν ευρηϲ αγαγε ωδε ινα γεμιϲθη μου ο οικοϲ. λεγω γαρ υμιν οτι ουδειϲ των ανδρων εκεινων των κεκλημενων γευϲεται μου του διπνου.
(Traducción: “Contaron una parábola: Un hombre preparó una gran cena (סעודה גדולה / δεῖπνον) y envió a su sirviente a invitar a los convidados. Todos comenzaron a excusarse: el primero dijo ‘he comprado un campo y necesito ir a verlo’. El segundo dijo ‘he comprado una yunta de bueyes y debo probarlos’. El tercero dijo ‘me he casado y no puedo ir’. Vino el sirviente y lo reportó a su señor (κύριος / לאדונו). Se enojó el dueño de la casa (οἰκοδεσπότης / בעל הבית) y dijo a su sirviente: ‘Sal a los caminos y trae a quienes encuentres para que se llene mi casa. Porque les digo que ninguno de aquellos invitados probará mi cena’.”)
El análisis comparativo revela que la versión de Lucas preserva la forma más simple y probablemente más cercana al original, sin las elaboraciones sobre violencia y castigo presentes en Mateo. El Evangelio de Tomás, siendo una fuente independiente, confirma los elementos básicos compartidos con Lucas, sugiriendo su antigüedad. La estructura narrativa simple (una cena, excusas mundanas, invitación a otros) aparece consistentemente en todas las fuentes. La versión de Mateo muestra una clara alegorización posterior al convertir la cena en una boda real, reflejando desarrollos teológicos más elaborados. Los elementos dramáticos como asesinatos, ejércitos y ciudades quemadas son adiciones posteriores que reflejan eventos históricos como la destrucción de Jerusalén.
Incluso, en esta reconstrucción de la parábola de Yeshú contrasta interesantemente con la parábola de Yohanan ben Zakay en el Talmud Bavli. Mientras que la parábola talmúdica enfatiza la preparación constante mediante la metáfora de invitados sabios que se mantienen listos para el banquete del rey vs. los necios que no se preparan, la parábola de Yeshú enfatiza el rechazo de los invitados originales y la inclusión de otros inesperados. La parábola talmúdica usa la metáfora del banquete para enseñar sobre la preparación espiritual constante, mientras que la parábola de Yeshú se enfoca en la crítica social y la apertura a grupos marginados con los pritzim (violadores) y prostitutas, tal como hemos visto en otros capítulos del Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov. Esta diferencia refleja distintas preocupaciones teológicas y sociales en los contextos de ambos maestros.
Considerando que Yeshú habría plagiado algún mashal que escuchó en la época de R’ Yehoshúa ben Perajía ya que fue su maestro (T.B. Sanhedrin 107b: יהושע בן פרחיה וישו תלמידו) o Hilel HaZaken implica que sus modificaciones diluyen el mensaje central sobre la teshuvá (arrepentimiento) constante, sobre arrepentirse "un día antes de la muerte".
Como señala el Ri”F (Rabí Yitzjak Alfasi), la esencia de la enseñanza rabínica es que ‘uno debe arrepentirse hoy porque podría morir mañana’ (ישוב היום שמא ימות למחר), convirtiendo cada día en una oportunidad para la teshuvá. Esta profunda conexión entre la parábola y la enseñanza sobre el arrepentimiento diario se pierde en las adaptaciones posteriores de Yeshú (o los evangelistas), que reorientan el mensaje hacia narrativas de exclusión e inclusión social a violadores y prostitutas, alejándose del énfasis original en la preparación espiritual individual y constante.
La crítica al pasaje del Evangelio Hebreo de Mateo desde la perspectiva judía revela una distorsión fundamental y politizada de la parábola original talmúdica. La transformación más significativa y problemática radica en cómo Yeshú alteró el mashal de Rabí Yojanán ben Zakay (el cual fue transmitido oralmente de maestro en maestro), originalmente centrado en la preparación espiritual individual (teshuvá), para convertirlo en una alegoría político-teológica que justifica el reemplazo del pueblo judío. En el texto mateano, la incorporación de elementos violentos como el asesinato de los siervos y la subsecuente venganza del rey mediante la destrucción de las casas de los invitados (ואת ביתם שרף באש) representa una ruptura radical con el propósito didáctico original del mashal rabínico. Esta modificación no solo distorsiona el mensaje espiritual fundamental sobre la preparación constante para el encuentro con el Eterno, sino que además introduce una dimensión políticamente cargada que busca legitimar la ocupación romana. La evolución textual entre la versión hebrea y la griega es particularmente reveladora: mientras el texto hebreo se refiere a la destrucción de “sus casas” ביתם de los invitados, la versión griega posterior amplía deliberadamente el alcance de la destrucción para abarcar toda la “ciudad” (πόλις). Esta modificación textual no es casual sino que refleja una adaptación consciente de la narrativa para alinearse con los eventos históricos posteriores, específicamente la destrucción de Jerusalén en el año 70 E.C. La transición de "casas" a "ciudad" representa un intento deliberado de los redactores cristianos de reinterpretar retrospectivamente la parábola como una profecía que justifica teológicamente la devastación de Jerusalén, transformando así un acto de violencia histórica en un supuesto castigo “divino” justificado. Más preocupante aún es cómo el texto evangélico pervierte la conclusión del mashal: mientras que en la versión talmúdica los no preparados simplemente “permanecen de pie y observan”, la versión de Mateo introduce un castigo brutal para quien no porta las “vestiduras de boda” apropiadas, una clara alegoría del rechazo a quienes mantienen su adhesión al judaísmo. Esta reinterpretación maliciosa no solo contradice el espíritu inclusivo y misericordioso de la enseñanza rabínica original, sino que además sienta las bases teológicas para siglos de antisemitismo religioso, justificando la marginación y persecución del pueblo judío bajo el pretexto de su supuesto "rechazo" al mensaje mesiánico de Yeshú Ha’Avud.
Además, la parábola mateana de Yeshú introduce la formula “עבדים אדרים” (siervos nobles o principales), una terminología que evoca deliberadamente la función de los malajim (mensajeros celestiales) en el Tanaj como aparece en Tehilim 136:18: מְלָכִ֣ים אַדִּירִ֑ים, como vemos en el caso de los tres malajim que visitaron a Abraham (Bereshit 18). Sin embargo, Yeshú pervierte este concepto sagrado al retratar a estos mensajeros siendo asesinados por los invitados, algo teológicamente problemático desde la perspectiva judía, ya que los malajim, siendo emanaciones directas del Eterno, no pueden ser destruidos por seres humanos. Es particularmente significativo cómo la versión griega del Codex Sinaiticus folio 212a emplea “ϋβριϲαν” (hybrísan, ultrajaron) para describir el maltrato de los siervos, término que en la Septuaginta se asocia con la profanación de lo sagrado, mientras que el texto hebreo usa “התעללו” (maltrataron), el mismo verbo empleado en Shemot 10:2 para describir cómo el Eterno "se burló" de los egipcios. Esta diferencia lingüística no es casual: mientras el texto griego enfatiza la profanación religiosa, la versión hebrea busca establecer un paralelo perverso entre los judíos y los egipcios opresores. Más aún, la transición del hebreo "ביתם" (sus casas) al griego "την πολιν" (la ciudad) en el versículo 7 revela una evolución del texto que busca justificar retrospectivamente la destrucción de Jerusalén. La frase griega “ο δε βαϲιλευϲ ωργιϲθη” (el rey se enfureció) emplea el mismo término usado en la Septuaginta para describir la ira divina, creando así una legitimación teológica de la violencia romana contra los judíos. La conclusión de la parábola con “הקרואים רבים והנבחרים מעטים” (en griego: “πολλοι γαρ ειϲιν κλητοι ολιγοι δε εκλεκτοι”) representa una distorsión adicional de la doctrina judía de la bejirá (elección) de Israel. El uso del término “εκλεκτοι” (electos) en el griego es particularmente significativo, ya que se apropia del lenguaje de la elección divina de Israel para transferirlo a un nuevo grupo, contradiciendo directamente la eternidad del pacto sinático expresado en Bereshit 17:7 como "לברית עולם" (un pacto eterno). La imagen del invitado sin "ενδυμα γαμου" (vestidura nupcial) en el texto griego, que se corresponde con los "בגדי החופה" (vestidos de boda) en el hebreo, parece ser una referencia velada a los judíos que mantienen su adhesión a la Torá, sugiriendo que serán arrojados a las “tinieblas exteriores” (εξωτερον), un concepto ajeno al judaísmo que refleja influencias helenísticas en el desarrollo del cristianismo primitivo.
Esto dista mucho de lo que se enseña en el Libro del profeta Malají / Malaquías (3:18-19) quien predijo un desastre que se avecina para el malvado, del cual no quedara raíz ni rama:
וְשַׁבְתֶּם וּרְאִיתֶם בֵּין צַדִּיק לְרָשָׁע בֵּין עֹבֵד אֱלֹהִים לַאֲשֶׁר לֹא עֲבָדוֹ. {פ}
כִּי-הִנֵּה הַיּוֹם בָּא בֹּעֵר כַּתַּנּוּר וְהָיוּ כָל-זֵדִים וְכָל-עֹשֵׂה רִשְׁעָה קַשׁ וְלִהַט אֹתָם הַיּוֹם הַבָּא אָמַר ה צְבָאוֹת אֲשֶׁר לֹא-יַעֲזֹב לָהֶם שֹׁרֶשׁ וְעָנָף
“[18] Y nuevamente discerniréis entre el tzadik (justo) y el rasha’ (malvado), entre el que sirve a Di”s y el que no Le sirve. [19] Porque he aquí que viene el día, que abrasará como un horno, en el que tropezarán todos los soberbios y todos los que obran maldad. Y en ese día arderán, dice el Etern-o de los ejércitos, de modo que no quedará de ellos raíz ni rama.”
El profeta Malají hace énfasis que habrá diferencia entre el tzadik y el rasha; Yeshú dice que en su tiranía no habrá diferencia entre el rasha y el tzadik; el Profeta Malají menciona que los soberbios y los que obran mal arderán, mientras que Yeshu dice que arderán los que no le despreciaron (judíos), y amenaza que arderá el Beit HaMikdash; por último, en el pasuk 17 dice que el Etern-o se compadece, mientras que en la parábola de Yeshu, no se compadece de alguien que no le quiera dar la importancia en su festín.
En la parábola de Yeshú no hay una llamada a hacer teshuva (arrepentimiento), es una amenaza de destrucción al pueblo judío como al Beit HaMikdash, así como de traer a los países gentiles (Lucas 13:28), y echar a los hijos del Reino afuera (Mateo Griego 10:18).
Las enseñanzas de Yeshú HaRasha, lejos de ser similares a las de los profetas, o a las de nuestros Jajamim, se aproximan más a los deseos de Haman HaRasha, quien solicitaba la aniquilación del pueblo judío, tal como se lee en la Megilat Esther 3:6:
וַיְבַקֵּשׁ הָמָן לְהַשְׁמִיד אֶת-כָּל-הַיְּהוּדִים אֲשֶׁר בְּכָל-מַלְכוּת אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ עַם מָרְדֳּכָי.
Puesto que Hamán quería destruir al pueblo de Mordejai. Todos los judíos del reino entero de Ajashverosh.
Las enseñanzas anti-judías de Yeshú se aproxima más a Esav, Amalek, y Haman; sin lugar a dudas, Yeshú está a años luz de haber sido considerado Mashiaj, rabino, o moreh, más bien fue un enemigo del mismo pueblo judío.
[1] El error tipográfico en el original se observa en el paréntesis adicional que da la lectura correcta.
[2] Cf. en Hechos 10:13.
[3] Estas palabras faltan en C, pero se encuentran en los Ms. ABDEF.
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