Ieshiva Ateret Ierushalaim
Bajo la dirección del
Rabino Shlomo Aviner
Soy un enfermo mental
Pregunta: Yo no valgo nada, tengo una enfermedad mental grave, no tengo ningún valor. De vez en cuando voy al hospital a recibir tratamientos, y vuelvo totalmente anulado. Soy un desgraciado, mi esposa es una desgraciada, mis hijos son desgraciados. No hago nada de valor en mi vida.
Miro a los compañeros que estudiaron conmigo, todos ellos son exitosos, enseñan Torá, Rabanim (Rabinos), educadores – y yo soy un felpudo.
Estudio Torá algunas horas, a penas logro entender algo, y luego lo olvido todo, por los tratamientos. ¿Qué valor tengo? ¿Qué sentido tiene mi vida?
Muchas veces la desesperación se apodera de mí, y me pregunto: ¿Para qué vivo? No valgo nada.
Respuesta:
Para contestar esa pregunta, antes hay que aclarar cuál es la meta del hombre en este mundo: ¿Ser un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá), ser una persona importante, ser una persona honrada? No. La meta es rendirle culto a D’s, como es explicado en el primer capítulo del libro “Mesilat Iesharim”. El culto a D’s tiene muchos senderos y formas distintas, cada uno según su forma de ser y su situación. La regla es: “Según el esfuerzo, la recompensa”.
El Señor del Mundo no es elitista, no mide sólo los logros, Él aprecia todo esfuerzo, como está escrito respecto a Rut “porque se esfuerza” (Rut 1:18). Y en el Talmud Ierushalmi dicen que el cumplimiento de una mitzva con esfuerzo y dolor es como cien mitzvot sin esfuerzo ni dolor. Y en tu caso, cada mitzva es muy difícil, y por ello es muy preciada a los ojos de D’s - como cien mitzvot que cumple alguna otra persona. Y así también todo tu estudio de la Torá.
El Ramba”m escribe que la persona es juzgada según la mayoría: La mayoría méritos, es tzadik (justo). La mayoría faltas – malvado. Mitad y mitad – mediano. Y el que en su mayoría es falto, enseguida muere en su maldad (Ramba”m, Hiljot Tshuva 3:1-2). Entonces, le preguntamos al Ramba”m, ¿cómo puede ser que vemos muchas personas que hacen muchos pecados y tienen muy pocos méritos, y no mueren? Por supuesto, el Ramba”m sabía eso, y lo contestó de antemano: No eres tú el que juzga el valor de cada mitzva, no se trata de un simple cálculo matemático. Puede que alguna mitzva valga como miles de otras, “y sólo puede ser juzgado por el conocimiento del D’s, Él sabe cómo calcular los méritos en comparación a las faltas” (Ramba”m, Hiljot Tshuva). Y tú, mi querido amigo, tienes muchos méritos, muchísimos. Bienaventurado eres. Porque cada mitzva y cada estudio tuyo es producto de un gran esfuerzo.
En el Mundo Elevado, en el Mundo de la Verdad habrá sorpresas… Las personas que son consideradas importantes aquí, allí no tendrán valor. Y las personas que son despreciadas aquí, allí serán muy importantes. “Los elevados bajos, y los bajos elevados” (Psajim 50A).
Tú, mi amigo, serás muy importante allí. Lo principal es allí, no aquí. Aquí es una migaja, es un pequeño destello de la eternidad. Y esa grandeza alumbra su resplandor no sólo en el futuro, también en el presente. Los millones de fluorescentes de la cámara real alumbran también el pasillo.
Haz todo lo que puedas, y debes saber que eres muy apreciado a ojos de D’s.
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