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6/02/2013

פרק פ''ג-Capítulo 83 Yeshú pretendía enjuiciar al pueblo judío como un tirano.

BS"D

Biblioteca Medicea Laurenziana, Manuscrito Plutei_02.17 folio 152r



פרק פ''ג
[27] ויען פייט''רוס ויאמר לו הנה עזבנו הכל לילך אחריך מה יהיה לנו.
[28] ויאמר יש''ו אמן אני אומר לכם שאתם ההולכים אחרי שביום הדין כאשר ישב האדם על כסא כבודו תשבו גם אתם על י''ב כסאות שנים עשר שבטי ישראל.
[29] וכל העוזב ביתו גם אחיותיו ואביו ואמו ואשתו ובניו על שמי יקבל כמותם ומלכות שמים ירש.
[30] רבים ראשונים יהיו אחרונים ורבים אחרונים יהיו ראשונים.

Capítulo 83

[27] Y respondiendo Pet”ros, le dijo:

He aquí, hemos abandonado todo para seguirte, ¿qué nos corresponderá?

[28] Y dijo Yesh”u:

‘En verdad os digo que vosotros, los que me habéis seguido, en el día del juicio (Yom HaDin), cuando el Hombre se siente en el trono de su gloria, también os sentaréis sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.’

[29] Y todo aquel que abandone su casa, sus hermanas, su padre, su madre, su mujer e hijos por causa de mi nombre, recibirá como ellos y heredará el Reino de los Cielos.

[30] Mas muchos primeros serán postreros, y muchos postreros serán primeros.


Comentario.

וַיְבַקֵּשׁ הָמָן לְהַשְׁמִיד אֶת-כָּל-הַיְּהוּדִים אֲשֶׁר בְּכָל-מַלְכוּת אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ עַם מָרְדֳּכָי.

´Puesto que Hamán quería destruir a todos los judíos del reino entero de Ajashverosh,  al pueblo de Mordejai'.

-Megilat Esther 3:6


En los profetas de Israel se encuentran al menos seis predicciones significativas sobre los gentiles en el final de los tiempos, las cuales aparecen reiteradas en diversos textos de la literatura judía posterior. Es notable que cuatro de estas profecías se hallan en el libro de Isaías (Yeshayahu).

Las principales predicciones, sin pretender ser exhaustivas, son las siguientes:

La primera anuncia que la riqueza de los gentiles confluirá hacia Jerusalén (Yerushalaim), como se evidencia en Isaías 45:14; 60,5-16; 6,16; Miqueas 4:13; Sofonías 2:9; y en el Rollo de la Guerra (מגילת מלחמת בני אור בבני חושך) 12,13s.

La segunda predice que los reyes gentiles se someterán y sus naciones servirán a Israel, según Isaías 49:23; 45:14.23; Miqueas 7:17, donde se especifica que “morderán el polvo”. Esta predicción encuentra eco en 1 Henoc 90,30 y en el Rollo de la Guerra 12:13s, que cita Isaías 9:23.

La tercera establece que Israel será luz para las naciones, y su salvación alcanzará los confines de la tierra, como se lee en Isaías 49:6; 51,4; 2,2s y Miqueas 4:1. En consonancia con esta visión, se desarrolla el tema de la incorporación de los gentiles a Israel para su salvación en Isaías 56:6-8; Zacarías 2:11; 8:20-23; Isaías 45:22; y 1 Henoc 90:30-33. Es relevante mencionar que en Isaías 66:19 aparece la única referencia explícita a una misión dirigida a los gentiles.

La cuarta vaticina la derrota de los gentiles, cuyos territorios serán conquistados por Israel, según Isaías 54:3; 1 Henoc 91:9 y el Rollo de la Guerra 12:10.

La quinta, complementaria a la anterior, profetiza la venganza y derrota de los gentiles, como se lee en Miqueas 5:10-15; Sofonías 2:10s y Salmos (Tehilim) 17:25-27.

La sexta indica que los extranjeros sobrevivirán, pero no cohabitarán con Israel, según Salmos 17:31 y el Libro de los Jubileos (Yovelim) 3:17.

En Yeshayahu 45:22-23 se promete la salvación a quienes se vuelvan hacia Dios:

כב פְּנוּ-אֵלַי וְהִוָּשְׁעוּ כָּל-אַפְסֵי-אָרֶץ כִּי אֲנִי-אֵל וְאֵין עוֹד. כג בִּי נִשְׁבַּעְתִּי יָצָא מִפִּי צְדָקָה דָּבָר וְלֹא יָשׁוּב כִּי-לִי תִּכְרַע כָּל-בֶּרֶךְ תִּשָּׁבַע כָּל-לָשׁוֹן.

“[22] Mirad hacia Mí, y seréis salvos, en todos los confines de la tierra, porque soy Dios, y no hay ninguno otro. [23] Por Mí mismo he jurado. De Mi boca ha salido la palabra en justicia, y no volverá, de que ante Mí toda rodilla se inclinará, toda lengua jurará.”

Por su parte, Sofonías (Tzefanyah) 3:8-9 declara:

ח לָכֵן חַכּוּ-לִי נְאֻם-ה לְיוֹם קוּמִי לְעַד כִּי מִשְׁפָּטִי לֶאֱסֹף גּוֹיִם לְקָבְצִי מַמְלָכוֹת לִשְׁפֹּךְ עֲלֵיהֶם זַעְמִי כֹּל חֲרוֹן אַפִּי כִּי בְּאֵשׁ קִנְאָתִי תֵּאָכֵל כָּל-הָאָרֶץ. ט כִּי-אָז אֶהְפֹּךְ אֶל-עַמִּים שָׂפָה בְרוּרָה לִקְרֹא כֻלָּם בְּשֵׁם יְהוָה לְעָבְדוֹ שְׁכֶם אֶחָד.

[8] Por lo tanto esperadme, dice el Eterno, hasta el día en que Me alce la presa, porque Mi decisión es reunir a las naciones (גּוֹיִם) y agrupar los reinos para volcar en ellos Mi indignación, toda Mi ardiente ira. Por cuanto la tierra será devorada con el fuego de Mi celo. [9] Luego daré nuevamente a los pueblos una lengua pura, para que todos puedan invocar el Nombre del Eterno, para servirle con un solo conocimiento.”

En estos textos se aprecia la yuxtaposición entre la amenaza del juicio y la destrucción de las naciones con la promesa de su conversión.

Cabe preguntarse si Yeshú promovió enseñanzas similares a las de los profetas respecto a los gentiles. ¿Acaso exhortó a los no judíos a convertirse al Dios de Israel mediante las Siete Leyes de Noé (Sheva Mitzvot Bnei Noaj)? ¿Advirtió a las naciones sobre su destrucción por desviarse del camino correcto, como hicieron los profetas? La evidencia textual sugiere una respuesta negativa. En contraste con los profetas, Yeshú dirigió sus advertencias no hacia los gentiles, sino hacia el pueblo judío, principalmente por su rechazo a reconocerle como mesías, lo cual refleja un énfasis egocéntrico en su propia persona.

En el capítulo anterior, se analizó cómo Yeshú exigía a sus potenciales discípulos renunciar a todo cuanto valoraban. Este aspecto nos permite inferir que en Mateo 8:21-22 (Mateo Hebreo 83-82) la cuestión central no es la Torá en sí misma. En ambos relatos se evidencia que Yeshú consideraba que la Torá era insuficiente, sugiriendo que seguirle a él supera las exigencias tanto de la piedad tradicional como de la propia Torá.

Es particularmente revelador el versículo 28, que en hebreo dice:

ביום הדין כאשר ישב האדם על כסא כבודו "

‘....en el día del juicio (Yom HaDin), cuando el Hombre se siente en el trono de su gloria…’

En el texto hebreo de Mateo aparece la expresión “ישב האדם על כסא” (“el Hombre sentado en el trono”), que deriva de la fórmula bíblica “ישב על כסא”. Esta construcción hebrea posee una profunda significación teológico-política en la tradición judía, asociándose principalmente con la autoridad suprema, tanto divina como real. Cuando se refiere a Dios, la expresión denota Su soberanía y dominio absoluto, como se evidencia en diversos pasajes bíblicos y rabínicos: Salmos 47:9, Jeremías 33:17, y el Talmud Yerushalmí Berajot 9:1. En el contexto de la monarquía israelita, esta misma fórmula enfatiza la posición de liderazgo y la legitimidad divina de los reyes. Encontramos ejemplos significativos en 1 Reyes 1:20, donde se plantea la cuestión “מי ישב על כסא אדוני המלך אחריו” (“quién se sentará en el trono de mi señor el rey después de él”), y en 1 Reyes 2:12, que declara “ושלמה ישב על כסא דוד אביו, ומלכותו כוננה מאוד” (“Shlomó se sentó en el trono de su padre David, y su reino se estableció firmemente”). Estas referencias textuales evidencian cómo los monarcas de Israel ejercían su gobierno en virtud de una autoridad delegada por Dios, actuando como Sus representantes terrenales.

En este contexto, la frase del Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov que menciona “cuando el Hombre [Yeshú] se siente en su trono de gloria”, debe entenderse como una declaración de aspiraciones tiránicas similar al modelo de gobierno ejercido por Tiranus Rufus (טירנוס רופוס), quien como gobernador romano de Judea bajo el emperador Adriano, ejemplificaba el arquetipo del tirano que ejercía un poder absoluto sobre la vida y muerte de sus súbditos. Esta interpretación encuentra respaldo en el texto del Talmud Yerushalmi Berajot 9:5, que relata:

“רבי עקיבה הוה קיים מתדין קומי טירנוס רופוס הרשע [...] אמר ליה סבא אי חרש את אי מבעט ביסורין את” 

(“Rabí Akiva estaba siendo torturado ante el malvado Tiranus Rufus [...] [quien] le dijo: Anciano, o eres un hechicero o desprecias el sufrimiento”). 

Este pasaje demuestra vívidamente cómo el poder tiránico se manifestaba en la capacidad de ejecutar juicios sumarios contra los opositores ideológicos. De manera análoga, la declaración de Yeshú sobre sus discípulos sentándose “en doce tronos juzgando a las doce tribus de Israel” sugiere una estructura de poder similar a la del sistema tiránico romano, donde sus seguidores actuarían como jueces con autoridad absoluta sobre la vida y muerte, emulando el modelo de Tineius Rufus, quien, como evidencia el texto talmúdico al describir: "לא הספיק לומר עד שפרחה נשמתו" ("No había terminado de hablar cuando su alma voló"), tenía el poder de ejecutar incluso a los más respetados líderes judíos. La frase "los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros" adquiere así un significado más siniestro, no solo como una inversión del orden social, sino como una amenaza velada de represalia contra las autoridades judías establecidas. Esta interpretación se fortalece al considerar que, al igual que Tiranus Rufus ejercía su autoridad mediante la tortura, como se evidencia en el pasaje “ואתה ענתא דקרית שמע. שרי קרי קריה וגחך” (“Y llegó el momento de recitar el Shemá. Comenzó a recitar y reía”), el texto sugiere que Yeshú contemplaba un sistema similar de gobierno basado en el terror y la eliminación de opositores. La mención de “juzgar a las doce tribus” no sería entonces una metáfora espiritual, sino una declaración política explícita de intención de establecer un régimen tiránico que, como el de Tiranus Rufus, tendría la potestad de enjuiciar y ejecutar a quienes se opusieran a su autoridad, similar al poder que el gobernador romano ejercía sobre sus súbditos judíos.

Esta interpretación política del pasaje se ve reforzada al examinar las diferentes versiones de la misma tradición en otros textos evangélicos. Particularmente significativo es el hecho de que, mientras el Evangelio Hebreo enfatiza el aspecto judicial y la autoridad sobre las doce tribus mediante la imagen del trono de gloria (כסא כבודו), otras versiones del mismo dicho revelan más explícitamente las ambiciones políticas subyacentes. Un ejemplo claro de esto se encuentra en la versión siríaca de Lucas, donde el lenguaje utilizado no solo mantiene las pretensiones de autoridad, sino que las amplía al ámbito de un reino físico y tangible, con referencias explícitas a elementos concretos de poder como mesas reales y tronos de juicio. Esta consistencia temática entre diferentes tradiciones textuales, aunque con variaciones en su presentación, sugiere que el núcleo del mensaje de Yeshú contenía invariablemente un fuerte componente de ambición política y judicial sobre el pueblo judío.

Este pasaje encuentra su paralelo en Lucas 22:28-30, donde el texto arameo (siríaco) presenta una perspectiva significativamente distinta, centrándose en la aspiración de un reino terrenal:

ܐܲܢ݈ܬ݁ܘܿܢ ܐܸܢܘܿܢ ܕܹ݁ܝܢ ܕ݁ܟ݂ܲܬ݁ܲܪܬ݁ܘܿܢ ܠܘܵܬ݂ܝ ܒ݁ܢܸܣܝܘܿܢܲܝ ܀ ܘܸܐܢܵܐ ܡܸܫܬ݁ܲܘܕܹ݁ܐ ܐ݈ܢܵܐ ܠܟ݂ܘܿܢ ܐܲܝܟ݂ ܕܸ݁ܐܫܬ݁ܲܘܕ݁ܝܼ ܠܝܼ ܐܵܒ݂ܝ ܡܲܠܟ݁ܘܿܬ݂ܵܐ ܀ ܕ݁ܬ݂ܸܐܟ݂ܠܘܿܢ ܘܬ݂ܸܫܬ݁ܘܿܢ ܥܲܠ ܦ݁ܵܬ݂ܘܿܪܵܐ ܕ݁ܡܲܠܟ݁ܘܿܬ݂ܵܐ ܕ݁ܝܼܠܝ ܘܬ݂ܸܬ݁ܒ݂ܘܿܢ ܥܲܠ ܟ݁ܘܿܪܣܲܘܵܬ݂ܵܐ ܘܲܬ݁ܕ݂ܘܿܢܘܿܢ ܬ݁ܪܸܥܣܲܪ ܫܲܒ݂ܛܹܐ ܕ݁ܐܝܼܣܪܵܝܼܠ ܀

אַנתּוּן אֵנוּן דֵּין דּכַתַּרתּוּן לוָתי בּנֵסיוּנַי וֵאנָא מֵשׁתַּודֵּא אנָא לכוּן אַיכ דֵּאשׁתַּודִּי לִי אָבי מַלכּוּתָא דּתֵאכלוּן ותֵשׁתּוּן עַל פָּתוּרָא דּמַלכּוּתָא דִּילי ותֵתּבוּן עַל כּוּרסַוָתָא וַתּדוּנוּן תּרֵעסַר שַׁבטֵא דּאִיסרָיֵל

“[28] Vosotros sois aquellos que habéis perseverado conmigo en mis pruebas. [29] Y yo os concedo, así como mi Padre me ha concedido, el reino ( מַלכּוּתָא/ Malkuta). [30] Para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis sobre tronos ( כּוּרסַוָתָא/ kursavata) para juzgar a las doce tribus (שַׁבטֵא/ Shavte) de Israel.”

En la doctrina de Yeshú, la promesa de venganza aparece vinculada a su concepto de reino, manifestándose particularmente en catorce pronunciamientos sobre el día del juicio. Estos pronunciamientos se caracterizan por contener amenazas dirigidas específicamente al pueblo judío. La primera y más significativa de estas declaraciones establece que “los primeros serán los últimos, y los últimos, primeros”.

Sus advertencias frecuentemente implican condenación, como se evidencia en Marcos 8,38 y su paralelo en Lucas 9,26: “El Hijo del hombre se avergonzará de quien se avergüence de ‘mí y de mis palabras’”. Esta sentencia parece derivar de una formulación más antigua, encontrando otra versión en Mt 10,32s y Lucas 12,8-9, donde Yeshú afirma que quien lo niegue será negado por él (en Lucas específicamente, "por el Hijo del hombre").

La parábola en Lucas 13,6-9 presenta una metáfora sobre la destrucción del pueblo de Israel, donde la higuera estéril, que según la interpretación representa al pueblo de Israel, debe ser cortada. La temática de la aniquilación del pueblo judío se desarrolla también mediante parábolas que enfatizan la selección, como la de la cizaña (Mt 13:24-30) y la red barredera (Mt 13:47-50). El versículo conclusivo de esta última parábola, que menciona el horno de fuego, el llanto y el crujir de dientes, se considera una adición característica de Mateo, dado que estas expresiones aparecen predominantemente en su material (Mateo 8,12; 13,42; 22,13; 24,51; 25,30; con un paralelo en Lucas 13,28).

Las enseñanzas de Yeshú revelan un patrón consistente de expresiones caracterizadas por el orgullo y la arrogancia (considerados manifestaciones de idolatría) dirigidas contra el pueblo judío, además de mostrar desdén hacia los no judíos. Según el Tikuney Zohar (21, página 69b), tales enseñanzas están vinculadas al fuego del Guehinom por enfatizar errores fundamentales como la soberbia, la arrogancia, la ira, la furia y, principalmente, la idolatría:

יסוד האש ממנו נמשכת הגאוה הנקראת גסות הרוח להיותו היסוד הקל וגבוה מכולם. ובכללה הכעס, כי מפני הגאוה מתכעס האדם כשאין עושים רצונו, ואילו היה שפל רוח ומכיר חסרונו לא היה מתכעס כלל, נמצא כי הגאוה והכעס מדה אחת הם. ותולדותיה שלש. הקפדנות בלבו כי לולא הגאוה לא הי המקפיד בלבו, כענין שבארנו בענין הכעס ובקשת השררה והכבוד להתגאות על הבריות. והשנאה לזולתו על היותו גדול ממנו, וזה ענף מהגאוה גם כן:

“Del elemento del fuego se deriva el orgullo, llamado arrogancia, por ser el elemento más ligero y elevado que todos los demás. Y junto con ello viene la ira, pues es por causa del orgullo que el hombre se enciende en ira cuando no se hace su voluntad, mientras que si fuera humilde y reconociera sus deficiencias, no se enojaría en absoluto. Por lo tanto, el orgullo y la ira son una sola cualidad. Y sus frutos son tres: 1) la irritabilidad en su corazón, pues si no fuera por el orgullo, no estaría irritado en su corazón, como explicamos respecto a la ira y la búsqueda de autoridad y honor para enorgullecerse sobre las criaturas. 2) Y el odio al prójimo por ser superior a él, y esto también es un brote del orgullo.”

-Sha’arey Kedusha-שערי קדושה 1:2


Es interesante que el Toldot Yesh”u en la versión recogida por S.Krauss en Journal of Jewish Studies resalta la actitud ególatra, soberbia, jactancia y llena de ira del tal Yesh”u quien dijo lo siguiente:

יד וילך אותו הממזר ב״נ לאפרת כי שם היו לו נכסים מאמו, ויקח משם עיר בן אתון אחד, וירכוב אותו הממזר לעיר ירושלים, ויעמוד בשוק תוך העיר וצעק הממזר ויען ויאמר בקול רם, מי הם הממזרים אשר אמרו עלי שאני ממזר ואני חייב מיתה, המה בני מיתה בעצמם שאני משיח, עלי ניבא הנביא עני רוכב על החמור על העיר בן לאתון

14. Y se fue el insignificante mamzer  (bastardo) a Efrat porque allá era una de las propiedades de su madre, y tomó en la ciudad un burro viejo, y lo montó el bastardo para [ir] a la ciudad de Jerusalem, y se paró en la ciudad en el mercado dentro de la ciudad y gritó el bastardo y respondió y dijo en voz alta: ¿Quiénes son los hijos de puta (Lit. bastardos-ממזרים) que dicen que yo soy un mamzer (bastardo) y que yo debo ser ejecutado? Aúllan sus hijos por la muerte y yo soy el Mesías, yo predije un profeta pobre montado en un hijo de una burra en la ciudad…

La actitud de Yeshú, la cual alberga odio, orgullo e irritabilidad, no necesita más comentarios. Todo el mundo sabe lo despreciables que son estos rasgos. Por otra parte en el mensaje de este criminal, albergará la intención de desarrollar una campaña en contra toda la Torah, además que sus enseñanzas son una amenaza para la integridad del judaísmo, como acertadamente indica el Profesor Yosef Gedalia Klausner z”l:

«Éste fue el secreto de la funesta ruptura »

Este análisis comparativo de los pasajes del Evangelio Hebreo de Mateo y el Toldot Yeshú revela una tensión fundamental en la representación del mensaje y la actitud de Yeshú que merece una exploración más profunda. Mientras que en el texto del Evangelio Hebreo de Mateo, Yeshú hace declaraciones que podrían interpretarse como una afirmación de su superioridad mesiánica, también promete a sus discípulos un papel destacado en el juicio contra el pueblo judío, mientras que en el Toldot Yeshú presenta una imagen radical sobre esta versión de Yeshú. En este último texto, Yeshú es descrito con un carácter ególatra, soberbio y lleno de ira, jactándose de ser el Mesías y despreciando abiertamente a los judíos, a quienes se refiere despectivamente como “hijos de puta” (ממזרים). Esta actitud de rechazo y deseo de exterminar al pueblo judío es particularmente significativa al ser contrastada con la visión profética de la incorporación de los gentiles a Israel. De hecho, la similitud entre esta actitud de Yeshú y la de Haman en la Meguilat Ester, quien “quería destruir a todos los judíos del reino entero de Ajashverosh” (לְהַשְׁמִיד אֶת-כָּל-הַיְּהוּדִים אֲשֶׁר בְּכָל-מַלְכוּת אֲחַשְׁוֵרוֹשׁ), por tanto, Yeshú cuyas acciones y motivaciones se encuentran en las antípodas de la tradición profética.

Este hallazgo plantea importantes interrogantes sobre la coherencia del mensaje mesiánico atribuido a Yeshú y su relación con la visión profética. Mientras que en el Evangelio Hebreo de Mateo se vislumbra una visión de tipo dictatorial en la que Yeshú y sus discipulos querían enjuiciar al pueblo judío, el Toldot Yeshú presenta a un Yeshú cuya actitud y acciones están en abierta oposición a la tradición profética de la incorporación de los gentiles a Israel. Esta discrepancia fundamental cuestiona seriamente la imagen del Jesús Histórico y abre la puerta a una reconsideración más profunda de la figura de Yeshú, en la que se podría encontrar mayores puntos de conexión con la representación del Toldot Yeshú. El análisis de estas diferencias y su implicación en la comprensión del mensaje y el propósito de las enseñanzas atribuidas a Yeshú es, sin duda, un área de estudio que merece una exploración más exhaustiva.


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